Phantasm

“I know you're not going to believe this, but these things were here, right in the garage, and they were going to get me!”

Creo que hay películas sin ser buenas ni muchísimo menos, se convierten por alguna extraña razón, en fenómenos de culto, siendo admiradas por algo que muchas veces va más allá de la película en sí.
Una de las comunidades de fans más fieles y apasionadas del mundillo del cine de terror son, sin duda los “Phans”, los seguidores de la saga “Phantasm” iniciada por la película de 1979.
Una producción que entre sus detalles más curiosos, es haber sido producida con tan poco dinero, que les generó millones de ganancia, creando atmosferas oníricas y aterradoras.
“You play a good game boy, but the game is finished, now you die”
Phantasm es una película de terror, del año 1979, escrita y dirigida por Don Coscarelli.
Protagonizada por A. Michael Baldwin, Angus Scrimm, Bill Thornbury, Reggie Bannister, Kathy Lester, Terrie Kalbus, entre otros.
La génesis de la historia, llegó a Don Coscarelli en un sueño inquietante:
“Corría por unos pasillos largos y sin fin de mármol, perseguido por una esfera de cromo que intentaba perforar mi cráneo con una aguja”
Esa pesadilla, le dio la idea para Phantasm; y para evitar ser molestado a la hora de escribir el guión, y para tener una buena fuente de inspiración, se fue a una cabaña aislada en las montañas a las afueras de Los Ángeles, donde permaneció allí las 3 semanas que tardó en tener listo el libreto.
A Coscarelli le vino muy bien estar aislado, pese a que no repitió la experiencia, como tiempo más tarde reconocería:
“Cuanto más tiempo permanecía sólo en aquella cabaña, más extrañas se volvían mis ideas.
No he vuelto a quedarme aislado desde entonces”
Aunque lo que marcó con muchas fuerza al joven Coscarelli, fueron los clásicos de la Universal, como “Frankenstein”, las películas con Karloff y Lugosi; también las novelas de Ray Bradbury y los filmes de Dario Argento, especialmente en el aspecto musical.
Don Coscarelli, alquiló todo el equipo de filmación usado para hacer esta película, siempre los viernes, para que los pudiera utilizar en todo el fin de semana, devolviéndolo los lunes, a la vez que sólo tuvo que pagar un día de alquiler del equipo.
“El rodaje fue muy largo, porque fue muy complicado y desorganizado.
Se hizo con estudiantes, y duró unos 18 meses.
Pero la productora, Embassy, era genial, nos promocionaron bien.
Era una compañía pequeña, y fue la gran primera película que lanzaron” dijo el director, cuyo título “Phantasm” hace referencia directa a las obras de Edgar Allan Poe, como un término usado con frecuencia en sus escritos.
Además de ser el director y guionista, Coscarelli también el director de fotografía y el montador; y realizó una mezcolanza de géneros donde cabe el surrealismo puro y duro hasta la ciencia ficción, pasando por momentos “gore” para el recuerdo, sentido del humor, sustos, un drama familiar convincente, momentos musicales, una historia de superación personal, y un villano que ingresó ipso facto en el panteón de los iconos del terror.
De bajo presupuesto, Phantasm fue realizada de forma independiente con apenas $300.000; y recaudó solo en cines de EEUU, unos sorprendentes $11 millones; siendo considerado como una película de culto.
Tanto que Kate Coscarelli, madre de Don, y escritora de novelas, escribió la novelización de la película, que se publicó en el año 2002, y se imprimieron tan sólo 500 copias.
Además de esas magníficas cantidades de taquilla, para una producción tan modesta, fueron aumentadas gracias al mercado del vídeo, en sus manifestaciones añejas de los sistemas VHS y Betamax.
Gracias a los aparatos reproductores de vídeo, muchos jóvenes que se quedaron sin poder verla en los cines debido a la restrictiva calificación por edades, pudieron disfrutarla.
Así surgió una considerable cantidad de fans de la película y la saga, a los que se apodó “Phans” de manera simpática.
Y es que Phantasm tiene una carencia de medios, que es suplida por altas dosis de imaginación surrealista sobre el horror, la perdida de la inocencia en la juventud, y el miedo a la soledad en la ausencia de los padres, fallecidos, y de un hermano mayor que se quiere largar para siempre.
Esa es la historia de Mike Pearson (A. Michael Baldwin), un joven que acaba de perder a sus padres, que observa a su hermano Jody (Bill Thornbury), mientras éste asiste al entierro de su mejor amigo.
Mike, ha seguido a su hermano sin que él lo sepa, obsesionado con la idea de que, tras el funeral, abandone la ciudad para siempre.
A la salida del cementerio, Mike es testigo de una escena muy extraña:
Un hombre alto/The Tall Man (Angus Scrimm) alza el féretro, lo introduce en un coche fúnebre, y desaparece.
Mike describe la escena a su hermano, quién lo toma por loco...
Molesto por la incredulidad de Jody, Mike vuelve al cementerio de Morningside al anochecer, infiltrándose en la morgue, donde además de descubrir una serie de extrañas criaturas espectrales, Mike es acosado por una poderosa esfera de plata que pertenece al misterioso Tall Man.
Mike intrigado por los eventos, buscará cómo acabar con él, pues cree que está matando a todos sus familiares y conocidos.
Abusivamente surrealista, Phantasm es fácil calificarla como una mala película.
Sin embargo, entre otras cosas, el inteligente uso del pírrico presupuesto con el que contó, la imaginación a la hora de incorporar elementos totalmente bizarros, y la ida de olla final, la convierten en un filme de culto.
Más con The Tall Man, el antagonista principal, que ha pasado a formar en el imaginario colectivo, parte de ese grupo de villanos clásicos del terror, como:
Freddy Krueger, Leatherface, Michael Myers, Chucky, o Jason Voorhees.
Los movimientos de esa intrigante esfera asesina, supusieron una nueva idea para matar a las víctimas, y la figura del malo despiadado, con poderes increíbles, inspiraba ciertamente terror.
Con un sonido extraordinario y un sinfín de elementos adicionales al guión, la película es bastante eficaz; y para el espectador, también es un viaje de ida.
Comprender la situación no es simple, es más, es casi incomprensible, pero es muy fácil dejarse envolver por la historia, esta épica entre el bien y el mal, que se resuelve en ese ínfimo pueblo típicamente de “La América Profunda”, que bien podría ser el barrio donde vivimos, y su cementerio enorme, con esos pasillos marmolados, llenos de nichos tan impecables como aterradores.
“The ice cream is gonna be flyin' fast and furious”
Don Coscarelli, quizá no tan reconocido como otros “maestros del horror” como John Carpenter, Wes Craven o Tobe Hooper, pero con la misma calidad gráfica y originalidad, merece ser incluido en esa la lista de realizadores que dieron aire fresco al cine de miedo por los 70/80, con una producción que mezcla una tétrica historia, donde el director da cátedra de cómo ambientar una película de terror, no con “scarejumps” sueltos por ahí, sino por la atmósfera en que la envuelve.
No únicamente al uso de la iluminación, sino también al uso de la banda sonora, que es impresionante, así como los efectos de sonido, las inquietantes transiciones entre escena y escena, y algunos planos de cámara, poco comunes para la época, pero muy efectivos.
Todo esto hace que Phantasm despierte no solo una ambientación de terror única, sino también una magia muy difícil de determinar, porque también el guión mezcla algunas cosas propias de la ciencia ficción.
El guión es muy enigmático, y aun con el final, hay cosas que no se explican.
El halo de misterio que envuelve a Phantasm durante todo el desarrollo, y aun con el desenlace, vamos a sentir que una secuela es necesaria, pues te deja con las ganas y con muchísimas preguntas, porque Mike sigue a escondidas a su hermano Jody hacia el cementerio, donde este asiste al funeral de un amigo suyo asesinado en extrañas circunstancias.
Acaban de perder a sus padres, y Mike está obsesionado con la idea de que su hermano mayor, en cualquier momento, decida marcharse de casa, y lo abandone para siempre.
Durante el funeral, él observa con unos potentes binoculares, como un hombre alto, alza fácilmente y sin ayuda de nadie, saca el féretro, lo introduce en el coche fúnebre, y desaparece misteriosamente con él de aquél lugar.
Esa noche, Mike va a investigar, y es atacado por unos seres extraños, y sueña con The Tall Man, el que le advierte que no se meta en sus asuntos…
El joven decide investigar más, adentrándose en el gran mausoleo del cementerio.
Un enterrador le descubre, pero es atacado por una extraña esfera voladora, clavando sus cuchillas en la cabeza, y desangrándole.
The Tall Man persigue a Mike, que se refugia tras una puerta de acero, y al cerrar la puerta con fuerza, corta los dedos de los que sale un extraño liquido amarillo…
Y consigue escapar.
Reggie (Reggie Bannister) amigo de ambos chicos, decide acompañarles en su misión para intentar saber, qué ocurre, y saber quién es ese The Tall Man.
Camino del cementerio, son atacados por los extraños seres ayudantes The Tall Man, que resulta ser el amigo que había muerto el día antes...
En el mausoleo, en una habitación, encuentran barriles que contienen y preservan los restos de los cadáveres, y una puerta espacio/temporal, una frontera interplanetaria, que los hace pensar que The Tall Man es extraterrestre; y descubren que The Tall Man utiliza tecnología para producir esclavos zombis de tamaño reducido, que son tele-transportados a otro planeta para trabajar.
Jody muere, pero Mike y Reggie consiguen escapar con la certeza de que no será la última batalla...
El famosísimo golpe de efecto final, vuelve a introducirnos, inesperadamente, en el mundo de las pesadillas:
The Tall Man se aparece en el dormitorio de Mike, y este es arrastrado hacia la oscuridad, por unas garras que brotan de un espejo a sus espaldas…
El leitmotiv de Phantasm, son los miedos de Mike.
Miedos que van desde situaciones normales y cotidianas, como el miedo a perder a su hermano Jody, y quedarse solo para siempre; a los miedos más sobrenaturales, encarnados por The Tall Man, sus secuaces, y demás “agentes del miedo”
En una escena memorable, Mike visita a una adivinadora con gafas oscuras que ocultan su ceguera, y que provoca pavor…
Mediante la nieta de la adivinadora, Mike deberá meter su mano en una caja negra, en evidente homenaje a la novela de Frank Herbert, “Dune” luego adaptada por un David Lynch que conservaría ese momento del libro, ilustrándolo gráficamente; la caja le hace daño, pero cuando Mike consigue sacar su mano, la adivinadora le dirá:
“El miedo es lo que mata.
Todo estaba en tu mente”
Palabras que flotarán como un eco durante la narración, y que son la clave para el epílogo.
Pero sin duda, el núcleo central del culto hacia esta obra, deriva de la atávica fortaleza de los temas que trata.
Si bien toca tangencialmente la cuestión del sexo, una de las grandes preocupaciones, e intereses de la adolescencia, Phantasm se centra en el secreto de la tanatopraxia, que es la técnica de conservación de cadáveres, y el misterio de la muerte.
La otra gran cuestión que una psique en desarrollo debe afrontar y resolver.
Un tabú de primer orden, dentro de una cultura que presume de carecer ya de ellos.
Un asunto, original en su tratamiento, encarnado por un actor, el icónico Angus Scrimm, que al igual que el resto del reparto, realiza un trabajo bastante decente, aunque no tan arrollador como sería deseable.
Esta apreciable carga temática, queda expandida hacia el proceso de duelo, el dolor inconsolable que conlleva una pérdida, y el torturado mundo interior de los niños, por medio del sorprendente desenlace.
Porque Phantasm es sobre el duelo y la muerte.
Muchos de los fans de la película, son muchachos jóvenes, de entre los 10 y 13 años de edad; y según cuenta Angus Scrimm:
“Phantasm es la expresión de todas sus inseguridades y miedos”
Y afirma que el tema de la pérdida y cómo, por fantasear acerca de la muerte, los jóvenes se ven reflejados en el protagonista, con las muertes en su familia, que conduce la historia.
Coscarelli lo identifica como una “historia predominantemente masculina” con la que los jóvenes adolescentes responden.
Scrimm explica la popularidad de Phantasm, como los aficionados que responden a temas de la muerte, y el propio The Tall Man representa la muerte.
The Tall Man, es como la encarnación de los miedos infantiles de los adultos, y gana al final, porque los sueños son el único lugar donde la muerte puede ser derrotada.
El director cuenta:
“Yo tenía un reparo para tratar de hacer algo en el género de terror, y empecé a pensar acerca de cómo nuestra cultura se encarga de la muerte; es diferente que en otras sociedades.
Tenemos esta figura central de un empresario de pompas fúnebres.
Se viste con ropa oscura, que se esconde detrás de las puertas, que hace procedimientos en los cuerpos que no conocemos.
Todo el asunto del embalsamamiento, es bastante raro.
Todo culmina en esta gran producción de servicios funerarios.
Es algo extraño.
Simplemente parecía que iba a ser una gran idea, en la que habría que hacer una película”
Los sueños y el surrealismo, son también una parte importante del Phantasm.
Marc Savlov, del Austin Chronicle, compara Phantasm a las obras de Alejandro Jodorowsky y Luis Buñuel en términos de rareza.
Savlov la describe como “de terror existencialista y verdaderamente extraña mezcla de terror extravagante, gore, y juegos mentales psicológicos, que a propósito, desdibuja el límite entre la vigilia y el sueño”
Y se dice que la esfera, entendida en los sueños, es parte de la imaginación de un niño perturbado.
Otro dato de interés, es que Don Coscarelli escribió el guión con Michael Baldwin, y Angus Scrimm en mente, para los papeles de Mike y The Tall Man.
Angus Scrimm, cuyo apellido artístico no por nada suena muy parecido a “Scream” o “Grito”; su actuación no consiste en hacer aspavientos, sino que basta su sola presencia, y amenazante estatura para intimidar.
Un papel icónico, que aunque condenó al actor a estar asociado para siempre con la saga “Phantasm”, le proporcionó una popularidad entre los aficionados con la que todavía goza.
The Tall Man, es un ser alienígena de otra dimensión, con aspecto humano, y sangre amarilla, cuya misión es la de recuperar cadáveres del cementerio, y convertirlos en enanos zombies de un metro, para que le sirvan como esclavos en su planeta.
Como el propio Scrimm dice:
“Estoy continuamente sorprendido, de que los fans tengan tanto afecto por un personaje tan oscuro, cuyo negocio es básicamente la muerte”
Pero el resto del reparto también merece parabienes:
Michael Baldwin, convierte a Mike, en un personaje adolescente con el que nos podemos identificar, algo que pocas veces se repitió en el género con la profusión de adolescentes chillones y/o estúpidos listos para servir de carnaza a “slashers” varios.
Bill Thornbury, como el hermano mayor, Jody, con inclinaciones musicales y al cuidado de Mike tras la muerte de sus padres, al principio no se muestra nada dispuesto a creerse las historias de Mike, sobre todo tras “cortarle el rollo con una hermosa rubia en el cementerio”
Pronto descubriremos, que tal rubia no era tal...
Pero tras el episodio del insecto, sí está dispuesto a ayudar y proteger a su hermano, en una interesante relación entre hermanos.
Reggie Bannister, supone una presencia agradecida, que será vital en las futuras entregas de la saga.
También, podemos ver a los padres de Don Coscarelli y Reggie Bannister, como extras en la escena del funeral.
Phantasm es una película llena de momentos memorables, de los cuales, 3 son los que destacan:
El primero, es lo que ocurre justo después de que Mike salve a Jody de ser otra víctima de The Tall Man, en su disfraz de mujer, tras ser asustado por una criatura enana; cuya apariencia recuerda poderosamente a los “Jawas” de “Star Wars” (1977)
Menos mal que el bueno de George Lucas no vio Phantasm durante esa época, por lo que los abogados de Lucasfilm no tuvieron que visitar a Coscarelli…
Pero tampoco sería para tanto, pues mientras Coscarelli y compañía rodaban Phantasm, les llegaron noticias de que una película titulada “Star Wars” (1977) incluía en su metraje, a unos seres diminutos, vestidos de marrón, conocidos como “Jawas”
Pese a que el “look” de las criaturas de las 2 películas es muy parecido, fue una simple coincidencia.
Así pues, tras la bronca de Jody por el “coitus interruptus”, se produce un fundido en negro...
Nos encontramos a Mike en su cama, durmiendo plácidamente, cuando de repente, se encuentra en el cementerio, y aparece The Tall Man y sus esbirros para arrastrarle consigo.
Todo acaba resultando una pesadilla, y siendo el plano más célebre de la película.
A Jody, le espera otra pesadilla similar, en la que se encuentra sentado en el pasillo del mausoleo, y The Tall Man avanza hacia él, y es arrastrado por sus esclavos a través de un nicho… durante otro sueño.
El siguiente momento cumbre, se produce justo después de esta escena.
Mike se dirige al cementerio, para investigar qué sucede allí.
No tarda en meterse en El Mausoleo y en esconderse dentro de un ataúd de uno de los esbirros de The Tall Man.
Cuando está a punto de ser descubierto, aparece The Tall Man.
Mike aprovecha para escapar por los pasillos blancos del mausoleo, y justo entonces, le persigue una misteriosa esfera…
El esbirro de The Tall Man aparece, y le atrapa, para que sea víctima de la esfera.
Se cuenta que para rodar las escenas con la esfera, se utilizaron efectos especiales sencillos, y de bajo coste.
La esfera estaba sujetada por un fino hilo de pescar, y era lanzada por un jugador de béisbol situado tras la cámara.
Luego, la escena sería montada “al revés”
Un procedimiento parecido se utilizó para la escena en la que la esfera se adhería a la cabeza del hombre:
Primero se rodó al actor con la esfera pegada a su rostro, y después se retiró, siendo también manipulada para que transcurriera “al revés” de cómo se rodó.
Las mayores complicaciones para el equipo técnico, vinieron con que la esfera reflejaba a las cámaras y técnicos, cosa de la que se dieron cuenta cuando llevaban 3 días rodando las escenas con efectos especiales en las que salía la esfera.
Cada una de ellas, tuvo un costo de $1.1000
Pero en la historia, Mike se escapa mordisqueando la mano del malvado esbirro, y la esfera impacta en la frente del moloso.
La esfera taladra el cráneo del esbirro, y brota su sangre amarilla, provocando que la víctima se mee en los pantalones.
Un momento “gore” por el que han transcurrido 37 años, y no ha perdido nada de su efectividad, que muy sin embargo, le trajo problemas de censura.
Y es que había problemas que resolver con la censura, mucho más letal que la esfera asesina de Phantasm, y que los “slashers” y psicópatas del cine.
En un principio, la Motion Pictures Asociation of America, que lleva los asuntos de las calificaciones por edades en los Estados Unidos, “regaló” a la película, una clasificación “X”, precisamente por la secuencia de la esfera, y por el hombre orinando en el suelo, una vez muerto.
La clasificación “X”, conllevaba tener muchas dificultades para el estreno de la película, al ser pocos los cines que aceptaban programar las películas que arrastrasen dicha calificación.
Pero a Phantasm le salió un inesperado defensor, que era el crítico de Los Ángeles Times, Charles Champlin, que admiraba la película.
Champlin, tenía un amigo influyente en la Motion Pictures Asociation of America, y le hizo una llamada telefónica, para ver si podía rebajar la calificación “X” a una más aceptable “R”
La llamada de Champlin surtió efecto, y un agradecido Coscarelli, ordenó que en los posters y material promocional de Phantasm, se incluyeran extractos de la elogiosa crítica.
Sin embargo, se le ha achacado que Phantasm no tiene ninguna puta coherencia.
Hay un alien con el cuerpo de un Tall Man, un universo paralelo en el que las víctimas The Tall Man trabajan como esclavos en forma de “Jawas”
¿Es que The Tall Man los somete a una reducción jíbara?
Y para acabar, tiene un final que deja el “todo fue un sueño” a la altura del betún.
Cómica la subtrama de la pitonisa y su nieta, y cómo se abren de manera gratuita argumentos que no se cierran, con esa caja negra del dolor, y un sinfín de errores de continuidad y de atrezzo.
Ni hablar del poster promocional, con la mujer gritando en la cama… que por ningún lado sale.
El propio Don Coscarelli cuenta, que escribió la obra a partir de diversos sueños, y es cierto que el mundo onírico tiene una vena latente en la película, es inexplicable, y aún al finalizarla, quedan muchísimos interrogantes sin solucionar.
En cierta medida, y sabiendo a lo que me expongo diciendo esto, la película tiene un aire “twinpeakiniano”, mostrando una atmósfera malsana que tiene muchos puntos en común con otras películas surrealistas; es cierto que el género de terror de los años 70 es propicio a mostrar elementos sobrenaturales, como si no podría explicarse la fuerza inmune de Michael Myers en “Halloween” (1978),  pero en Phantasm, aún queda más sublimado si cabe el aspecto onírico.
De igual manera sucede con algunos elementos que Coscarelli introduce, y que acaban por configurar una lista interminable de preguntas:
¿Quién es The Tall Man?
¿Cuál es su objetivo?
¿Qué significan el ejército de enanos/duendes que tiene a su disposición?
¿Por qué una esfera de metal atraviesa la cabeza de una persona sin motivo alguno?
¿Qué pasa en el cementerio?
Y así sucesivamente, sin olvidar los toques de humor, que tratan de simular un amateurismo total por parte de Coscarelli, como podría resultar el hecho de que los 2 hermanos tengan un auténtico arsenal de armas en casa, o el hecho de que a los 2 les guste frecuentar el cementerio, tanto que uno decide practicar sexo en dicho lugar; seguramente tiene que ser una experiencia inolvidable…
Es evidente que, o a Coscarelli no le interesa revelar los secretos del argumento, que podría ser loable, sino es porque la película pierde casi todo su sentido; o no ha revisado el guión más de una vez.
A esta absurdidad que demuestra a cada paso, hay que matizarle el hecho de que por lo menos, Coscarelli ha sabido crear alguna secuencia de interés, que consiguen dotar a la película de una onírica atmósfera.
Es el caso de la escena a cámara lenta que nos muestra al personaje The Tall Man, fijarse en el muchacho, mientras pasean ambos por la ciudad; o las secuencias que tienen lugar en la residencia del malvado antagonista, donde Coscarelli emplea una interesante gama de colores.
Para el resto de escenas, observamos una gama naturalista, con el predominio de los verdes de la vegetación, pero en cuanto nos acercamos a los dominios de The Tall Man, la película se dirige hacía una gama mucho más fría, dominada por los grises y blancos.
Su mundo, está evidentemente relacionado con un mundo vacío de color, y de imaginación, donde predomina el formalismo.
En definitiva, Phantasm es una película extraña y personal, pero con demasiados errores como para acabar tomándosela en serio.
Quizás el ambiente onírico no sea casualidad, pues el germen tiene su origen en un sueño/pesadilla del director.
Coscarelli, incluso se permite el lujo de dejar numerosos cabos sueltos.
Y se agradece, pues no siempre gusta que todo sea explicado al detalle como si los espectadores fuesen tontos.
Uno de los aspectos que objetivamente es un acierto, es la banda sonora a cargo de Fred Myrow, con una melodía central deudora sólo en espíritu de “Halloween” (1978), creada supongo que con un sintetizador, abraza la naturaleza del metraje, y profundiza en su faceta onírica.
La escena donde Reggie Bannister y Bill Thornbury están tocando guitarra, no estuvo trucada ni doblada, y no tiene desperdicio, es fascinante, y efectivamente, estos actores son excelentes músicos, el tema que tocan en esa escena, se llama “Sittin’ Here at Midnight”, que pertenece a esta banda sonora.
“I just don't get off on funerals, man, they give me the creeps”
Más que una mera cinta de culto, Phantasm supone un ejemplo paradigmático de lo que debe ser una película “exploit” serie B de culto, pues contiene todo lo positivo y negativo de esta complicada etiqueta.
Su director, Don Coscarelli, tuvo un golpe de suerte, que ya no le acompañaría en su carrera.
Tal vez, la saga de sus películas sobre “The Tall Man” ha sido consecuencia de un disparatado derrame de ideas que había que aprovechar, entre cadáveres revividos, puertas al inframundo, y letales esferas voladoras, dispuestas a succionar el cerebro de cualquiera que les entorpezca su camino.
Y es que a Don Coscarelli debe gustarle el “Do It Yourself” o “Hágalo Usted Mismo”, viendo los diferentes roles que ejerce en cada nueva película que realiza.
Y Phantasm, es el largometraje por el que se hizo conocido, un film de culto que él mismo financió con dinero de la familia, contando con amigos y actores no profesionales para interpretar; siendo Coscarelli el que dirige, escribe, monta y fotografía, casi todos ellos apartados técnicos, que repetiría en las secuelas que llegaron años después; y que hasta el momento, tiene 4:
“Phantasm II” (1988), “Phantasm III: Lord Of The Dead” (1994), “Phantasm IV: Oblivion” (1998) y “Phantasm: Ravager” (2016)
Sus defectos, intrínsecos al dinero que disponían, malos actores, efectos especiales cutres, y un ritmo a trompicones, suma de momentos aburridos y contemplativos, con otros de mucho más interés, aquellos que han hecho del film de Coscarelli de 1979, como su labor, sea recordada más de 30 años después de su estreno.

“You think when you die, you go to heaven.
You come to us!”



Comentarios

Entradas populares