Alarm

“Home is where the fear is”

Todos alguna vez fuimos víctimas de un robo, o tenemos algún amigo o familiar que fue víctima de los ladrones; y lejos de acostumbrarnos, padecemos las consecuencias post-robo:
El miedo, el estrés y la paranoia.
Importantes pérdidas materiales, la casa revuelta y cerraduras violentadas, son las secuelas de menor trascendencia que deja, luego de consumado un asalto.
Hay familias que pueden reponer, en poco tiempo los artefactos o el dinero que les robaron; otras posiblemente nunca más recuperen aquello que perdieron.
Lo que la mayoría jamás recobrará, es la armonía con la que vivían los tiempos previos al robo, asalto, o arrebato que sufrieron; pues ser víctima de un delito, aumenta el riesgo de enfermar.
Y esto ocurre no sólo luego de sufrir un delito, sino también al presenciarlo.
La persona que sufre una experiencia delictiva, se verá afectada dependiendo de su resiliencia, la cual es la capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional, y situaciones adversas.
Las personas con mayor resiliencia, dejan atrás muy pronto el contratiempo.
Todos, durante un acto violento e inmediatamente después, sentiremos miedo y un profundo temor.
Se altera el pulso, puede aparecer taquicardia, fiebre, vértigo, sensaciones de indisposición, sentimientos de desesperación, y ganas de llorar.
Luego del incidente, aparecerán la ansiedad, el desasosiego, la intranquilidad y las preocupaciones.
Además, habrá que sumarles el sentimiento de pérdida de las cosas robadas, y los inconvenientes que tendremos que solventar como acudir a la policía.
Es inevitable.
Siempre nos vamos a estresar después de un asalto.
Lejos de los debates sin soluciones, sobre las frecuentes olas de delitos en las que queda sumergida la tranquilidad social, están las huellas psicológicas con las que las víctimas deben convivir de por vida.
Nuevos estudios empiezan a confirmar, que esas huellas dejarían marcas en la salud física; pues una experiencia violenta, previa a un robo, aumenta 2,5 veces más el riesgo de desarrollar El Trastorno de Estrés Postraumático, después de sufrir o presenciar el delito.
Hablamos de un efecto acumulativo.
La experiencia previa, podría tener alguna similitud, pero también podrían influir razones bioquímicas para ese efecto; así, la salud física puede desmejorar debido a las alteraciones del sueño, que a menudo son parte del trastorno de estrés postraumático.
La acumulación de las tensiones que genera todo esto, y que no se agota una vez que la víctima denunció el delito y regresa a su casa, debilitaría a largo plazo las defensas del organismo.
La forma más apropiada de sobreponerse, es establecer metas adicionales para restablecer la normalidad, sustituir o renovar las cosas robadas, y seguir adelante con nuestras vidas.
Pero para muchos, no es fácil.
El solo hecho de saber que entraron en tu casa, y tocaron tus pertenencias, te perturba.
Cualquier ruido te genera miedo.
Uno camina mirando para todos lados...
Se teme que aparezca alguien por ahí…
El aparato psíquico, queda invadido de sentimientos de muerte e incapacidad de defensa.
La persona queda paralizada, e inundada por un estado de ansiedad e intensidad psíquica activa, debido a una experiencia traumatizante.
Todo depende de la estructura sobre la que se apoya la personalidad de los individuos; pues como se dijo, hay quienes superan con facilidad estos hechos; otros en cambio, deben recurrir a la ayuda de profesionales.
“3 burglaries in a month and you find nothing”
Alarm es una película irlandesa de terror del año 2008, escrita y dirigida por Gerard Stembridge.
Protagonizada por Ruth Bradley, Aidan Turner, Owen Roe, Tom Hickey, Anita Reeves, Emmet Bergin, Alan Howley, Fionnuala Murphy, y Alan Martin Walsh, entre otros.
Cuando el director y escritor Gerard Stembridge, estrenó Alarm a la audiencia, dijo que había querido hacer un “canto del cisne para El Tigre Celta”, en referencia al auge económico de Irlanda en la década de 1990.
Como dato, el primer período del Tigre Celta, se produjo a finales de los años 90, y duró hasta la recesión económica mundial de 2001.
Entre 1991 y 2003, la economía irlandesa creció a un ritmo promedio anual del 6.8%, aumentando el nivel de vida irlandés de modo espectacular, hasta el punto de sobrepasar el de muchos estados del resto de Europa Occidental.
Por otra parte, el director había querido crear un buen “thriller” de la vieja escuela.
Otro dato de interés, es que en Irlanda, los suburbios están llenos de “McMansions”, que son grandes casas que el director usó como una parábola intrigante del trauma, la disociación y la neurosis de la protagonista.
El término “McMansion” se utiliza generalmente para designar un nuevo residente de un tipo de casa de varios pisos, que no posee ningún estilo arquitectónico claro, donde se valora la apariencia superficial y el gran tamaño, sobre la calidad de la construcción.
Tales viviendas son caras, al ser producidas en zona residenciales muy grandes, que pueden asentarse en grandes lotes:
Es decir, una división entera de un “McMansion” se puede crear, tal vez docenas o más habitaciones a la vez, en cada terreno.
Sin embargo, en otro uso del término, se utiliza para referirse peyorativamente a una casa que sustituye a una casa más pequeña, en un barrio de casas más pequeñas, lo que parece demasiado grande para su solar, y por tanto, con multitudes de viviendas adyacentes.
De hecho, un “McMansion” puede carecer de ventanas laterales, debido a la proximidad de los muros de propiedades adyacentes.
En Irlanda, sospecho que el reciente vuelo a los suburbios, es un nuevo desarrollo, sin doble sentido, como sucedió en EEUU, después de La Segunda Guerra Mundial.
Para aquellos que eligen vivir allí, los suburbios tienen una mayor calidad de vida, en comparación con la vida urbana.
Alarm fue rodado en Irlanda, en los alrededores de Dublín.
La acción inicia en un periodo del tiempo, después de presenciar el asesinato de su padre por los ladrones, Molly (Ruth Bradley) está viviendo con sus amigos:
Frank (Tom Hickey) y Jessie (Anita Reeves); y ve a un psiquiatra (Emmet Bergin) para hacer frente a sus ataques de pánico de ese hecho traumático que la marcó.
Por lo que ella sueña con encontrar una casa donde se puede vivir sola.
Tras la compra de un “McMansion” en un suburbio de Dublín, se inquieta por el hecho de que su barrio está casi desierto durante las horas diurnas; por lo que como “Bienvenida”, ella organiza una fiesta de inauguración, y uno de sus amigos, trae consigo un antiguo compañero de Molly:
Mal (Aidan Turner), un joven al que Molly se sintió atraída en la escuela, y ahora se convierten en una pareja.
Con una casa nueva, y un nuevo novio, las cosas parecen perfectas…
Más tarde, cuando unos ladrones irrumpen en la nueva casa de Molly, ella rápidamente se quiebra emocionalmente, por lo que adquiere un sistema de alarma de alta tecnología.
Y es que la policía no es de mucha ayuda, pero el dueño de la tienda de hardware local, regentada por Joe y Mossie (Owen Roe), insiste en que debe tener un sistema de alarma puesto.
Aun así, los robos continúan… ni siquiera la presencia reconfortante de su nuevo novio, es suficiente para aliviar su ansiedad, que rápidamente comienza a girar en la paranoia, mientras ella sospecha que se ha convertido en el blanco de algunos viciosos criminales.
Así, Molly sospecha que alguien que ella conoce, podría estar involucrado.
Es un hecho que el visionado de Alarm se debió por una simple razón:
La popularidad actual del actor Aidan Turner, ya que nunca había oído hablar de esta película antes; la cual posee un buen ritmo de la intriga y el suspense; y claro está, el terror también; lástima que no se promovió de manera más activa, e intuyo que nadie fuera de Irlanda o Gran Bretaña, nunca ha oído hablar de Alarm.
Por otra parte, tampoco creo que este es el tipo de película pueda llegar a todos, porque para un público joven, no es lo que espera ver de un filme de terror psicológico, con estrés post-traumático, como accionante de una parte del drama.
Pero cabe señalar, muy sin embargo, que ella no tiene ninguna enfermedad rara, que aquí no hay monstruo; ella es una chica común en un estado vulnerable, como tantos otros, a los que comúnmente le ocurre un evento delictivo traumático.
Alarm no es una película perfecta, pero tienen un excelente manejo del drama, el suspenso, y es bastante realista.
“It wasn't too bad, they didn't take anything”
Los asaltos provocan una variada serie de reacciones y emociones, y cada persona que ha sido víctima de uno, expresa diferentes sentimientos y experiencias, que vivieron durante este.
Alarm es un claro ejemplo de lo que le sucede a una persona que ha sufrido un evento traumático relacionado con un asalto; sobre sus luchas y enfrentamientos con el evento, el día a día, y las posibilidades que se dan posteriormente y como resultado de un robo en una casa.
En ese sentido, el director, de manera muy realista, ofrece con Alarm, lo que puede significar el hecho.
Así las cosas, cuando un individuo sufre un asalto, Molly, experimenta una serie de reacciones a nivel psicológico y fisiológico, debido a la vivencia de amenaza a la integridad personal; por lo que se experimenta el riesgo de perder la vida, o sufrir lesiones físicas.
Las creencias de control y omnipotencia, acerca de sí mismo y del mundo, son cuestionadas en forma dramática, generando respuestas que buscan enfrentar la sensación de vulnerabilidad interna, tanto que hasta bajan las defensas y la persona se enferma mental y físicamente.
Las respuestas inmediatas ante un suceso traumático, serán diferentes en cada individuo, y variarán según la naturaleza y consecuencias de la agresión.
El sistema defensivo del sujeto, se activa ante el peligro, lo que puede facilitar o entorpecer el enfrentamiento a la situación, y la posterior reacción emocional.
La reacción al evento, puede estar intervenida por una serie de factores internos del evento, y de factores personales, así como la duración del evento, la edad, el género el sentido atribuido al evento, son características personales que influyen en el impacto personal durante un asalto.
Los efectos que dejan estos hechos, son varios, a nivel emocional, y en peores casos, a la salud de la víctima.
Inmediatamente se registran reacciones asociadas a la vivencia de eventos fuertes.
Desde un punto de vista psicológico, Molly, que sufre una experiencia delictiva, se verá afectada dependiendo de su resiliencia.
Termino que define la capacidad para aceptar la diversidad.
Las personas con mayor resiliencia, dejan atrás muy pronto el contratiempo…
Todos, durante e inmediatamente después, sentiremos miedo y un profundo temor.
En algunos casos, luego del incidente, aparecerá la ansiedad, el desasosiego, la intranquilidad, y las preocupaciones; tal y como le ocurre a Molly.
Además, habrá que sumarle el sentimiento de pérdida de las cosas robadas, y los inconvenientes que tendrán que solventar como acudir a la policía, al perder equipos como una computadora o las tarjetas, joyas, documentos de identidad, y las subsecuentes denuncias ante cada entidad involucrada.
Algunas personas, desarrollan un Trastorno por Estrés Postraumático (TEP), como  Molly.
Los síntomas primordiales del TEP, se caracterizan por una tríada con síntomas invasores, de evitación y de híper alerta.
En este sentido, es evidente la doble metáfora que se del título:
Pues Alarm significa el estado en que se encuentra la protagonista, y la alarma misma, como disparador del TEP.
Por lo que el accionar de la alarma, pueden presentarse y atraer los recuerdos recurrentes del hecho, pesadillas, evitación de conversaciones, personas o lugares que evoquen el trauma, alteraciones del sueño, irritabilidad, e intensa angustia; puesto que Molly no tienen mucha resiliencia.
El TEP, reflejaría la mantención de la vivencia disruptiva, y del impacto emocional que ha causado el hecho en Molly.
Después del asalto, ella se enfrenta a un mundo peligroso, y no es capaz de modificar su conducta ante las contingencias externas, inclusive teniendo a un novio ultra guapo.
No sólo está temerosa, confusa y con rabia, sino que además, se encuentra en una vivencia constante de vulnerabilidad, al revivir el acontecimiento traumático; más en ella, pues su padre murió a causa de un evento similar que ella misma presenció de muy pequeña.
Por lo que dará la lucha; y aquello de creer que las personas obtienen lo que merecen, o sentir que el mundo es un lugar seguro; serán creencias que se frustran, pues hay pérdida de fe y de sentimiento de desesperanza.
A esta amenaza a la integridad individual, se suma la intencionalidad del agresor, lo que causa en Molly, sentimientos de rabia e impotencia, por la percepción de injusticia y desamparo, llevando muchas veces a la idea de vengarse por lo sucedido.
Las personas que han sido asaltadas, como Molly, presentan sentimientos de vulnerabilidad y, sobre todo, de miedo a ser atacados por extraños; es decir, una conciencia de sí mismos, como posibles blancos de otros ataques, y un fuerte sentimiento de desconfianza.
Por lo que Molly duda, y pondrá la mira de sospechas en quien le vendió la casa, en quien pago la prima, a su nuevo galán, que muy curiosamente parece serlo y no, pues juega muy bien con la ambigüedad, y Molly hace calzar en su mente perturbada, que hay cierto momentos que le generan desconfianza.
O incluso, los 2 ancianos amigos de su padre, que acogieron a Molly después del asesinato de su padre, y que ahora no pueden soportar verla que se haya ido de la casa de ellos, pues Molly puede creer que es una triquiñuela para hacerla regresar.
Y es que Molly quiere iniciar una vida nuevamente, y de manera independiente, pero ella parece estar atrapada en un laberinto de neurosis y contradicciones, entre lo que quiere, y su imagen idealista de lo que ella piensa que debería querer.
Ella quiere tener interacción con los demás, bajo sus propios términos; pero no convence al entregarse al aislamiento y al anonimato, cuando no es conveniente.
Ella cree encontrar el inquilino perfecto en una suburbana de “McMansions” un residencial casi zombie, pero no quiere admitirlo.
Porque la experimentación repetitiva del suceso traumático, que le sucede a los días, y las imágenes de lo ocurrido; aparecen una y otra vez de forma involuntaria, provocando altos niveles de malestar, reacciones de ansiedad, ira, vergüenza, miedo, y en muchos casos, depresión y agresividad hacia los seres más cercanos, la pareja de amigos y Mal.
Las heridas psicológicas se agravan más, cuando en la realización de este delito, hay uso de fuerza física, armas, máscaras, y los ladrones emiten gritos y ruidos para intimidar a las víctimas.
El hecho que el reparador de la ventana, sea un extranjero, no es xenofobia, sino es un disparador para la memoria, pues le recordó al asaltante que mató al padre…
Por otra parte, la perpetración del robo en lugares considerados “seguros”, como en los “McMansions” irlandeses, por la víctima, como la propia casa, así como la reiteración de los robos sufridos, tienden a incrementar los sentimientos de vulnerabilidad, inseguridad y temor, que pueden llevar a la paralización y el encierro de las personas; y se suma el temor de ser identificados y buscados fácilmente, y el miedo a un posible retorno de los agresores.
Aun con los nuevos sistemas de alarma, se la compañía, la tecnología, o el uso de perros, no cambiara en nada lo que ya ha sucedido en nuestro cerebro, y que de un pronto a otro, se disparará como el sonido de la alarma al activarse.
Así llega la magia de la intuición, que reside en la rapidez de las respuestas que genera sobre cada individuo muchas veces, es como un “sexto sentido”
Por eso, quien se guía por la intuición, observa muchas veces lo que otros no logran ver…
En eso, la intuición se enfrenta a los procesados de información de carácter analítico.
Mientras que el análisis racional requiere tiempo, y todos podemos llegar a conclusiones parecidas, como con la policía, la intuición da soluciones inmediatas, y parece estar al alcance de los que no tienen miedo de ver la realidad de otro modo, confiando mucho en que están realizando los pasos que le aseguren implicaciones que mejoren su estado.
Para muchas personas, la intuición es algo levemente físico, un sentimiento en el estómago, o una sensación de cosquilleo en cualquier parte del cuerpo.
Para otras, como Molly, la intuición es más sensorial, una imagen que viene a la cabeza de forma repetida, un sentimiento de que esto es así de forma inequívoca, o incluso, un mensaje claro en la mente consciente.
Es lo que llamamos a veces “el sexto sentido”
Por tanto, la intuición individual, no obtiene el mismo resultado, el éxito de sentir esa sensación de que algo no está bien, o de si se está escogiendo la mejor opción, dependerá del grado de raciocinio de la persona.
Es una forma de conocimiento, que nos ayuda a reconocer las posibilidades de cualquier situación, sin recurrir al razonamiento, y percibiendo lo oculto, o lo que no aparece a simple vista.
La intuición, nos permite una aprehensión de la verdad en forma inmediata y precisa, obteniendo conclusiones ciertas, pero basadas en información limitada.
La otra parte de Alarm, es el suspenso y la intriga que es provocada por un desarrollo muy sutil de eventos, que mantiene tenso al espectador desde el principio hasta el final.
Del reparto, todo irlandeses, destaca la protagonista, Ruth Bradley como Molly, demostrando muy bien los registros producidos por un trauma causado por una muerte primero, y por un robo después; hasta llegar a la paranoia, la psicosis, y la perdida de la realidad
Del lado masculino, Aidan Turner, comenzaría a darse a conocer al gran público, al aparecer en esta película, como el guapo semental irlandés que es, demostrando una ambigüedad pasmosa, a la vez de terrorífica.
Tanto que ese síntoma de violencia a la morada, parece ser una alegoría a los embates sexuales, salvajes todos, a los que somete a Molly; por lo que bien podríamos decir, que él es el asaltante en todos los sentidos:
Emocional, con el amor; el sexual, el de morada, pues se pasó a vivir con Molly, y el asaltante al uso…
¿El motivo?
Quedará para que el espectador saque sus propias conclusiones.
Todos los actores hacen un trabajo eficaz, generando tensión, como la pareja de ancianos en la escena del número de la alarma, brutal con ese 1224 repetido hasta la saciedad; y ofreciendo una situación casi desesperada:
La misma alarma; que inicialmente, Molly se siente segura y respaldada tras la compra, dejando caer en ella, la responsabilidad emocional, siendo a la vez una crítica a la tecnología, que no es de fiar; y se convierte tanto en un instrumento de tortura, como del recuerdo traumático mismo, a modo de un sometimiento casi pavloviano de su inestabilidad.
Técnicamente, Alarm posee muy buenos planos, las oscuridades y sombras, son un amplio espectro de una mente perturbada, y muy curiosamente, posee un momento de alta tecnología, el poner a un solo actor, Owen Roe, como los hermanos gemelos Joe y Mossie, en un único plano, y por un solo momento, que se hizo muy bien.
Sobre el final, abierto, va a irritar a la gran mayoría de los espectadores que no están buscando una novela policíaca.
El verdadero enigma, parece estar presentando aquí, sin embargo, no es quién lo hizo, sino lo que realmente implica en nosotros que un hecho como el robo, haya tenido lugar; por lo que hay poca o  nada información:
¿Quiénes eran los malos?
¿Quiénes eran los buenos?
Y lo que realmente pasó cuando asaltaron y golpearon a Mal…
Pero más que eso:
¿Quién cambió las cartas?
Era Molly todo este tiempo, en su cabeza… me imagino que voy a estar pensando mucho en ello en los próximos días, pues:
¿Quién no ha sufrido un robo en la casa?
“When it happens again, she decided to fight back”
Nuestra sociedad, se ha visto afectada por la delincuencia, en este caso, los asaltos se han convertido en una experiencia casi obligada para la mayoría de las personas; y las victimas sufren traumas emocionales que alteran la forma en que solían llevar a cabo sus actividades cotidianas.
Una de las mayores preocupaciones cuando decidimos cambiar de residencia, o simplemente visitar otro país, es el nivel de seguridad del mismo.
Durante la última década, La República de Irlanda, se ha situado siempre entre los 10 países más seguros del mundo, y dentro de los 5 primeros puestos en Europa.
Concretamente, en 2012, Global Peace Index, situaba al país en el 6º puesto en el ranking mundial, mientras Dublín se colocaba en el año 2013, en la posición #14, en ciudades más seguras en el mundo, según un estudio.
Irlanda, también es un país con una tasa de criminalidad baja; únicamente se cometen 0.32 homicidios, por cada 100 mil personas.
Los parámetros considerados en el estudio, incluyen variables como número de homicidios, nivel de criminalidad percibida en la sociedad, número de personas encarceladas, inestabilidad política, gasto militar en relación al PIB, guerras en las que se participa, etc.
Por lo que Irlanda se encuentra también bien posicionada en la clasificación mundial de “ciudades con la mejor calidad de vida”, donde se valora aspectos como la salud mental y física de los habitantes, nivel de contaminación, renta per cápita, estructuras… y Dublín se situaba en el puesto #16, como una de las ciudades con mayor calidad de vida durante el 2012.
La seguridad en la ciudad de Dublín es tal, que la policía no utiliza armas de fuego.
Ver pistolas en esta ciudad, es bastante difícil, debido a los altos niveles control para el porte de arma; y la mayoría de los crímenes registrados, tienen que ver con hurtos menores, algunos casos de vandalismo, pero nada que ponga la vida de sus ciudadanos en peligro de muerte.
Del mismo modo, los secuestros y robos a mano armada, son algo muy poco común en la ciudad de Dublín; una ciudad relativamente pequeña, con cerca de un millón y medio de habitantes, y si a este factor le agregamos que Irlanda es una isla, no es difícil de imaginar, que es relativamente sencillo para las autoridades irlandesas, mantener el orden público y la seguridad para sus ciudadanos.
En términos generales, en Irlanda encontraremos ciudades muy seguras y tranquilas, con un índice muy bajo de robos y secuestros, y un gran control sobre el porte de armas de fuego, ni siquiera La Garda utiliza armas de fuego.
Así las cosas, por mínimo que sea el robo, toda victima experimenta una reacción emocional y conductual; entre 10% y 30% de los casos sufren un trauma severo en el corto plazo.
Luego de 6 meses, los efectos parecen disminuir.
Sin embargo, entre 5 y 10% de las víctimas, continúan experimentando una importante psicopatología.
Las mujeres más que los hombres, y los adultos más que los jóvenes, experimentan un estrés mayor.

“Don't worry, you'll sleep tonight”



Comentarios

Entradas populares