Ghost
“The love inside, you take it with you”
El más allá, también llamado ultratumba, la otra vida o la vida tras la muerte, es un término genérico que hace referencia a la idea de que habría una continuación de la existencia después de la muerte, según creencias populares esta continuidad se daría en un propuesto mundo espiritual más allá del mundo.
El comienzo de la década del 90' fue sin duda fue halagüeño para los film románticos, porque ya sea en plan de comedia, de drama o de aventuras, muchas posicionarían las historias románticas como un genero interesante, aun cuando los clichés de los que tanto gusta Hollywood siguieran estando a la orden del día.
Al menos, ya no sonaban tan cursis.
¿Os gustan las historias de fantasmas?
Una de las películas que más me gusta de espíritus, no es una película de horror, misterio o suspense puro, no.
Ni va acompañado de gemidos y sábanas blancas, para nada.
Es la esencia de un amor puro, una relación que debido al mal que hacen los hombres se trunca y un espíritu bondadoso que clama venganza.
¿El amor, existe aún, más allá de la muerte?
Ghost es un drama-thriller-fantástico de 1990, protagonizado por una ENORME Demi Moore, ENORME Patrick Swayze, ENORME Whoopi Goldberg, Tony Goldwyn, Rick Aviles, Vincent Schiavelli, Vivian Bonnell, Phil Leeds y Angelina Estrada.
Ghost fue escrita por Bruce Joel Rubin y dirigida por Jerry Zucker.
Ganó dos Oscar, a la mejor actriz de reparto (Whoopi Goldberg) y al mejor guion original, y nominada a otros tres: mejor película, mejor música (ENORME Maurice Jarre) y al mejor montaje.
La dirección y el elenco en gran parte responden más que bien:
Ingenuidad (Moore), Protección (Swayze), Desconcierto (Goldberg) y Avaricia (Goldwyn)
Patrick Swayze está muy correcto, Demi Moore no ha tenido otro papel mejor que este y la maravillosa Whoopi Goldberg es el gran plato fuerte como la divertida y tierna Oda Mae Brown, imposible pensar en otra actriz como ella para este rol, pero de las interpretaciones, me quedo fundamentalmente con el simpático personaje que logra Whoopi Goldberg como médium corrupta.
La nota de “color” la pone Whoopi y no desmerece para nada el tema, lo enriquece con la otra forma de enriquecimiento de la gente sin escrúpulos, a consta de los sentimientos humanos y de la ingenuidad de muchos que intentan aferrarse a lo que sea de un camino sin retorno.
Molly Jensem (Demi Moore) y Sam Wheat (Patrick Swayze) comienzan su vida juntos compartiendo miedos e ilusiones, pero Sam es asesinado una noche, acabando con la unión de ambos.
A partir de aquí, el espíritu de Sam intentará seguir cerca de Molly, descubriendo involuntariamente todo lo que hay detrás de su muerte.
Los primeros minutos de Ghost son agradables, tal vez algo pasaditos de besuqueo; con una Demi Moore y un Patrick Swayze correctos, no tienen demasiado que expresar.
Tony Goldwyn (Carl Bruner) interpreta muy bien al mejor amigo de la pareja, haciendo muy creíble su actuación.
El papel de traidor le sienta como un guante.
Atención a las partes en las que se pone nervioso, muy creíbles, mientras que Whoopi Goldberg interpreta el entrañable y simpático papel de Oda Mae Brown, una falsa vidente dedicada al negocio por tradición familiar.
Ella es la que pone la nota de humor con uno de los mejores papeles.
Según avanza la trama, esta se va poniendo más interesante y nos regala un par de momentos inolvidables, destacando el inolvidable final.
Se podrán rescatar conceptos fuertes tales como la traición en la amistad, el amor más allá de todo, la fe que consuela en forma esperanzadora, y la idea de que la justicia tarde o temprano llega.
La pequeña mezcla de géneros es un gran punto de Ghost.
Contiene drama, acción, romance, suspenso, por eso es apta para todo público.
Esto es muy positivo ya que Ghost no queda encasillada como una "película para chicas", sino que puede llegar al más variado público y gustar a todos.
Reconozco el mérito de Ghost de intercalar el humor con el más puro drama y no desentonar por ello.
Soy de las personas que piensan que no se pueden hacer "tragicomedias"
O te centras en el amor o te centras en el drama.
Si los mezclas, normalmente sale un desastre.
Con Ghost no pasa esto.
Las escenas de humor o intriga son necesarias para aliviar la tensión que crea en el espectador ver a la protagonista en semejante situación.
Quien no se conmueva viendo Ghost es, definitivamente, de piedra.
Curiosamente, la canción principal de la banda sonora de Ghost, es de los años sesenta.
El título de la amorosa canción es “Unchained Melody“, compuesta en 1955 por Alex North y Hy Zaret, interpretada en esta ocasión por los Righteous Brothers.
Los momentos:
Hay una escena en Ghost, casi al principio, cuando Patrick Swayze es atracado por un delincuente, sale corriendo tras de él tras un forcejeo, pero se le escapa y regresa hasta donde está su novia, entonces se encuentra con la impresionante sorpresa de...
Bueno esa es una de las escenas más impresionantes que recuerdo en toda la historia del cine, nadie se la espera y el espectador queda sobrecogido, sintiendo lo mismo que el protagonista, con un nudo en el aliento.
Ghost es una película en verdad de amor, de esperanza en el más allá.
Por supuesto, las dos escenas más recordadas cuentan con el "Unchained Melody" como principal acompañamiento.
La primera escena sería la ya comentada del barro, y la segunda sería la despedida final entre Sam y Molly, donde al menos podemos disfrutar de la bella versión instrumental que realiza Maurice Jarre.
Hay un puñado de buenos efectos especiales y es de agradecer que no compiten con la trama, es decir, los FX son austeros pero justo y bien usados y es que Ghost es una historia más que edulcorada es una historia sobre el amor.
Curiosamente, tampoco falta esa visión católica del mundo, con el infierno y el cielo dónde van las almas, y hasta el detalle de entregarle un cheque de 4 millones de dólares a unas monjas…
Un centavo, o por la escena del centavo es por la que recuerdo cuando hablo de Ghost.
En una vida tan cruda, es bueno hacer un alto en el camino para verla y recordar que no se debe dejar para mañana lo que puedas decir hoy.
Las tareas inacabadas una de las teorías para explicar el tema de fondo, aunque también podría ser, el de la avaricia o la codicia, el clásico “trepador” para que todo vale con tal de llegar.
Trayéndome abajo la premisa romanticona de Ghost, me atrevo a sacar mi curiosidad científica.
En este momento, podéis rasgaros las ropas:
Una implicación es verdadera siempre que la premisa sea falsa, independiente de que el consecuente sea, o no, cierto.
Pero es falsa si el antecedente es cierto y la conclusión no.
En el cine fantástico, o en el de ficción, se ofrecen una serie de hechos falsos en la vida real que se considerarán ciertos dentro de la ficción:
Animales que hablan, vida extraterrestre, fantasmas en el metro, etc.
Tenemos en Ghost, por tanto, una premisa cierta: los fantasmas existen.
Bien.
A partir de ahí, el pequeño universo que crea Ghost, debe estar regido por estos parámetros.
Es decir, que aquellos detalles que se asumen correctos al comienzo, deben ser la piedra angular de la lógica científica del resto del metraje.
Si se echan por tierra éstos, la película pierde sentido, y las acciones que en ella acontezcan, perderán la tensión necesaria para seguir la obra con atención:
Cuando cualquier cosa puede pasar, sabes que el director lo tiene fácil para resolver cualquier entuerto, y es éste, precisamente, uno de los detalles que más valoro yo en una película, porque nada me sorprende más, ni nada aprecio más en el saber hacer de un cineasta, que su capacidad para finalizar satisfactoriamente escenas o situaciones que parecen no tener solución, dentro de la ya mencionada atmósfera lógica de la película.
Resulta que en Ghost los fantasmas atraviesan puertas y no pueden agarrar objetos si no lo hacen con la suficiente convicción o ¿con la mente?
Recordamos todos, la famosa escena del metro…
A mí entonces me asalta una duda:
¿Cómo consiguen pisar el suelo?
¿Pisan con convicción, pero no agarran con convicción?
Sea lo que sea, me gustaría una excusa o una explicación por parte del director.
Y en Ghost, no la hay.
Nos hallamos, entonces, ante una consecuencia falsa, y por tanto ante una implicación falsa, que muchos podrán pasar por alto, sólo es una película, pero yo no.
Si hago el acto de fe de creer en fantasmas durante 90 minutos, espero un correspondido esfuerzo del director por dar una consistencia lógica a su invención.
Más que nada porque nosotros somos millones de esforzados y él es uno.
Todos para uno, y...
¿Ya está?
Y encima, cobrándonoslo.
Culpa, ni más ni menos, del espectador poco exigente que disfruta, envuelto en su estupidez, de cualquier engaño luminoso musicalmente acompañado de sentimentalismo barato, mientras disfruta del sabor salado de un enorme y patético cubo de palomitas.
Lo anterior lo dije con ensañamiento y alevosía, porque recuerdo cómo quemaron la canción, la melodía desencadenada en la radio, en la pista de baile, en el carro, por todos lados hasta el hartazgo, o sea lo que hizo My Heart Will Go On en su momento con TITANIC.
R.I.P.
Por eso, en Ghost descarto el drama y la comedia, y la declaro fantasía.
Fantasía porque es una forma muy idealista de ver la continuidad de la vida, o el tránsito al más allá, con los efectos justos y que cada cual piense lo que quiera.
Ghost es una visión particular de afrontar la vida cuando te quedas vacío de contenido, sin una mano amiga a la que agarrarte o un hombro donde recostarte, para reír o llorar.
Ghost trata de todo un canto a la vida, al amor, una apuesta por ese amor inmortal que nos anima a volver a creer.
Ghost habla sobre la fe en general, sobre la importancia de creer como una especie de aliento vital.
Dicen que cuando un ser querido muere, no se va de tu lado hasta que te vea y te sientas completamente feliz.
“Ditto”
El más allá, también llamado ultratumba, la otra vida o la vida tras la muerte, es un término genérico que hace referencia a la idea de que habría una continuación de la existencia después de la muerte, según creencias populares esta continuidad se daría en un propuesto mundo espiritual más allá del mundo.
El comienzo de la década del 90' fue sin duda fue halagüeño para los film románticos, porque ya sea en plan de comedia, de drama o de aventuras, muchas posicionarían las historias románticas como un genero interesante, aun cuando los clichés de los que tanto gusta Hollywood siguieran estando a la orden del día.
Al menos, ya no sonaban tan cursis.
¿Os gustan las historias de fantasmas?
Una de las películas que más me gusta de espíritus, no es una película de horror, misterio o suspense puro, no.
Ni va acompañado de gemidos y sábanas blancas, para nada.
Es la esencia de un amor puro, una relación que debido al mal que hacen los hombres se trunca y un espíritu bondadoso que clama venganza.
¿El amor, existe aún, más allá de la muerte?
Ghost es un drama-thriller-fantástico de 1990, protagonizado por una ENORME Demi Moore, ENORME Patrick Swayze, ENORME Whoopi Goldberg, Tony Goldwyn, Rick Aviles, Vincent Schiavelli, Vivian Bonnell, Phil Leeds y Angelina Estrada.
Ghost fue escrita por Bruce Joel Rubin y dirigida por Jerry Zucker.
Ganó dos Oscar, a la mejor actriz de reparto (Whoopi Goldberg) y al mejor guion original, y nominada a otros tres: mejor película, mejor música (ENORME Maurice Jarre) y al mejor montaje.
La dirección y el elenco en gran parte responden más que bien:
Ingenuidad (Moore), Protección (Swayze), Desconcierto (Goldberg) y Avaricia (Goldwyn)
Patrick Swayze está muy correcto, Demi Moore no ha tenido otro papel mejor que este y la maravillosa Whoopi Goldberg es el gran plato fuerte como la divertida y tierna Oda Mae Brown, imposible pensar en otra actriz como ella para este rol, pero de las interpretaciones, me quedo fundamentalmente con el simpático personaje que logra Whoopi Goldberg como médium corrupta.
La nota de “color” la pone Whoopi y no desmerece para nada el tema, lo enriquece con la otra forma de enriquecimiento de la gente sin escrúpulos, a consta de los sentimientos humanos y de la ingenuidad de muchos que intentan aferrarse a lo que sea de un camino sin retorno.
Molly Jensem (Demi Moore) y Sam Wheat (Patrick Swayze) comienzan su vida juntos compartiendo miedos e ilusiones, pero Sam es asesinado una noche, acabando con la unión de ambos.
A partir de aquí, el espíritu de Sam intentará seguir cerca de Molly, descubriendo involuntariamente todo lo que hay detrás de su muerte.
Los primeros minutos de Ghost son agradables, tal vez algo pasaditos de besuqueo; con una Demi Moore y un Patrick Swayze correctos, no tienen demasiado que expresar.
Tony Goldwyn (Carl Bruner) interpreta muy bien al mejor amigo de la pareja, haciendo muy creíble su actuación.
El papel de traidor le sienta como un guante.
Atención a las partes en las que se pone nervioso, muy creíbles, mientras que Whoopi Goldberg interpreta el entrañable y simpático papel de Oda Mae Brown, una falsa vidente dedicada al negocio por tradición familiar.
Ella es la que pone la nota de humor con uno de los mejores papeles.
Según avanza la trama, esta se va poniendo más interesante y nos regala un par de momentos inolvidables, destacando el inolvidable final.
Se podrán rescatar conceptos fuertes tales como la traición en la amistad, el amor más allá de todo, la fe que consuela en forma esperanzadora, y la idea de que la justicia tarde o temprano llega.
La pequeña mezcla de géneros es un gran punto de Ghost.
Contiene drama, acción, romance, suspenso, por eso es apta para todo público.
Esto es muy positivo ya que Ghost no queda encasillada como una "película para chicas", sino que puede llegar al más variado público y gustar a todos.
Reconozco el mérito de Ghost de intercalar el humor con el más puro drama y no desentonar por ello.
Soy de las personas que piensan que no se pueden hacer "tragicomedias"
O te centras en el amor o te centras en el drama.
Si los mezclas, normalmente sale un desastre.
Con Ghost no pasa esto.
Las escenas de humor o intriga son necesarias para aliviar la tensión que crea en el espectador ver a la protagonista en semejante situación.
Quien no se conmueva viendo Ghost es, definitivamente, de piedra.
Curiosamente, la canción principal de la banda sonora de Ghost, es de los años sesenta.
El título de la amorosa canción es “Unchained Melody“, compuesta en 1955 por Alex North y Hy Zaret, interpretada en esta ocasión por los Righteous Brothers.
Los momentos:
Hay una escena en Ghost, casi al principio, cuando Patrick Swayze es atracado por un delincuente, sale corriendo tras de él tras un forcejeo, pero se le escapa y regresa hasta donde está su novia, entonces se encuentra con la impresionante sorpresa de...
Bueno esa es una de las escenas más impresionantes que recuerdo en toda la historia del cine, nadie se la espera y el espectador queda sobrecogido, sintiendo lo mismo que el protagonista, con un nudo en el aliento.
Ghost es una película en verdad de amor, de esperanza en el más allá.
Por supuesto, las dos escenas más recordadas cuentan con el "Unchained Melody" como principal acompañamiento.
La primera escena sería la ya comentada del barro, y la segunda sería la despedida final entre Sam y Molly, donde al menos podemos disfrutar de la bella versión instrumental que realiza Maurice Jarre.
Hay un puñado de buenos efectos especiales y es de agradecer que no compiten con la trama, es decir, los FX son austeros pero justo y bien usados y es que Ghost es una historia más que edulcorada es una historia sobre el amor.
Curiosamente, tampoco falta esa visión católica del mundo, con el infierno y el cielo dónde van las almas, y hasta el detalle de entregarle un cheque de 4 millones de dólares a unas monjas…
Un centavo, o por la escena del centavo es por la que recuerdo cuando hablo de Ghost.
En una vida tan cruda, es bueno hacer un alto en el camino para verla y recordar que no se debe dejar para mañana lo que puedas decir hoy.
Las tareas inacabadas una de las teorías para explicar el tema de fondo, aunque también podría ser, el de la avaricia o la codicia, el clásico “trepador” para que todo vale con tal de llegar.
Trayéndome abajo la premisa romanticona de Ghost, me atrevo a sacar mi curiosidad científica.
En este momento, podéis rasgaros las ropas:
Una implicación es verdadera siempre que la premisa sea falsa, independiente de que el consecuente sea, o no, cierto.
Pero es falsa si el antecedente es cierto y la conclusión no.
En el cine fantástico, o en el de ficción, se ofrecen una serie de hechos falsos en la vida real que se considerarán ciertos dentro de la ficción:
Animales que hablan, vida extraterrestre, fantasmas en el metro, etc.
Tenemos en Ghost, por tanto, una premisa cierta: los fantasmas existen.
Bien.
A partir de ahí, el pequeño universo que crea Ghost, debe estar regido por estos parámetros.
Es decir, que aquellos detalles que se asumen correctos al comienzo, deben ser la piedra angular de la lógica científica del resto del metraje.
Si se echan por tierra éstos, la película pierde sentido, y las acciones que en ella acontezcan, perderán la tensión necesaria para seguir la obra con atención:
Cuando cualquier cosa puede pasar, sabes que el director lo tiene fácil para resolver cualquier entuerto, y es éste, precisamente, uno de los detalles que más valoro yo en una película, porque nada me sorprende más, ni nada aprecio más en el saber hacer de un cineasta, que su capacidad para finalizar satisfactoriamente escenas o situaciones que parecen no tener solución, dentro de la ya mencionada atmósfera lógica de la película.
Resulta que en Ghost los fantasmas atraviesan puertas y no pueden agarrar objetos si no lo hacen con la suficiente convicción o ¿con la mente?
Recordamos todos, la famosa escena del metro…
A mí entonces me asalta una duda:
¿Cómo consiguen pisar el suelo?
¿Pisan con convicción, pero no agarran con convicción?
Sea lo que sea, me gustaría una excusa o una explicación por parte del director.
Y en Ghost, no la hay.
Nos hallamos, entonces, ante una consecuencia falsa, y por tanto ante una implicación falsa, que muchos podrán pasar por alto, sólo es una película, pero yo no.
Si hago el acto de fe de creer en fantasmas durante 90 minutos, espero un correspondido esfuerzo del director por dar una consistencia lógica a su invención.
Más que nada porque nosotros somos millones de esforzados y él es uno.
Todos para uno, y...
¿Ya está?
Y encima, cobrándonoslo.
Culpa, ni más ni menos, del espectador poco exigente que disfruta, envuelto en su estupidez, de cualquier engaño luminoso musicalmente acompañado de sentimentalismo barato, mientras disfruta del sabor salado de un enorme y patético cubo de palomitas.
Lo anterior lo dije con ensañamiento y alevosía, porque recuerdo cómo quemaron la canción, la melodía desencadenada en la radio, en la pista de baile, en el carro, por todos lados hasta el hartazgo, o sea lo que hizo My Heart Will Go On en su momento con TITANIC.
R.I.P.
Por eso, en Ghost descarto el drama y la comedia, y la declaro fantasía.
Fantasía porque es una forma muy idealista de ver la continuidad de la vida, o el tránsito al más allá, con los efectos justos y que cada cual piense lo que quiera.
Ghost es una visión particular de afrontar la vida cuando te quedas vacío de contenido, sin una mano amiga a la que agarrarte o un hombro donde recostarte, para reír o llorar.
Ghost trata de todo un canto a la vida, al amor, una apuesta por ese amor inmortal que nos anima a volver a creer.
Ghost habla sobre la fe en general, sobre la importancia de creer como una especie de aliento vital.
Dicen que cuando un ser querido muere, no se va de tu lado hasta que te vea y te sientas completamente feliz.
“Ditto”
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