Otra Historia de Amor

Terminando de ver “Otra Historia de Amor” (1986) de Américo Ortiz de Zárate con Arturo Bonín, Mario Pasik, Carlos Muñoz, Héctor Bidonde, Nelly Prono, entre otros.
Drama argentino de temática gay sobre un hombre que se enamora de su propio jefe, un hombre de negocios casado y con un hijo.
La película fue el debut del director, y su última producción también, que habla sobre la falta de libertad y la dificultad de mantener una relación homosexual en la Argentina de los años 80; por lo que su realización es importante para mostrar cuando Argentina acababa de regresar a la democracia; y como tal, es una instantánea de cómo era el imaginario social en esos años; por lo que la película atrajo a grandes audiencias; y muchas personas casadas, después de ver esta película, cuestionaron sus elecciones y las fuerzas que habían afectado a esas elecciones.
Como producto cinematográfico, la película entra en “la normalidad”, pues bien puede tratarse de un filme heterosexual, y se muestra a veces como producto social, tanto que ofrece una oportunidad para comprender las contradicciones del país, y la forma en que la comunidad LGBTI+ comenzó a resurgir después de años de persecución.
A destacar que aquí se nos habla de “un amor” maduro, no son jóvenes, sino hombres ya muy adultos, que se comportan como niños… pero también, el filme destaca por no ser tan evidente en esas cuestiones, nunca vemos un beso, ni el acto sexual como se ve ahora, aquí, las escenas de amor entre Arturo Bonin y Mario Pasik no están llenas de erotismo, pero tienen un gran impacto emocional, por lo que se decanta en mostrarlos muy afectivos.
Nuevamente, teniendo en cuenta que a mediados de los años 80, todos los hombres homosexuales tuvieron que aferrarse a los dramas de mayoría de edad vistos principalmente en los canales de cable para identificarse; el inicio de las películas temáticas sobre El SIDA y las habituales y exigentes películas de campiña donde los gays eran reinas, locas o caricaturas; este tipo de filme fue una sorpresa, porque aquí no hay pluma, aunque sí mucho puterío; por ejemplo, Pasik, es un tipo muy atrevido que arrastra a Bonin como una araña a su red, aun a sabiendas que él es “heterosexual” en teoría, pues su homosexualidad nunca fue explorada, hasta que se le metió Pasik.
Ese simple hecho, y que luego todo sea un camino de flores… quita TODA credibilidad al filme, y lo convierte en un cuento fantasioso, donde todo está a favor, muy rosa, con lagrima, no fácil sino artificial, con ese cariño y amor para nada creíble; ni hablar del final novelesco.
En definitiva, si bien el filme es muy bien intencionado por el contexto histórico de Argentina en su apertura, el filme es muy plano, con actores malos, sobre todo Mario Pasik como Castro, su comportamiento llega a chocar; mientras que Arturo Bonín como Raúl Loveras es una víctima total de Castro.
“Esto no es una historia de amor, sino de manipulación”
NO RECOMENDADA.



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