The Way We Were

“You'll never find anyone as good for you as I am, to believe in you as much as I do or love you as much!”

Es extraño ese tipo de amor que dura hasta la muerte, pero que no puede tener un final feliz, porque no está hecho para la convivencia.
Es doloroso amar con todas las fibras de tu ser a esa persona única, a la que miras con unos ojos con los que no mirarás a nadie más, y que esa persona sea el motor de tu corazón, y al mismo tiempo tener el pálpito de que nunca te pertenecerá, ni le pertenecerás por entero.
El pálpito de que lo vuestro es una atracción de opuestos, que se buscan sin remedio, que chocan con estruendo, haciendo saltar chispas.
Un mar raras veces tranquilo, con frecuencia sacudido por el oleaje de vuestras fuertes desavenencias.
El fuego se aviva con furia hasta llegar a abrasar de tal forma que después sólo quedan brasas exhaustas, las cuáles otra vez se encienden y vuelven a consumirse en su propia pasión.
No es un amor hecho para envejecer en la armonía de un hogar bien avenido.
Aunque sea el mayor que vayáis a experimentar, porque no podréis sentir algo semejante por ninguna otra persona.
Hay veces en que los amores más profundos no resisten la vida en común, y que en la separación son prácticamente una herida que no puede cicatrizar.
Ni de una manera, ni de la otra, hallará su lugar, como esa fiera a medio domesticar que no aguanta mucho tiempo las cadenas del cautiverio, pero tampoco las de la plena libertad.
Cuando está encerrada en su jaula, añora el espacio abierto.
Y cuando está en espacio abierto, añora su jaula.
No sabrá dónde está su sitio.
Será de ambos lados y de ninguno.
Así son esos amores que nada puede extinguir, pero condenados a agonizar en la distancia.
“Because you push too hard, every damn minute.
There's no time to ever relax and enjoy living.
Every things too serious to be so serious”
The Way We Were es una película dramática estadounidense de 1973 dirigida por Sydney Pollack y protagonizada por Robert Redford, Barbra Streisand, Bradford Dillman, Viveca Lindfors, Herb Edelman, Murray Hamilton, Patrick O'Neal, Lois Chiles y James Woods.
El guión es autoría original de Arthur Laurents.
The Way We Were obtuvo 6 nominaciones al Premio Oscar 1974, ganando 2 como Mejor Banda Sonora para Marvin Hamlisch y a la Mejor Canción “The Way We Were” para Hamlisch, Alan y Marilyn Bergman; y siendo solo nominada como mejor actriz (Streisand), mejor fotografía, mejor dirección artística y mejor diseño de vestuario.
Sydney Pollack propone un melodrama de corte clásico y gran diseño de producción, representativo de las producciones “mainstream” hollywoodienses, en el que apuesta por la nostalgia y el romanticismo.
La trama de The Way We Were la pudiéramos dividirla en tres partes:
Década de 1930, en la Universidad:
Katie Morosky (Barbra Streisand) es una chica inteligente, y una persona que tiene unos ideales muy claros sobre un mundo mejor y más justo para todos, y lucha por ellos sin esconderse ni venirse abajo en un sitio en el que nadie piensa como ella.
Es muy profunda, de hecho lo es demasiado, se lo toma todo demasiado en serio.
Ella es una persona que no entiende de estrategias personales es totalmente transparente, de hecho ni siquiera le hacen gracia las bromas.
No cae bien a la primera, pero quien la conoce, la quiere, porque tiene un corazón puro.
Ella está enamorada de Hubbell (Robert Redford)
Hubbell Gardiner es chico muy guapo e inteligente, pero es más individualista; le gusta disfrutar de la vida.
Tiene un carisma excepcional y se mete a la gente en el bolsillo, y además escribe muy bien.
Él admira la forma en que ella se enfrenta a los demás defendiendo su causa justa, y le resulta atractiva.
Década de 1940, ambos trabajan y se reencuentran en una fiesta:
Katie trabaja en la radio y milita en el partido Comunista de los Estados Unidos.
Hubbell es oficial de la Armada de los Estados Unidos.
Ambos comienzan una relación amorosa; ella está muy enamorada de él y se lo demuestra, él le coge mucho cariño, se siente muy bien con ella porque es una persona que lo comprende, que lo admira y lo aconseja, y también se enamora.
Pero hay una cosa que él no soporta de ella, y es que no puede estar con ella en cualquier situación.
Katie siempre llama la atención; no permite los chistes incorrectos, siempre se ha de quejar cuando ve una injusticia por muy pequeña que sea, no soporta las cosas superficiales, etc.
Entonces él la deja, pero vuelven en seguida porque ella promete cambiar, y lo hace, y ella intenta caer mejor a la gente que a él le rodea, callándose muchas cosas y siendo tolerante con las cosas que a Hubbell le gustan, como aceptar un trabajo de guionista en Hollywood.
Él prospera mucho, se casan y ella espera un hijo, ambos son muy felices.
Pero entonces en el mundillo de Hollywood conocen gente afín a sus ideales, con las que ella hace grandes amistades en un contexto en el que el Gobierno imponía la censura, y todo comunista era considerado peligroso.
Las películas con contenido político afín a la izquierda eran censuradas y los que trabajaban en ellas enviados a la cárcel por actividades antiestadounidenses.
Por tanto, ella quiere ir con sus amigos a manifestarse por la libertad de expresión.
Él intenta impedir que lo haga diciéndole que por favor piense en lo mejor para ellos, no en el mundo en general; que las personas son más importantes que una causa o que los principios, que no va a conseguir nada más que perjuicios para ellos dos.
Pero ella le contesta:
“Hubbell, las personas son sus principios”
Y ese es el principio del fin.
Son incompatibles, aunque se quieren con locura y él la deja.
Década de 1960, ambos se reencuentran en Nueva York:
Él tiene mucho éxito y es feliz, su ideal es él mismo y se ha casado nuevamente.
Ella sigue con su lucha y también es feliz, también se ha casado.
Cuando se ven, él le dice, sonriendo:
“Estás estupenda, te has vuelto a dejar el pelo rizado”
Y ella le contesta:
“Así es como lo llevo cuando puedo ser yo misma”
Se abrazan sabiendo que se quieren el uno al otro más que a sus parejas, y se desean lo mejor, seguramente, para no volverse a ver nunca más.
“You hold on and I don't know how.
And I wish I did.
Maybe you were born committed...
I can't get negative enough.
I can't get angry enough.
And I can't get positive enough”
En pleno McCarthysmo, la pareja formada por Katie Morosky y Hubbell Gardiner ven florecer su amor, cuya semilla se plantó en sus años universitarios.
Ambos tienen fuertes y contrapuestas personalidades:
Ella es una furibunda izquierdista, volcada en la política; él es un escritor de carácter más templado, inclinado hacia el humanismo.
Su relación, compleja e intermitente, no podrá sustraerse a la influencia de los turbulentos tiempos que están viviendo.
Hubbell y Katie es el tren sobre el que recorremos una de las épocas más convulsas de la historia reciente de los EEUU.
Es en su crecimiento y en el asentamiento de su amor desde donde atisbamos los cambios sociales de una nación que en ese momento, la posguerra, miraba hacia delante con la seguridad de ser los amos del mundo, aplastando aquello que se interponía en su paso y pasando de largo por las inseguridades ideológicas y sociales de algunos de sus habitantes.
Así, la historia de amor de Katie y Hubbell, se convierte en un dialéctico debate sobre la felicidad del “American Way Of Life” (Hubbell) y sobre la realización de la lucha y los principios como estandartes de una vida (Katie)
The Way We Were retroalimenta su historia, pasando del fondo intelectual de la misma a su carga emotiva, quedando patente la maestría de Pollack y su guionista en lo compacta y bien atada que queda su historia.
No se puede dejar de evocar en la escena final de The Way We Were, el final en las miradas de Redford y Streisand puede apreciarse su pena y su emoción por aquello que tuvieron y perdieron.
Cierto que Sydney Pollack comentó en más de una ocasión que The Way We Were es, tras el marco de una historia de amor, una fuerte crítica a la época del senador McCarthy, al desencanto que vivió una generación castigada por la represión política que instauró este senador.
Y así se debería entender The Way We Were, pero me pasa como a casi todos los fans, me quedo con la historia de amor, sobre todo por cómo se cierra la misma.
El final de The Way We Were parece algo más que un reencuentro y una despedida de los personajes:
Es la respuesta a un amor imposible.
Se ve y se sabe que los dos se quieren, por lo que se dicen, por cómo se lo dicen, las miradas, las pausas, el nerviosismo del encuentro inesperado tras años sin verse.
Tanto Barbra Streisand como Robert Redford transmiten todo eso en apenas dos minutos, e incluso uno podría imaginar lo que ha podido pasar entre ellos sin haber visto The Way We Were.
La sensación de dos personas que se aman, pero no pueden estar juntos porque serían infelices.
El amor imposible por vivir fiel a unos ideales, porque saben que es así y nada se puede hacer.
“The trouble with some people is they work too hard”
La buena labor de Pollack se hace notar en toda The Way We Were, no en vano estaba en su mejor momento como director, y sobre los actores.
La Streisand está magnífica, sin duda es uno de sus mejores trabajos ante la cámara, el cual podemos palpar sus emociones.
Su Katie sufre con impotencia por ese amor que siente por Hubbell y que sabe que no va a llegar a ninguna parte.
En toda historia de amor siempre hay uno que da más que el otro, siempre hay uno que sufre más que el otro.
¿Admirable la actitud de Katie?
Por supuesto, pero…
¿A costa de quién y de qué?
De convertirse en un panfleto reivindicativo, de echarse a la espalda los pecados de la humanidad, de pasar por ser una víctima que se auto inmola y renuncia a su propia vida, así le cueste perder al hombre que ama y a costa, en definitiva, de su propio pellejo.
Mientras que el personaje de Robert Redford (Hubbell) es más distante, logrando que el espectador decida con cual se identifica mejor.
Redford está deslumbrante, guapo como pocas veces y le da una veracidad a su personaje de Hubbell que me encanta.
También es memorable la actuación de un jovencísimo James Woods, todavía desconocido en aquellas fechas.
La escena más lograda, es la que sucede cuando, él dormido, "hace el amor" con Barbra sin saber que es ella.
Por un lado me parece lo más denigrante para una mujer que he visto en mi vida; pero siendo meramente romántico, considero al igual que muchos, que es la realización de un deseo que se ha venido arrastrando por años y que al final es cumplido; toda la escena es preciosa, pero tiene un trasfondo emocional que golpea duro.
“Wouldn't it be lovely if we were old?
We'd have survived all this.
Everything thing would be easy and uncomplicated; the way it was when we were Young”
The Way We Were nunca fue un romance convencional.
El contraste físico e ideológico entre la pareja protagonista fue tan explosivo como eficaz y la química que se estableció entre Redford y Streisand traspasó la pantalla fulminantemente.
Porque el amor es un complejísimo chispazo que siempre se produce en el momento más inesperado con la persona más imprevisible.
Y como yo soy un sufridor y un romántico empedernido me encanta ver como un hombre y una mujer luchan por salvar obstáculos, por vencer prejuicios o por enarbolar nuevas esperanzas.
Y eso, al margen de su suntuosidad sentimental, es lo que debe ofrecer una buena historia de amor.
De The Way We Were por supuesto hay que destacar la excelente banda sonora y los diálogos.
Bonita historia sobre el amor de dos personas totalmente diferentes, que no pueden dejar de ser como son.
Su tono triste y melancólico es realmente acertado así como su desenlace, escapando de los “happy-end” hollywoodienses.
Un amor puro, verdadero, pero imposible, por la oposición o la diferencia en la mentalidad, el carácter y la personalidad de los enamorados.
En definitiva, la vida misma, cargada de tristes casos como este.
The Way We Were nos presenta de forma directa un gran amor imposible, alguien ha dicho que se trataba de una historia de amor y odio, no lo creo, por que nunca se odiaron, muy al contrario se amaron y amaban con pasión, pero al mismo tiempo alcanzaron a comprender que nunca podrían estar juntos, que paradoja tan triste.
The Way We Were ha crecido con el tiempo.
Lo que inicialmente se recibió como una clásica historia de amor, se ha convertido hoy en un indiscutible clásico, clave en la clase magistral de cine que se hacía en su tiempo (los 70), así como testimonio del contexto histórico que retrata.
No sé hasta qué punto los artífices de The Way We Were eran conscientes de la importancia de misma, que se reconocería tiempo después y que hablaba sin tapujos de temas hasta hace poco tabú, así como describía una relación amorosa alejándose de los patrones habituales de Hollywood, de una manera mucho más real y mucho más adulta.
El mérito se debe en gran parte a Redford y Streisand, una pareja de artistas que supieron construir las vidas de Katie y Hubbell tal como había que construirlas:
Alrededor de una relación absolutamente magistral, en la que ambos se quieren demasiado para estar juntos, en la que el paso de los años y el tiempo en que fueron felices se mezclan con la rutina de una vida compartida.
Una relación en la que “Te Quiero” se dice sin apenas decirlo, en que las ideas y la simple realización de una vida plena entran en conflicto por la pasión que Katie y Hubbell se profesan.
Ver cómo crece el amor, el deseo, el compañerismo, y la profunda comprensión entre Redford y Streisand es tan emotivo como haber experimentado un amor en tu propia vida:
La más compleja aventura que cualquiera pueda vivir.

“You're unhappy unless you do something.
Because of me, you're trying to lay out, but that's wrong... wrong for you.
Commitment is part of you.
Part of what makes you attractive, part of what attracted me to you”


Comentarios

  1. Completamente de acuerdo, hoy acabo de ver el final otra vez. A veces pienso que me equivoco y que no sienten nada, o que solo katy lo siente (me espejeo) pero no es cierto, son los dos. Como dice galeano, mientras duró fue infinito...

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  2. Muchísimas gracias Nélyda por leer la nota y por dejar tu comentario.

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  3. Me ha gustado mucho tu critica. Me ha encantado la pelicula, sin embargo es dolorosa y me entristece profundamente el final...

    Creo que los dos se querian muchisimo y todas esas cosas, pero yo creo que si por ella hubiese sido, hubiesen envejecido juntos, ella siempre se lo perdonaria todo... para ella el era un amor enfermizo...

    Tambien creo que al final de la pelicula el se arrepiente de no haber seguido a su lado, pero cree que ya es demasido tarde. Creo que el es un poco cobarde, no quiere sufrir y por eso se aleja... creo que al final se da cuenta que ha sufrido mas alejandose.. otra forma de sufrimiento de fondo.. menos doloroso pero mas intenso..

    El siempre estuvo enamorado de ella, desde el principio, pero sabia que seria un amor dificil y no queria pagar el precio, sabia que ella seria exigente y a el todo le legaba facilmente, no queria ser desdichado, queria una vida facil, comoda... finalmente se deja tentar creyendo que podra decir que no, pero llegado el momento no supo decir que no..

    Cuando la relacion le exige demasiado el decide salirse, acostumbrado a lo facil se revela. Me da la sensacion que el cree que se repondra y es egoista, piensa que aunque esta enamorado y la quiere que la olvidara, (aunque en el fondo sabe que no, pero decide arriesgarse) y rehara su vida felizmente.

    Finalmente, ambos consiguen tener una vida okey, y cuando se eencuentran se dan cuenta que cambiarian 1000 veces lo que tienen por lo que tuvieron...

    Me cuesta asimilar un final tan triste.. en el que ella lo dio todo, y sin embargo la vida le ha negado tanto...

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  4. Me ha encantado tu reflexión, es un final triste y desgarrador para los que somos muy románticos.
    A mi me afectó muchísimo el final, de hecho "Tal como éramos" es un título fuerte, ya que no volverá, todos los bellos momentos y la relación tan pasional no tendrá la misma intensidad si no nos decidimos en mantenerlo, haciendo un esfuerzo por cambiar, por nosotros mismos y por nuestra pareja, ya que no somos uno, somos dos pero como uno solo, comprendes?.
    The Way We Were es una lección de amor, triste si, desgarradora claro que si, pero sobretodo es REAL.
    No pudo haber tenido mejor final, creo que si la película hubiera terminado como lo pensamos, no hubiera sido tan efectiva.
    Considero que ese final es necesario, para darnos cuenta el valor del amor que tenemos y hacia nuestra pareja, la intensidad con la que tenemos que vivirlo con nuestra pareja...
    Idealista si, utópico definitivamente NO.
    Por amor todo se puede, ellos vivieron algo tan intenso que ninguno de los dos quiso completar su entrega totalmente.
    The Way We Were es una de las mejores y más ejemplarizantes historias de amor que he visto en mi vida.
    GRACIAS POR DEJAR TU COMENTARIO TAN VALIOSO.
    Recibe un fuerte abrazo.

    Alvaro

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  5. Gracias Alvaro!!

    Si es un final desgarrador, y aunque tengo una gran simpatia por los dos, el hecho de que en este caso el amor no sea suficiente es como tu dices desgarrador..

    Aunque tienen una hija en comun, no se han visto ni han guadado el contacto durante todos estos años. El dice que no quiere volver a verla, y es porque sabe que ambos caeran el las garras del otro, una vez mas vuelve a ser cobarde...

    Creo que podria haber tenido otro final, creo que una vez maduros, podrian haberlo intentado de nuevo, aprender de los errores, es cierto que los momentos pasados no volveran a ser, que lo que no fue no fue, que el tiempo perdido no volvera, pero lo que todavia puede ser, el tiempo futuro todavia puede ser..

    Completamente de acuerdo con que ninguno de ellos quiso renunciar a su cabezoneria, en cuanto a lo de la entrega, creo que habia bastado con haberse aceptado el uno al otro tal y como eran, sin intentar cambiarse o amoldarse..

    De verdad que estapelicula me duele...

    Un fuerte abrazo a ti tambien, de verdad me encanta tu blog

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  6. Estoy muy de acuerdo contigo en todos tus maravillosos detalles, de como lo planteas.
    Definitivamente, aparte de la historia, The Way We Were hubiera sido otra sin la espectacular Barbra Streisand y el guapísimo Robert Redford, y la dirección del desaparecido maestro Sydney Pollack, no lograría ver un remake o una continuación de esta historia.
    Muchas gracias por tu comentario, ten la libertad de comentar en cualquier entrada también, me complacería mucho saber tu opinión respecto a otras películas de tu interés.
    Saludos y cuídate mucho!!!

    Alvaro

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