Monsters: Dark Continent
“Fear has evolved”
De monstruos el universo lovecraftiano está lleno de ellos, y se conoce únicamente a través de testimonios incompletos y aislados, cuyas descripciones están repletas de insinuaciones veladas y lagunas en blanco.
Los Mitos de Cthulhu, por ejemplo, constituyen un ciclo literario de horror cósmico, consolidado entre 1921 y 1935, por el escritor estadounidense, Howard Phillips Lovecraft, y acrecentado por otros escritores pertenecientes al Círculo de Lovecraft.
Aunque muy vinculado a la ciencia ficción, el género onírico y la fantasía pura, en rigor, Los Mitos de Cthulhu pertenecen a la tradición del cuento de terror anglosajón.
En él, se renueva el desgastado horror gótico de fantasmas y seres inmateriales en un terror realista, de seres monstruosos y desconocidos, que se esconden en los parajes más oscuros de La Tierra, el tiempo y el espacio.
Influido por Arthur Machen y Lord Dunsany, Los Mitos exploran a ciegas, la perspectiva de que bajo el mundo cotidiano y conocido, se esconde una realidad prodigiosa y aterradora, que acecha a la humanidad desde las tinieblas, y sume en el pánico o la locura, a quien osa atisbar los abismos de aquella inaprensible dimensión.
¿Podemos ampliar el significado de Lovecraft, y darle un giro diferente, pero manteniendo la esencia, a base de metáforas?
¡Claro que sí!
“Why am i here?
What am i doing here?”
Monsters: Dark Continent es una película británica de ciencia ficción, del año 2014, dirigida por Tom Green.
Protagonizada por Joe Dempsie, Johnny Harris, Sam Keeley, Sofia Boutella, Nicholas Pinnock, Uriel Emil Pollack, Parker Sawyers, Kyle Soller, Jesse Nagy, Jeff Hill, Lulu Dahl, entre otros.
El guión es de Jay Basu, y es una secuela del éxito independiente de 2010, “Monster”
La filmación de Monsters: Dark Continent, tuvo lugar en Jordania y en Detroit, EEUU.
La historia inicia cuando una sonda de La NASA, regresa a La Tierra con muestras de vida alienígena, que se estrelló en América Central.
Poco después, nuevas formas de vida comenzaron a aparecer, y la mitad de México fue puesta en cuarentena, como una zona infectada; mientras la milicia de EEUU y de México, siguen luchando por contener a las criaturas…
Monsters: Dark Continent, retoma la acción donde se quedó al final de “Monsters” (2010), es decir, el mundo está asolado por monstruos, y el ejército está haciendo todo lo posible por acabar con ellos.
Con lo que no contaban, es con encontrar La Resistencia, pero el objetivo de ésta, no son sólo las temibles criaturas que amenazan con adueñarse de nuestro planeta...
Monsters: Dark Continent, traslada el imaginario del primer filme a una vibrante zona de guerra; para entonces, ya han pasado 10 años, y las zonas infectadas, se han extendido por todo el mundo.
Los humanos han sido desplazados de la parte alta de la cadena alimenticia, y pequeños núcleos luchan por sobrevivir.
Los soldados de EEUU, han sido enviados a proteger en el extranjero, los intereses petrolíferos, pero la guerra está lejos de ser ganada.
Los soldados:
Michael (Sam Keeley), Frankie (Joe Dempsie), Inkelaar (Kyle Soller) y Williams (Parker Sawyers), junto a otros, comandados por Frater (Johnny Harris), son enviados en una misión de búsqueda y rescate de 4 soldados del Ejército de EEUU, que ha caído en una zona infectada.
Pero cuando la unidad y el transporte son destruidos, se encontrarán frente a algo más bestial que los mismos monstruos; y para cuando lleguen a su destino, se verán forzados a confrontar el terror, de que los verdaderos monstruos en el planeta, no son alienígenas.
Estamos ante una secuela, hablando en términos cinematográficos, pero ni de lejos en el sentido narrativo; es decir, no se trata de una secuela en el sentido estricto de continuación de la historia anterior, sino en el sentido cinematográfico de contar otro relato, con diferentes personajes, pero en el mismo universo, algo así como un “spin-off”, una historia poco convencional, para una película poco convencional, que funciona como un filme independiente, con su propia visión distintiva de invasión extraterrestre, y de comportamiento humano en situaciones extremas.
“Put a bullet in a monster.
That was supposed to be our war.
But you better know your enemy”
Monsters: Dark Continent es una vuelta de tuerca al género de grandes criaturas, en este caso de origen extraterrestre, que la convertía en una historia de amor con monstruos al fondo, en la película inicial de 2010.
Eso sí, con unos diálogos y una elegancia en el manejo de la cámara y el planteamiento de la historia, según parece, más que destacables; y después de cientos de propuestas infames sobre monstruos, el director de “Monster” (2010), Gareth Edwards, consideró conveniente rediseñar el género, utilizando la historia de 2 personajes, cuya relación evoluciona en medio de la destrucción de la humanidad.
De hecho, lo más atractivo de “Monsters” (2010), es la inevitable existencia de una amenaza constante, perturbadora, que acompaña el viaje a pie de 2 desconocidos, que atraviesan no sólo un planeta que les resulta ajeno, sino su particular abismo personal.
Es decir, los monstruos se convierten en un 2º plano necesario para la propia trascendencia de los personajes.
De esta forma, el listón estaba alto de cara al estreno de Monsters: Dark Continent.
Lo que pongo en duda, es la decisión de contarnos una historia bélica post-9/11, con sus temas recurrentes:
Un grupo de marines, sale de misión a Oriente Medio en una operación de rescate.
Y se nos habla de los traumas de los soldados; de la pérdida en combate de los compañeros; de los problemas de la vida civil; del tener que enfrentarse a una población local que no ha pedido ayuda, y se siente invadida; del oficial que pierde la cabeza, y se convierte en un asesino...
En resumen, el conflicto que nos cuenta, tiene los ingredientes de una historia que parece que ya hemos visto, por lo que hay 2 formas principales de enfocarla:
La primera es la más acaloradamente patriotera:
Aquéllos que han criticado el americanismo de productos, se flagelarían amargamente ante la visión que nos intenta trasladar el trasfondo de esta historia.
Las criaturas, ya no sólo se concentran en la franja de tierra hostil entre EEUU y México, como en Oriente Medio, ahora campan a sus anchas por todo el globo, causando el caos.
Y la trama nos lleva a un país “infectado” por monstruos, la infección se ha extendido, claro...
Curiosamente, se trata de un país árabe, como “curiosamente” la primera película se desarrollaba en la frontera de México con EEUU; y allí, el ejército de EEUU, aparte de enfrentarse a los monstruos, debe hacerlo con la propia población civil, que constantemente atenta contra ellos, como venganza a los “daños colaterales” de las acciones militares sobre los extraterrestres.
La policía del mundo, es decir, el ejército de EEUU, se deja la vida y la cordura, acudiendo allá donde lo necesitan para controlar a tan peligrosos engendros.
Esto añade un factor de riesgo, sobre todo a nivel mental, en zonas como Oriente Medio, ya que además de a los monstruos, han de enfrentarse a los peligrosos revolucionarios que los quieren fuera de sus tierras.
Toda una burda metáfora de la política intrusiva de EEUU, y un intento por justificar el hecho de que su presencia es necesaria, en según qué zonas para salvar a la población, a su pesar, de los “monstruos” que los acechan.
Casi nada...
Si no queremos hilar tan fino, otro foco más inmediato, sería ver Monsters: Dark Continent como un filme bélico al uso, con monstruos al fondo.
De esta forma, contemplaremos el día a día de un escuadrón militar, destinado en Oriente Medio, desde el punto de vista tanto de los recién llegados, como de los veteranos a los que la guerra está haciendo mella psicológicamente.
¿Nos suena algo?
Pues efectivamente, es el mismo tema visto en otras películas.
De esta forma, podemos diferenciar 2 partes:
En la primera, se nos presenta a unos jóvenes de barrio obrero de Detroit, que encuentran en el ejército, una vía para huir de la desidia, y la probable caída en la delincuencia a la que se ven abocadas sus vidas.
Una vez en su destino, en Oriente Medio, vamos viendo una parte de su entrenamiento y rutina, junto a un par de sargentos con mal genio, hasta que les toca encarar su primera misión.
El rescate de un equipo que ha quedado aislado en suelo enemigo, conformará la segunda parte.
No es sólo ya que sepamos desde el principio, cómo va a acabar la misión, sino que además, ésta se desarrolla de forma carente de sentido, y divagando a base de sopor, inocuidad, diálogos y monólogos interiores patéticos, y cámaras lentas que buscan la imagen bonita, pero que no cuenta nada.
Más de una hora de metraje, que se llega a hacer insoportable, porque no pasa nada, y lo poco que pasa, no nos puede importar menos, pues las reacciones son las esperadas.
Si se buscaba que empatizáramos con los personajes principales, podemos afirmar que si lo consiguen; mientras las únicas salidas del tedio general, están compuestas por tiroteos muy bien rodados, aunque a veces nos cuesta enterarnos de lo que pasa; y que están llenos de mucho ruido y cámaras subjetivas.
No obstante, tampoco falta el tópico romance inter-cultural metido con calzador, para redondear la función.
Aunque fiel a sus principios de no contar nada, al final nos lo tenemos también que imaginar...
Si lo que buscamos en Monsters: Dark Continent es acción sin medida, momentos de adrenalina sin más, y situaciones extremas en medio de una guerra infundada, esta es sin duda, una buena alternativa; pero si analizamos la historia con sus matices, tantas incongruencias juntas, nos saca de nuestras casillas, y según avanzan los minutos, vemos que nos lleva derechos hacía un mundanal final, que no nos resuelve nada, más bien deja la puerta más que abierta para lo que sobre, y pueda llegar después en otra continuación.
Sus protagonistas, todos sin excepción están perfectos, y en donde brillan:
Johnny Harris con su exaltado carácter; y un joven que apunta maneras, llamado Sam Keeley, con el que la cámara se recrea muy bien, y es quien lidera la película en el drama, y posee las mejores, bellas y poéticas imágenes.
Pero también está Joe Dempsie, y Parker Sawyers.
El unir a personajes tan característicos, da lugar a lo que Green quería lograr:
Un “Monsters” belicoso cuando puede, pero serio y emocional cuando llega el momento.
Como dato, Jesse Nagy, que aquí hace del soldado Conway, estuvo 1 año como soldado en la armada de rescate de sobrevivientes en Irak.
Sin embargo, hay incongruencias y cuestionamientos varios:
¿Para qué se sientan entre las velas a ver las esporas caer?
¿Qué pinta el niño con el bichejo en la caja?
¿Las escenas de pájaros, que significan, y por qué el continente es “oscuro”?
¿El petróleo?
¿De qué sexo es el que se sienta con el protagonista a ver las esporas?
Obviamente, la actriz es Sofia Boutella, pero su personaje es muy ambiguo.
Personalmente, me esperaba una película de monstruos, y no una de guerra o terrorismo.
Pues aquí, los monstruos son puro atrezzo, bien pudieron eliminarlos, y podrían ser imaginaciones del protagonista, y seguirían contando aproximadamente lo mismo para la historia, o sea nada de nada con los monstruos en absoluto.
En la primera película, aún se comían a alguien y reventaban algunas cosas, según parece... pero aquí lo único que hacen es caminar o correr por el desierto, y sucumbir como panolis a los ataques de la aviación, o de quien quiera que pase por ahí.
Literalmente, lo único que se cargan en toda la película, es una puñetera antena de electricidad.
Ahora bien, si nos quedamos con justo la primera mitad, pues Monsters: Dark Continent resulta interesante:
Una historia de un joven de clase baja, enviado a la guerra, algunas imágenes de los bajos fondos de Detroit, algunos enfrentamientos con el Estado Islámico, o quien puñetas que sea ese grupo insurgente... etc., no es mala del todo.
Pero a partir del combate clave de la película, que realmente sí que es muy bueno, se va todo a la porra.
Sin embargo, no todo es malo.
Los efectos especiales son competentes, el diseño de las criaturas es imaginativo, aunque su función en la trama no pasa de lo comentado anteriormente; y tiene algún concepto interesante como la evolución de las peleas ilegales de perros, que pasan a ser peleas “perro vs monstruo”
Lástima, insisto, que luego no se desarrollen los monstruos en la trama, pues ellos solo están por ahí.
Como dato, el director, Tom Green, se basó en la película “The Mist” (2007), para crear sus monstruos, aunque reconoció que tiene mucho de toque personal en sus diseños.
Los monstruos, son totalmente independientes de la historia; y hasta se les quiere dar más un papel pacífico que otra cosa, cual representación alegórica, los monstruos siguen de fondo, de secundarios, sutiles acompañantes de una historia donde los humanos siguen siendo las únicas bestias, pues veremos la forma de reproducción, el avance, y la furia de los monstruos, como algo lejano, es una mera excusa para analizar aspectos de la humanidad.
En cambio, nos vemos obligados a estar sentados durante 119 minutos de castigo, en una mezcla de películas modernas de guerra e histeria masculina.
Si eliminásemos de escena a los monstruos, Monsters: Dark Continent sería un mejor film de género bélico, dado que la historia como tal, lo pide.
Obviamente, que utilizaron lo de los monstruos como excusa publicitaria, y engañosa para ir a verla, porque la realidad, Monsters: Dark Continent no se centra en los “monsters”
Sin duda que hay una cierta influencia de los trabajos que ha hecho Neill Blompkamp, en eso de “sentir lastima por los alienígenas”, o hacer notar que los verdaderos “monstruos” somos los humanos, que lo somos...
Pero en este caso, con muy poca efectividad, y al fin y al cabo, termina siendo la típica historia de soldados yankees, que viajan a cumplir una misión a Oriente Medio.
No obstante, y la verdad es que quedé impactado por algunos planos, sobre todo teniendo en cuenta que esperaba una película casi con tufo a telefilm.
Momentos de crudeza a flor de piel, que ponen en evidencia lo cruel y lo duro de los conflictos armados, hasta la comparación que se hace con la matanza de animales para el consumo, o como ya he repetido muchas veces, los monstruos, que se sabe están por ahí, pero que realmente no se le ve que hagan daño.
Difícil de ver, pero con cosas muy interesantes:
Se habla de las víctimas inocentes, de los traumas de los combatientes, de la deshumanización creciente ante la masacre constante, del sinsentido de tanta violencia...
Si en la misión que han de llevar a cabo, por la cual se ha abandonado a la familia, solo deja cadáveres en el camino, ninguna vida salvada, para llegar al destino y encontrar más cadáveres…
La pregunta que se hace el personaje:
¿Por qué estoy aquí?
Tiene mucho sentido, monstruos aparte… aunque vemos a esos gigantescos extraterrestres, corriendo en la arena, como metáforas del absurdo de la guerra; que de una forma poética, reflejando lo que ocurre en la guerra, son imágenes de gran belleza poética.
¿Aburre Monsters: Dark Continent?
Sí, ya que no es lo que se promete, a menos que esto lo tengas claro, ya que esto va de otra cosa:
Drama de guerra, adornado con monstruos, que más de alguno podrá identificar qué representan.
“Give you something to remember while you're out there killing alien invaders!”
Desdichados son los monstruos en Hollywood, pues representan la imagen grotesca y deformada de “el otro”
Su predecesora, “Monsters” (2010), tenía el objetivo de crear una película sobre monstruos, en la que los monstruos fueran los humanos.
Un mensaje implícito, que dejaba claro solo a ratos, y que quedaba empañado por el más que soporífero desarrollo de la película.
Esta secuela, es diferente.
No tiene miedo de mostrar esos monstruos a los que se combate, de entrelazarlo con la cara más dura de la guerra, y de mostrar la parte más oscura de la naturaleza humana.
¿Exterminar a los monstruos por necesidad?
Solo miedo a lo diferente, uno de los problemas que asola a la humanidad prácticamente desde su nacimiento.
Bueno, no creo que represente la “esencia” de la naturaleza humana, pero sí es cierto, que la capacidad de perversión de una naturaleza tan plástica como la nuestra, podría arrastrarnos a cometer las mayores atrocidades que podamos concebir.
Sin embargo, para mí, Monsters: Dark Continent representa la esencia de un sistema de dominación que dura ya milenios, y que no supone más que el correlato social de una conducta que nos repugna sobremanera, cuando la vemos encarnada en un individuo, sin representaciones grotescas ni ficticias.
“Everybody lost.
What's the point of having a fight; if you're gonna shoot the fucking winner?”
De monstruos el universo lovecraftiano está lleno de ellos, y se conoce únicamente a través de testimonios incompletos y aislados, cuyas descripciones están repletas de insinuaciones veladas y lagunas en blanco.
Los Mitos de Cthulhu, por ejemplo, constituyen un ciclo literario de horror cósmico, consolidado entre 1921 y 1935, por el escritor estadounidense, Howard Phillips Lovecraft, y acrecentado por otros escritores pertenecientes al Círculo de Lovecraft.
Aunque muy vinculado a la ciencia ficción, el género onírico y la fantasía pura, en rigor, Los Mitos de Cthulhu pertenecen a la tradición del cuento de terror anglosajón.
En él, se renueva el desgastado horror gótico de fantasmas y seres inmateriales en un terror realista, de seres monstruosos y desconocidos, que se esconden en los parajes más oscuros de La Tierra, el tiempo y el espacio.
Influido por Arthur Machen y Lord Dunsany, Los Mitos exploran a ciegas, la perspectiva de que bajo el mundo cotidiano y conocido, se esconde una realidad prodigiosa y aterradora, que acecha a la humanidad desde las tinieblas, y sume en el pánico o la locura, a quien osa atisbar los abismos de aquella inaprensible dimensión.
¿Podemos ampliar el significado de Lovecraft, y darle un giro diferente, pero manteniendo la esencia, a base de metáforas?
¡Claro que sí!
“Why am i here?
What am i doing here?”
Monsters: Dark Continent es una película británica de ciencia ficción, del año 2014, dirigida por Tom Green.
Protagonizada por Joe Dempsie, Johnny Harris, Sam Keeley, Sofia Boutella, Nicholas Pinnock, Uriel Emil Pollack, Parker Sawyers, Kyle Soller, Jesse Nagy, Jeff Hill, Lulu Dahl, entre otros.
El guión es de Jay Basu, y es una secuela del éxito independiente de 2010, “Monster”
La filmación de Monsters: Dark Continent, tuvo lugar en Jordania y en Detroit, EEUU.
La historia inicia cuando una sonda de La NASA, regresa a La Tierra con muestras de vida alienígena, que se estrelló en América Central.
Poco después, nuevas formas de vida comenzaron a aparecer, y la mitad de México fue puesta en cuarentena, como una zona infectada; mientras la milicia de EEUU y de México, siguen luchando por contener a las criaturas…
Monsters: Dark Continent, retoma la acción donde se quedó al final de “Monsters” (2010), es decir, el mundo está asolado por monstruos, y el ejército está haciendo todo lo posible por acabar con ellos.
Con lo que no contaban, es con encontrar La Resistencia, pero el objetivo de ésta, no son sólo las temibles criaturas que amenazan con adueñarse de nuestro planeta...
Monsters: Dark Continent, traslada el imaginario del primer filme a una vibrante zona de guerra; para entonces, ya han pasado 10 años, y las zonas infectadas, se han extendido por todo el mundo.
Los humanos han sido desplazados de la parte alta de la cadena alimenticia, y pequeños núcleos luchan por sobrevivir.
Los soldados de EEUU, han sido enviados a proteger en el extranjero, los intereses petrolíferos, pero la guerra está lejos de ser ganada.
Los soldados:
Michael (Sam Keeley), Frankie (Joe Dempsie), Inkelaar (Kyle Soller) y Williams (Parker Sawyers), junto a otros, comandados por Frater (Johnny Harris), son enviados en una misión de búsqueda y rescate de 4 soldados del Ejército de EEUU, que ha caído en una zona infectada.
Pero cuando la unidad y el transporte son destruidos, se encontrarán frente a algo más bestial que los mismos monstruos; y para cuando lleguen a su destino, se verán forzados a confrontar el terror, de que los verdaderos monstruos en el planeta, no son alienígenas.
Estamos ante una secuela, hablando en términos cinematográficos, pero ni de lejos en el sentido narrativo; es decir, no se trata de una secuela en el sentido estricto de continuación de la historia anterior, sino en el sentido cinematográfico de contar otro relato, con diferentes personajes, pero en el mismo universo, algo así como un “spin-off”, una historia poco convencional, para una película poco convencional, que funciona como un filme independiente, con su propia visión distintiva de invasión extraterrestre, y de comportamiento humano en situaciones extremas.
“Put a bullet in a monster.
That was supposed to be our war.
But you better know your enemy”
Monsters: Dark Continent es una vuelta de tuerca al género de grandes criaturas, en este caso de origen extraterrestre, que la convertía en una historia de amor con monstruos al fondo, en la película inicial de 2010.
Eso sí, con unos diálogos y una elegancia en el manejo de la cámara y el planteamiento de la historia, según parece, más que destacables; y después de cientos de propuestas infames sobre monstruos, el director de “Monster” (2010), Gareth Edwards, consideró conveniente rediseñar el género, utilizando la historia de 2 personajes, cuya relación evoluciona en medio de la destrucción de la humanidad.
De hecho, lo más atractivo de “Monsters” (2010), es la inevitable existencia de una amenaza constante, perturbadora, que acompaña el viaje a pie de 2 desconocidos, que atraviesan no sólo un planeta que les resulta ajeno, sino su particular abismo personal.
Es decir, los monstruos se convierten en un 2º plano necesario para la propia trascendencia de los personajes.
De esta forma, el listón estaba alto de cara al estreno de Monsters: Dark Continent.
Lo que pongo en duda, es la decisión de contarnos una historia bélica post-9/11, con sus temas recurrentes:
Un grupo de marines, sale de misión a Oriente Medio en una operación de rescate.
Y se nos habla de los traumas de los soldados; de la pérdida en combate de los compañeros; de los problemas de la vida civil; del tener que enfrentarse a una población local que no ha pedido ayuda, y se siente invadida; del oficial que pierde la cabeza, y se convierte en un asesino...
En resumen, el conflicto que nos cuenta, tiene los ingredientes de una historia que parece que ya hemos visto, por lo que hay 2 formas principales de enfocarla:
La primera es la más acaloradamente patriotera:
Aquéllos que han criticado el americanismo de productos, se flagelarían amargamente ante la visión que nos intenta trasladar el trasfondo de esta historia.
Las criaturas, ya no sólo se concentran en la franja de tierra hostil entre EEUU y México, como en Oriente Medio, ahora campan a sus anchas por todo el globo, causando el caos.
Y la trama nos lleva a un país “infectado” por monstruos, la infección se ha extendido, claro...
Curiosamente, se trata de un país árabe, como “curiosamente” la primera película se desarrollaba en la frontera de México con EEUU; y allí, el ejército de EEUU, aparte de enfrentarse a los monstruos, debe hacerlo con la propia población civil, que constantemente atenta contra ellos, como venganza a los “daños colaterales” de las acciones militares sobre los extraterrestres.
La policía del mundo, es decir, el ejército de EEUU, se deja la vida y la cordura, acudiendo allá donde lo necesitan para controlar a tan peligrosos engendros.
Esto añade un factor de riesgo, sobre todo a nivel mental, en zonas como Oriente Medio, ya que además de a los monstruos, han de enfrentarse a los peligrosos revolucionarios que los quieren fuera de sus tierras.
Toda una burda metáfora de la política intrusiva de EEUU, y un intento por justificar el hecho de que su presencia es necesaria, en según qué zonas para salvar a la población, a su pesar, de los “monstruos” que los acechan.
Casi nada...
Si no queremos hilar tan fino, otro foco más inmediato, sería ver Monsters: Dark Continent como un filme bélico al uso, con monstruos al fondo.
De esta forma, contemplaremos el día a día de un escuadrón militar, destinado en Oriente Medio, desde el punto de vista tanto de los recién llegados, como de los veteranos a los que la guerra está haciendo mella psicológicamente.
¿Nos suena algo?
Pues efectivamente, es el mismo tema visto en otras películas.
De esta forma, podemos diferenciar 2 partes:
En la primera, se nos presenta a unos jóvenes de barrio obrero de Detroit, que encuentran en el ejército, una vía para huir de la desidia, y la probable caída en la delincuencia a la que se ven abocadas sus vidas.
Una vez en su destino, en Oriente Medio, vamos viendo una parte de su entrenamiento y rutina, junto a un par de sargentos con mal genio, hasta que les toca encarar su primera misión.
El rescate de un equipo que ha quedado aislado en suelo enemigo, conformará la segunda parte.
No es sólo ya que sepamos desde el principio, cómo va a acabar la misión, sino que además, ésta se desarrolla de forma carente de sentido, y divagando a base de sopor, inocuidad, diálogos y monólogos interiores patéticos, y cámaras lentas que buscan la imagen bonita, pero que no cuenta nada.
Más de una hora de metraje, que se llega a hacer insoportable, porque no pasa nada, y lo poco que pasa, no nos puede importar menos, pues las reacciones son las esperadas.
Si se buscaba que empatizáramos con los personajes principales, podemos afirmar que si lo consiguen; mientras las únicas salidas del tedio general, están compuestas por tiroteos muy bien rodados, aunque a veces nos cuesta enterarnos de lo que pasa; y que están llenos de mucho ruido y cámaras subjetivas.
No obstante, tampoco falta el tópico romance inter-cultural metido con calzador, para redondear la función.
Aunque fiel a sus principios de no contar nada, al final nos lo tenemos también que imaginar...
Si lo que buscamos en Monsters: Dark Continent es acción sin medida, momentos de adrenalina sin más, y situaciones extremas en medio de una guerra infundada, esta es sin duda, una buena alternativa; pero si analizamos la historia con sus matices, tantas incongruencias juntas, nos saca de nuestras casillas, y según avanzan los minutos, vemos que nos lleva derechos hacía un mundanal final, que no nos resuelve nada, más bien deja la puerta más que abierta para lo que sobre, y pueda llegar después en otra continuación.
Sus protagonistas, todos sin excepción están perfectos, y en donde brillan:
Johnny Harris con su exaltado carácter; y un joven que apunta maneras, llamado Sam Keeley, con el que la cámara se recrea muy bien, y es quien lidera la película en el drama, y posee las mejores, bellas y poéticas imágenes.
Pero también está Joe Dempsie, y Parker Sawyers.
El unir a personajes tan característicos, da lugar a lo que Green quería lograr:
Un “Monsters” belicoso cuando puede, pero serio y emocional cuando llega el momento.
Como dato, Jesse Nagy, que aquí hace del soldado Conway, estuvo 1 año como soldado en la armada de rescate de sobrevivientes en Irak.
Sin embargo, hay incongruencias y cuestionamientos varios:
¿Para qué se sientan entre las velas a ver las esporas caer?
¿Qué pinta el niño con el bichejo en la caja?
¿Las escenas de pájaros, que significan, y por qué el continente es “oscuro”?
¿El petróleo?
¿De qué sexo es el que se sienta con el protagonista a ver las esporas?
Obviamente, la actriz es Sofia Boutella, pero su personaje es muy ambiguo.
Personalmente, me esperaba una película de monstruos, y no una de guerra o terrorismo.
Pues aquí, los monstruos son puro atrezzo, bien pudieron eliminarlos, y podrían ser imaginaciones del protagonista, y seguirían contando aproximadamente lo mismo para la historia, o sea nada de nada con los monstruos en absoluto.
En la primera película, aún se comían a alguien y reventaban algunas cosas, según parece... pero aquí lo único que hacen es caminar o correr por el desierto, y sucumbir como panolis a los ataques de la aviación, o de quien quiera que pase por ahí.
Literalmente, lo único que se cargan en toda la película, es una puñetera antena de electricidad.
Ahora bien, si nos quedamos con justo la primera mitad, pues Monsters: Dark Continent resulta interesante:
Una historia de un joven de clase baja, enviado a la guerra, algunas imágenes de los bajos fondos de Detroit, algunos enfrentamientos con el Estado Islámico, o quien puñetas que sea ese grupo insurgente... etc., no es mala del todo.
Pero a partir del combate clave de la película, que realmente sí que es muy bueno, se va todo a la porra.
Sin embargo, no todo es malo.
Los efectos especiales son competentes, el diseño de las criaturas es imaginativo, aunque su función en la trama no pasa de lo comentado anteriormente; y tiene algún concepto interesante como la evolución de las peleas ilegales de perros, que pasan a ser peleas “perro vs monstruo”
Lástima, insisto, que luego no se desarrollen los monstruos en la trama, pues ellos solo están por ahí.
Como dato, el director, Tom Green, se basó en la película “The Mist” (2007), para crear sus monstruos, aunque reconoció que tiene mucho de toque personal en sus diseños.
Los monstruos, son totalmente independientes de la historia; y hasta se les quiere dar más un papel pacífico que otra cosa, cual representación alegórica, los monstruos siguen de fondo, de secundarios, sutiles acompañantes de una historia donde los humanos siguen siendo las únicas bestias, pues veremos la forma de reproducción, el avance, y la furia de los monstruos, como algo lejano, es una mera excusa para analizar aspectos de la humanidad.
En cambio, nos vemos obligados a estar sentados durante 119 minutos de castigo, en una mezcla de películas modernas de guerra e histeria masculina.
Si eliminásemos de escena a los monstruos, Monsters: Dark Continent sería un mejor film de género bélico, dado que la historia como tal, lo pide.
Obviamente, que utilizaron lo de los monstruos como excusa publicitaria, y engañosa para ir a verla, porque la realidad, Monsters: Dark Continent no se centra en los “monsters”
Sin duda que hay una cierta influencia de los trabajos que ha hecho Neill Blompkamp, en eso de “sentir lastima por los alienígenas”, o hacer notar que los verdaderos “monstruos” somos los humanos, que lo somos...
Pero en este caso, con muy poca efectividad, y al fin y al cabo, termina siendo la típica historia de soldados yankees, que viajan a cumplir una misión a Oriente Medio.
No obstante, y la verdad es que quedé impactado por algunos planos, sobre todo teniendo en cuenta que esperaba una película casi con tufo a telefilm.
Momentos de crudeza a flor de piel, que ponen en evidencia lo cruel y lo duro de los conflictos armados, hasta la comparación que se hace con la matanza de animales para el consumo, o como ya he repetido muchas veces, los monstruos, que se sabe están por ahí, pero que realmente no se le ve que hagan daño.
Difícil de ver, pero con cosas muy interesantes:
Se habla de las víctimas inocentes, de los traumas de los combatientes, de la deshumanización creciente ante la masacre constante, del sinsentido de tanta violencia...
Si en la misión que han de llevar a cabo, por la cual se ha abandonado a la familia, solo deja cadáveres en el camino, ninguna vida salvada, para llegar al destino y encontrar más cadáveres…
La pregunta que se hace el personaje:
¿Por qué estoy aquí?
Tiene mucho sentido, monstruos aparte… aunque vemos a esos gigantescos extraterrestres, corriendo en la arena, como metáforas del absurdo de la guerra; que de una forma poética, reflejando lo que ocurre en la guerra, son imágenes de gran belleza poética.
¿Aburre Monsters: Dark Continent?
Sí, ya que no es lo que se promete, a menos que esto lo tengas claro, ya que esto va de otra cosa:
Drama de guerra, adornado con monstruos, que más de alguno podrá identificar qué representan.
“Give you something to remember while you're out there killing alien invaders!”
Desdichados son los monstruos en Hollywood, pues representan la imagen grotesca y deformada de “el otro”
Su predecesora, “Monsters” (2010), tenía el objetivo de crear una película sobre monstruos, en la que los monstruos fueran los humanos.
Un mensaje implícito, que dejaba claro solo a ratos, y que quedaba empañado por el más que soporífero desarrollo de la película.
Esta secuela, es diferente.
No tiene miedo de mostrar esos monstruos a los que se combate, de entrelazarlo con la cara más dura de la guerra, y de mostrar la parte más oscura de la naturaleza humana.
¿Exterminar a los monstruos por necesidad?
Solo miedo a lo diferente, uno de los problemas que asola a la humanidad prácticamente desde su nacimiento.
Bueno, no creo que represente la “esencia” de la naturaleza humana, pero sí es cierto, que la capacidad de perversión de una naturaleza tan plástica como la nuestra, podría arrastrarnos a cometer las mayores atrocidades que podamos concebir.
Sin embargo, para mí, Monsters: Dark Continent representa la esencia de un sistema de dominación que dura ya milenios, y que no supone más que el correlato social de una conducta que nos repugna sobremanera, cuando la vemos encarnada en un individuo, sin representaciones grotescas ni ficticias.
“Everybody lost.
What's the point of having a fight; if you're gonna shoot the fucking winner?”
No voy a defender la película, pero compararla con la primera diciendo que en esa al menos se comen a alguien y aquí solo rompen una antena es no haber entendido la primera película en absoluto. La primera no es una película de monstruos al uso. Los monstruos no son malos. Solo se defienden. Los protagonistas aprenden a vivir precisamente en el mundo de los monstruos porque el mundo antes de que lleguen había perdido por completo su conexión con la naturaleza.
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