Flashdance

“When you give up your dream, you die”

Hay una estadística que hace sonreír pero que también da una muestra de lo difícil que es hacer realidad la mayoría de los sueños.
Cuando se les pregunta a los niños qué quieren ser de mayores, muchos responden con profesiones que es prácticamente una utopía alcanzar, y no digamos ya ganarse bien la vida con ellas:
Astronauta, futbolista, bailarina, estrella de cine, cantante, pintor…
A muy pocos o a ninguno se les ocurre decir “barrendero”, “albañil”, “secretaria”, “al de la empresa que hace de todo y que cobra una miseria”, “pintor de brocha gorda”, “minero”, “camionero”, “peón del campo”…
Que son precisamente en las que casi todos acaban apencando.
Lógico que los pequeños no las quieran ni en pintura, pues son oficios desprovistos de todo glamur o del reclamo social de ganar mucho dinero.
Por eso, si una niña le dice a su mamá:
“Quiero ser bailarina”
Ésta le sonreirá con condescendencia y le permitirá jugar con ese sueño como si fuera un juguete que con el tiempo se quedará arrumbado.
Años después, la niña habrá tenido que rebajar sus aspiraciones.
Aquel dibujito en el que se pintó a ella misma con el tutú y las zapatillas de ballet se desluce ya amarillento, arrugado y olvidado en algún cajón del escritorio.
“She's a maniac, maniac on the floor
And she's dancing like she's never danced before”
Flashdance es una película estadounidense de 1983, dirigida por Adrian Lyne.
Protagonizada por Jennifer Beals, Michael Nouri, Lilia Skala, Sunny Johnson, Kyle T. Heffner, Lee Ving, Ron Karabastos, Belinda Bauer, Philip Bruns y Malcom Danare.
Flashdance es un clásico cuyo “leiv motiv” principal parece radicar en la música.
El disco con sus composiciones musicales fue un éxito de venta y resulta una amplia sucesión de temas rítmicos, casi una fórmula ideal.
El argumento no es particularmente complejo, relata el comienzo artístico de una bailarina que trabaja soldando metales y que logra impresionar a un jurado en su presentación danzando.
El ritmo es bueno, Flashdance es una típica película entretenida, quizá comercial, pero con logros artísticos válidos, con emoción y, ciertamente, buena música de la década del ochenta y una de las películas más taquilleras de la década.
Flashdance fue el primer trabajo realizado en colaboración por Don Simpson y Jerry Bruckheimer, y su presentación de algunas secuencias siguiendo lineamientos propios de los videos musicales, influyeron a otras películas de la época, incluyendo a Top Gun, la cual también contó con la producción de Simpson y Bruckheimer.
Como la mayoría de las cintas de Adrian Lyne, en Flashdance hay toques de sensualidad y erotismo, aunque aquí están presentes en menor medida.
En Flashdance el objetivo es trazar un musical con temas pegadizos que destaquen la persistente lucha de espíritu por alcanzar los ambiciosos sueños poniendo en juego toda la capacidad innata.
Si uno se pone a pensar, sobre todo las damas que seguramente van a comentar acerca de mi comentario, sabrán que Flashdance marco como una era o sea como que su moda y su música impactaron demasiado a aquellos jóvenes que la vieron y soñaron ser como Jennifer Beals o mejor dicho como Alex, la joven que de día trabajaba como obrera en una construcción y de noche en un boliche como bailarina por así decirlo “pop”
Es muy peligrosa mi aseveración, debido a que se nos trae abajo el sueño americano de la bailarina clásica profesional, y se nos rebaja al estrato stripper o bailarina de cabaret…
Conste que no he dicho:
Baja categoría, pero qué difícil es definir el arte.
Alex tiene un sueño o sea ser bailarina pero no bailar con la música clásica como las jóvenes refinadas que danzan así desde la época clásica, si no con la música actual, esa música que te hace vibrar por dentro y transpirar de verdad sin “pas de deux” refinados si no con saltos poderosos.
Acá se nos quiere dar a entender que el ballet a saltado en su evolución como baile y se nos hace frecuente ver a la protagonista como siente admiración por ello, pero que en música actual, ella le pone su toque personal y eleva al ballet en otra categoría, incluso más pop por así decirlo.
Entonces, tras la máscara de una muchacha ruda se escondía una joven que ansiaba triunfar en el mundo del baile y que con toda su sensualidad nos mostró coreografías maravillosas.
Así consigue la ayuda de un joven que la mira bailar en el boliche que trabaja en la misma empresa que ella.
Acá la trama romántica es solo un empujón creo que forzado del guión, o inclusive lo veo como un mcguffin, ya que ella lo único que necesitaba para triunfar era seguridad, pero no necesariamente la seguridad venida de un hombre.
Recordemos que también tiene el apoyo de Hannah que es su mejor amiga más cercana y por lo tanto lo más cercano a una madre, Hannah también era bailarina.
Cabe decir que Jennifer Beals se convirtió en estrella luego del estreno de Flashdance al igual que la cantante Irene Cara que canto el tema principal "What A Feeling" que se convirtió y sigue siendo un clásico de la música.
La carrera de Beals sin embargo, se vio afectada por un escándalo tras el estreno de Flashdance, ya que se reveló que algunas de las escenas que requerían movimientos atléticos las había interpretado Marine Jahan su doble.
Desde entonces, Beals ha intervenido en películas poco conocidas o en filmes independientes.
Lo mejor de Flashdance:
Sus coreografías llamativas, lógicamente, destaco el tramo final de Flashdance con la archifamosa actuación, muy bien filmada, así como las secuencias de las presentaciones de cabaret, todas hechas para el recuerdo de la historia del cine musical y desde luego, no podía faltar la enorme banda sonora.
La musicalización de Flashdance estuvo a cargo de Giorgio Moroder, ganando el Premio Oscar 1983 a la mejor canción original “Flashdance... What A Feeling” parar Giorgio Moroder, Keith Forsey e Irene Cara, y recibió otras 3 nominaciones para las siguientes categorías:
Mejor fotografía, montaje y mejor canción: Maniac.
En Flashdance Alex aloja en su seno el sueño de convertirse en bailarina para abandonar su átona vida como soldadora, permanece indeleble en nuestra memoria como película de culto y banda sonora de nuestras vidas, pues es esto precisamente Flashdance, su excepcional banda sonora, el plato estrella de su excepcional carta de presentación.
Acrobáticas piruetas y flexibilidad de contorsionista darán a la risueña y agraciada Jennifer Beals el pasaporte hacia un sueño largamente acariciado: convertirse en bailarina profesional.
Flashdance es una película que subraya la recompensa proveniente del denuedo y la porfía, la tenacidad y la negación al desaliento.

“What a feeling, bein's believin'
I can't have it all, now I'm dancin' for my life
Take your passion, and make it happen
Pictures come alive, you can dance right through your life”


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