Kaboom
“You meet some guy on a nude beach and after five minutes you're downloading his hard drive in the back of a van.
You're a slut”
Frente a la crisis actual, la incertidumbre generalizada, frente al futuro o las previsiones pesimistas e insistentes de todos los analistas, que no anticiparon lo que se nos venía encima pero ahora están seguros de que tardaremos siglos en recuperarnos, no sabemos a ciencia cierta a donde vamos a parar…
Incertidumbre en todos los escenarios, incluido el cine…
“The guy sounds like a fucking asstard”
Kaboom es una película de ciencia ficción 2010, escrita y dirigida por Gregg Araki.
Kaboom está protagonizada por Thomas Dekker, Juno Temple, Haley Bennett, James Duval, Andy Fischer-Price, Brandy Futch, Nicole LaLiberte, Natalie Alyn Lind, Kelly Lynch, Brennan Mejia, Carlo Mendez, Roxane Mesquida y Jason Olive.
Kaboom es una historia del despertar sexual de un grupo de estudiantes universitarios.
Kaboom comienza como la típica comedia universitaria alocada, nunca mejor dicho, pero cambia de tono, y según avanza, se acerca a lo fantástico con secta malvada incluida, persecuciones y secuestros, hasta llegar a la completa y total destrucción de la tierra.
Kaboom es la onomatopeya que designa el ruido de una gran explosión en los “cartoon network” norteamericanos y esa es la sensación que percibe el espectador al ver Kaboom.
Todo comienza por un sueño recurrente del protagonista:
Un largo pasillo, una pelirroja, una puerta cerrada y… un cubo de la basura.
Es cierto que el protagonista (Smith) tiene 18 años, toma drogas con frecuencia en las fiestas sin fin de la universidad, se pasea por el campus con su mejor amiga lesbiana y aunque se acuesta con una rubia, no le importaría tener sexo con su compañero de apartamento, un rubio tipo surf playero y sin ninguna neurona en el cerebro.
Todo esto se acompaña con una irresistible estética que lo invade todo, un reparto joven, bueno y bello, un abuso deliciosamente ingenuo del sexo, una banda sonora que acompaña de gran manera el desarrollo del guión y un toque humor maliciosamente infantil.
El director Gregg Araki actualiza el cuento de hadas mezclándolo con una buena dosis de psicotrópicos.
El paso de la juventud a la edad adulta, la ausencia de los padres, la confusión de sentimientos, la indefinición sexual y la sensación de apocalipsis van pasando ante nuestros otros bajo toda la gama de colores existentes en el arcoíris.
Y como siempre nos tiene acostumbrados el director, y también autor del guión, Kaboom contiene frases y réplicas tan bien escritas que hacen reírte a carcajadas.
Y curiosamente, Araki al final de los créditos dé las gracias a John Waters, ya nos marca por qué senderos orienta su humor.
Eso sí, en Kaboom algunas cosas se han caído por el camino:
Los estupefacientes por doquier y la violencia gore, pero continúa en su idea de jóvenes confusos y polisexuales, que huyen de las fáciles etiquetas y las divisiones entre gays y heteros.
Pero permanecen igual de confusos y errantes, y el escepticismo negativo sobre el mundo está tratado con una distancia satírica.
Casi, casi Kaboom es un anarquismo de diseño, superficial y externo, que se salva por la vía corrosiva del humor.
Es decir, hay conciencia y voluntad.
No es que a Araki se le escape la profundidad, sino que nunca la busca.
Como decimos, si bien los personajes hablan “tonterías” y practican mucho sexo, el atrevimiento está controlado en lo que se refiere a la explicitud visual.
Es que Kaboom no es un filme de suspense pero tiene escenas inquietantes, no es un filme de terror, pero tiene brujas, no es un filme de enredos juveniles pero se desarrolla saltando entre las copulaciones sexuales de sus protagonistas, no es un filme apocalíptico pero podría serlo, no tiene moraleja pero si sorpresa…
Por otra parte, considero que muchos como yo, no logramos entender si toda la complejidad de la trama se debe pura y exclusivamente a la locura del autor, si todo forma parte de una cínica metáfora sobre la sexualidad adolescente o si realmente es algo serio como parece darlo a entender la escena final.
Dentro de ellos también hay otras interpretaciones más pequeñas, como si la locura es innata o forzada, si la metáfora sobre la sexualidad adolescente es un modo de concebir el placer como una bomba a punto de estallar o habla de un corazón que late fuertemente por los nervios; y por último, si es realmente serio, queda saber si hay un mensaje político (Tercera Guerra Mundial), religioso (Las Sectas Del Nuevo Orden) u otro mensaje encubierto.
Me voy a quedar con una idea, que es la que más soluciones me da frente a este gran problema:
Kaboom desmitifica la sexualidad, la convierte en algo tangible y concreto, da nombre y apellido a la causa de cada sentimiento expresado, se va volviendo cada vez más compleja a la medida que el personaje descubre cosas ocultas, les quita las máscaras a aquellos que constituyen una presión y las ubica como victimarios de una persecución que no es más que una idea abstracta causada por una catarata de sensaciones a punto de explotar.
Pero aun así me queda una pregunta, y es simple:
¿Hasta qué punto es necesario construir una historia fantástica de este tamaño, con un objetivo tan pequeño?
Lo que más me inquieta de Kaboom, es que pese a todo me haga sentir cierta tensión.
Realmente siento que el final está cerca y veo venir el peligro, como los personajes, no soy el "hijo elegido" pero me siento próximo a serlo.
Pese a ser Kaboom un absurdo total, los miedos atraviesan la pantalla, y acaba por convertirse en una película de terror de ciencia ficción, de esas con tintes eróticos y unos divertidísimos diálogos que, para echar más leña al fuego, hace que sus protagonistas sean homosexuales.
Para hablar de liberación, qué mejor que hablar de personas posiblemente inhibidas.
En definitiva, una vez más Araki hace lo que quiere y como siempre, le sale bien.
Sencillamente, el director no le tiene miedo a nada.
Acaso pueda parecer un poco exagerado todo esto o demasiado complicado, pero quién no tiene, hoy por hoy, la sensación de que finaliza una época.
Al final puede que Gregg Araki tenga razón.
“Next to putting a dick in your mouth with Lady Gaga playing in the background, that's about as gay as it gets”
You're a slut”
Frente a la crisis actual, la incertidumbre generalizada, frente al futuro o las previsiones pesimistas e insistentes de todos los analistas, que no anticiparon lo que se nos venía encima pero ahora están seguros de que tardaremos siglos en recuperarnos, no sabemos a ciencia cierta a donde vamos a parar…
Incertidumbre en todos los escenarios, incluido el cine…
“The guy sounds like a fucking asstard”
Kaboom es una película de ciencia ficción 2010, escrita y dirigida por Gregg Araki.
Kaboom está protagonizada por Thomas Dekker, Juno Temple, Haley Bennett, James Duval, Andy Fischer-Price, Brandy Futch, Nicole LaLiberte, Natalie Alyn Lind, Kelly Lynch, Brennan Mejia, Carlo Mendez, Roxane Mesquida y Jason Olive.
Kaboom es una historia del despertar sexual de un grupo de estudiantes universitarios.
Kaboom comienza como la típica comedia universitaria alocada, nunca mejor dicho, pero cambia de tono, y según avanza, se acerca a lo fantástico con secta malvada incluida, persecuciones y secuestros, hasta llegar a la completa y total destrucción de la tierra.
Kaboom es la onomatopeya que designa el ruido de una gran explosión en los “cartoon network” norteamericanos y esa es la sensación que percibe el espectador al ver Kaboom.
Todo comienza por un sueño recurrente del protagonista:
Un largo pasillo, una pelirroja, una puerta cerrada y… un cubo de la basura.
Es cierto que el protagonista (Smith) tiene 18 años, toma drogas con frecuencia en las fiestas sin fin de la universidad, se pasea por el campus con su mejor amiga lesbiana y aunque se acuesta con una rubia, no le importaría tener sexo con su compañero de apartamento, un rubio tipo surf playero y sin ninguna neurona en el cerebro.
Todo esto se acompaña con una irresistible estética que lo invade todo, un reparto joven, bueno y bello, un abuso deliciosamente ingenuo del sexo, una banda sonora que acompaña de gran manera el desarrollo del guión y un toque humor maliciosamente infantil.
El director Gregg Araki actualiza el cuento de hadas mezclándolo con una buena dosis de psicotrópicos.
El paso de la juventud a la edad adulta, la ausencia de los padres, la confusión de sentimientos, la indefinición sexual y la sensación de apocalipsis van pasando ante nuestros otros bajo toda la gama de colores existentes en el arcoíris.
Y como siempre nos tiene acostumbrados el director, y también autor del guión, Kaboom contiene frases y réplicas tan bien escritas que hacen reírte a carcajadas.
Y curiosamente, Araki al final de los créditos dé las gracias a John Waters, ya nos marca por qué senderos orienta su humor.
Eso sí, en Kaboom algunas cosas se han caído por el camino:
Los estupefacientes por doquier y la violencia gore, pero continúa en su idea de jóvenes confusos y polisexuales, que huyen de las fáciles etiquetas y las divisiones entre gays y heteros.
Pero permanecen igual de confusos y errantes, y el escepticismo negativo sobre el mundo está tratado con una distancia satírica.
Casi, casi Kaboom es un anarquismo de diseño, superficial y externo, que se salva por la vía corrosiva del humor.
Es decir, hay conciencia y voluntad.
No es que a Araki se le escape la profundidad, sino que nunca la busca.
Como decimos, si bien los personajes hablan “tonterías” y practican mucho sexo, el atrevimiento está controlado en lo que se refiere a la explicitud visual.
Es que Kaboom no es un filme de suspense pero tiene escenas inquietantes, no es un filme de terror, pero tiene brujas, no es un filme de enredos juveniles pero se desarrolla saltando entre las copulaciones sexuales de sus protagonistas, no es un filme apocalíptico pero podría serlo, no tiene moraleja pero si sorpresa…
Por otra parte, considero que muchos como yo, no logramos entender si toda la complejidad de la trama se debe pura y exclusivamente a la locura del autor, si todo forma parte de una cínica metáfora sobre la sexualidad adolescente o si realmente es algo serio como parece darlo a entender la escena final.
Dentro de ellos también hay otras interpretaciones más pequeñas, como si la locura es innata o forzada, si la metáfora sobre la sexualidad adolescente es un modo de concebir el placer como una bomba a punto de estallar o habla de un corazón que late fuertemente por los nervios; y por último, si es realmente serio, queda saber si hay un mensaje político (Tercera Guerra Mundial), religioso (Las Sectas Del Nuevo Orden) u otro mensaje encubierto.
Me voy a quedar con una idea, que es la que más soluciones me da frente a este gran problema:
Kaboom desmitifica la sexualidad, la convierte en algo tangible y concreto, da nombre y apellido a la causa de cada sentimiento expresado, se va volviendo cada vez más compleja a la medida que el personaje descubre cosas ocultas, les quita las máscaras a aquellos que constituyen una presión y las ubica como victimarios de una persecución que no es más que una idea abstracta causada por una catarata de sensaciones a punto de explotar.
Pero aun así me queda una pregunta, y es simple:
¿Hasta qué punto es necesario construir una historia fantástica de este tamaño, con un objetivo tan pequeño?
Lo que más me inquieta de Kaboom, es que pese a todo me haga sentir cierta tensión.
Realmente siento que el final está cerca y veo venir el peligro, como los personajes, no soy el "hijo elegido" pero me siento próximo a serlo.
Pese a ser Kaboom un absurdo total, los miedos atraviesan la pantalla, y acaba por convertirse en una película de terror de ciencia ficción, de esas con tintes eróticos y unos divertidísimos diálogos que, para echar más leña al fuego, hace que sus protagonistas sean homosexuales.
Para hablar de liberación, qué mejor que hablar de personas posiblemente inhibidas.
En definitiva, una vez más Araki hace lo que quiere y como siempre, le sale bien.
Sencillamente, el director no le tiene miedo a nada.
Acaso pueda parecer un poco exagerado todo esto o demasiado complicado, pero quién no tiene, hoy por hoy, la sensación de que finaliza una época.
Al final puede que Gregg Araki tenga razón.
“Next to putting a dick in your mouth with Lady Gaga playing in the background, that's about as gay as it gets”
Hola, me gusta mucho tu blog, se nota que eres un buen cinéfilo. Ya he leído varios de tus posts y de hecho coincidimos en varias películas. Justo ahora estoy comentando en mi blog la película The Talented Mr. Ripley (Kaboom la comenté hace unos meses).
ResponderBorrarSaludos.
www.artbyarion.blogspot.com
Muchas gracias Arion, tengo años viendo cine, desde que era muy pequeño; y mi parte crítica la comencé con mis estudios universitarios.
ResponderBorrarGracias por comentar mi blog y me alegra que te gusten algunas de mis lecturas.
De nuevo, Muchas gracias