The Dreamers
“Soyez réalistes, demandez l'impossible”
Los años 60 en Francia, al igual que en el resto de occidente, fueron una época de acelerados cambios culturales.
La época estaba caracterizada por la aceleración del éxodo rural y el surgimiento de la sociedad de consumo, cada vez más influida por los medios masivos de comunicación (mass media) que generalizaban la cultura de masas.
Es además en los años 60 cuando los jóvenes se convierten en una categoría socio-cultural logrando su reconocimiento como un actor social que establece procesos de adscripción y diferenciación entre sus opciones y las de los adultos.
Estos procesos se desarrollan a través de las subculturas juveniles nacidas a partir de finales de los años 1950, dentro de movimientos contraculturales como la cultura underground y los movimientos beatnik e hippie.
Esta juventud tenía sus propios ídolos musicales como los Beatles, Rolling Stones, cantautores como Bob Dylan y Léo Ferré, etc.
Muchos de estos movimientos cuestionaron y criticaron el estilo de vida plástico ofrecido por el mercado de consumo y la organización capitalista de la posguerra.
Así se le conoce como Mayo francés o Mayo del 68 a la cadena de protestas que se llevaron a cabo en Francia y, especialmente, en París durante los meses de mayo y junio de 1968.
Esta serie de protestas fue iniciada por grupos estudiantiles de izquierdas contrarios a la sociedad de consumo, a los que posteriormente se unieron grupos de obreros industriales y, finalmente y de forma menos entusiasta, los sindicatos y el Partido Comunista Francés.
Como resultado, tuvo lugar la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y posiblemente de Europa Occidental, secundada por más de 9 millones de trabajadores, estuvo vinculado con el movimiento hippie que se extendía entonces.
La magnitud de las protestas no había sido prevista por el gobierno francés, y puso contra las cuerdas al gobierno de Charles de Gaulle, que llegó a temer una insurrección de carácter revolucionario tras la extensión de la huelga general.
Sin embargo, la mayor parte de los sectores participantes en la protesta no llegaron a plantearse la toma del poder ni la insurrección abierta contra el Estado, y ni tan siquiera el Partido Comunista Francés llegó a considerar seriamente esa salida.
El grueso de las protestas finalizó cuando De Gaulle anunció las elecciones anticipadas que tuvieron lugar el 23 y 30 de junio.
Los sucesos de mayo y junio en Francia se encuadran dentro de una ola de protestas protagonizadas, principalmente, por sectores politizados de la juventud que recorrió el mundo durante 1968.
Estos sucesos se extendieron por la República Federal Alemana, Suiza, España, México, Argentina, Uruguay, Estados Unidos y Checoslovaquia.
“We accept you, one of us!
One of us!”
The Dreamers es una película dramática dirigida por Bernardo Bertolucci en el 2003 basada en la novela “The Holy Innocents” de Gilbert Adair, que fue también el guionista de la película.
Protagonizada por Michael Pitt, Louis Garrel, Eva Green, Robin Renucci, Anna Chancellor y Florian Cadiou.
El Mayo de 1968 fue el mes de los que creían que otro mundo era posible, el mes de las utopías, el de los soñadores.
Los vaticinios escritos por Aldous Huxley advertían de un planeta dominado por el consumo, la guitarra de Hendrix y las letras de The Doors se resistían a decir que había llegado el The End y las películas de Godard proponían una forma diferente de vivir y de hacer cine.
Estos son solo algunos nombres que formaban parte de la ‘mitología’ de los jóvenes ‘sesenteros’.
La filosofía que trasmitían estos artistas fue penetrando en la sociedad hasta formar parte del corpus ideológico de gran parte de ella.
Este hecho es fundamental para comprender las razones del por qué se dieron en diferentes partes del mundo (París, Praga, Ciudad de México), de manera casi sincronizada, acontecimientos revolucionarios, iniciados en la mayor parte de los casos por estudiantes universitarios de clase burguesa.
Una juventud mayoritariamente formada por estudiantes universitarios, insatisfecha por la sociedad en que están viviendo, plantea cambios sociales y políticos que desembocaron durante un mes en enfrentamientos muy duros con las instituciones políticas del momento.
The Dreamers echa la mirada conservadora de un joven americano Matthew (Pitt) cuando se enfrenta con sorpresa y rechazo a la relación semi-incestuosa de los dos hermanos, según cuentan en la novela en que se basa al parecer el incesto era más real, que lejos de ser algo desinhibido y sin prejuicios, parece más bien una relación enfermiza de dependencia psicológica, aunque termina por encariñarse con los dos.
Según he leído, Bertolucci ha aligerado en pantalla las insinuaciones incestuosas y sobre todo homosexuales, que quedan en unos breves rocecitos entre Theo (Louis Garrel) y el joven.
En The Dreamers hay desnudos, penes, masturbaciones... se bañan juntos todos y todo eso, pero en el fondo The Dreamers resulta algo mojigata.
Está todo muy controlado y medido; Matthew los ve juntos en la cama y desnudos, pero luego cuando hace el amor con ella ve que era virgen.
¿?
Los hermanos viven absorbidos por el cine, que es un referente continuo en The Dreamers y en sus vidas.
Incluso escenifican partes de películas y juegan a adivinar cuáles son; representan diálogos y bailes.
Matthew tiene las mismas inclinaciones aunque es bastante más realista, y les echa en cara su falta de madurez, esa relación de dependencia que decía antes.
Parece ponerse en relación ese mundo irreal del cine en que viven con su relación también un poco fantasiosa.
Son interesantes las conversaciones que mantiene con Theo, que es un revolucionario de salón, que admira a Mao pero desde su casa.
Es un burgués que recibe el cheque de papá y vive en una casa grandísima junto a su “hermana gemela” Isabelle (Eva Green)
Matthew le demuestra la falsedad de sus teorías.
En realidad, son todos muy conservadores.
No se ve el elemento realmente transgresor que podría haber inspirado la época del mayo del 68, la revolución y todo eso…
Hecho que pudo resultar aun más interesante.
The Dreamers refleja más bien la inocencia de los personajes, como la escena en que Theo prácticamente obliga al americano a acostarse con Isabelle.
The Dreamers se respira en todo momento ansias de pensamientos nuevos signados de rebeldía, pero insisto en que quedan diluidos detrás de la irracionalidad propuesta en esos juegos instintivos donde los jóvenes se convierten en esclavos de sus cuerpos y de sus sensaciones.
Lo mejor de The Dreamers a mi gusto, y lamentablemente, son las evocaciones que el director hace de películas de antaño, grandes clásicos que se rememoran con algunos fugaces fotogramas y que forman parte de un juego cinéfilo del trío, el juego de adivinar la película que hacen los protagonistas.
The Dreamers no solo es un tributo a la “nouvelle vague”, sino además del mejor cine de aquellos años.
Se ven numerosas semblanzas a realizadores clásicos:
Nicholas Ray, Howard Hawks, Orson Welles, Charles Chaplin, Ingmar Bergman, Francois Truffaut, el mismo Godard y muchos otros.
El trío cinéfilo de Theo, Isa y Mathew harán alarde de ese buen cine como parte de ellos mismos, en sus despreocupados días de mayo, que para el resto de Francia sería cualquier cosa menos un mes tranquilo.
Sin duda que The Dreamers es polémica y nos provoca con una escultural anatomía de Eva Green y con escenas bastantes subidas de tono, no obstante no quiero decir que The Dreamers no funcionó porque soy puritano de mente, sino que la verdad es que cuando la bajeza y la levedad del ser se apodera de las mentes no da lugar al desarrollo de pensamientos inteligentes, por ello me hubiera gustado una cinta que se aleje de ese trío de personajes para situarse en la agitación del momento, quizás allí hubiera estado la clave para que The Dreamers cause el impacto de documentar fidedignamente un interesante acontecimiento histórico y no simplemente reducirse en una anodina narración de un grupo de jóvenes que tenían la cabeza en sus genitales.
El marco en el que se desarrolla su amistad es un París desbordado por la corriente contestataria estudiantil.
Pero Bernardo Bertolucci no cae en la simple reconstrucción histórica del Mayo del 68, sino que encierra a sus tres personajes en un apartamento para realizar una recreación de las revoluciones “puertas a dentro” que se llevaron a cabo en dicha época.
Las transgresiones que se pueden observar en The Dreamers están más relacionadas con la ruptura generacional, los gustos artísticos o el sexo que con la lucha por los derechos de los trabajadores o la oposición a la guerra de Vietnam.
A pesar de ello Isabelle, Theo e incluso el aparentemente más ingenuo Matthew son personajes que desprenden una apabullante vitalidad, una forma diferente de lucha, producto de las revoluciones llevadas a cabo por los artistas que adoran y que se muestran a día de hoy como uno de los pocos triunfos que se cosecharon en esa década para combatir contra lo que Cortázar definía como:
"La muerte climatizada del estado del bienestar"
La conclusión final de The Dreamers podría quedar reflejada en el diálogo mantenido por el padre y el hijo en la cocina.
Es decir, The Dreamers trata en último término del despertar a la realidad, del paso de la adolescencia a la madurez, del desarrollo psicológico y emocional de toda persona durante su juventud hasta formar un producto definitivo: el ser humano adulto; y también es oportuna, aunque demasiado obvia, la defensa que hace Matthew al final de The Dreamers de que la lucha ha de ser con el intelecto, y no con las armas.
The Dreamers atrapa al espectador porque es una obra que tiene en sus cimientos la pasión que se siente por algunas cosas cuando se es joven.
Pasión que con el paso del tiempo puede verse como la culpable de comportamientos erróneos o vergonzantes.
Pero como sugiere Edith Piaf en la canción que cierra The Dreamers:
“Non, rien de rien.
Non, je ne regrette rien”
Los años 60 en Francia, al igual que en el resto de occidente, fueron una época de acelerados cambios culturales.
La época estaba caracterizada por la aceleración del éxodo rural y el surgimiento de la sociedad de consumo, cada vez más influida por los medios masivos de comunicación (mass media) que generalizaban la cultura de masas.
Es además en los años 60 cuando los jóvenes se convierten en una categoría socio-cultural logrando su reconocimiento como un actor social que establece procesos de adscripción y diferenciación entre sus opciones y las de los adultos.
Estos procesos se desarrollan a través de las subculturas juveniles nacidas a partir de finales de los años 1950, dentro de movimientos contraculturales como la cultura underground y los movimientos beatnik e hippie.
Esta juventud tenía sus propios ídolos musicales como los Beatles, Rolling Stones, cantautores como Bob Dylan y Léo Ferré, etc.
Muchos de estos movimientos cuestionaron y criticaron el estilo de vida plástico ofrecido por el mercado de consumo y la organización capitalista de la posguerra.
Así se le conoce como Mayo francés o Mayo del 68 a la cadena de protestas que se llevaron a cabo en Francia y, especialmente, en París durante los meses de mayo y junio de 1968.
Esta serie de protestas fue iniciada por grupos estudiantiles de izquierdas contrarios a la sociedad de consumo, a los que posteriormente se unieron grupos de obreros industriales y, finalmente y de forma menos entusiasta, los sindicatos y el Partido Comunista Francés.
Como resultado, tuvo lugar la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y posiblemente de Europa Occidental, secundada por más de 9 millones de trabajadores, estuvo vinculado con el movimiento hippie que se extendía entonces.
La magnitud de las protestas no había sido prevista por el gobierno francés, y puso contra las cuerdas al gobierno de Charles de Gaulle, que llegó a temer una insurrección de carácter revolucionario tras la extensión de la huelga general.
Sin embargo, la mayor parte de los sectores participantes en la protesta no llegaron a plantearse la toma del poder ni la insurrección abierta contra el Estado, y ni tan siquiera el Partido Comunista Francés llegó a considerar seriamente esa salida.
El grueso de las protestas finalizó cuando De Gaulle anunció las elecciones anticipadas que tuvieron lugar el 23 y 30 de junio.
Los sucesos de mayo y junio en Francia se encuadran dentro de una ola de protestas protagonizadas, principalmente, por sectores politizados de la juventud que recorrió el mundo durante 1968.
Estos sucesos se extendieron por la República Federal Alemana, Suiza, España, México, Argentina, Uruguay, Estados Unidos y Checoslovaquia.
“We accept you, one of us!
One of us!”
The Dreamers es una película dramática dirigida por Bernardo Bertolucci en el 2003 basada en la novela “The Holy Innocents” de Gilbert Adair, que fue también el guionista de la película.
Protagonizada por Michael Pitt, Louis Garrel, Eva Green, Robin Renucci, Anna Chancellor y Florian Cadiou.
El Mayo de 1968 fue el mes de los que creían que otro mundo era posible, el mes de las utopías, el de los soñadores.
Los vaticinios escritos por Aldous Huxley advertían de un planeta dominado por el consumo, la guitarra de Hendrix y las letras de The Doors se resistían a decir que había llegado el The End y las películas de Godard proponían una forma diferente de vivir y de hacer cine.
Estos son solo algunos nombres que formaban parte de la ‘mitología’ de los jóvenes ‘sesenteros’.
La filosofía que trasmitían estos artistas fue penetrando en la sociedad hasta formar parte del corpus ideológico de gran parte de ella.
Este hecho es fundamental para comprender las razones del por qué se dieron en diferentes partes del mundo (París, Praga, Ciudad de México), de manera casi sincronizada, acontecimientos revolucionarios, iniciados en la mayor parte de los casos por estudiantes universitarios de clase burguesa.
Una juventud mayoritariamente formada por estudiantes universitarios, insatisfecha por la sociedad en que están viviendo, plantea cambios sociales y políticos que desembocaron durante un mes en enfrentamientos muy duros con las instituciones políticas del momento.
The Dreamers echa la mirada conservadora de un joven americano Matthew (Pitt) cuando se enfrenta con sorpresa y rechazo a la relación semi-incestuosa de los dos hermanos, según cuentan en la novela en que se basa al parecer el incesto era más real, que lejos de ser algo desinhibido y sin prejuicios, parece más bien una relación enfermiza de dependencia psicológica, aunque termina por encariñarse con los dos.
Según he leído, Bertolucci ha aligerado en pantalla las insinuaciones incestuosas y sobre todo homosexuales, que quedan en unos breves rocecitos entre Theo (Louis Garrel) y el joven.
En The Dreamers hay desnudos, penes, masturbaciones... se bañan juntos todos y todo eso, pero en el fondo The Dreamers resulta algo mojigata.
Está todo muy controlado y medido; Matthew los ve juntos en la cama y desnudos, pero luego cuando hace el amor con ella ve que era virgen.
¿?
Los hermanos viven absorbidos por el cine, que es un referente continuo en The Dreamers y en sus vidas.
Incluso escenifican partes de películas y juegan a adivinar cuáles son; representan diálogos y bailes.
Matthew tiene las mismas inclinaciones aunque es bastante más realista, y les echa en cara su falta de madurez, esa relación de dependencia que decía antes.
Parece ponerse en relación ese mundo irreal del cine en que viven con su relación también un poco fantasiosa.
Son interesantes las conversaciones que mantiene con Theo, que es un revolucionario de salón, que admira a Mao pero desde su casa.
Es un burgués que recibe el cheque de papá y vive en una casa grandísima junto a su “hermana gemela” Isabelle (Eva Green)
Matthew le demuestra la falsedad de sus teorías.
En realidad, son todos muy conservadores.
No se ve el elemento realmente transgresor que podría haber inspirado la época del mayo del 68, la revolución y todo eso…
Hecho que pudo resultar aun más interesante.
The Dreamers refleja más bien la inocencia de los personajes, como la escena en que Theo prácticamente obliga al americano a acostarse con Isabelle.
The Dreamers se respira en todo momento ansias de pensamientos nuevos signados de rebeldía, pero insisto en que quedan diluidos detrás de la irracionalidad propuesta en esos juegos instintivos donde los jóvenes se convierten en esclavos de sus cuerpos y de sus sensaciones.
Lo mejor de The Dreamers a mi gusto, y lamentablemente, son las evocaciones que el director hace de películas de antaño, grandes clásicos que se rememoran con algunos fugaces fotogramas y que forman parte de un juego cinéfilo del trío, el juego de adivinar la película que hacen los protagonistas.
The Dreamers no solo es un tributo a la “nouvelle vague”, sino además del mejor cine de aquellos años.
Se ven numerosas semblanzas a realizadores clásicos:
Nicholas Ray, Howard Hawks, Orson Welles, Charles Chaplin, Ingmar Bergman, Francois Truffaut, el mismo Godard y muchos otros.
El trío cinéfilo de Theo, Isa y Mathew harán alarde de ese buen cine como parte de ellos mismos, en sus despreocupados días de mayo, que para el resto de Francia sería cualquier cosa menos un mes tranquilo.
Sin duda que The Dreamers es polémica y nos provoca con una escultural anatomía de Eva Green y con escenas bastantes subidas de tono, no obstante no quiero decir que The Dreamers no funcionó porque soy puritano de mente, sino que la verdad es que cuando la bajeza y la levedad del ser se apodera de las mentes no da lugar al desarrollo de pensamientos inteligentes, por ello me hubiera gustado una cinta que se aleje de ese trío de personajes para situarse en la agitación del momento, quizás allí hubiera estado la clave para que The Dreamers cause el impacto de documentar fidedignamente un interesante acontecimiento histórico y no simplemente reducirse en una anodina narración de un grupo de jóvenes que tenían la cabeza en sus genitales.
El marco en el que se desarrolla su amistad es un París desbordado por la corriente contestataria estudiantil.
Pero Bernardo Bertolucci no cae en la simple reconstrucción histórica del Mayo del 68, sino que encierra a sus tres personajes en un apartamento para realizar una recreación de las revoluciones “puertas a dentro” que se llevaron a cabo en dicha época.
Las transgresiones que se pueden observar en The Dreamers están más relacionadas con la ruptura generacional, los gustos artísticos o el sexo que con la lucha por los derechos de los trabajadores o la oposición a la guerra de Vietnam.
A pesar de ello Isabelle, Theo e incluso el aparentemente más ingenuo Matthew son personajes que desprenden una apabullante vitalidad, una forma diferente de lucha, producto de las revoluciones llevadas a cabo por los artistas que adoran y que se muestran a día de hoy como uno de los pocos triunfos que se cosecharon en esa década para combatir contra lo que Cortázar definía como:
"La muerte climatizada del estado del bienestar"
La conclusión final de The Dreamers podría quedar reflejada en el diálogo mantenido por el padre y el hijo en la cocina.
Es decir, The Dreamers trata en último término del despertar a la realidad, del paso de la adolescencia a la madurez, del desarrollo psicológico y emocional de toda persona durante su juventud hasta formar un producto definitivo: el ser humano adulto; y también es oportuna, aunque demasiado obvia, la defensa que hace Matthew al final de The Dreamers de que la lucha ha de ser con el intelecto, y no con las armas.
The Dreamers atrapa al espectador porque es una obra que tiene en sus cimientos la pasión que se siente por algunas cosas cuando se es joven.
Pasión que con el paso del tiempo puede verse como la culpable de comportamientos erróneos o vergonzantes.
Pero como sugiere Edith Piaf en la canción que cierra The Dreamers:
“Non, rien de rien.
Non, je ne regrette rien”
Me encantó este analisis aunque sobra la mención al cuerpo de Eva Green, dijiste que no era necesario tanto "desnudo" (por decirlo mas facil) pero al final a mi opinión ése era el punto de la pelicula, la distracción.
ResponderBorrarMe encanto el analisis coincido en casi todo deberia haberse llevado mas a la politica , pero mas entretenida iba a ser los jovenes sus cabezas en esos momentos tal cual.Creo q eso cierra todo ahora lo del desnudo es fuerte aclaro yo era chiquita cuando la vi por primera vez"🤣🤣🤣🤣 me acorde no se por q?.fue mi primera pelicula de desnudo no lo puedo creer Creo q al final sera q la pense por el lado del "AMOR y la PAZ" sera por eso?y la GUERRA? A mi no me gustan las guerras creo q a la gente no le gusta ser oprimidas por masas y con mentiras y violaciones a los derechos humanos cuando todo esta en hacer las cosas q nos gautan,las porquerias de siempre el consumo en que nos basamos,al sistema capitalista exageradamente
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