Great Expectations

“My father's family name being Pirrip, and my Christian name Phillip, my infant tongue could make of both names nothing longer or more explicit than Pip”

La novela de formación, o novela de enseñanza, es un género literario que retrata la transición de la niñez a la vida adulta.
El término alemán original, “Bildungsroman” significa literalmente, “novela de formación” o “novela de educación”, y fue acuñado por el filólogo Johann Carl Simon Morgenstern, en 1819.
La temática de este tipo de novela, es la evolución y el desarrollo físico, moral, psicológico y social de un personaje, generalmente desde su infancia hasta la madurez.
En esta evolución, se suelen diferenciar 3 etapas:
La primera es el aprendizaje de juventud, la segunda son los años de peregrinación, y por último, el perfeccionamiento.
“Great Expectations”, publicada entre 1860 y 1861, es una novela escrita por Charles Dickens, maestro del género narrativo, al que imprimió ciertas dosis de humor e ironía, practicando a la vez una aguda crítica social.
Sus sátiras sobre el esnobismo de la aristocracia británica, son a menudo populares, haciendo comparaciones de huérfanos con accionistas, o comensales con muebles, son algunas de sus más aclamadas ironías.
La novela “Great Expectations”, narra la historia Phillip Pirrip, un huérfano aprendiz de herrero, cuya aspiración pasará a ser, convertirse en un noble caballero, describiendo su vida desde su niñez hasta su madurez.
Se puede decir, que se trata de un “Bildungsroman” o “novela de aprendizaje”, en donde Dickens exploró esa brecha que separaba a los ricos de los pobres, a los señores elegantes de los sencillos hijos del pueblo llano, envolviendo su idea central, en una trama dotada de desangelado patetismo, de cierto toque de grotesco realismo con el que tanto simpatizaba, pero también con brochazos de intriga, y de halo romántico.
La historia puede también ser considerada como una semi autobiografía; al igual que muchas de sus obras, en la cual mezcla sus experiencias de vida con su entorno social.
La novela es majestuosa, siempre resaltando la clase obrera, las personas humildes, y aquellas que no cuentan con las necesidades básicas para salir adelante.
Aquí se deja al descubierto las penalidades que pasó de niño el escritor, debido mayormente a la forma de despilfarrar el dinero, que tenía su progenitor, el cual fue encarcelado, y debido a las costumbres de la época, su familia tuvo que ir con él, a vivir en prisión...
Mientras Charles fue acogido por una casa, y solo acudía los domingos a visitar a su padre.
La trama de la historia, toma desde la víspera de Navidad de 1812, cuando el protagonista tiene solo 7 años de edad, hasta el invierno de 1840.
Los personajes de Dickens en general, son insólitos, terribles, hermosos, y complejos.
Actualmente, “Great Expectations” es considerada como una de sus más grandes y sofisticadas novelas, así como también una de las más populares, siendo está adaptada a obras teatrales y cinematográficas, en más de 250 ocasiones.
“Pip!
A young gentleman of great expectations”
Great Expectations es un drama del año 1946, dirigido por David Lean.
Protagonizado por John Mills, Valerie Hobson, Martita Hunt, Alec Guinness, Jean Simmons, Bernard Miles, Francis L. Sullivan, Finlay Currie, Anthony Wager, Freda Jackson, entre otros.
El guión es de David Lean, Ronald Neame, Anthony Havelock-Allan, Cecil McGivern, y Kay Walsh, sobre la novela homónima de Charles Dickens, sobre el hijo de un humilde herrero que es enviado a educarse a Londres, gracias al dinero de un benefactor, cuya identidad desconoce.
Curiosamente, David Lean no había leído nunca “Great Expectations” de Charles Dickens, pero lo que sí leyó, fue un aviso en el periódico que anunciaba una representación teatral basada en ella, la cual iba a tener lugar en el Rudolf Steiner Hall, en Londres; y que fue entusiasmado por su esposa, Kay Walsh para asistir.
El año era 1939, y un joven de 25 años, extra en un musical de la Gaumont-British y aprendiz de publicista llamado Alec Guinness, había escrito la adaptación, y había reunido a un grupo de actores para presentar la obra, dirigida en ese entonces por George Devine.
Guinness hacia el papel de Herbert Pocket, y Martita Hunt interpretaba a Miss Havisham.
David Lean, su esposa, y un amigo, el fotógrafo Ronald Neame, asistieron a una de las funciones, y decidieron hacer una versión filmada, luego del fin de la guerra.
No olvidaron a Hunt y a Guinness, a quienes llamaron para retomar en el celuloide sus antiguos roles; siendo la primera de las 6 películas que Lean filmará con Alec Guinness, en una colaboración que se extendería por 38 años, marcando y definiendo la carrera de ambos, haciendo historia cinematográfica.
El equipo de David Lean, Ronald Neame y Anthony Havelock-Allen, llamado Cineguild, colaboró en el guión después de Dickens despidiera a Clemence Dame, que no pudo llegar a un guión digno.
Al igual que Dickens, el equipo Cineguild fue atrapado por un final:
En la novela, que en realidad tenía 2 finales diferentes.
En la versión de Dickens, Pip y Estella se reúnen brevemente cuando son ancianos... pero la esposa de Lean, Kay Walsh, se le ocurrió la idea de que Pip rescatara a Estella del destino que refleja Mrs. Havisham; y por eso, Walsh recibió un crédito en el guión final.
Aunque Great Expectations ya había sido filmada previamente en 2 ocasiones, en 1917, y en 1934, la elección se antojaba lógica, pues marcaba aún más las diferencias con el cine de corte contemporáneo, romántico, y de comedia, filmado entonces; por tanto, Great Expectations pertenece ya a una técnica casi anticuada:
El método de contar una historia; la aproximación no literal y multifacética de un tema.
En palabras del director:
“Un camino que nos permitirá descartar la narración directa, y usar la sugestión, la pantomima y el movimiento en forma más efectiva…
No sé qué será, pero estoy seguro de que estamos al borde de ello”
Great Expectations obtuvo 2 premios Oscar:
Mejor Fotografía en B/N, y Mejor Dirección Artística en B/N.
Siendo nominada a Mejor película, director, y guión adaptado.
La historia tiene lugar en el siglo XVIII, en el sur de Inglaterra:
Philip Pirrip (Anthony Wager/John Miles), es demasiado pequeño para pronunciar bien su nombre, por eso se acabará llamándose a sí mismo “Pip”, una costumbre que al final terminan adoptando quienes les rodean…
Se nos muestra su vida desde su infancia hasta su edad adulta.
Cuando es pequeño, Pip vive con una mujer antipática y abatida por las responsabilidades (Freda Jackson), y su esposo, Joe Gargery (Bernard Miles), un hombre afable, y herrero de profesión.
Tiempo después de su encuentro con Abel Magwitch (Finlay Currie), un prófugo temible en el cementerio; Miss Havisham (Martita Hunt), una señora que posee una propiedad y riquezas, lo invita a su casa y, a partir del instante, en que el chico cruza la verja de la misteriosa y decrépita mansión, se abre para él un anhelo de salir de la pobreza, y convertirse en un caballero, porque en la mansión habita una criatura bella, una chica desdeñosa con él, y de la que el pobre Pip se enamora:
Estella (Jean Simmons/Valerie Hobson), es la joven protegida de la dueña de la casa, la cual es una mujer que vive encerrada en la oscuridad, en su rencor y en su despecho debido a una gran decepción amorosa.
Pip no sabe aún que está siendo objeto del juego de la amargada mujer, y cae en la trampa.
En esta edad temprana, acaba convirtiéndose en aprendiz de herrero, pero pronto sus planes dan un giro cuando, de forma inesperada, recibe una fortuna concedida por un benefactor desconocido para que vaya a formarse a Londres.
Su viaje a la capital británica, coincide con su edad adolescente.
Es la primera vez que Pip tiene que separarse de los suyos, y de su pequeña aldea, pero una vez instalado en la ciudad, hace buenos amigos como Herbert Pocket (Alec Guinness)
Su vida anterior pasa a un segundo plano, y el contraste entre los que dejó allí, y la persona en la que se convierte, se hacen cada vez más notable; destacando en el despacho del abogado, Mr. Jaggers (Francis L. Sullivan)
Pero Pip nunca llega a superar su condición inferior, sobre todo cuando se encuentra ante Estella.
A partir de ese comienzo, la historia se vuelve un seguido de sucesos que irán cambiando la vida del particular protagonista, que a través de diferentes golpes de suerte, consigue una buena posición social.
Great Expectations es un clásico de la literatura, recreado en una película que capta el espíritu de Dickens con toda su carga de denuncia hacia las miserias, injusticias, desigualdades y lacras que arrastra la especie humana; por lo que David Lean hizo una versión cinematográfica que tiende a resaltar el componente romántico, y casi fantasmagórico.
Es una película de aquellas que rezuman magia, son un clásico en el sentido más puro de la palabra, ya no por la edad, o por la relevancia, si no por ser de esas películas que ya no se hacen, o no se hacen igual.
Una aventura sobre el avance hacia la madurez de un joven, su amor, sus amistades, sus deberes, su honor, su gratitud y, por encima de todo, del logro de sus grandes esperanzas.
“Come nearer.
Let me look at you.
Come close.
Look at me.
You aren't afraid of a woman who has never seen the sun since before you were born?”
Great Expectations se ubica en el inicio de la carrera de David Lean como director autónomo, y en ella encontramos ya lo mejor de su cine, sin tener que recurrir a enormes locaciones, miles de extras, y grandes estrellas.
Tan sólo la calidez de su mirada, su enorme respeto hacia la fuente literaria que lo alimentaba y, por supuesto, un gran talento.
Por otra parte, no se trata de una simple adaptación literal; Lean es capaz de convertir el texto y dotarlo de vida, transfigurándolo a su propio mundo creativo.
La novela de Dickens era mucho más larga y salpicada muchas más anécdotas, así que buena parte del trabajo de Lean, fue acotar el guión.
Aquí encontramos una de las características del director, que siempre quería revisar el modelo final de guión, y darle el visto bueno personalmente para que tuviera una duración lógica.
Para ello, eliminó bastantes trozos de la infancia del protagonista, sólo rodando lo que él consideraba necesario para que la historia pudiera desarrollarse, como el episodio del preso fugado, que luego resultaría ser el desconocido benefactor, la relación con Stella, etc., y haciendo más hincapié a la historia de adulto.
También, hay que remarcar el cambio final respecto a la novela.
En aquella, Stella y Pip nunca llegaban a marcharse juntos, y la obra tenía un final más amargo…
En la película, Pip abre las ventanas de la mansión que durante joven le había atemorizado, un hecho cargado de un simbolismo muy bello, con lo que llega a convencer a Stella, y huir juntos de la oscuridad, agarrados de la mano.
Los 6 meses de filmación, se iniciaron en septiembre de 1945 en Denham, y la película requirió tomas en St. Mary’s Marshes, la costa del Támesis, Londres, y en el río Medway, donde se filmó el choque con el paquebote de Rotterdam.
El trabajo en el estudio fue arduo, pues incluso algunas escenas a campo abierto, fueron filmadas en interiores, incluyendo tomas con nubes, árboles, vacas, y un cementerio.
El costo final del filme, superó las 385 mil libras esterlinas.
Y es que David Lean quería que su película tuviera una sensación de mayor realismo.
Trabajando en estrecha colaboración junto con el director de arte, John Bryan, y el director de fotografía, Guy Green, empleó varios trucos, como la perspectiva forzada para lograr este efecto.
La famosa escena del cementerio, por ejemplo, cuenta con una iglesia que se ve en el fondo, que en realidad estaba a sólo 3 metros de altura.
Construyeron también objetos y enseres más pequeños de lo normal, y gracias a los efectos de profundidad de campo y de iluminación de los platós de filmación, logró recrearse un ambiente gótico, frío, de constante amenaza, donde telarañas y polvo tienen sus dominios.
Del libro, Lean retoma temas habituales de Dickens, como la paternidad y la dificultad moral en la construcción individual bajo las pretensiones y exigencias sociales; siendo en general, una historia muy efectiva, rápida e inesperada en su primera mitad, la cual está llena de osados detalles técnicos:
El viento y las vacas, por ejemplo, dan la impresión de acusar con sus voces a Pip; la casa de Miss Havisham parece prolongarse hasta el infinito en un sin fin de escaleras y cuartos... toda esta parte se trata de la infancia, un gran logro en cuanto a la puesta en escena, y la creación de una atmósfera.
Nada más empezar, el director envuelve toda la escena en un mar de niebla, con tintes de película de terror, donde el niño protagonista va al cementerio a ver la tumba de sus fallecidos padres, cuando es asaltado por un preso, que le pide comida.
En la casa de La Condesa, vemos un gran cuidado de la fotografía, uno de los grandes logros, que se sirve de la oscuridad y de la poca luz que aportan las velas para provocarle respeto frente al niño, e infundir un ambiente cercano al miedo; quizás porque la primera parte del retablo, se trata de un fragmento más fantasioso que la parte adulta, aunque hay que decir que el tono de la obra siempre es cercano a los elementos fantásticos.
En la segunda mitad, el tratamiento es más convencional y menos elaborado en lo formal, pero no por eso, el interés del filme decae y, además, es donde vemos a Alec Guinness, demostrando desde este instante, su enorme capacidad histriónica, en un papel secundario que él se encarga de realzar.
David Lean nos muestra su destreza narrativa, llevando con propiedad la historia a una conclusión romántica y afortunada, donde la vida paga una deuda a un hombre bueno, con quien no había hecho justicia, privándolo siempre de compañía y afecto.
Hay en la descripción de Pip, una simpatía y un cariño que parece extraño, considerando, como siempre ha ocurrido, que David Lean fue un artesano frío y detallista, poco amigo de sensiblerías que nada aportaran a la narración, pero parece que hubo un involucramiento de índole personal con el tema del filme, y con este personaje:
El director tenía problemas afectivos, pues se había casado con una prima que le había dado un hijo al que sólo le brindó apoyo económico, pero a quién siempre ignoró; de ahí que las desventuras de Pip, sus constantes pérdidas, y su sensación de “extrañamiento” social, tuvieron que haber generado la solidaridad y la comprensión de Lean.
No obstante, Pip en Londres, pasa de ser un joven humilde a un haragán de cuidado, y pareciera que no es que quiera ser un caballero, sino que ansía ser un snob con el dinero de otro, lo que se llama ser un parásito social, no se le ve cultivarse en cultura, come, hace esgrima, boxea, un “bon vivant” sin más aspiración que vivir al día…
Lógico que Stella coquetee con alguien de posición, a esto se añade una sonrojante escena en que su cuñado Joe lo visita, y Pip lo trata como a un apestado.
Le acompañarán en su historia, personajes muy carismáticos y pintorescos, perfectamente representados y muy icónicos, muy “dickensianos”
Entre ellos se encuentran, por ejemplo:
Una mujer despechada y extravagante, que nunca sale de su posesión y que llama a hijos ajenos para divertirse, entre ellos está una muy joven, y muy guapa Jean Simmons, interpretando solo de niña, a la chica rompecorazones que la otra mujer quiso ser.
Es curioso la mentalidad de la señora que adoptó a Estella, que la dejaron colgada el día de la boda, y a partir de ese día, no ha querido modificar nada, los adornos, el traje, la ropa, las mesas, la comida, por decirlo así, congeló ese día para el resto de su vida…
Y su afán es convertir a la chiquilla, en un ser sin sentimientos, capaz de convivir con un marido, pero sin mostrarle ningún tipo de sentimientos.
Así que Pip tendrá una misión complicada, que es vencer ese gran obstáculo.
La actriz que la personifica, Martita Hunt, da incluso hasta miedo, viéndola en aquella casa tan solitaria y oscura.
Pocket, el fiel amigo del protagonista; y unos cuantos personajes más, como el misterioso benefactor, hombre del parche; el abogado, Mr. Jaggers, etc.
Como dato, John Mills, que interpretó a un Pip de entre 18 y 25 años, tenía 38 en el momento del rodaje; sin embargo, Mills está perfecto, sobretodo es muy creíble la primera vez que va a Londres, la cara que pone, refleja lo fuera de lugar que se encuentra en esos momentos de su vida.
Y como le va cambiando el carácter a medida que pasa el tiempo...
Alec Guinness, se desenvuelve con soltura en su debut cinematográfico, ofreciendo de esta manera, un adelanto del gran actor que vendría después.
El personaje de Bernard Miles, es el más bonachón, ni un mal gesto en toda la historia; Francis L. Sullivan está enorme, y no me refiero a su físico, en su papel de abogado, es breve, directo y muy franco, y me ha encantado.
Y Finlay Currie, en el papel de fugitivo escapado, al principio resulta chocante en su comportamiento, pero posteriormente logra redimirse.
Great Expectations fue el debut del pequeño Tony Wager, Pip de niño, y de Jean Simmons, que impacta ya con su fina belleza, y llega a extrañarse cuando otra actriz entra a reemplazarla, para dar cuenta del transcurrir de los años en que ha abandonado su engreimiento, dando paso a una mujer más serena y madura.
Como dato, Valerie Hobson que hizo de Estella adulta, rodó varias escenas como Biddy, pero al final todas fueron eliminadas.
Hay escenas famosas, como aquella en la que hay 3 escenarios de la secuencia de “las voces acusadoras de Pip”
En todas se oirán los pensamientos y miedos de Pip, a ser reprendido por los presos, su hermana, y la moralidad corporizada; síntesis que aúna todas las situaciones y expresiones de los fantasmas de Pip, y de su propia angustia.
Un recorrido en la mente de un niño con una sutil solución cómica, que demuestra lo inocente del juego de las fantasías.
Pero también es una retorcida historia de pasiones y ambiciones, de sueños alcanzados y truncados, de ricos fagocitando a pobres, muy Dickens; y viejos amargados jodiendo a jóvenes aún con mucho que vivir.
Great Expectations cohesiona su multiplicidad de registros, y acaba rompiendo la crisálida de un espectador que, primeramente interesado, y luego literalmente absorbido, se deja abandonar ante la hipnosis narrativa que el propio original literario ya inspirara en lectores de medio mundo.
Lean solo la refuerza.
“In trying to become a gentleman, I had succeeded in becoming a snob”
Charles Dickens fue un contundente maestro de la narrativa, y uno de los más atinados críticos sociales que nos haya brindado la literatura inglesa:
La desigualdad social, el maltrato a las prostitutas, la infamia penitenciaria y la pena de muerte, fueron algunos de sus más feroces blancos.
Y fue el hombre que inspiró la eficiente edición cinematográfica que aplicó D.W. Griffith, y como autor, dejó un legado que figurará por siempre en los catálogos de las librerías.
Que el oscarizado director David Lean, escogiera a Charles Dickens, fue una buena decisión.
La de David Lean fue la 3ª producción para la gran pantalla, pues las 2 anteriores, una de ella era del cine mudo, de 1917, y la otra sonora, de 1934.
Y con Great Expectations, Dickens se afina como un retratista de la pobreza en la Inglaterra industrial.
Puede que nadie plasmara con tanta amarga crítica y sordidez, las enormes diferencias sociales y las injusticias que atacaban sin piedad a quienes tenían la mala suerte de nacer en el cieno.
La observadora mirada del escritor, dirigía sus dardos con penetrante puntería hacia las clases acomodadas, tan regaladas de su posición y de sus privilegios; hacia las clases humildes, despreciadas por los que se llamaban a sí mismos poderosos y dignos, explotadas y arrastradas hacia la esclavitud de un progreso despiadado que medraba a costa de pobres desgraciados, abandonados a una perra suerte, y condenados a malvivir como ratas en una ratonera; hacia un sistema cruel que no contribuía en absoluto a paliar las enormes diferencias, y que incluso, abría aún más la brecha infranqueable.
El novelista, estaba aterrado por las desigualdades de La Era Victoriana, y esta crítica social, que sobrevive en Great Expectations, también era válida en 1946:
Un año después de la guerra, y cuando los británicos habían elegido un gobierno laborista comprometido en mejoras sociales, donde la salud y la educación tenían que lograr estar al alcance de toda la población.
El tema del ascenso social que subyace en Great Expectations, y sus observaciones acerca de la dignidad del trabajo obrero, calaron entre el público.
El desafío de Pip a Miss Havisham, fue entonces visto como un símbolo de rebeldía hacia los valores victorianos que habían sobrevivido a La Segunda Guerra Mundial.
Y aunque un crítico británico le endilgó un “marxismo occidental”, Great Expectations fue un gran éxito de taquilla, y convirtió a sus protagonistas en estrellas.
Mientras David Lean se convertiría en una prominente e indispensable figura del cine mundial, dirigiendo sucesivos filmes de enorme presupuesto, gigantescas proporciones, y enormes ambiciones, que fueron a partir de allí su impronta, pero que sin embargo, no perdieron el sentido de sus filmes más intimistas, que eran básicamente estudios casi “anatómicos” de la idiosincrasia, la personalidad, y las interrelaciones de sus personajes.

“Love her, love her, love her!
If she favours you, love her.
If she wounds you, love her.
If she tears your heart to pieces, and as it gets older and stronger, it will tear deeper, love her, love her, love her!”



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