The Brave One
Terminando de ver “The Brave One” (1956) de Irving Rapper con Michel Ray, Rodolfo Hoyos Jr., Elsa Cárdenas, Carlos Navarro, Joi Lansing, Fermín Rivera, Jorge Treviño, Carlos Fernández, entre otros.
Película de aventura mexicana-estadounidense, ganadora del OSCAR a La Mejor Historia, y nominado en mejor edición y sonido; el filme es célebre por el autor de la historia, un tal Robert Rich, quien para vergüenza de La Academia y deleite de muchos, resultó ser el guionista de “La Lista Negra”, Dalton Trumbo; y que se basó en un guión llamado “Corrida de Toros” de Juan Duval, que murió antes de la producción cinematográfica y que aparece sin acreditar.
Ambientada y filmada en México, sin estrellas estadounidenses importantes o menores, cuenta la historia de un niño mexicano, que intenta salvar a su amado toro llamado “Gitano”, de un duelo mortal contra un campeón matador.
El director Irving Rapper, dirigió esta hermosa historia, simple y familiar, sobre un niño y su apego a su mascota, y se vale de la belleza de las locaciones, del “México Profundo” y del aspecto auténtico de La Plaza de Toros, ranchos y calles mexicanas; con mucho humor y simbolismo propio del autor comunista, como el toro que demuestra su espíritu ante el auto del poderoso; sobre la figura del Presidente de La Nación, la defensa de la niñez y la historia; la película fue valiente para mostrar estos hechos en un magnífico espectáculo de habilidad, gracia y coraje; sin olvidar el suspenso y la esperanza; al tiempo que muestra la vida en el rancho y la trata de los toros, como el destete, la marcación, y cómo se prueban en campos abiertos; “La Fiesta Brava” llenando resplandecientemente los brocados dorados y rosados de México, mezclándose con la elegancia de las capas arremolinadas; o sobre el propósito que tenemos en la vida, que bien puede ser alterado para salvaguardar un valor superior, la vida, es decir, no se nace para morir, como el destino inexorable del toro, y eso lo hace un filme muy adelantado, por su valor anti-taurino, y es de agradecer.
Técnicamente asombrosa, tiene una partitura hermosa a cargo de Victor Young, y una fotografía en color de excepcional belleza a cargo de Jack Cardiff, que recuerda la obra de Gabriel Figueroa, y aquí enseña el paisaje mexicano más hermoso y expresivo.
Como película, “The Brave One” tiene mucho que ofrecer, pero gran parte del peso recae en la actuación de Michel Ray, un niño un tanto molesto, pero se le perdona porque eran otros tiempos, algo que Disney se encargaría de empalagar hasta el hartazgo.
Por otro lado, me pareció irónico que fuera RKO en sus últimas etapas como estudio, que produjo esta película; pues solo un par de años antes, era propiedad de Howard Hughes, quien se cansó de ello y la abandonó… pero lo que más atrae de ella es la historia de su autor:
Dalton Trumbo, al tiempo que fue la última película en ganar el OSCAR a “La Mejor Historia”, antes de que se suspendiera la categoría.
Con todo, el filme no obtuvo beneficios de taquilla y no fue un éxito crítico; tanto que los productores, los hermanos King, demandaron a RKO por administrar mal la distribución y venta de la película, reclamando $6 millones en daños y perjuicios.
Por otro lado, tuvo su recompensa con el OSCAR, acreditado originalmente a Robert Rich, un seudónimo utilizado por Dalton Trumbo, uno de los llamados “Hollywood Ten” que había sido encarcelado y luego incluido en La Lista Negra en 1947, por negarse a testificar ante El Comité de Actividades Antiamericanas de La Cámara del Senado de EEUU.
En realidad, el nombre utilizado por Trumbo, era el nombre del sobrino del productor de la película, Frank King; y según se cuenta, inicialmente Rich reclamó la autoría del guión, aunque sus tíos lo negaron.
Posteriormente, El Premio de La Academia fue reeditado a nombre de Dalton Trumbo, y entregado a su persona en 1975.
En el fondo, el filme nos muestra que existe el verdadero amor, aún por un animal; y para cualquiera con un corazón lleno de humanidad, la película es muy desgarradora.
Por otra parte, relacionada a las lecturas cinematográficas del guión, se supo que para poder conciliar con los requerimientos del lamentable gobierno mexicano de aquellos sombríos años, el guión fue retocado por otros, para incluir uno que otro gesto patriotero, y exaltar la bondad de los poderosos... y es aquí cuando el idealismo hace de las suyas, pero sin conseguir empantanar una obra de gran valor social.
Es decir, lo que para nosotros trasciende es su inmenso contenido humano, además de que exalta a la naturaleza animal, es un canto a la solidaridad, haciendo un clamoroso llamado a defender los ideales, y nos recuerda que, por sobre todo, el hombre es un ser sensible.
Visto en nuestros días, puede impactar el tratamiento suavizado dado a los toros, pues en la realidad, los toros en el ruedo terminan desangrados y muertos, y cómo la gente anima a los toreros, es repulsiva.
“¿Por qué te encoges ante ellos como un perro?” es solo una expresión llena de simbolismo, todos merecemos dignidad.
RECOMENDADA.
Película de aventura mexicana-estadounidense, ganadora del OSCAR a La Mejor Historia, y nominado en mejor edición y sonido; el filme es célebre por el autor de la historia, un tal Robert Rich, quien para vergüenza de La Academia y deleite de muchos, resultó ser el guionista de “La Lista Negra”, Dalton Trumbo; y que se basó en un guión llamado “Corrida de Toros” de Juan Duval, que murió antes de la producción cinematográfica y que aparece sin acreditar.
Ambientada y filmada en México, sin estrellas estadounidenses importantes o menores, cuenta la historia de un niño mexicano, que intenta salvar a su amado toro llamado “Gitano”, de un duelo mortal contra un campeón matador.
El director Irving Rapper, dirigió esta hermosa historia, simple y familiar, sobre un niño y su apego a su mascota, y se vale de la belleza de las locaciones, del “México Profundo” y del aspecto auténtico de La Plaza de Toros, ranchos y calles mexicanas; con mucho humor y simbolismo propio del autor comunista, como el toro que demuestra su espíritu ante el auto del poderoso; sobre la figura del Presidente de La Nación, la defensa de la niñez y la historia; la película fue valiente para mostrar estos hechos en un magnífico espectáculo de habilidad, gracia y coraje; sin olvidar el suspenso y la esperanza; al tiempo que muestra la vida en el rancho y la trata de los toros, como el destete, la marcación, y cómo se prueban en campos abiertos; “La Fiesta Brava” llenando resplandecientemente los brocados dorados y rosados de México, mezclándose con la elegancia de las capas arremolinadas; o sobre el propósito que tenemos en la vida, que bien puede ser alterado para salvaguardar un valor superior, la vida, es decir, no se nace para morir, como el destino inexorable del toro, y eso lo hace un filme muy adelantado, por su valor anti-taurino, y es de agradecer.
Técnicamente asombrosa, tiene una partitura hermosa a cargo de Victor Young, y una fotografía en color de excepcional belleza a cargo de Jack Cardiff, que recuerda la obra de Gabriel Figueroa, y aquí enseña el paisaje mexicano más hermoso y expresivo.
Como película, “The Brave One” tiene mucho que ofrecer, pero gran parte del peso recae en la actuación de Michel Ray, un niño un tanto molesto, pero se le perdona porque eran otros tiempos, algo que Disney se encargaría de empalagar hasta el hartazgo.
Por otro lado, me pareció irónico que fuera RKO en sus últimas etapas como estudio, que produjo esta película; pues solo un par de años antes, era propiedad de Howard Hughes, quien se cansó de ello y la abandonó… pero lo que más atrae de ella es la historia de su autor:
Dalton Trumbo, al tiempo que fue la última película en ganar el OSCAR a “La Mejor Historia”, antes de que se suspendiera la categoría.
Con todo, el filme no obtuvo beneficios de taquilla y no fue un éxito crítico; tanto que los productores, los hermanos King, demandaron a RKO por administrar mal la distribución y venta de la película, reclamando $6 millones en daños y perjuicios.
Por otro lado, tuvo su recompensa con el OSCAR, acreditado originalmente a Robert Rich, un seudónimo utilizado por Dalton Trumbo, uno de los llamados “Hollywood Ten” que había sido encarcelado y luego incluido en La Lista Negra en 1947, por negarse a testificar ante El Comité de Actividades Antiamericanas de La Cámara del Senado de EEUU.
En realidad, el nombre utilizado por Trumbo, era el nombre del sobrino del productor de la película, Frank King; y según se cuenta, inicialmente Rich reclamó la autoría del guión, aunque sus tíos lo negaron.
Posteriormente, El Premio de La Academia fue reeditado a nombre de Dalton Trumbo, y entregado a su persona en 1975.
En el fondo, el filme nos muestra que existe el verdadero amor, aún por un animal; y para cualquiera con un corazón lleno de humanidad, la película es muy desgarradora.
Por otra parte, relacionada a las lecturas cinematográficas del guión, se supo que para poder conciliar con los requerimientos del lamentable gobierno mexicano de aquellos sombríos años, el guión fue retocado por otros, para incluir uno que otro gesto patriotero, y exaltar la bondad de los poderosos... y es aquí cuando el idealismo hace de las suyas, pero sin conseguir empantanar una obra de gran valor social.
Es decir, lo que para nosotros trasciende es su inmenso contenido humano, además de que exalta a la naturaleza animal, es un canto a la solidaridad, haciendo un clamoroso llamado a defender los ideales, y nos recuerda que, por sobre todo, el hombre es un ser sensible.
Visto en nuestros días, puede impactar el tratamiento suavizado dado a los toros, pues en la realidad, los toros en el ruedo terminan desangrados y muertos, y cómo la gente anima a los toreros, es repulsiva.
“¿Por qué te encoges ante ellos como un perro?” es solo una expresión llena de simbolismo, todos merecemos dignidad.
RECOMENDADA.
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