Ménilmontant

Terminando de ver “Ménilmontant” (1926) de Dimitri Kirsanoff con Nadia Sibirskaïa, Yolande Beaulieu, Guy Belmont, Jean Pasquier, Maurice Ronsard, entre otros.
Cortometraje dramático francés, de 38 minutos, que toma su nombre del barrio parisino homónimo.
La producción es muda y no contiene intertítulos; es una historia melodramática, inserta en una realidad social que golpea a los más débiles; y sigue la vida de sus 2 hermanas, ambas huérfanas y enamoradas de un matón, cuyo destino las guía por caminos separados en los años 20s.
Considerado como uno de los filmes precursores del “realismo poético” francés y del Neorrealismo Italiano, toda la historia está narrada mediante imágenes, y ahí reside el valor del cortometraje.
Su director, Dimitri Kirsanoff, fue uno de los primeros cineastas, considerado parte del Movimiento Impresionista Francés en el cine, pero sobretodo es conocido por sus películas experimentales de bajo coste, de hecho podría llamársele un cineasta independiente, pues comenzó a hacer películas por cuenta propia, y nunca trabajó con una empresa de producción.
Curiosamente, ésta es su 2ª película y la primera de la que se tiene registro preservado.
Como dato, él estaba casado con la actriz Nadia Sibirskaïa, que protagonizó varias de sus primeras películas, como acá.
La dirección de Kirsanoff es realmente sorprendente, destacando particularmente el buen manejo técnico, de cámara y del encuadre, con mucho fuerza en el poder imaginativo, empleando las emociones para conmover al espectador en escenas que enfatizan una truncada infancia feliz, mostrando la dualidad y los peligros de la gran ciudad, sin olvidarse de la tristeza de las 2 huérfanas y lo duro de la supervivencia.
Pero lo más interesante es la manera en que narra la historia visual, usando cortes muy rápidos en las primeras secuencias, por ejemplo, para enfatizar la violencia, que en ningún momento es explícita pero si muy impactante para la época; o el uso de la doble exposición para crear una sola imagen, y con ello jugar con la idea de la tristeza y el desconsuelo…
Todo ello sin decir una sola palabra.
El filme, a pesar de manejar temas muy sensibles, como el asesinato, la maternidad no esperada y la prostitución, descuida la historia, que no tiene justificación desde el asesinato de los padres, la rivalidad de las hermanas, hay demasiados huecos en la trama, que lastran un filme que bien parece haberse rodado en los años 50 o 60.
“2 hermanas, 2 desfloraciones, 2 crímenes”
RECOMENDADA.



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