Case 39

Terminando de ver “Case 39” (2009) de Christian Alvart con Renée Zellweger, Jodelle Ferland, Ian McShane, Kerry O'Malley, Bradley Cooper, Callum Keith Rennie, entre otros.
Película de terror sobrenatural sobre una trabajadora social idealista, que salva a una niña de 10 años, maltratada por sus padres, solo para descubrir que la niña no es tan inocente como parece…
El casi desconocido realizador alemán, Christian Alvert, dirige su primera producción para Hollywood, un filme lleno de intriga, tensión y suspenso amenazante; donde lo más logrado es su ritmo, oscuro y perturbador, ejecutado de manera efectiva, con efectos visuales buenos, aunque demasiado evidentes.
La película falla en lo más importante, LA HISTORIA, conocida hasta el hartazgo, pero tiene a su favor el abrazar, sin miedo al ridículo, el horror sobrenatural, y el brindar una lectura de suma incorrección política sobre la competencia de ciertos principios en boga para gestionar las corrientes ocultas de nuestra naturaleza; aun con esa premisa, la historia no tiene pies ni cabeza, y de manera forzada mezcla psicopatía infantil con satanismo…
Tal vez el emplazamiento pudo ser mejor desarrollado en La Edad Media, con una profesional en ciencias que intenta explicar un fenómeno paranormal, pero evidentemente hasta eso ya está muy visto.
Como dato, el nombre de la niña protagonista, “Lilith” es el nombre de un demonio, en este caso un súcubo de las mitología del Antiguo Oriente; y como es de esperar, hay ciertos elementos que la ligan al mal, como el uso del color rojo, visto esto “como el color del diablo”
Del reparto, el filme, que fue un fracaso de taquilla, vale por Renée Zellweger, que sigue sin levantar cabeza, tanto que aquí se la ve forzada y sobreactuada, mientras que la niña, lamentablemente ya cayó en el estereotipo de actriz con físico malvado, su mirada y pose es tan elocuente como ridícula.
Mientras que los demás actores son simplemente “carne de cañón”
Ni hablar del final, previsible, tan malo, que hasta tiene un final alternativo, donde en ambos casos, la historia es resuelta de forma simple, y deja al espectador a medias, sin saber de la mitología misma del mal que se nos presenta, eso sí, nos dice una verdad: “Todo el mundo tiene miedos... ahora,
¿Qué te asusta?”
NO RECOMENDADA.



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