CHAЯLY

“Test-tube conception, laboratory birth, TV education, brave new dreams, brave new hates, brave new wars; a beautifully purposeless process of society suicide”

El Mito de Ícaro, es uno de los mitos clásicos más breves y, a la vez, más complejos.
En la mitología griega, Ícaro es hijo del arquitecto Dédalo, constructor del Laberinto de Creta, y de una esclava llamada Náucrate; que estaba retenido junto a su padre en la isla de Creta por El Rey de la isla, llamado Minos.
Por lo que Dédalo decidió escapar de la isla, pero dado que Minos controlaba la tierra y el mar, Dédalo se puso a trabajar para fabricar alas para él y su joven hijo, Ícaro; y enlazó plumas entre sí, uniendo con hilo las plumas centrales, y con cera las laterales; y le dio al conjunto la suave curvatura de las alas de un pájaro; mientras Ícaro, a veces corría a recoger del suelo las plumas que el viento se había llevado, o ablandaba la cera.
Cuando al fin terminó el trabajo, Dédalo batió sus alas, y se halló subiendo y suspendido en el aire.
Equipó entonces a su hijo de la misma manera, y le enseñó cómo volar.
Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro, que no volase demasiado alto, porque el calor del sol derretiría la cera; ni demasiado bajo, porque la espuma del mar mojaría las alas, y no podría volar.
Así huyeron y pasaron las islas de Samos, Delos, Paros, Lebintos y Calimna, y entonces, el muchacho comenzó a ascender...
El ardiente sol, ablandó la cera que mantenía unidas las plumas, y éstas se despegaron.
Ícaro agitó sus brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire, y cayó al mar.
Su padre lloró y lamentando amargamente sus artes, y, en su memoria, llamó Icaria a la tierra cercana al lugar del mar en el que Ícaro había caído.
Dédalo llegó sano y salvo a Sicilia, donde quedó bajo la protección del Rey Cócalo; y allí construyó un templo a Apolo, en el que colgó sus alas como ofrenda al dios.
Si reparamos en que Ícaro fue tentado por alcanzar una utópica grandeza, no es difícil deducir, que lo que terminó derribándolo fue el exceso de ambición.
Por ende, el punto medio o punto de equilibrio, quizá podríamos situarlo entre esa ambición, y el conformismo.
Quien en su vida opta por no arriesgarse, por aferrarse temeroso al conformismo, será como quien vuela al ras del agua, y corre el riesgo de mojar sus alas, y no poder volar.
Quien en su ambición, no evalúa los riesgos y asciende sin medida ni propósitos claros, puede que pierda sus alas, y perezca en la caída.
El temor que nos detiene al conformismo, no es más que un obstáculo que debe sortearse.
Nunca habremos de superarnos, en diferentes aspectos de la vida, si solo tenemos miedo de volar; pero esto no significa dejar de lado la prudencia, y arriesgarnos a todo sin evaluar las posibles consecuencias.
En todo caso, la mesura que faltaba a Ícaro, y que todos deberíamos tener, debe ser la consecuencia de un análisis racional que ponga freno a impulsos emocionales desbordados.
“I was wondering why the people who would never dream of laughing at a blind or a crippled man would laugh at a moron?”
CHAЯLY es un drama de ciencia ficción, del año 1968, dirigido por Ralph Nelson.
Protagonizado por Cliff Robertson, Claire Bloom, Lilia Skala, Leon Janney, Ruth White, Dick Van Patten, Edward McNally, Barney Martin, William Dwyer, Dan Morgan, entre otros.
El guión es de Stirling Silliphant, basado en la novela “Flowers for Algernon” de Daniel Keyes, publicada en 1966.
La obra novelada de Keyes, no muy extensa, se caracteriza fundamentalmente por indagar en los desarreglos mentales de sus protagonistas, o en sus particulares percepciones, campo en el que aplica sus conocimientos de psicología, y que le sirven para recrear de forma realista cada situación, en principio, muy ajena al lector pero, estimulándole empatía.
La novela “Flowers for Algernon”, a su vez, se basa en una historia corta del mismo nombre, escrita en 1958 por Keyes, y publicada en “El Compartimiento de La Fantasía y La Ciencia Ficción” en 1959.
Probablemente lo más excepcional del cuento, sea la forma de contarlo, extraordinariamente original, y sobrecogedoramente, aunque al mismo tiempo manteniéndose en el terreno de la contención, emotiva.
También, es muy interesante el hecho de que sea uno de los pocos relatos de ciencia ficción, narrados desde el interior del alma de su protagonista.
Isaac Asimov contaba en una antología de los premios Hugo, editada por él que, al entregarle el premio Hugo a Keyes, en lugar de ponerse a pensar en aquellos relatos de su propia cosecha, que lo hubieran merecido más, le preguntó en voz alta delante de la audiencia, en la más completa sinceridad y admiración al escritor, Daniel Keyes:
“¿Cómo lo has hecho?”
A lo cual, el autor agarró de la chaqueta al Buen Doctor, y le susurró:
“Isaac, cuando lo descubras me lo dices, ¿vale?
Honestamente me encantaría volverlo a hacer”
CHAЯLY ganó un premio Oscar al Mejor Actor para Cliff Robertson, sin embargo no estuvo presente, la razón fue porque estaba en medio de la filmación de “Too Late The Hero” (1970) en Filipinas; y el director Robert Aldridge, no permitiría que se fuera debido a las restricciones presupuestarias.
Finalmente, el 3 de junio de 1969, Robertson recibió la preciada estatuilla de manos de Gregory Peck, a la sazón, Presidente de La Academia.
La acción sigue a Charlie Gordon (Cliff Robertson), un hombre de 37 años que sufre retraso mental con un cociente intelectual de 68.
Es elegido para probar un tratamiento que podría triplicar su inteligencia mediante una operación.
Sus progresos, son comparados en paralelo con los de un ratón, Algernon, del cual el protagonista se hace amigo.
Así, Charlie nos cuenta, a través de sus informes de progresos, no sólo sus avances, sino también sus sentimientos y su propia evolución ascendente, lenta al principio, disparada hasta hacerle un genio después...
Convertido en “un hombre normal”, se enamora y vive feliz, pero llega un día en que los efectos de la operación empiezan a desaparecer, y llega la caída, cuando los mismos efectos del tratamiento, le hacen perder todo lo ganado, sabiéndose que va a acabar tan mal como al principio, o peor.
Durante la narración, que en la novela está construida como un diario personal por el propio Charlie, iremos observando el aumento de sus capacidades.
Su ortografía y manera de expresarse, experimenta una mejoría paulatina, y cuanto más avanzamos en la historia, aunque empeora hacia el final a causa del declive de las capacidades intelectuales del protagonista; observaremos también un trasfondo de represión hacia las acciones de abuso, que muchas veces se cometen por crueldad hacia personas con una inteligencia reducida; a modo de un análisis del comportamiento humano, así la idea de que la felicidad es relativa, y la lucidez también.
“They say, Charly, that true love is letting go”
CHAЯLY era un proyecto personal del propio Cliff Robertson; que había interpretado al personaje en una adaptación televisiva de la obra:
“The Two Worlds Of Charlie Brown” en 1961, y había adquirido los derechos para llevarla al cine en algún momento de su carrera.
Y, sin lugar a dudas, CHAЯLY es la mejor actuación de su filmografía; la cual es en realidad, una variación del Mito de Ícaro, el héroe griego que quiso escapar de su prisión, construyéndose alas con plumas y cera; pero al sentirse poderoso en el aire, quiso acercarse al Sol, y el calor de éste derritió sus alas, provocando su caída fatal al mar.
Charly Gordon, es un adulto con un serio retraso mental; que está siendo estudiado por un grupo de científicos de la universidad, quienes desean probar con él, una terapia experimental que le permitiría incrementar su nivel de inteligencia.
Pero el éxito de la operación, supera con creces a las expectativas más optimistas, ya que ahora Charly es capaz de absorber conocimientos escolares, secundarios, y universitarios en cuestión de días, llevando su coeficiente intelectual al nivel de un genio.
Sin embargo, Charly acaba de descubrir que la salud de Algernon, el ratón de laboratorio en el cual probaron el proceso experimental por primera vez, está teniendo problemas.
Y todo parece indicar que, a menos que él utilice su inteligencia para encontrar una cura, los efectos de la terapia desaparecerán en cuestión de un puñado de días.
Durante la primera parte de CHAЯLY, podemos ver la triste vida del protagonista:
Las bromas crueles a las que le someten sus compañeros de trabajo, el dolor y rabia que experimenta al fracasar ante un ratón que le supera resolviendo laberintos, su patética vida en un departamento pequeño y destartalado...
Charly es un hombre de buen corazón, cuyo único delito es tener retraso mental.
El mundo, es así de injusto.
Finalmente, la operación resulta ser un éxito, y sus capacidades intelectuales comienzan a desarrollarse.
A medida que se va volviendo más inteligente, su vida cambia, y sus respuestas emocionales maduran.
Así comienza un viaje psicodélico en plan hippie, esto se muestra de forma muy conceptual a través de escenas de estética “underground”, más tarde entabla una relación sentimental con su tutora, objeto de su deseo, y por último, empieza a demostrar hastío y escepticismo hacia la sociedad que le rodea.
Tristemente, Charly comprueba, que ser más listo que los demás, puede aislarle del mundo igual que ser retrasado mental.
Los dilemas morales están muy bien llevados a cabo, con absoluta sinceridad.
En ese sentido, CHAЯLY es muy realista; pues no hay fantasía ni idealismos.
Si algo tiene que ser cruel, será cruel; es lo que hay; y creo que en ello radica gran parte del encanto de CHAЯLY.
El drama explota al final, cuando Charlie descubre que Algernon, el ratón de laboratorio que fue sometido su mismo tratamiento que él, ha muerto como consecuencia del mismo, y que el proceso revierte en humanos, de modo que volverá a ser retrasado mental de nuevo.
En ese momento, Charly empieza a experimentar la impotencia de saber que perderá todo lo que ha ganado sin remedio:
Su vida desaparecerá, él desaparecerá, quedará apenas como recuerdo en la mente de los otros.
Volverá a ser de nuevo, el insignificante e ingenuo Charly.
Es el actor Cliff Robertson quien marca los ritmos del relato, si bien es cierto que cuando Charly se vuelve un genio, el personaje se enfría, y se aleja de la simpatía del público; aquí es cuando faltaba un momento más reflexivo sobre la velocidad y los costos del cambio.
La riqueza de la historia, daba para múltiples lecturas, por ejemplo, que Charly se convirtiera en una especie de iluminado, de una eminencia intelectual capaz de resolver y/o anticipar el futuro de la humanidad, hay algunas grageas sobre esto en el discurso final que da en la conferencia científica; con lo cual, el personaje se hubiera convertido en una especie de Mesías apocalíptico, engendrado de manera anti natural por la ciencia; o en su defecto, también un Frankenstein o Prometeo moderno.
Pero aquí la historia decide no tomar dicho camino, e incluso abandona la excusa científica que dio lugar al relato, y se restringe a un desarrollo meramente dramático.
Lo que vemos, es como una persona discapacitada se recupera lo suficiente como para ver que el proceso es limitado, y va a ser testigo de su propia caída.
Es como una visión completamente pesimista y determinista, la que nos dice que somos incapaces de modificar nuestro propio destino.
En tal sentido, el propósito del relato es fútil:
¿Qué es lo que ha podido rescatar Charly de toda esta experiencia, más allá de ver su propia decadencia, y hasta su eventual muerte con plena lucidez mental?
¿Se trata de un melodrama hábilmente camuflado, una tragedia exagerada hasta el paroxismo, destinada a provocar el llanto de la platea?
Por otro lado, existe un discurso conservador subyacente en la historia, similar al de los filmes de ciencia ficción de los 50, en donde se nos advertía que la ciencia equivalía a jugar con los poderes de Dios, y que la misma se nos pondría en nuestra contra.
Ni siquiera Charly, en su etapa genial, y poseedor del cerebro más brillante de la historia de la humanidad, es capaz de resolver el dilema de su irreversible decadencia mental.
Sin embargo, CHAЯLY trata temas muy profundos, por primarios y esenciales en la existencia humana:
La integración, la necesidad de sentirse como los demás.
Charlie quiere ser más listo, no para ser más que nadie, sino para ser uno igual que los que le rodean.
El afán de superación o búsqueda del éxito, en el que se embarcan, respectivamente, el protagonista y los doctores.
El desarrollo intelectual y el desarrollo emocional, 2 líneas fundamentales de crecimiento en la persona, y no siempre parejos, como apreciamos en la historia que nos ocupa.
Cuánta importancia tiene los acontecimientos de la niñez, y el aprendizaje en el núcleo familiar...
Llegan a marcar, para bien o para mal, la vida adulta de una persona.
La importancia de adquirir más conocimientos en nuestra vida, pero también de saber dónde tenemos nuestras limitaciones.
Lo efímera que es la felicidad, y lo necesario de saber disfrutar de los pequeños momentos.
El tratamiento hacia los retrasados mentales, por parte de la sociedad y por parte de las instituciones.
Sin embargo, en CHAЯLY hay algunas diferencias sustanciales con la novela:
La gracia del libro, además de la originalidad de su historia, consistía en que estaba narrado en primera persona por Charly, con lo cual arrancábamos con su etapa de retraso, vemos como pule su lenguaje cuando se vuelve un genio, y culmina con el autor siendo incapaz de hilvanar sus pensamientos, debido al desmoronamiento mental provocado por la desaparición gradual de su propia inteligencia.
Por otra parte, Gimpy en el libro, era de los pocos que defendían a Charly cuando era retrasado.
Incluso, trata de enseñarle a hacer pan, o le regala alguna baratija para que sonría; pero en la película es otro energúmeno que se divierte y se aprovecha de que es retrasado, para reírse a su costa.
En el libro, Charly tiene un padre y una madre, pero aquí no se ven por ningún lado.
¿Quién se hace cargo de Charlie?
Me refiero a que es raro verlo al principio, trajeado con chaqueta y corbata.
¿Quién le ha vestido tan elegante?
En el libro, Charly cuando comienza a ser inteligente, se cuestiona la existencia de Dios, y eso le horroriza, que pueda no existir, y volverse ateo con la ciencia de su mente... pero aquí sin embargo, cuando le preguntan los sabios cómo será el mundo en el futuro, de la religión habla de ella “como la última esperanza”
El libro no tiene derroteros religiosos, y menos en Charly siendo listo, aunque se menciona una vez el símil de que la operación cerebral es la manzana que comió Adán del árbol del conocimiento.
Y por cierto, este diálogo que tiene Charly con los sabios, sobre cómo será el futuro, en el libro no existe, pero es refrescante el que al menos tenía cierta crítica la película, al preguntarle alguien:
“¿Nivel de vida? Televisión en todos los hogares”
“¿Educación? Televisión en todos los hogares”
Todos ríen, menos Charly.
O decir que en el futuro, que naceríamos por fecundación in vitro, o que habrá nuevas guerras...
Ahora es una realidad.
En el libro Charly se escapa y desaparece en mitad de la convención de científicos; aquí también huye, pero se nos vuelve entre hippie/porrero.
Ser hippie o fumar porros, no te hace ser delincuente, pero CHAЯLY te muestra ese tipo de personas como si fueras una persona “cool”
En el libro no pinta cuadros, o se ve el intento de violación de la doctora Kinnian por parte de Charly.
Aunque en ambos casos, es una historia de amor que acaba mal, el final es menos dramático que en la novela, donde Charlie acaba en el asilo Warren para deficientes; mientras en el film, vuelve a sus columpios.
Pero es igual la sensación de desolación.
Al final del libro, Charly pide que le lleven flores a Algernon, frase que da título a la  obra.
Sin embargo, en varias escenas de CHAЯLY, nos muestran a su protagonista en la soledad de su cuarto, sentado frente a una modesta pizarra practicando la escritura de palabras.
Charly tiene dislexia, la dificultad para leer causada por un problema cerebral a la hora de identificar las palabras; como nuestro protagonista, los pacientes disléxicos, aunque sepan deletrear correctamente una palabra, suelen invertir algunas letras al tratar de escribirla.
Como dato, se aprecia antes de Charly gane su inteligencia, escribe zurdo; y cuando se convierte en brillante, escribe diestro…
Por otra parte, desde el punto de vista bioético, CHAЯLY nos plantea algunas cuestiones relacionadas con el consentimiento informado en las personas con una discapacidad intelectual.
La Dra. Kinnian le ofrece a Charly, la posibilidad de someterse a una intervención cerebral para dotarle de una mente normal.
¿Acaso podría negarse este paciente, ante una propuesta tan atractiva?
¿Alguno de los investigadores le explicó a Charly los riesgos de tal operación?
En todo caso, dado su coeficiente intelectual:
¿Podría este paciente entender y considerar la información necesaria para tomar tal decisión?
Si Charly era incapaz de emitir juicios racionales, en su caso, como paciente, el principio de autonomía habría sido flagrantemente vulnerado.
Su capacidad para pensar, sentir y opinar sobre lo que es bueno o no, es algo inherente a nuestro protagonista por el simple hecho de ser un ser humano.
Charly, al no tener parientes cercanos, se da a entender que ni siquiera recuerda haber conocido a su propia madre; ni un tutor responsable capaz de decidir en su lugar, descarga esa responsabilidad velada en la Dra. Kinnian; pues no pudo actuar con autonomía y competencia.
Sin embargo, en base al principio de beneficencia, la Dra. Kinnian entendió que la especial motivación y el anhelo de progreso de Charly, lo convertían en el candidato ideal para tan innovadora terapia.
En este aspecto, CHAЯLY se encontraría emparentada con otra controvertida película casi coetánea, uno de los films de culto por antonomasia:
“A Clockwork Orange” (1971), basada en la novela homónima de Anthony Burgess, y dirigida por Stanley Kubrick; en donde se plantea, entre otras muchas cuestiones, el dilema ético generado por la intervención externa en la capacidad de decisión de una persona sin su consentimiento, en este caso, “El Tratamiento Ludovico”, que pretendía indultar y corregir al pequeño drugo, Alex DeLarge.
En CHAЯLY, gracias al tratamiento aplicado por El Dr. Richard Nemur (Leon Janney), y La Dra. Anna Straus (Lilia Skala), los avances de Charly son un fiel reflejo de los progresos del ratón de laboratorio.
Como estamos en Estados Unidos, las pinceladas patrióticas se encuentran presentes:
Uno de los temas en estudiar por Charly, es La Carta Magna y La Declaración de Independencia…
Por otro lado, Charly siente un especial afecto por La Dra. Kinnian, primero en forma de sincera admiración como alumno; y más tarde, una vez intervenido quirúrgicamente, como un inexperto y brioso adolescente, que va descubriendo el amor y la atracción sexual por la atractiva psicóloga.
La transferencia, es un concepto psicoanalítico abordado aquí.
Nada se nos revela sobre la infancia de Charly, por lo que desconocemos sus traumas y vivencias infantiles.
Sigmund Freud consideraba el papel esencial de la transferencia, en la relación médico – paciente, especialmente dentro del ámbito terapéutico.
En el caso que nos ocupa, Charly proyecta su afecto hacia La Dra. Kinnian, sin bien éste se transforma en una transferencia erotizada y negativa ante el rechazo inicial que sus pretensiones sexuales provocan en la doctora; este choque provoca que sus sentimientos se desboquen, y que su afecto derive hacia otro tipo de parejas femeninas más audaces, originando en él, una conducta descontrolada y temeraria.
Y mientras que funciona muy bien la mayor parte del tiempo, en donde CHAЯLY fracasa, es en el desarrollo romántico, que es completamente antinatural, y que en algunas secuencias, está elaborado para el demonio.
Charly se enamora de su tutora y, llegado un punto, intenta violarla…
Luego de esto, siguen 5 minutos completamente absurdos, casi oníricos, con Charly convirtiéndose en un hippie drogón, y su tutora perdonándolo y cayendo rendida en sus brazos; lo que resulta completamente descolgado.
Verlos caminando de la mano, por paisajes de ensueño, y recitándose frases almibaradas, cuando 10 minutos antes, el tipo la quiso embocar a la fuerza, es algo que resiente mucho más la credibilidad que aceptar la premisa inicial, de que unos médicos pueden hacer un implante cerebral, capaz de convertir a un retrasado en un genio.
¿O también ese mismo hecho médico, sea una violación al orden natural?
Curioso resulta ver, cómo poco a poco, el talismán de la pata de conejo va quedando superado, hasta desaparecer:
A medida que los científicos comprueban el prodigioso desarrollo mental de Charly, un conflicto ético surge entre el clínico, El Dr. Nemur, centrado en el registro de todos los avances intelectuales del paciente, y en la demostración del éxito de su terapia; y La Dra. Straus, más preocupada porque la madurez emocional de Charly no resulta adecuada a su crecimiento intelectual.
Paralelamente, el amor surge entre Charly y Alice, que incluso llegan a programar su matrimonio…
Todo lo anterior hace concluir que CHAЯLY es una fábula amarga sobre la felicidad, o la infelicidad, según cómo queramos mirarlo.
El experimento del Dr. Namur, no tiene efectos duraderos.
Algernon es el primero en involucionar.
Como si de una perversa atracción de feria se tratase, ante la comunidad científica mundial, Charly está dispuesto a hacer su última demostración; y estas serán sus predicciones:
¿La ciencia moderna?
Tecnología desenfrenada, inteligencia artificial.
¿Y el arte moderno?
Dibujantes desapasionados.
¿La política exterior?
Armas innovadoras.
¿La juventud actual, de finales de los 70?
Triste, sin rumbo.
¿Y la religión?
Sermones según las encuestas de popularidad.
¿Calidad de vida?
Un televisor en cada habitación.
¿La educación?
¡Una televisión en cada habitación!
¿El futuro?
Nuevos odios, nuevas bombas, nuevas guerras... y finalmente:
¿Las próximas generaciones?
Fecundación in vitro, gestaciones de laboratorio; en resumen, un hermoso propósito de suicidio social.
Realmente, no iba muy desencaminado.
Consciente de su aciago destino, Charly se replantea una vez más su vida, a sabiendas que volverá a ser el mismo discapacitado intelectual que en el pasado.
Un último intento, le lleva a intentar programar mediante ordenadores, la posible evolución de la enfermedad, por lo que en el film hay referencias al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y a La Universidad de Tufts; tratando de corregir los errores, y evitar la pérdida de sus facultades mentales.
En CHAЯLY, quedaría esbozado también, el preludio del tratamiento de las lesiones cerebrales con células madre, y la terapia genética capaz de reparar el daño neuronal.
Al no conseguirlo, la angustia y la desesperación, le llevarán a renunciar definitivamente al amor de Alice.
Charly Gordon, finalmente se convertirá de nuevo en Charly Gordon.
Otros datos de interés, en CHAЯLY podemos observar la demostración práctica de las teorías de Pavlov y Skinner sobre el aprendizaje:
Los laberintos que Algernon recorre en pos de su recompensa, los diagramas que ha de resolver Charly, la máquina de enseñar, un método pionero de la enseñanza computarizada contemporánea...
Del reparto:
Claire Bloom es Alice Kinnian, una guapa morena, psicóloga y profesora en las clases para adultos, y quién animará a Charly en todo el experimento.
También será su gran amor.
Era necesaria una buena química entre ellos y así ocurre; teniendo en cuenta las diferencias intelectuales, tan distintas antes de que Charly pase por el quirófano, y también tan diferentes, aunque en sentido contrario, cuando Charly sea un ser súper inteligente.
Lilia Skala, hace de La Dra. Straus; el director Ralph Nelson, repitió con ella, en vista del enorme éxito de su anterior colaboración. Y asiste con estupor al crecimiento intelectual desproporcionado de Charly, respecto a su crecimiento emocional.
Leon Janney es El Dr. Richard Nemur; quien abandera el proyecto.
Sus muchos años de experiencia, se ponen en juego en un proyecto innovador, fantástico, pero arriesgado.
Como buen investigador, busca el reconocimiento entre la comunidad científica.
Dick Van Patten, es un ayudante en el laboratorio, más joven que los anteriores. Bert, su personaje, por edad, parece tener más afinidad con Charly que los profesores que lideran el proyecto.
La Sra. Apple, es la casera donde Charlie tiene alquilada una habitación, está interpretada por Ruth White.
Sus apariciones con Charly, aportan momentos de gran comicidad, y también de gran ternura.
Esa conversación sobre las bondades de tener animales de compañía, es impagable.
Edward McNally, como el jefe obrador en la panadería, y “mejor” amigo de Charly, o Barney Martin, como Hank, otro compañero de trabajo, por citar algunos, completan un reparto, no extenso, pero sí muy bien elegido.
La actuación de Cliff Robertson, es magistral, su gesto de concentración, tozudez, desconcierto, o contrariedad, como cada vez que es derrotado por el ratón, su transformación paulatina, superando con creces a los que han hecho después papeles similares.
Inolvidable el cambio de expresión en el rostro de Charly, tras haber resuelto a la perfección, el proceso de la máquina amasadora:
Del orgullo y la satisfacción, al desconcierto y el temor, sin perder en ningún momento la sonrisa.
El discurso que da Charly ante los expertos, de cuando Algernon muere, es impactante, sobre todo por la veracidad y credibilidad de sus afirmaciones.
O Charlie huyendo de su otro yo, por unos pasillos blancos, parodia de los laberintos que él y Algernon tenían que recorrer; así como la escena del protagonista que sabe que perderá de nuevo la inteligencia, y va viendo como desaparecen de su cuarto todas sus pertenencias, hasta que la habitación se queda vacía, como cuando era retrasado mental…
Hay que hacer una parada obligatoria en el set y decorado de la habitación de Charlie:
La austeridad que muestra, con unas paredes “peladas”, una cama, los utensilios necesarios para comer y asearse, y una pizarrita para escribir; llegan a encoger el corazón por su candor y simpleza.
Esa escasez de mobiliario, se transformará, a medida que el crecimiento intelectual de su inquilino ocurra, en libros, cuadros y más decoración, como un ejemplo del consumismo, y lo que realmente necesitamos para vivir, y lo que sobra para lo mismo.
O la escena del chico retrasado que trabaja de camarero, y tira unos vasos sin querer, mientras todos se ríen…
La forma de resolverla, es tan encantador, como aleccionadora, y claro, desoladora.
Y el final, la que antes era la amada de Charly, ahora le observa, desde lejos, jugando con un niño en el subibaja, mientras la brisa agita sus oscuros cabellos…
Te deja pensando... y sintiendo mucha, mucha pena a la par que desconcierto.
“And what do you see in that world?”
Los jóvenes que no controlan sus impulsos, se estrellan de inmediato.
Ícaro es el símbolo de la temeridad juvenil castigada; por tanto es el símbolo de la rebeldía de los jóvenes, respecto a sus padres.
Pero también es el símbolo de la curiosidad innata de la juventud, de la atracción del riesgo, del placer de la aventura, del interés por aprender, de la fiebre por ascender a lo más alto.
Al igual que su padre, Dédalo, y quizá más que él, Ícaro es un mito contemporáneo; es un auténtico mito de nuestro tiempo; por lo que existen 2 maneras de escapar del Laberinto:
La primera, siguiendo poco a poco el hilo del ovillo, como hizo Ariadna y Teseo, rastreando el terreno poco a poco; la segunda es utilizando todo el ingenio para alzar el vuelo.
Estas 2 maneras de salir del Laberinto, representan el esfuerzo por alcanzar el conocimiento de las ciencias, por una parte; y el de la reflexión filosófica, por otra.
Ambas intentan conocer la realidad mediante 2 caminos diferentes.
La ciencia utiliza el método, la razón para adentrarse en los misterios del mundo.
La filosofía adopta un punto de vista alto, más general, una visión global.
Claro que es más arriesgado, pero tiene la ventaja de la perspectiva; puesto que puedes ver el laberinto en su totalidad.
Sería equivocado asumir, que la ambición es poco conveniente.
De hecho, requerimos de ella para avanzar en nuestra vida, para progresar, para ir en busca de aquello que deseamos.
Pero dicha ambición no puede estar basada en fantasías, sino también en hechos reales.
Es decir, que debemos contar con la capacidad necesaria para ir tras aquello que pretendemos.
Y, desde luego, siempre habrá un punto a partir, del cual correremos el riesgo de quemarnos las alas.
Lo acontecido a Ícaro, nos habla del probable destino de quien arremete en busca de imposibles, pretendiendo ir más lejos de lo que sus posibilidades le permiten.
En este sentido, puede pensarse en Ícaro como en esa persona que, con tal de lograr más, es capaz de tomar todos sus bienes materiales para apostarlos después en la ruleta.
Sí, podría ser que El Sol no derritiera la cera de sus alas, y que el azar dispusiera los números a su favor.
Pero quien es presa de una ambición tan irracional, probablemente volverá a apostar todo una vez más, y otra.
No tardará en caer, como ocurrió con el mítico personaje.
Ni conformismo temeroso, ni ambición irracional.
Se trata de volar con una meta clara, y con prudencia.
Aquel que por miedo se conforma, termina construyendo una prisión en torno a sí mismo, y detiene cualquier posible avance, antes aun de dar un solo paso.
Aquel que, por el contrario, pretende volar sin las alas adecuadas, remontándose por un impulso emocional, y careciendo del freno necesario que impone la razón, caerá.
La ambición, es una herramienta necesaria, pero sólo funciona adecuadamente cuando quien la posee, la utiliza con mesura.
Charly luchaba por ser como los demás; y llegó a ser “más que nadie”
La paradoja es que tuvo que atravesar todo este proceso, para constatar que ya era una persona desde que nació.

“Are there any questions?
Did you enjoy the film?”


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