Cool Hand Luke

“The man...and the motion picture that simply do not conform”

La Cárcel es el centro penitenciario en el que tiene lugar el cumplimiento de las penas privativas de libertad.
Se comprende en esta expresión que no sólo es un establecimiento destinado a la ejecución de las penas, sino que también es usado para la retención y custodia de detenidos y presos, así como los de carácter especial, que son más bien centros hospitalarios, clínicas de desintoxicación de drogadictos, recintos psiquiátricos para enfermos y deficientes mentales o psicópatas, espacios de rehabilitación o reeducación social, y otras dependencias.
El objetivo primordial de las cárceles es lograr que las personas incorporadas en ella rectifiquen su conducta.
Desde un principio se reconoce que las cárceles deben ser reformadoras de actitudes que ya se encuentran en el individuo.
Al encarcelar un individuo se pretende que este alejado de la sociedad, para que de ese modo pueda entrar en una profunda reflexión de sus malos actos y llegue a la conclusión de que tiene que cambiar su manera de ver la vida.
Para asegurar la reconstrucción moral de un individuo encarcelado se deben tomar en cuenta una serie de factores, los cuales le dan a la cárcel una fuerza cambiante de actitudes para los presos.
Las Reglas Mínimas señalan que las penas corporales, encierro en celda oscura, así como toda sanción cruel, inhumana o degradante son absolutamente prohibidas como sanciones disciplinarias.
Por otra parte, el género cinematográfico carcelario está lleno de grandes películas y mitos, hay de las que tienen y las que no tienen computación, son reales, duras hasta escupirte la verdad en la cara de lo que realmente son esos centros de "rehabilitación", los grupos, el orden, las leyes internas, la corrupción...
¿Qué pasa cuando una fuerza imparable choca con un objeto inamovible?
“What we've got here... is a failure to communicate”
Cool Hand Luke es una ENORME película estadounidense de 1967, dirigida por Stuart Rosenberg.
Protagonizada por un ENORME Paul Newman, ENORME George Kennedy, Dennis Hopper, Harry Dean Stanton, Jo Van Fleet, Strother Martin, Lou Antonio, J.D. Cannon, Ralph Waite, Anthony Zerbe, Joe Don Baker, Wayne Rogers, Joy Harmon entre otros.
Cool Hand Luke está basada en la novela homónima de 1965, de Donn Pearce.
Prácticamente acabada la conocida como "Edad De Oro De Hollywood", en 1967, un director poco conocido, que había destacado principalmente en la televisión logró hacer todo un clásico del cine, Cool Hand Luke, uno de los más importantes dramas carcelarios jamás realizados por la industria americana.
Obtuvo 4 nominaciones al Oscar como mejor actor (Newman), banda sonora, guion adaptado y ganadora del Premio Oscar 1968 al mejor actor secundario (George Kennedy)
El cine siempre estuvo plagado de personajes entrañables, pero en este rubro hubo uno que se despegó por su simpatía.
El joven Luke Jackson, excede la arrogancia natural del bello bellísimo Paul Newman para potenciarla a un grado de mito, desafía sistemáticamente a las autoridades con una hermosa sonrisa en la boca sin importar las consecuencias de semejante desacato.
Y lo que es más querible aún es su moral inquebrantable que le hace llevar sus causas al límite para cruzarlos en un camino sin retorno.
Cool Hand Luke es una fábula sureña con ritmo de blues y personajes orgullosos que dista mucho de la narración convencional que se venía viendo en materia de films relacionados a la vida en prisión.
El comienzo de Cool Hand Luke con la imagen escrita "Violation" anticipa al espectador, a pesar del inocente comportamiento de Luke, una película dura, tierna pero a la vez dura.
La acción tiene lugar en una prisión sureña de carretera en los primeros años 60.
Luke “Cool Hand” Jackson, héroe condecorado de la II Guerra Mundial, con dificultades de adaptación, es detenido por la policía tras romper, en estado de embriaguez, varios contadores de aparcamiento.
Condenado a 2 años de trabajos forzados, es recluido en la Road Prison 36 de Florida.
De carácter solitario y luchador, Luke es un espíritu libre, inconformista e indomable.
Es recibido con frialdad por los compañeros y con hostilidad por el ingenuo y bravucón Dragline “Drag” (George Kennedy), líder natural de los reclusos.
El personaje de Newman reboza misterio por la poca información que nos da de su procedencia.
Su delicada situación familiar con una madre a punto de morir y una herencia a punto de perder a favor de un hermano.
¿Qué le queda a este antiguo héroe, ladrón y rebelde sin causa?
Simplemente eso, un mundo del que no puede huir, amparado y a la vez atosigado por unas estrictas reglas que le obligarán a encontrar vías hacia el arrepentimiento (su confesión a un dios que no cree cavando en la fosa o la escena de la capilla abandonada) que solo pueden ser uno de sus trucos para guardar su auténtica y enigmática apariencia.
Luke rompe con toda las normas gracias a este duro y frío carácter enfrentándose a una sociedad hipócrita que ha basado sus leyes en un molde de conducta.
En contra de todo lo establecido y de cualquier tipo de autoridad, Luke no infringe la ley por motivos de inadaptación social, excusa de la mayoría de las películas de años treinta, sino porque así tiene algo que hacer.
Su acto de rebeldía se convierte en su propia justificación, lo que hace de Luke un antihéroe típico de finales de los sesenta.
Su estancia en prisión vendrá determinada por su rebeldía y sus constantes intentos de fuga, acciones de insurrección institucional que le consiguen ganar el respeto de sus compañeros de encarcelamiento.
Ateo, inconformista, valiente y terco son algunos de los adjetivos aplicables a la personalidad de Luke, un condenado a dos años de prisión por romper contadores de aparcamiento en su pequeña ciudad natal, acción que servía para desfogar su descontento en una sociedad en la que no logra encajar, quizá tras la guerra en la que fue condecorado como héroe no ha sabido ni podido adaptarse.
El niño favorito de su madre que buscado y perdido el camino de la independencia llora amargamente su luto tocando su antiguo banjo; un muchacho que demanda a un Dios que no le contesta ni en su propio templo y un hombre que se intenta reír de las reglas a las que está sometido rompiéndolas con fatales consecuencias.
Un hombre que entra en la prisión por dos años por destruir propiedad pública (parquímetros), lo que parece un castigo excesivo teniendo en cuenta que ha sido condecorado en la guerra.
Al final, los parquímetros se convierten en cadenas y los castigos adquieren proporciones bíblicas.
Los Jefes no son en exceso brutales y comparándolos con los retratos filmados en la actualidad, podría decirse que tienen su punto de amabilidad.
No interfieren en los asuntos de los presos y sus reglas son sencillas.
Lo primero que hace Luke es mostrarse como diferente y conquistar de manera poco ortodoxa la estima de sus compañeros de celda.
Pero, aquí viene el elemento extraño, no intenta persuadir a sus colegas de escapar ni maquina un plan maestro, Luke quiere divertirse aceptando desafíos absurdos que alimenten su carácter de héroe hedonista.
Está claro que en algún momento va a intentar huir, pero no por los métodos convencionales sino respondiendo a los arrebatos de libertad propios de una personalidad como la de él.
Este motivo principal hace de Cool Hand Luke un relato fresco, simpático y renovador.
Grandes interpretaciones tanto de un ENORMEMENTE BELLO BELLISIMO Paul Newman carismático y muy bien compenetrado en ese papel de rebelde testarudo, como la del oscarizado George Kennedy en los secundarios.
Ambos le otorgan gran vitalidad al filme, actuaciones con mucha enjundia que transmiten ese espíritu indoblegable de querer ser libres y luchar sin bajar los brazos por ello.
Cool Hand Luke trata sobre la terca e insurrecta lucha por ideales, que revaloriza el concepto de la libertad y que sin dudas termina generándonos esa ambigua sensación de querer que el antihéroe sedicioso triunfe en sus improvisadas acciones, aunque más no sea por un tiempo muy fugaz.
“He was smiling...
That's right.
You know, that, that Luke smile of his.
He had it on his face right to the very end.
Hell, if they didn't know it 'fore, they could tell right then that they weren't a-gonna beat him.
That old Luke smile.
Oh, Luke.
He was some boy.
Cool Hand Luke.
Hell, he's a natural-born world-shaker”
Otra de las claves para entender el tema de Cool Hand Luke es el carácter de parábola bíblica que se construye a nivel visual a lo largo de la historia.
Luke es una suerte de Cristo a pesar que no crea en él.
Empieza con un Paul Newman rompiendo las máquinas para pagar el aparcamiento.
Se pelea en la cárcel con otro que es el doble que él en tamaño y en fuerza; se come 50 huevos; trabaja duro durante el castigo, aunque se canse, pero consigue descanso; y se fuga unas cuantas veces… todo eso es milagroso:
Los compañeros de celda son sus apóstoles, todo lo que él haga, por descabellado que sea, debe tener algún propósito, así que están con él.
Incluso el de la pelea se puede identificar con San Pedro:
Primero parece que es su enemigo, pero luego se convierte en su amigo más fiel.
Esa paradoja subraya la idea del salvador de almas y se expresa con el recorrido de nuestro héroe.
Primero despierta la conciencia de que si se trabaja rápido se consigue más tiempo libre, cosa que no agrada a las autoridades, luego unifica al grupo sin hacer distinciones, después desafía a sus superiores con el buen trato para terminar viviendo su propio vía crucis.
Es azotado y golpeado hasta el hartazgo por estos pseudo romanos, encadenado y usado como ejemplo de castigo.
Su deambular entre sus fieles con la túnica blanca y las cadenas lo convierten en un verdadero mártir, que además muestra la multiplicación de los panes en la escena del comedor donde todos comen un poco de su comida.
Sustentando aún más esta idea, el final de Luke va a ser justamente en una iglesia intentando por primera vez hablar en serio con Dios.
En definitiva, la aparición de este protagonista va a devolver cierta ilusión y dignidad a sus pares encerrados.
Las constantes referencias religiosas también quedan plasmadas con la cruz cristiana que se vislumbra al recomponer una foto rota en 4 pedazos donde sale Luke con dos chicas, y en el cruce de caminos donde se encuentra el grupo de presos en el mismo momento en que Cool Hand Luke llega a su fin.
“I can eat fifty eggs”
Cool Hand Luke desarrolla una contundente fábula antiautoritaria, que denuncia la crueldad del despotismo, la violencia del abuso de poder, los caprichos del mando totalitario y el sadismo de unos jefes incompetentes.
Primeramente, y como primera tarea, Luke se ha de ganar la simpatía de los compañeros.
Lo hace demostrando su capacidad de resistencia en un combate informal de boxeo, que prolonga más allá de su derrota y de su agotamiento.
Su participación en una partida de póker demuestra su impasibilidad y frialdad.
Huye del campo con reiteración, pese a ser capturado y castigado con severidad creciente.
Desafía la tortura y las amenazas de muerte.
Las imágenes sugieren paralelismos entre la lucha agotadora de Luke y la Pasión:
En una escena, tras una sesión de castigo, es colocado sobre una mesa del barracón como un crucifijo.
Su lucha contra la injusticia no es del todo inútil:
Gana la admiración de los compañeros, debilita al mando y consigue que se rompan las gafas de sol de Godfrey (Morgan Woodward), símbolo de la infamia del verdugo sin rostro y del hombre sin mirada.
Son escenas destacadas el combate de boxeo, la apuesta de ingerir 50 huevos y la ENORME intervención fugaz e inusitadamente sensual de Joy Harmon lavando un coche.
Curiosamente, a partir de esa escena se levanta un homo erotismo despiadado en la cárcel y la cámara es testigo de eso, ya que anteriormente, si bien hay sutiles desnudos de los presidiarios, después de la ENORME escena de Joy, lo único que queda es masturbarse como loco, y de ahí vemos mas desnudos de los hombres, con ese sudor y el calor que se eleva no por causa atmosférica sino por pura necesidad de desahogarse sexualmente, todo hay que decirlo.
También resulta curiosa la voz del capitán del campo (Strother Martin) que suena extraña e hiriente, como la locura de su perversión sádica.
Cada una de las huídas de Luke de la penitenciaría, llena de júbilo al espectador.
Representa el triunfo del individuo sobre el acatamiento a las reglas impuestas, es el triunfo de la libertad y la valentía sobre la represión brutal de los guardas.
Especialmente sobre uno de ellos, el más cruel de todos, bajo cuyo punto de mira se abre Cool Hand Luke:
Un plano de detalle de las gafas de sol que se repite a lo largo del metraje.
El director Stuart Rosenberg consigue despertar la máxima repulsión hacia el guarda jefe.
Este último es la imagen del sadismo, inclusive de perverso psicópata mirón parapetado bajo esas gafas oscuras que reflejan a sus víctimas, los presos, y al árido paisaje del sur.
Ese guardia mudo nada tiene que comunicar con la palabra porque su relación con los reclusos se produce únicamente a través de la brutalidad.
El es casi el símbolo icónico en Cool Hand Luke, y no dice ni una sola palabra durante la película.
Nunca se ha hecho algo así.
El es la muerte personificada, no le hace falta dar explicaciones para llevar a cabo sus actos, se limita a observar de manera controladora, fría y paciente, y a sacar el fusil si es necesario.
El personaje, con su cara picada, representa la imagen de la América más fascista y profunda, pero Luke le desafía.
El director, mediante un contraplano de su cara impávida cerrado en “zoom in” a las gafas nos muestra que el personaje interpretado por Paul Newman se convertirá desde entonces en el blanco de sus torturas.
Torturas que organiza desde un segundo plano, otros guardias, no menos despreciables, las llevan a cabo mientras el director nos muestra siempre el rostro del organizador en la sombra.
Como en la secuencia en que observa a Luke, en el interior del furgón, mientras éste desafía a Dios bajo la lluvia.
El alcaide, lobo con piel de cordero, es la imagen viva del americano puritano hipócrita de la doble moral.
Bajo su mandato, junto al del guarda jefe, tiene lugar una de las secuencias más terribles de Cool Hand Luke.
El propósito, minar la resistencia de Luke.
Para ello, lo hacen cavar y tapar continuamente el mismo hoyo.
Se mantiene en pie gracias a las canciones de apoyo de sus compañeros y esta es, a mi juicio, unas de las escenas más combativas del cine.
El espectador tiene la impresión de que cada una de las huídas de Luke no conduce a ninguna parte porque el director sólo nos muestra la fase inicial de la escapada con su burla repetida a hombres y perros rastreadores.
Porque siempre le vemos maltrecho por los mismos paisajes del sur de los que no logra salir.
Todo esto crea una sensación de angustia en el espectador y anticipa el desenlace de la huida.
Es la intención del director mostrar esa constante y oscura vuelta al punto de partida, de manera circular como la vida misma, a través de las secuencias en que sus compañeros hablan de él y se ilusionan sobre su libertad.
Luke, como su madre, es otro perdedor.
Un indomable que ha sido condenado por un delito menor y que sobrevive a la condena despertando a sus compañeros y desafiándolos en una secuencia magnífica como la de los huevos.
En el último tramo de Cool Hand Luke, Luke, acorralado por los guardas, grita desde la iglesia:
“¡No queréis comprender!”
El tiro en la yugular le responde, pero sabemos que Luke ha ganado la batalla por dos planos magníficos de Rosenberg:
La última sonrisa de Luke, todavía vivo, y un contraplano en que vemos la agresión de su amigo, George Kennedy, al alcaide y las gafas del mismo aplastadas por las ruedas del coche.
La muerte de Luke, junto a la leyenda que se ha forjado y al hecho simbólico de las gafas aplastadas del guardia, forman un cóctel cuyo resultado es que se le acaba confiriendo al protagonista un aura de mártir y de guía que ha dejado marcado el camino a sus compañeros para que su actitud no sea tan sumisa, ya uno de ellos se anima a acompañarle en la última fuga, e igualmente dejando la puerta abierta e invitando a los guardias y dirigentes del penal a que den un giro a una mayor tolerancia en pos de una mejor convivencia entre todos.
Se podría deducir que al final es precisamente ése es el papel que Dios ha marcado a Luke pues, para más INRI, el disparo lo recibió en la misma iglesia donde segundos antes clamaba por el Todopoderoso.
Por encima de todo, Rosenberg trata de hablarnos de la dicotomía entre individualismo y sociedad.
Un individualismo asociado a connotaciones como libertad.
Luke es un tipo totalmente libre, y se opone a cualquier tipo de restricción que le impone la sociedad.
Por ello no encaja en una sociedad que se no es presentada como excesivamente represora, e incluso injusta.
Pero si no encuentra su lugar en una sociedad que no tolera los individualismos, mucho menos lo va a encontrar en un ambiente mucho más restrictivo de privación de toda libertad personal.
Se ha dicho, que Rosenberg critica en Cool Hand Luke la forma tratar a los presos en las cárceles, y aunque hay algo de eso, seguramente fue mucho más allá al englobar a toda la sociedad, y situar el tema carcelario como uno de los extremos creados por la propia sociedad.
Luke no sólo tiene roces con los carceleros, sino también con sus propios "compañeros", incluso se podría decir que tiene muchos más conflictos con éstos últimos.
Cool Hand Luke muestra un toque de atención al totalitarismo, y a la brutalidad del sistema; se espera que el recluso se adapte y sea servil, bajo la amenaza del castigo físico creciente.
Lo que ahora mismo, podríamos extrapolar a nuestra sociedad, en la que nos mimetizamos con lo políticamente correcto y a lo que los demás esperan de nosotros, bajo la amenaza de crítica o casi de exclusión social, y de esto hay ejemplos…
Luke sigue siendo él mismo, para bien y para mal; incluso en una genial parrafada con Dios, le aclara su conducta y por qué ha decidido conducirse así por la vida.
Una filosofía de vida, difícil de seguir, pero que merece la pena, al menos, para no perder la eterna sonrisa de Luke; tanto en la cara como en el alma.
Cool Hand Luke:
Elegancia, masculinidad, porte, complejidad, rebeldía, honestidad y sensualidad.
Y con la rara excepción de poner de acuerdo sobre ello a hombres y mujeres.
Un drama carcelario que, se haya visto o no, inmediatamente se asocia con dos secuencias de las que todo el mundo ha odio hablar alguna vez.
La apuesta de Luke de comerse nada menos que 50 huevos.
Y la sexy presencia de Joy Harmon , una rubia que se dedica a caldear los ánimos de los presidiarios en sus trabajos forzados al aire libre.
Su especialidad, el uso de la "manguera" y el jabón para limpiar el coche.
Imágenes que, por ejemplo, inspirarían infinidad de anuncios de televisión, videoclips y demás películas; además de ser considerada como uno de los momentos más tórridos del cine.
Inolvidables las escenas de los trabajos forzados, con el inhumano Jefe Godfrey, quien no abre la boca pero habla con el fusil, no tiene ojos pero mira a través de sus gafas de espejo, y con los presos preguntando:
“Jefe, ¿puedo…?”
IMPAGABLE pregunta.
De todos modos hay que reconocer que la escena se torna repetitiva, aunque sea fiel reflejo de la vida de recluso.
“...the box”
¿Qué es un hombre rebelde?
Un hombre que dice no.
Pero negar no es renunciar.
Es también un hombre que dice sí desde su primer movimiento.
El rebelde, es decir, el que se vuelve o revuelve contra algo, da media vuelta.
Marchaba bajo el látigo del amo y he aquí que hace frente.
Opone lo que es preferible a lo que no lo es.
Cool Hand Luke, aderezada por las excelentes interpretaciones de Newman y George Kennedy, es un alegato a favor de la rebeldía en sentido formal, no de fondo; no se trata en esta ocasión de poner en valor unos principios por los que rebelarse, sino que lo que se valora es la rebelión en sí misma, como acto de autoafirmación valiente en un entorno profundamente hostil.
Una posible moraleja de esta historia podría ser que es imposible que exista la derrota sin la aceptación subjetiva del derrotado.
Cuando alguien parece inapelablemente vencido pero se niega a aceptarlo, ni siquiera, y sobre todo, ante sí mismo, siempre dará la impresión de que todavía queda esperanza, de que guarda un as en la manga.
Luke es un canto a la persistencia, y tenacidad que nadie puede doblegar.
Cool Hand Luke habla de individuos y de la forja de leyendas, lejos de lo “evidente” (opresión estatal, sistemas carcelarios punitivos…)
No confundir contenido con contingente.
La esencia del individuo también está presente en Cool Hand Luke.
Luke, dado un momento especialmente angustioso, se rinde.
Luego nosotros comprendemos, puede que él ni se percate, que no puede rendirse.
El propósito simbólico de varios elementos de la cinta es asumido por Newman con brillantez, que sabe envolver a su personaje con un misterio magnético que define perfectamente la eterna huida de la cárcel externa y también de la interna del protagonista.
La bella e inolvidable sonrisa de Luke ha quedado en nuestras retinas y recuerdos como una de las más expresivas, desafiantes y sardónicas que hayamos visto.
Y mientras una guitarra puntea en los laberintos de nuestra memoria, el recuerdo se asocia con el sol abrasador y nos invade de nuevo ese ambiente de desesperanza y dolor de la cárcel.
Una leyenda muere en un momento de debilidad, pero sigue viva.
La otra muere, pero su leyenda se hace más grande que la vida.
Las gafas son aplastadas; la sonrisa de Luke, recordada.
Cool Hand Luke es taumatúrgica cuando se ve en busca de ánimo para superar situaciones complicadas en las que uno se queda solo y rodeado.
Lo que es un delito, es verla sin darle utilidad práctica en la vida personal de cada cual, sin tener una personalidad algo más fortalecida al término de Cool Hand Luke.
Desde la excelente música de Lalo Schifrin, que ofrece composiciones coloristas de guitarra, banjo y viento, que obtuvieron gran éxito.
Añade canciones populares, en boca de Harry Dean Stanton (“The Midnight Especial”, “Cotton Field”), etc.
Pasando por las actuaciones y la cadenciosa y luminosa dirección de Stuart Rosenberg, Cool Hand Luke es una película imposible de olvidar, como la misma y única sonrisa de Luke.
Obra clásica de la lucha por la libertad y contra la opresión.
Es además un drama carcelario emblemático y atípico.
En definitiva, Cool Hand Luke es una emblemática película de género carcelario, y en donde nos expresa hasta qué punto puede un hombre retar a un sistema, pero que también nos enseña lo que sucede cuando el sistema reacciona.

“You gonna fit in real good, of course, unless you get rabbit in your blood and you decide to take off for home.
You give the bonus system time and a set of leg chains to keep you slowed down just a little bit, for your own good, you'll learn the rules.
Now, it's all up to you.
Now I can be a good guy, or I can be one real mean son-of-a-bitch.
It's all up to you”


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