Banditi a Orgosolo

Terminando de ver “Banditi a Orgosolo” (1960) de Vittorio De Seta con Michele Cossu, Peppeddu Cuccu, Vittorina Pisano, entre otros.
Drama italiano sobre un pastor de Orgosolo injustamente acusado de robo y asesinato, se ve obligado a irse a las colinas donde no hay agua ni pastos… con su rebaño en peligro y él desesperado porque está lleno de deudas, se convierte en bandido.
Este es el primer largometraje del director siciliano Vittorio De Seta, y está interpretada por pastores reales y actores no profesionales; por lo que ellos están acreditados colectivamente como “pastores sardos”
El filme fue precedido por 2 documentales filmados por el mismo De Seta en la década de 1950:
“Un giorno en Barbagia” y “Pastori a Orgosolo”; y aquí, el director optó por cambiar el dialéctico original de los pastores por un idioma italiano estándar que los pastores sardos nunca habían hablado; por lo que curiosamente uno puede escuchar las voces originales en los pocos momentos en que los llaman a las ovejas. Como podía esperarse, la película abismalmente en la taquilla.
Y es que De Seta quiso ser demasiado realista, y retrató la vida tal cual de los habitantes de Barbagia, la vida solitaria de los pastores en su aislamiento entre las rocas y las laderas del Supramonte, obligados por las necesidades del rebaño a pasar largos períodos lejos de su familia; mostrando especialmente a aquellos que se veían obligados a pagar rentas elevadas por pastos a quienes poseían grandes extensiones de tierra.
El interés de De Seta también se centró en la historia de alguien que, una vez pastor, se encuentra involucrado en eventos de los cuales, debido a la ignorancia, el destino, la impotencia y la desconfianza en el estado y sus leyes, se encuentra involucrado en un pequeño hecho que elige, o se ve obligado a entregarse al monte, convirtiéndose en un verdadero bandido.
Pero es en la parte técnica donde el filme alcanza grados de brillantez, donde exhibe uno de los mejores usos de la iluminación natural, la luz de La Luna real como única fuente; así como un excelente uso del talento local en el lugar, los pastores reales.
De esa manera, esta propuesta es mitad documental y drama, pero triunfa brillantemente en lo primero, pues realmente nos damos cuenta de cómo este paisaje áspero y revuelto que moldea a las personas que viven en él, y cómo las costumbres y estructuras de la vida moderna, la ciudad, se sienten extraños para ellos.
El uso de la iluminación de “chiarscuro” en escenas más oscuras, las figuras colocadas en medio de la catedral iluminada por el bosque, y la imponente presencia de Michele filmada mirando hacia arriba mientras está enmarcado contra las laderas rocosas, junto al cielo gris sin fondo, dan una sensación de drama inherente que reside en la supervivencia cotidiana de estas personas.
Desafortunadamente, el drama de la trama es simple, predecible; al tiempo que el ritmo de la película a veces es lento, pues literalmente pasamos 1/3 del metraje viendo ovejas subiendo y bajando por las laderas.
Como sea, es un filme de gran técnica cinematográfica, una joya para quien gusta de los encuadres y la iluminación; al tiempo que vale echarle un vistazo a quienes viven de manera tranquila y violenta en ese rincón del mundo.
“El rifle se utiliza para cazar, para defenderse, pero también para atacar”
RECOMENDADA.



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