The Incredibles
“Every Super has a secret identity; I don't know a single one who doesn't.
I mean, who wants the pressure of being super all the time?”
Es oportuno que mientras Disney atraviesa por un período de crisis creativa y financiera pueda echar mano de la inmensa creatividad de Pixar, su estudio asociado.
Pixar es la mejor empresa de cine de animación de la actualidad, creo que de eso no cabe duda, ya que han sabido cómo hacer un cine que no se olvida ni de adultos ni de pequeños y sobretodo un cine que no toma por idiota a ninguna de las dos partes.
No queda claro lo serio que es el negocio de las películas infantiles hasta que uno comienza a mirar más allá de ellas, hacia la pléyade de actividades y negocios que se generan a su alrededor:
Los juguetes asociados, los contratos con cadenas de comida, con empresas de multimedia y medios de prensa generan un panorama de por sí complejo, donde el producto puede quedar escondido entre tanto acuerdo y compromiso.
La otra razón es puramente artística:
El tremendo piso económico de Pixar ha contribuido a que sus productos posean una voluntad para abrazar el riesgo, la solidez y la belleza de un modo que se echaba de menos desde los mismísimos días del tío Walt.
El público parece haber entendido a cabalidad su estilo y pasión por narrar, cualidades con un nivel de madurez que a lo mejor ya no descoloca.
“We're superheroes.
What could happen?”
The Incredibles es la 6ª película animada de Pixar Animation Studios, y la primera con un reparto enteramente compuesto por personajes “humanos”
La película fue escrita y dirigida por Brad Bird y cuenta con las voces de Craig T. Nelson, Holly Hunter, Eli Fucile, Maeve Andrews, Samuel L. Jackson, Brad Bird, Elizabeth Peña, Spencer Fox, Sarah Vowell, Jason Lee y John Ratzenberger.
The Incredibles ganó 2 premios Óscar de la academia de cine norteamericana a la mejor película de animación y mejor edición de sonido del año 2004, y también obtuvo nominaciones como mejor guión original y mejor sonido.
Inicialmente The Incredibles fue concebida como una película de animación convencional para la compañía Warner Bros, pero ésta clausuró su división de animación.
Por tanto, Brad Bird fue contratado entonces por Pixar para desarrollar allí el proyecto.
The Incredibles es, en buena medida, una aproximación doméstica al mundo de los superhéroes, en donde la sitcom familiar convive en perfecta armonía con el cómic, lo fantástico, la ciencia-ficción y el género de espías.
Si algo tiene de original The Incredibles, y no son pocos los detalles originales que tiene, es que el protagonista no está condenado a la soledad.
Al contrario, vamos a tener la ocasión de presenciar su vida familiar hasta la saciedad.
The Incredibles comienza como una parodia del género superheróico.
Pero allá por la mitad se convierte en un ejemplo más de lo parodiado.
The Incredibles gira cuando un matrimonio de superhéroes decide dar por finalizado su trabajo salvando el mundo, para centrarse en su familia.
Años después, el marido, antes apodado Mr. Incredible, recibe la tentativa de volver a sus buenos años.
La acepta, aunque a escondidas de su mujer y sus hijos.
El engaño durará poco.
Cuando los demás se den cuentan no solo será momento de ponerse los trajes, sino también de rescatar a Mr. Incredible, que ha sido atrapado por un joven villano al que, años antes, no había sido aceptado para luchar a su lado.
La labor del equipo de animación generada por ordenador dota a The Incredibles de una factura visual irreprochable.
Tanto los escenarios urbanos, con claros toques retro, y otros ambientes naturales, donde el agua y la vegetación permiten a los artistas lucirse en su juego, gozan de un grado de verosimilitud que se repite, con similar detalle y esmero, en los movimientos, gestos y texturas que revisten a los caracteres humanos, en cuyas fisonomías no prima tanto el dibujo realista como la siempre efectiva caricatura.
También son especialmente reseñables las proyecciones de luces y sombras que, por su minucioso ajuste a cada escena, dan la impresión de responder a un trabajo de fotografía tradicional.
Pero si esta espectacular carcasa formal cobra plena vida es gracias al respaldo de un ingenioso guión, cargado de emoción y sensibilidad, que con unos diálogos chispeantes, constantes invitaciones al humor y situaciones sorpresivas, ayudan a conformar unos personajes muy apreciables que rebosan carisma, entre los secundarios de lujo, no tiene desperdicio Edna Mode, la diseñadora de supertrajes inspirado en la actriz Linda Hunt y la diseñadora de vestuario para cine Edith Head.
“Supermodels--ha!
Nothing "super" about them.
Spoiled, stupid little stick-figures with poofy lips who think only about themselves.
FEH!
I used to design for gods!”
Por primera vez en mucho tiempo vemos personajes motivados, con un pasado que conocemos y que nos permite comprender cómo se enfrentan a sus problemas y responden ante ellos.
Mucho más allá, a pesar de ser una familia de superhéroes de animación con unas quijadas enormes, permite al espectador identificarse con ellos:
Craig T. Nelson/Bob Parr/Mr. Incredible:
Es el padre de familia anteriormente superhéroe, dejó su profesión debido a demandas hechas por ciudadanos, luego se dedicó a ser vendedor de seguros, padre de 3 hijos, su fortaleza es la súper fuerza.
Este siempre quiso revivir sus días de gloria, los cuales pronto llevaron a problemas.
Tiene el pelo rubio, en su juventud fue delgado y musculoso; y ahora esta gordo y sin el atractivo físico políticamente correcto.
Holly Hunter/Helen Parr/Elastigirl/Mrs. Incredible:
Es la esposa de Mr. Incredible, se presenta como una superheroína flexible que es capaz de estirarse hasta 30 m.
Más adelante, se casa con Mr. Incredible, tomando su apellido, y teniendo tres niños: Violet, Dash y Jack-Jack.
Elastigirl como ama de casa tiene un ingenio agudo y cuida del bienestar de su familia, evitando además que nadie descubra que son superhéroes.
Como heroína, siempre logra mantenerse calmada aun cuando hay peligro.
Tiene el pelo castaño rojizo y los ojos color café, es de constitución delgada y ancha de caderas (robusta)
En sus días de gloria de superheroína, tiene cabello largo y una figura de “renacuajo”
Sus curvas se volvieron más robustas debido a los 15 años de inactividad forzada.
Samuel L. Jackson/Lucius Best/Frozone:
Es un superhéroe retirado, amigo de Bob Parr.
Su poder es crear hielo a partir de la humedad del ambiente.
Se adaptó con facilidad a su nueva vida cuando los superhéroes quedaron prohibidos.
Se casó con una mujer “normal”, es de raza negra, tiene una fina barba candado y es delgado.
El personaje de Frozone está basado en el patinador de velocidad sobre hielo, el afroamericano Shani Davis quien se convirtió en el primer atleta negro en ganar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos de Invierno.
Sarah Vowell/Violet Parr:
Es la primera niña de Mr. y Mrs. Incredible, tiene el pelo negroazulado con los ojos negros.
Tiene el poder de hacerse invisible y crear campos de fuerza.
Al principio se muestra como una típica adolescente tímida, aparte que no sabe hacer bien campos de fuerza, pero, luego empieza a ganar confianza a si misma desde el momento en que se recogió el cabello y se vuelve mucho más fuerte.
Siente atracción por un compañero de su clase y el también a ella cuando finaliza la película.
Spencer Fox/Dashiell Robert "Dash" Parr:
Es el segundo hijo de Mr. y Mrs. Incredible, es rubio y con pecas en el rostro.
Tiene el poder de la velocidad, además también descubrió que es capaz de correr en el agua.
Es un niño activo y siempre trae problemas en su colegio.
Le gusta el atletismo, pero debido a sus poderes le es difícil controlarse para no parecer fuera de lo normal.
Eli Fucile & Maeve Andrews/Jack-Jack Parr:
Es el tercer hijo de Mr. y Mrs. Incredible, solo tiene una punta de pelo, tiene el poder de transformarse dependiendo de sus emociones, esto es notable cuando Syndrome roba a Jack-Jack.
Se convierte en fuego, después en hierro y luego se convierte en un demonio con mucha fuerza.
En el corto de pixar "Jack-Jack Attack" muestra todo lo que tuvo que pasar Kari al cuidar a Jack Jack mientras su madre no estaba, y muestra que el bebe tiene muchos más poderes, como teletrasportación y rayos.
Estas habilidades de Jack-Jack pueden ser producto de una etapa de definición en la que el bebe aun no tiene bien definido cuáles serán sus superpoderes.
Los poderes hacen referencia a varios clásicos mayoritariamente de Marvel:
La elasticidad de Elastigirl, el poder de invisibilidad y campos de fuerza de Violet hace referencia a los Cuatro Fantásticos.
La híper velocidad de Dash hace referencia a Flash y la fuerza de Mr. Incredible hace referencia a Hulk, aunque también a Superman, y también a Batman, ya que Mr. Incredible se transporta en un auto negro tecnológico como el Batmóvil, y el poder congelante de Frozone al Hombre de Hielo de los X-Men.
Mirage, a pesar de no tener superpoderes, también guarda cierto parecido en su físico con Storm de los X-Men.
“Dash, remember what Mom said.
Dash, run.
Run!”
The Incredibles transcurre en un mundo de superhéroes, pero uno muy distinto al de Batman y Spiderman, ya no hay súper vigilantes en las calles, el gobierno los sacó de circulación años atrás por sus reiterados daños a la propiedad privada, rescates no deseados y demandas interpuestas por oportunistas.
Digamos que la única “gente excepcional” que va quedando está obligada a vivir vidas comunes, escondidas en la multitud, protegiéndose de sus propios poderes.
Mr. Incredible, Elastigirl y toda la pléyade de superhéroes que pueblan el mundo, el Primer Mundo naturalmente, de pronto se ven envueltos en innumerables demandas.
Un suicida reclama lo indemnicen por haberse luxado el cuello mientras Mr. Incredible lo salvaba de la muerte:
"Yo no pedí que me salvaran…" le grita el fallido occiso a un desconsolado Mr. Incredible, del cual pretende una indemnización millonaria.
Lo mismo se repite con los demás.
Esto sucede como una furiosa sátira de la manía de judicializar la vida moderna.
Es muy graciosa la secuencia que imita una cobertura de prensa de los años 70 en la que el Estado decide prohibir las superacciones por razones presupuestarias, ya no puede pagar más indemnizaciones, y reasignarles nuevas identidades bajo promesa de vivir "normalmente"
La premisa recuerda a las juveniles angustias de Peter Parker quien vivía atormentado por la mala fama que la prensa le daba al Hombre Araña, su otro yo; pero al menos Peter, en esa época, estaba soltero.
Bob Parr, ex Mr. Incredible, tiene que mantener con sueldo de empleado a una esposa y 3 hijos, todos con sus respectivos poderes.
Canoso y pasado de peso, el tipo posee fuerza e ingenio excepcionales y sin embargo se deja dominar por un jefe tirano y maneja un auto a punto de colapsar.
Parr vive en un mundo en el que Homero Simpson se siente a sus anchas, pero donde él luce tan infeliz como un quijote.
Bird y su equipo se mueven como peces en el agua en el mundo de estos súper humanos reducidos a criaturas de suburbio y en el que es más fácil limpiar las calles de criminales que tener una buena relación con la señora.
Los superniños también tienen sus conflictos.
¿Por qué no podemos usar nuestros superpoderes?
Bueno, intenta explicar la mamá, todos somos extraordinarios de algún modo.
Lo cual significa que no hay nadie extraordinario... responde con "extraordinario" sentido común el niño.
¡Terrible sátira al igualitarismo!
Y más sobre el final, dos hombres maduros se felicitan del regreso de los superhéroes al viejo estilo.
Algo más que nostalgia, según nos parece.
Claro que hasta la súper-paciencia de Mr. Incredible tiene un límite: sin pega y desesperado por acción, el tipo acepta una misión ofrecida por un extraño.
Evidente que el asunto huele a podrido, pero el deseo de ponerse el traje puede más…
A partir de ahí la carga energética de la historia se intensifica de modo exponencial.
Queda la sensación de que no se está viendo una sola película sino varias:
Una fábula sobre la recuperación de la virilidad, como son casi todas las historias de héroes envejecidos; un sentido homenaje a la tradición del cómic; la extraña reimaginación de una conservadora Norteamérica, que posee elementos de los 50, 60 y 70, pero totalmente adormecidos, sin tensión alguna.
Y, por cierto, el permanente recordatorio de que estamos viendo una cinta para la familia, en último término son los hijos y la señora de Mr. Incredible quienes se toman el filme por asalto y lo separan para siempre del mito circular del héroe solitario que está puesto ahí sólo para contener al mismo grupo de archienemigos, una y otra vez.
“No matter how many times you save the world, it always manages to get back in jeopardy again!
Sometimes I just want it to stay saved, you know?
For a little bit.
I feel like the maid:
I just cleaned up this mess!
Can we keep it clean for, for 10 minutes?!
Please?!”
Pero también, en The Incredibles, subyace una lectura mucho más humanista de la película, pues la moralina, que todas la tienen, pasa por una denuncia de la conjura de los necios en la que todos vivimos.
Contrariamente a lo que el contexto indica, se trata de una familia "muy normal", demasiado normal para estos tiempos.
Casados en primeras nupcias, por iglesia, fieles y con tres hijos, ama de casa la mamá, que usa toda su "elasticidad" para atender al bebé y separar a sus otros dos hijos, un adolescente y un preadolescente en las habituales riñas entre hermanos, hombre de su casa el papá, que usa de su fuerza para "poner orden", sus hijos los respetan… algo notable.
La relación entre esposo y esposa es un poco "ruidosa":
Crisis de los 40, problemas de adolescentes, la teoría del superhombre de Nietzsche...
Cuando a Mr. Incredible le quitan el poder ejercer de superhéroe entra en una crisis, crisis de los 40, que solo se solventa cuando vuelve a la carga, es decir, cuando puede sacar de dentro todo su talento.
Y de ahí la teoría del superhombre.
Mr. Incredible es un ser especial, más superhombre que un superhéroe no hay nada claro, con unos talentos que la mayoría mediocre le ha privado de utilizar.
Al no dejarle explotar sus virtudes entra en crisis, pero no sólo él, también es lo que lleva a la niña su extremada timidez, y al niño a su hiperactividad y gamberrismo.
Todo esto lo utiliza para enganchar la historia de la niña adolescente tímida, cuyo poder es volverse invisible y hacer campos de fuerza, todos los detalles cubiertos.
La historia familiar, padre que al ver su vida vacía deja de hacer caso a los niños, una historia de celos y falsas infidelidades, un villano cuya venganza viene por el menosprecio de no considerar su inteligencia, enorme, como otro superpoder y sin embargo ser él quien les pone en apuros, podría parecer que la propia película menosprecia la inteligencia por ser este el malo y ser vencido, pero para dejar claro que no es así, la niña también tiene una inteligencia sobrenatural.
En un momento de familias desestructuradas, monoparentales, y sobre todo de personas solas hasta en Navidad, es encomiable que The Incredibles sea también un alegato familiar, en defensa de esa institución que tan perseguida y cuestionada está hoy.
No sé si The Incredibles ayudó a que alguna familia permaneciese unida, pero estoy seguro que no la incitó a que se rompiera, y desgraciadamente de esas hay muchas.
En el mejor de los casos, podríamos decir que The Incredibles es una defensa a ultranza de la sociedad capitalista, a cada cual lo suyo, según sus méritos.
Si escarbamos un poco, la moraleja puede ser casi fascista, la supremacía de unos individuos genéticamente superiores; el malvado cuyo plan consiste en la democratización, en la igualdad de todos los individuos, no por debajo, ojo: pretende otorgar superpoderes a todo el mundo, acabando así con la raza aria, digo, con los superhéroes.
Los norteamericanos tienen, al menos cinematográficamente hablando, el prejuicio de que toda familia tradicional y numerosa es gritona y caótica.
El principio de autoridad sale bastante bien parado, aunque no tanto como hubiésemos querido, comparado con American Beauty por ejemplo.
Si The Incredibles es generosa en su trasfondo psicológico, incluso social, algo que constituye una grata novedad, por sus inquietudes acerca de cuestiones en continuo estira y afloja, como la identidad, la marginación, las crisis de pareja, la realización personal, la unidad familiar o el efecto de la opinión pública, tampoco se queda corta en su revisitación de motivos e iconos ya asumidos por la cultura popular.
La impresión general es que The Incredibles acaba por defender la integridad de la familia a todo evento, incluso si cada miembro tiene que luchar consigo mismo para no desbocarse en el uso de su poder, pero también acepta una lectura personalista donde la verdadera batalla no se da contra perversos tipos con capa sino en pos de hacer calzar dentro de uno nuestras confusas ideas acerca de la madurez.
Por ahí lo dijo Stan Lee, “padre” de tantos superhéroes:
“Con un gran poder viene una gran responsabilidad”
De seguro que la idea dará vueltas en la cabeza de más de algún papá sentado junto a su hijo en la oscuridad de la sala.
Como si esta vez la película estuviera hecha expresamente para ellos.
“Reliving the glory days is better than acting like they never happened!”
I mean, who wants the pressure of being super all the time?”
Es oportuno que mientras Disney atraviesa por un período de crisis creativa y financiera pueda echar mano de la inmensa creatividad de Pixar, su estudio asociado.
Pixar es la mejor empresa de cine de animación de la actualidad, creo que de eso no cabe duda, ya que han sabido cómo hacer un cine que no se olvida ni de adultos ni de pequeños y sobretodo un cine que no toma por idiota a ninguna de las dos partes.
No queda claro lo serio que es el negocio de las películas infantiles hasta que uno comienza a mirar más allá de ellas, hacia la pléyade de actividades y negocios que se generan a su alrededor:
Los juguetes asociados, los contratos con cadenas de comida, con empresas de multimedia y medios de prensa generan un panorama de por sí complejo, donde el producto puede quedar escondido entre tanto acuerdo y compromiso.
La otra razón es puramente artística:
El tremendo piso económico de Pixar ha contribuido a que sus productos posean una voluntad para abrazar el riesgo, la solidez y la belleza de un modo que se echaba de menos desde los mismísimos días del tío Walt.
El público parece haber entendido a cabalidad su estilo y pasión por narrar, cualidades con un nivel de madurez que a lo mejor ya no descoloca.
“We're superheroes.
What could happen?”
The Incredibles es la 6ª película animada de Pixar Animation Studios, y la primera con un reparto enteramente compuesto por personajes “humanos”
La película fue escrita y dirigida por Brad Bird y cuenta con las voces de Craig T. Nelson, Holly Hunter, Eli Fucile, Maeve Andrews, Samuel L. Jackson, Brad Bird, Elizabeth Peña, Spencer Fox, Sarah Vowell, Jason Lee y John Ratzenberger.
The Incredibles ganó 2 premios Óscar de la academia de cine norteamericana a la mejor película de animación y mejor edición de sonido del año 2004, y también obtuvo nominaciones como mejor guión original y mejor sonido.
Inicialmente The Incredibles fue concebida como una película de animación convencional para la compañía Warner Bros, pero ésta clausuró su división de animación.
Por tanto, Brad Bird fue contratado entonces por Pixar para desarrollar allí el proyecto.
The Incredibles es, en buena medida, una aproximación doméstica al mundo de los superhéroes, en donde la sitcom familiar convive en perfecta armonía con el cómic, lo fantástico, la ciencia-ficción y el género de espías.
Si algo tiene de original The Incredibles, y no son pocos los detalles originales que tiene, es que el protagonista no está condenado a la soledad.
Al contrario, vamos a tener la ocasión de presenciar su vida familiar hasta la saciedad.
The Incredibles comienza como una parodia del género superheróico.
Pero allá por la mitad se convierte en un ejemplo más de lo parodiado.
The Incredibles gira cuando un matrimonio de superhéroes decide dar por finalizado su trabajo salvando el mundo, para centrarse en su familia.
Años después, el marido, antes apodado Mr. Incredible, recibe la tentativa de volver a sus buenos años.
La acepta, aunque a escondidas de su mujer y sus hijos.
El engaño durará poco.
Cuando los demás se den cuentan no solo será momento de ponerse los trajes, sino también de rescatar a Mr. Incredible, que ha sido atrapado por un joven villano al que, años antes, no había sido aceptado para luchar a su lado.
La labor del equipo de animación generada por ordenador dota a The Incredibles de una factura visual irreprochable.
Tanto los escenarios urbanos, con claros toques retro, y otros ambientes naturales, donde el agua y la vegetación permiten a los artistas lucirse en su juego, gozan de un grado de verosimilitud que se repite, con similar detalle y esmero, en los movimientos, gestos y texturas que revisten a los caracteres humanos, en cuyas fisonomías no prima tanto el dibujo realista como la siempre efectiva caricatura.
También son especialmente reseñables las proyecciones de luces y sombras que, por su minucioso ajuste a cada escena, dan la impresión de responder a un trabajo de fotografía tradicional.
Pero si esta espectacular carcasa formal cobra plena vida es gracias al respaldo de un ingenioso guión, cargado de emoción y sensibilidad, que con unos diálogos chispeantes, constantes invitaciones al humor y situaciones sorpresivas, ayudan a conformar unos personajes muy apreciables que rebosan carisma, entre los secundarios de lujo, no tiene desperdicio Edna Mode, la diseñadora de supertrajes inspirado en la actriz Linda Hunt y la diseñadora de vestuario para cine Edith Head.
“Supermodels--ha!
Nothing "super" about them.
Spoiled, stupid little stick-figures with poofy lips who think only about themselves.
FEH!
I used to design for gods!”
Por primera vez en mucho tiempo vemos personajes motivados, con un pasado que conocemos y que nos permite comprender cómo se enfrentan a sus problemas y responden ante ellos.
Mucho más allá, a pesar de ser una familia de superhéroes de animación con unas quijadas enormes, permite al espectador identificarse con ellos:
Craig T. Nelson/Bob Parr/Mr. Incredible:
Es el padre de familia anteriormente superhéroe, dejó su profesión debido a demandas hechas por ciudadanos, luego se dedicó a ser vendedor de seguros, padre de 3 hijos, su fortaleza es la súper fuerza.
Este siempre quiso revivir sus días de gloria, los cuales pronto llevaron a problemas.
Tiene el pelo rubio, en su juventud fue delgado y musculoso; y ahora esta gordo y sin el atractivo físico políticamente correcto.
Holly Hunter/Helen Parr/Elastigirl/Mrs. Incredible:
Es la esposa de Mr. Incredible, se presenta como una superheroína flexible que es capaz de estirarse hasta 30 m.
Más adelante, se casa con Mr. Incredible, tomando su apellido, y teniendo tres niños: Violet, Dash y Jack-Jack.
Elastigirl como ama de casa tiene un ingenio agudo y cuida del bienestar de su familia, evitando además que nadie descubra que son superhéroes.
Como heroína, siempre logra mantenerse calmada aun cuando hay peligro.
Tiene el pelo castaño rojizo y los ojos color café, es de constitución delgada y ancha de caderas (robusta)
En sus días de gloria de superheroína, tiene cabello largo y una figura de “renacuajo”
Sus curvas se volvieron más robustas debido a los 15 años de inactividad forzada.
Samuel L. Jackson/Lucius Best/Frozone:
Es un superhéroe retirado, amigo de Bob Parr.
Su poder es crear hielo a partir de la humedad del ambiente.
Se adaptó con facilidad a su nueva vida cuando los superhéroes quedaron prohibidos.
Se casó con una mujer “normal”, es de raza negra, tiene una fina barba candado y es delgado.
El personaje de Frozone está basado en el patinador de velocidad sobre hielo, el afroamericano Shani Davis quien se convirtió en el primer atleta negro en ganar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos de Invierno.
Sarah Vowell/Violet Parr:
Es la primera niña de Mr. y Mrs. Incredible, tiene el pelo negroazulado con los ojos negros.
Tiene el poder de hacerse invisible y crear campos de fuerza.
Al principio se muestra como una típica adolescente tímida, aparte que no sabe hacer bien campos de fuerza, pero, luego empieza a ganar confianza a si misma desde el momento en que se recogió el cabello y se vuelve mucho más fuerte.
Siente atracción por un compañero de su clase y el también a ella cuando finaliza la película.
Spencer Fox/Dashiell Robert "Dash" Parr:
Es el segundo hijo de Mr. y Mrs. Incredible, es rubio y con pecas en el rostro.
Tiene el poder de la velocidad, además también descubrió que es capaz de correr en el agua.
Es un niño activo y siempre trae problemas en su colegio.
Le gusta el atletismo, pero debido a sus poderes le es difícil controlarse para no parecer fuera de lo normal.
Eli Fucile & Maeve Andrews/Jack-Jack Parr:
Es el tercer hijo de Mr. y Mrs. Incredible, solo tiene una punta de pelo, tiene el poder de transformarse dependiendo de sus emociones, esto es notable cuando Syndrome roba a Jack-Jack.
Se convierte en fuego, después en hierro y luego se convierte en un demonio con mucha fuerza.
En el corto de pixar "Jack-Jack Attack" muestra todo lo que tuvo que pasar Kari al cuidar a Jack Jack mientras su madre no estaba, y muestra que el bebe tiene muchos más poderes, como teletrasportación y rayos.
Estas habilidades de Jack-Jack pueden ser producto de una etapa de definición en la que el bebe aun no tiene bien definido cuáles serán sus superpoderes.
Los poderes hacen referencia a varios clásicos mayoritariamente de Marvel:
La elasticidad de Elastigirl, el poder de invisibilidad y campos de fuerza de Violet hace referencia a los Cuatro Fantásticos.
La híper velocidad de Dash hace referencia a Flash y la fuerza de Mr. Incredible hace referencia a Hulk, aunque también a Superman, y también a Batman, ya que Mr. Incredible se transporta en un auto negro tecnológico como el Batmóvil, y el poder congelante de Frozone al Hombre de Hielo de los X-Men.
Mirage, a pesar de no tener superpoderes, también guarda cierto parecido en su físico con Storm de los X-Men.
“Dash, remember what Mom said.
Dash, run.
Run!”
The Incredibles transcurre en un mundo de superhéroes, pero uno muy distinto al de Batman y Spiderman, ya no hay súper vigilantes en las calles, el gobierno los sacó de circulación años atrás por sus reiterados daños a la propiedad privada, rescates no deseados y demandas interpuestas por oportunistas.
Digamos que la única “gente excepcional” que va quedando está obligada a vivir vidas comunes, escondidas en la multitud, protegiéndose de sus propios poderes.
Mr. Incredible, Elastigirl y toda la pléyade de superhéroes que pueblan el mundo, el Primer Mundo naturalmente, de pronto se ven envueltos en innumerables demandas.
Un suicida reclama lo indemnicen por haberse luxado el cuello mientras Mr. Incredible lo salvaba de la muerte:
"Yo no pedí que me salvaran…" le grita el fallido occiso a un desconsolado Mr. Incredible, del cual pretende una indemnización millonaria.
Lo mismo se repite con los demás.
Esto sucede como una furiosa sátira de la manía de judicializar la vida moderna.
Es muy graciosa la secuencia que imita una cobertura de prensa de los años 70 en la que el Estado decide prohibir las superacciones por razones presupuestarias, ya no puede pagar más indemnizaciones, y reasignarles nuevas identidades bajo promesa de vivir "normalmente"
La premisa recuerda a las juveniles angustias de Peter Parker quien vivía atormentado por la mala fama que la prensa le daba al Hombre Araña, su otro yo; pero al menos Peter, en esa época, estaba soltero.
Bob Parr, ex Mr. Incredible, tiene que mantener con sueldo de empleado a una esposa y 3 hijos, todos con sus respectivos poderes.
Canoso y pasado de peso, el tipo posee fuerza e ingenio excepcionales y sin embargo se deja dominar por un jefe tirano y maneja un auto a punto de colapsar.
Parr vive en un mundo en el que Homero Simpson se siente a sus anchas, pero donde él luce tan infeliz como un quijote.
Bird y su equipo se mueven como peces en el agua en el mundo de estos súper humanos reducidos a criaturas de suburbio y en el que es más fácil limpiar las calles de criminales que tener una buena relación con la señora.
Los superniños también tienen sus conflictos.
¿Por qué no podemos usar nuestros superpoderes?
Bueno, intenta explicar la mamá, todos somos extraordinarios de algún modo.
Lo cual significa que no hay nadie extraordinario... responde con "extraordinario" sentido común el niño.
¡Terrible sátira al igualitarismo!
Y más sobre el final, dos hombres maduros se felicitan del regreso de los superhéroes al viejo estilo.
Algo más que nostalgia, según nos parece.
Claro que hasta la súper-paciencia de Mr. Incredible tiene un límite: sin pega y desesperado por acción, el tipo acepta una misión ofrecida por un extraño.
Evidente que el asunto huele a podrido, pero el deseo de ponerse el traje puede más…
A partir de ahí la carga energética de la historia se intensifica de modo exponencial.
Queda la sensación de que no se está viendo una sola película sino varias:
Una fábula sobre la recuperación de la virilidad, como son casi todas las historias de héroes envejecidos; un sentido homenaje a la tradición del cómic; la extraña reimaginación de una conservadora Norteamérica, que posee elementos de los 50, 60 y 70, pero totalmente adormecidos, sin tensión alguna.
Y, por cierto, el permanente recordatorio de que estamos viendo una cinta para la familia, en último término son los hijos y la señora de Mr. Incredible quienes se toman el filme por asalto y lo separan para siempre del mito circular del héroe solitario que está puesto ahí sólo para contener al mismo grupo de archienemigos, una y otra vez.
“No matter how many times you save the world, it always manages to get back in jeopardy again!
Sometimes I just want it to stay saved, you know?
For a little bit.
I feel like the maid:
I just cleaned up this mess!
Can we keep it clean for, for 10 minutes?!
Please?!”
Pero también, en The Incredibles, subyace una lectura mucho más humanista de la película, pues la moralina, que todas la tienen, pasa por una denuncia de la conjura de los necios en la que todos vivimos.
Contrariamente a lo que el contexto indica, se trata de una familia "muy normal", demasiado normal para estos tiempos.
Casados en primeras nupcias, por iglesia, fieles y con tres hijos, ama de casa la mamá, que usa toda su "elasticidad" para atender al bebé y separar a sus otros dos hijos, un adolescente y un preadolescente en las habituales riñas entre hermanos, hombre de su casa el papá, que usa de su fuerza para "poner orden", sus hijos los respetan… algo notable.
La relación entre esposo y esposa es un poco "ruidosa":
Crisis de los 40, problemas de adolescentes, la teoría del superhombre de Nietzsche...
Cuando a Mr. Incredible le quitan el poder ejercer de superhéroe entra en una crisis, crisis de los 40, que solo se solventa cuando vuelve a la carga, es decir, cuando puede sacar de dentro todo su talento.
Y de ahí la teoría del superhombre.
Mr. Incredible es un ser especial, más superhombre que un superhéroe no hay nada claro, con unos talentos que la mayoría mediocre le ha privado de utilizar.
Al no dejarle explotar sus virtudes entra en crisis, pero no sólo él, también es lo que lleva a la niña su extremada timidez, y al niño a su hiperactividad y gamberrismo.
Todo esto lo utiliza para enganchar la historia de la niña adolescente tímida, cuyo poder es volverse invisible y hacer campos de fuerza, todos los detalles cubiertos.
La historia familiar, padre que al ver su vida vacía deja de hacer caso a los niños, una historia de celos y falsas infidelidades, un villano cuya venganza viene por el menosprecio de no considerar su inteligencia, enorme, como otro superpoder y sin embargo ser él quien les pone en apuros, podría parecer que la propia película menosprecia la inteligencia por ser este el malo y ser vencido, pero para dejar claro que no es así, la niña también tiene una inteligencia sobrenatural.
En un momento de familias desestructuradas, monoparentales, y sobre todo de personas solas hasta en Navidad, es encomiable que The Incredibles sea también un alegato familiar, en defensa de esa institución que tan perseguida y cuestionada está hoy.
No sé si The Incredibles ayudó a que alguna familia permaneciese unida, pero estoy seguro que no la incitó a que se rompiera, y desgraciadamente de esas hay muchas.
En el mejor de los casos, podríamos decir que The Incredibles es una defensa a ultranza de la sociedad capitalista, a cada cual lo suyo, según sus méritos.
Si escarbamos un poco, la moraleja puede ser casi fascista, la supremacía de unos individuos genéticamente superiores; el malvado cuyo plan consiste en la democratización, en la igualdad de todos los individuos, no por debajo, ojo: pretende otorgar superpoderes a todo el mundo, acabando así con la raza aria, digo, con los superhéroes.
Los norteamericanos tienen, al menos cinematográficamente hablando, el prejuicio de que toda familia tradicional y numerosa es gritona y caótica.
El principio de autoridad sale bastante bien parado, aunque no tanto como hubiésemos querido, comparado con American Beauty por ejemplo.
Si The Incredibles es generosa en su trasfondo psicológico, incluso social, algo que constituye una grata novedad, por sus inquietudes acerca de cuestiones en continuo estira y afloja, como la identidad, la marginación, las crisis de pareja, la realización personal, la unidad familiar o el efecto de la opinión pública, tampoco se queda corta en su revisitación de motivos e iconos ya asumidos por la cultura popular.
La impresión general es que The Incredibles acaba por defender la integridad de la familia a todo evento, incluso si cada miembro tiene que luchar consigo mismo para no desbocarse en el uso de su poder, pero también acepta una lectura personalista donde la verdadera batalla no se da contra perversos tipos con capa sino en pos de hacer calzar dentro de uno nuestras confusas ideas acerca de la madurez.
Por ahí lo dijo Stan Lee, “padre” de tantos superhéroes:
“Con un gran poder viene una gran responsabilidad”
De seguro que la idea dará vueltas en la cabeza de más de algún papá sentado junto a su hijo en la oscuridad de la sala.
Como si esta vez la película estuviera hecha expresamente para ellos.
“Reliving the glory days is better than acting like they never happened!”
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