Desierto

“When Mexico sends its people, they're not sending their best”

La frontera entre Estados Unidos de América y México, es el límite geográfico-político entre naciones, el cual se ha ido modificando a lo largo de la historia por diferentes motivos; atravesando grandes áreas urbanas y desiertos inhóspitos, se encuentra a lo largo del Río Bravo, conocido en EEUU como Río Grande, para luego cruzar las vastas áreas de los desiertos de Sonora y Chihuahua, atravesar un tramo del río Colorado, llegar al norte de la Baja California, y finalizar su recorrido en El Océano Pacífico.
Esa frontera, tiene el mayor número de cruces legales en el mundo, puesto que cuenta con 50.23 millones de cruces peatonales, desde el año 2002; así como con el mayor número de cruces ilegales del mundo, con casi 12 millones en 2007; lo cual implica en promedio cada año, la muerte de 250 migrantes de nacionalidad mexicana, y en orden decreciente centroamericanos, sudamericanos, caribeños y asiáticos; pues hay cazadores de inmigrantes, que dicen ser guardianes legítimos de su frontera, mientras sus víctimas los tildan de racistas y asesinos.
A finales de los 90s, los hermanos Dan y Roger Barnett, hicieron leyenda, dedicándose a cazar ilegales en el condado de Cochise en Arizona, y uno de ellos llego a afirmar:
“Más formidable cazar seres humanos que cualquier otro animal sobre la faz de La Tierra”
No obstante existe un proyecto denominado “Minuteman”, que se promueve como un medio para librar a EEUU de indocumentados, y consiste en vigilar el paso de inmigrantes indocumentados en toda la zona fronteriza, y avisar a la patrulla de fronteras para que los arreste y los deporte.
Los “Minuteman”, se visten de camuflado o de caza, portan armas, lentes de visión nocturna, tienen radios de largo alcance, y una flotilla de aviones que sobrevuelan tramos del inhóspito desierto entre Arizona y Sonora.
Niegan ser hombres violentos, y en la convocatoria de reclutamiento, plantean que “no es un llamado a las armas”, sino a voces, buscando una solución pacífica y respetable al problema de la inmigración.
Pero la realidad es que más de 6.500 inmigrantes indocumentados, han muerto en la frontera de Estados Unidos con México desde 1998, como consecuencia de las estrategias de militarización implementadas en esta zona por el gobierno estadunidense.
Así lo denunció El Centro Colibrí para Los Derechos Humanos en Tucson, Arizona, al exponer sobre la muerte y desaparición de inmigrantes.
Agregó que la tercera parte de esas muertes, ocurrió en la frontera de Arizona con México.
De acuerdo con El Centro, las estrategias de vigilancia establecidas por Estados Unidos en la frontera con México, desde mediados de la década de 1990 bajo la teoría de “prevención y desaliento”, no han desanimado a los inmigrantes a cruzar la frontera.
“En vez de ello, han canalizado las rutas de inmigración hacia áreas remotas y peligrosas del desierto, provocando que sus intentos de cruce, sean más peligrosos y mortales”, dijo el representante del grupo.
Texas, es uno de los estados sureños donde más activas se mostraron estas organizaciones extremistas de vigilancia, sobre todo a través de las redes sociales, desde las cuales han pedido a sus simpatizantes, trasladarse a la línea fronteriza, vigilar y actuar.
Con particular énfasis, algunos de sus miembros han convocado a “tomar” la zona de Laredo, región texana que colinda con Tamaulipas.
Los mensajes de quienes se ostentan como líderes, suenan peligrosos, pero también parecen delirantes…
“Es hora de asegurar nuestra frontera.
¿Cómo?
Tú ves un ilegal.
Apuntas tu arma letal hacia él, justo en medio de sus ojos, y dices:
“Regrésate a través de la frontera, o recibirás un disparo”
Eso es lo que, sin tapujos, recomendaba a sus milicianos, Los Soldados de Invierno del Comandante Chris Davis, así se autodenomina, en un video de 21 minutos que subió a YouTube.
El hombre tiene 37 años, y vive en los alrededores de San Antonio; y según una página de Facebook, en la cual aparece junto a sus supuestos subordinados, todos armados con fusiles y vestidos con ropas camufladas, sirvió en el ejército estadunidense, en El 13° Batallón de Señales/Comunicaciones de La Primera División de Caballería en Fort Hood Texas; también fue bombero voluntario, y acudió a una academia de policía, pero no logró convertirse en oficial.
¿Por qué será?...
Actualmente, es conductor de tráileres, y ha formado parte de 2 milicias.
En un audio, pedía que “nadie se confunda”, que se trata de una operación “de índole militar”
Sin embargo afirma que “estamos en guerra, no se equivoquen.
No, esto no se trata de matar a nadie, ni de dispararle ni herir a nadie, sino de cuidar nuestra frontera.
Tenemos el derecho de cuidar nuestra patria y nuestras propiedades.
Si encontramos migrantes, les daríamos agua y alimentos, y llamaríamos a las autoridades de La Patrulla Fronteriza para que hagan su trabajo, y los devuelvan por la frontera.
Queremos ser útiles y ayudar a que haya seguridad en nuestros ranchos, y en nuestras tierras...”
De acuerdo con el censo de vigilantes, incluye a grupos de neonazis, KKK, racistas “skin head”, blancos nacionalistas, hasta anti-LGBT, anti musulmanes, negros separatistas, extremistas nativistas, grupos antiinmigrantes, e incluye a aquellos que han participado en actos criminales, marchas, manifestaciones, ex militares y ex guerrilleros, etc.
No obstante, no todos han estado involucrados en actos violentos o criminales.
En su último reporte, El FBI registra 5.796 crímenes de odio en el 2012, que involucraron a más de 7 mil víctimas en zonas fronterizas; de ellos, 48% fue por motivos raciales.
Más de la mitad de los agresores, fueron de raza blanca; y una cuarta parte, afroamericanos.
En el caso de las víctimas agredidas por su nacionalidad u origen étnico, 6 de cada 10, eran latinas.
“Welcome to the land of free”
Desierto es un drama del año 2015, dirigido por Jonás Cuarón.
Protagonizado por Gael García Bernal, Jeffrey Dean Morgan, Alondra Hidalgo, Diego Cataño, Marco Pérez, entre otros.
El guión es de Jonás Cuarón y Mateo García.
El proyecto de la película, rondaba la cabeza del director desde hacía 7 años, ya que tras un viaje por el sur de Estados Unidos, escuchó testimonios de primera mano sobre la crudeza de la inmigración, que le conmovieron:
“Aquellas historias me marcaron.
Investigué la temática, y me propuse hacer una película de género, con elementos relacionados.
De esa forma, logras hablar del tema a un público que quizá no esté acostumbrado a pensar en esas cosas, y aunque no le interese la materia, disfruta igualmente porque tiene acción y terror”
Además agregó que “el referente más fuerte para Desierto, fue la película “Duel” (1971), de Steven Spielberg, donde la acción no para, y apenas hay diálogo, pero todo se vuelve una metáfora de muchas cosas”, explicó el cineasta.
“Más que hablar de inmigración, me interesaba hablar de esa retórica de odio hacia el migrante.
El personaje del vigilante, es una metáfora de, a lo que puede llegar la sociedad si sigue siendo bombardeada por esa retórica de odio, donde el migrante es un chivo expiatorio para justificar los problemas del país”, manifestó.
Cuarón admitió, que esa situación “existía antes” de la irrupción en política del candidato republicano a la presidencia de EEUU, el magnate Donald Trump, y aunque en la actualidad, Trump “es la cara obvia que ha encarnado esa retórica”, el director reconoce que el republicano “no es el único que la tiene en EEUU, y EEUU no es el único país que actúa así”
Por tanto, en Desierto encontraremos suspenso, drama y mucha acción, en un hostil paisaje que dejará una sensación de impotencia y desagrado.
Desierto, representará a México en los premios OSCAR, un drama de suspenso, sobre la tragedia que viven quienes quieren entrar ilegalmente a los EEUU.
La acción gira alrededor de Moisés (Gael García Bernal), que junto con otros indocumentados, están cruzando a pie un estrecho camino de la frontera entre México y Estados Unidos, buscando tener nuevas oportunidades del otro lado, y reencontrarse con sus seres queridos.
Sin embargo, este grupo es descubierto por Sam (Jeffrey Dean Morgan), un “vigilante” y ex militar demente, que disfruta eliminando a los migrantes.
Ante la inclemencia del desierto, Moisés y Sam se enrolan en una persecución en la que el más fuerte sobrevivirá.
Con todas las probabilidades en contra, descubren que no hay ningún lugar para esconderse del asesino despiadado que les sigue el rastro, el desierto mismo.
“Tengo un hijo que me espera en Estados Unidos”
Ahora que el tema de la discriminación hacia los mexicanos en Estados Unidos, ha adquirido un nivel alarmante por los discursos de Donald Trump, Jonás Cuarón, aprovecha la coyuntura para presentar Desierto, película mexicana que trata acerca de un “cazador” estadounidense, dedicado a perseguir inmigrantes ilegales, que cruzan la frontera, persiguiendo “El Sueño Americano”
Desierto, es el primer largometraje en solitario del director, y para levantar el proyecto, el hijo de Alfonso Cuarón, contó con el beneplácito de Gabriel García Bernal, a quien denominó su “aliado” en esta aventura:
“Le mandé el guión, asumiendo que me iba a decir que no, pero lo cierto es que lo leyó rápido, y le entusiasmó.
Es de los pocos actores que pueden llevar la carga de una historia, sin apenas diálogo, y que al mismo tiempo, sea capaz de transmitir mucho”, indicó sobre el intérprete.
Lo mismo ocurrió con Dean Morgan, cuyo villano en Desierto, resulta incluso más sanguinario y tenebroso que el que encarna en la serie de TV, The Walking Dead.
En Desierto, seguimos el camino de unos migrantes mexicanos, entre ellos Moisés, que intentan pasar la frontera entre México y Estados Unidos; pero el camino va a ser una prueba de supervivencia, no por el calor, las largas distancias, o los animales del desierto mismo, sino por un vigilante de la frontera, que se vuelve su enemigo mortal y los persigue para matarlos.
La película le hace honor a su título, pues es ahí, y solo ahí, donde se va a pasar el metraje, un espacio mismo importante para la supervivencia, con sus animales, sus piedras, sus caminos; serán los que van a determinar la vida y muerte de los personajes.
Por tanto, hay un buen uso de este escenario, lo aprovechan en diferentes contextos, y está maravillosamente filmado.
Allí nos introducen a estos personajes, que después de haber estado en una camioneta, y de haber recorrido una parte del camino; por problemas del auto, deben atravesar el resto del desierto a pie.
No sabemos nada más de estas personas; ni siquiera del despiadado Sam, pues todo se pasa de manera rápida.
Aunque las motivación de sus actos, si las veremos en algunas escenas introductorias, como cuando el personaje de Sam, dice que “no quiere que nadie de afuera entre a su territorio”, o la búsqueda de trabajo, o familia en EEUU por parte de los inmigrantes.
Es lo poco que sabremos…
Sobre Sam:
“No quería que fuera el clásico villano de terror malo, malo y unidimensional.
Quise darle un aspecto humano.
Jeffrey es alto y rudo, nunca lo querría enojado conmigo, pero también emocional, y esa mezcla funcionaba muy bien para el personaje”, detalló Cuarón sobre un vigilante del que apenas se sabe nada de su pasado, ni de su conflicto interior, una decisión consciente del realizador.
“Sea cual fuera, aunque sea horrible, nada justifica sus actos.
Aunque no sabes nada de él, se le nota vulnerable y solo.
Esa es la sociedad vulnerable y marginada a la que me refería, si sigue bombardeada con la retórica del odio, puede explotar”, manifestó.
Cabe señalar, que Sam es la presencia humana del mismo desierto a la que muchos tienen que afrontar durante su paso, para que los demás personajes puedan dar la lucha, de tu a tu, para decirlo de una manera, para estar a la altura de una circunstancia que es ya de por sí, adversa.
A destacar la muerte del perro del cazador, donde veremos, al menos, una parte humana en la reacción de este, pues ante la frialdad de acabar con varias personas; rompe en llanto por un animal…
En un solo personaje y en una sola escena, queda graficado lo que representa cualquiera que se somete a migrar en esas condiciones:
Todos son menos que animales.
Sobre el perro, el director dijo que “era el único apoyo de Jeffrey, y quien le saca su lado humano”, comentó.
Solo hay una cosa peor, que popularizar una raza, y es que caiga en las peores manos.
Tendrá algún mensaje oculto, que Tracker, el nombre del perro significa “buscador”, sea un “Pastor Alemán”, además de ciertas otras obviedades, tales como los nombres de los personajes:
Moisés el indocumentado, y Sam, el gringo loco…
No obstante, falla en cuanto a que sus personajes no fueron trabajados lo suficiente, así uno solamente puede indagar, qué es lo que realmente motiva al despiadado Sam, a asesinar a sangre fría a otras personas, dejando pasar una buena oportunidad para profundizar en un tema que merece ser analizado más a fondo, debido a sus implicaciones sociales y al interés que puede despertar en el público una situación tan actual y real.
Sin embargo, hay que considerar que Desierto no pretendió ir más allá de una película de persecución, con secuencias muy bien logradas, pero con personajes unidimensionales; por tanto va de más a menos, utilizando la vieja fórmula del grupo de excursionistas que van cayendo como moscas durante el camino, aderezado de un contexto bastante vigente hoy en día, como es la migración.
Así en el desarrollo, la primera mitad del metraje resulta bastante emocionante, y aunque de algún modo ya nos olemos la forma en que la historia se va a desenlazar, nos aferramos, y sufrimos con los personajes, los ilegales, y su desdicha.
Y la otra mitad, se decolora de forma lamentable, conforme nos acercamos a la conclusión del relato, y es que mientras más largo se hace el camino recorrido, más inverosímil se torna la situación; y el sentido común parece haber muerto de sed mucho tiempo atrás.
El desarrollo de la historia es tan básico, como un cazador que se encuentra con muchos potenciales inmigrantes mexicanos ilegales y, como considera que ese desierto es suyo, decide matarlos.
Así es, decide acabar con cada uno de ellos, a tiros con su escopeta y con la ayuda de su perro de caza, Tracker.
A medida que los mexicanos van desapareciendo, conocemos un poco más de sus historias.
Hay algunos más aptos para escapar del cazador que otros…
La verdad, Desierto deja mucho que desear:
Es hermosa en la fotografía, el desierto es hermoso en sí mismo, con pocos diálogos, pues Cuarón deja que sea el desierto el que hable; pero la historia y el desarrollo es previsible, además posee horrores de continuidad tan evidentes, que sonroja ver que se comercialice como “de los productores de “Gravity” (2013)” más bien parece el lado B de “600 Miles” (2015)
Las actuaciones son las mismas que despierta “el gato y el ratón” y puede ser la exagerada representación de una pesadilla xenófoba en clave de huida frenética, pero la catarsis de este cuento del perseguidor y el perseguido, es innegablemente realista; y con ello, México apela la realidad que se vive en la frontera, y toma partido de la actual política de Trump, y las leyes migratorias a modo de denuncia.
De hecho, en su más reciente tráiler, han incluido algunas frases del polémico precandidato a la presidencia de los Estados Unidos, en el que ofende a la población mexicana.
Con respecto a la política, aunque los personajes son estereotipos, actuando bajo el supuesto del respeto de los derechos humanos por parte del espectador, Desierto no se centra tanto en intentar poner una opinión sobre la otra, sino en mostrar sin tapujos, la tragedia que se vive en realidad
Desoladora sí, pero original…
¡NO!
En eso, la película que representará a México en Los Goyas, “Las Elegidas” es superior.
En cuanto a lo demás, Desierto es terriblemente maniquea, pero como en general son los western género, al que creo en parte homenajea esta historia, con un villano malísimo, solo comparable con los enmascarados de los “slasher”, que mata a todos los que se cruzan en su camino; y un héroe buenísimo, que solo quiere reencontrarse con su hijo; y el enfrentamiento final, que deja sabor a poco, y es bastante predecible.
Aunque queda la duda de si logran llegar, a salvo; o si los regresan o los matan…
No se sabe, y todo queda en dudas.
Aún y esas arbitrariedades, Desierto consigue atrapar al espectador, pero no trasciende ni mueve a la reflexión, quedándose en una mera denuncia, y convirtiendo ese odio hacia los sin papeles, en un mero entretenimiento, efectivo sí, pero no mucho más que eso.
En lo que respecta a los personajes, nos hallamos con un montón de estereotipos, unos mejor ejecutados que otros:
El cazador es malo, muy malo, lleno de defectos, bebedor, fumador y mentalmente inestable; mientras que la presa es una persona buena, muy buena, quien ayuda a sus semejantes, protege al débil y es compasivo.
También encontramos errores demasiado evidentes:
¿Alguien sabe cuántas balas tiene un rifle?
En ningún momento se le ve a Sam, que carga municiones, ni siquiera al propio rifle…
Así cuando mata al 3° de los personajes que quedan, se mueve entre toma y toma, y resulta que para entonces, ya tenía un tiro en la cabeza.
Así como la continuidad, posee fallos que pasaron por alto en el cambio de las tomas y las escenas.
Otro dato, es el decorado:
Vemos un conejo “recién muerto”, que está más tieso que parece tiroteado de días… y la escena del perro… además que es para morirse de risa.
Otro detalle es que no se vuelve a ver una patrulla ni un helicóptero vigilando…
Puede que la razón de la mayor parte del público que asista a ver Desierto, sea porque se trata de un film como director, del hijo del oscarizado Alfonso Cuarón, y aunque me parece un motivo injusto, tampoco me parece que estemos ante un trabajo con un calibre lo suficientemente grueso, como para jalar al público sin tener que recurrir al apellido que lleva a sus espaldas.
Pero hay algo trascendental:
Una reflexión sobre la intolerancia irracional.
“They're sending people that have lots of problems, and they're bringing those problems with us”
Es un hecho que Estados Unidos fue construido por inmigrantes, pero tras las oleadas de holandeses irlandeses, italianos e ingleses, que fueron llegando, hay quienes se empecinan en limitar el ingreso legal de personas que van a trabajar allí.
Esta cultura xenófoba, que inspira a los “Minuteman”, olvida el hecho de que las labores que realiza el inmigrante, son aquellas que desdeñan los ciudadanos de los EEUU.
Pero la realidad nos dice, que el área del desierto de Arizona, pasó a convertirse en el corredor de cruces más transitado y mortal de toda la frontera, aunque en años recientes, también se ha registrado un importante aumento de muertes de inmigrantes en el valle sur de Texas.
Allí, cientos de restos de cuerpos de presuntos indocumentados, han sido encontrados en el desierto, y permanecen sin ser identificados, clasificados como “desconocidos” en las morgues de los condados fronterizos.
Tan sólo La Oficina del Médico Forense del condado de Pima, en Tucson; mantiene “almacenados” restos de unos 900 presuntos inmigrantes indocumentados.
“La crisis de muertes y desapariciones de inmigrantes en la frontera, es compleja”, señalaron los representantes del Centro Colibrí.
“Los datos para encontrar e identificar a las personas, son escasos.
No existe un procedimiento uniforme, para manejar los casos de los inmigrantes, y las políticas varían de región en región, lo que provoca con frecuencia, el mal manejo de los restos, generando que se pierda para siempre la oportunidad de identificarlos”, indicó el grupo.
Así las cosas, el desierto, o mejor dicho, en los lugares no patrullados o vigilados por el gobierno de cualquier país, es tierra de nadie, donde la anarquía campa a sus anchas, gobernadas por la sinrazón; porque esta frontera entre México y EEUU, podría ser en realidad, cualquier otra frontera.
Recordar los eventos con los africanos y árabes que quisieron llegar a Europa…
Muchas personas, intentan ingresar en la propiedad de otro, y empieza el conflicto.

“And some, I assume, are good people”



Comentarios

Entradas populares