La Cripta e l'Incubo
Terminando de ver “La Cripta e l'Incubo” (1964) de Camillo Mastrocinque con Adriana Ambesi, Ignazio Balsamo, Christopher Lee, James Bright-Oman, Carla Calò, José Campos, entre otros.
Película de terror y suspense sobrenatural italiano, basado en la novela “Carmilla” de Sheridan Le Fanu; siendo la 3ª adaptación de la novela, iniciando con “Vampyr” (1932) de Carl Theodor Dreyer y “Et mourir de plaisir” (1960) de Roger Vadim; e inicia cuando la vida de la joven se ve alterada por constantes pesadillas relacionadas con la vieja leyenda que asegura que un espíritu ha vuelto para vengar la muerte de los acusados de brujería.
La película en sí no es de terror, sino de suspense, con una ambientación bien manejada, lúgubre y oscura, tiene un metraje de no menos de 90 minutos, lo que se agradece y toda la trama es más una investigación detectivesca, donde el elemento vampírico está en el aire, pero en ningún momento se habla de ello, a pesar que hay muchos elementos que sí lo afirman, pero sobre todo parece más un filme de posesiones y satanismo con un giro final inesperado.
Sin embargo, el filme va a lo que va, no hay desarrollo de personajes ni motivaciones, simplemente todos llegan a un lugar a resolver un problema del pasado y ya está.
El guión está lleno de giros obvios, y en ocasiones se atreve a tocar ciertos temas tabú, como las sutiles insinuaciones hacia el lesbianismo.
El Castillo se muestra desde la misma perspectiva, inquietante, filmado desde debajo, pero los lugares de filmación interiores son más sombríos.
Todos los elementos obligatorios del horror gótico están bien representados, incluidas tormentas eléctricas, velas que se apagan espontáneamente, pasillos secretos, bóvedas ocultas, etc.
También hay un puñado de imágenes espeluznantes y genuinamente horribles para la época, como la vista de un jorobado muerto o un cadáver que emerge de un ataúd, etc.
De los actores, todos correctos en sus papeles, nada extraordinario salvo Christopher Lee, y tal vez por su extensa y bien lograda filmografía, es que vale la pena ver la película.
“En algunas casas, la muerte es inquilina”
RECOMENDADA.
Película de terror y suspense sobrenatural italiano, basado en la novela “Carmilla” de Sheridan Le Fanu; siendo la 3ª adaptación de la novela, iniciando con “Vampyr” (1932) de Carl Theodor Dreyer y “Et mourir de plaisir” (1960) de Roger Vadim; e inicia cuando la vida de la joven se ve alterada por constantes pesadillas relacionadas con la vieja leyenda que asegura que un espíritu ha vuelto para vengar la muerte de los acusados de brujería.
La película en sí no es de terror, sino de suspense, con una ambientación bien manejada, lúgubre y oscura, tiene un metraje de no menos de 90 minutos, lo que se agradece y toda la trama es más una investigación detectivesca, donde el elemento vampírico está en el aire, pero en ningún momento se habla de ello, a pesar que hay muchos elementos que sí lo afirman, pero sobre todo parece más un filme de posesiones y satanismo con un giro final inesperado.
Sin embargo, el filme va a lo que va, no hay desarrollo de personajes ni motivaciones, simplemente todos llegan a un lugar a resolver un problema del pasado y ya está.
El guión está lleno de giros obvios, y en ocasiones se atreve a tocar ciertos temas tabú, como las sutiles insinuaciones hacia el lesbianismo.
El Castillo se muestra desde la misma perspectiva, inquietante, filmado desde debajo, pero los lugares de filmación interiores son más sombríos.
Todos los elementos obligatorios del horror gótico están bien representados, incluidas tormentas eléctricas, velas que se apagan espontáneamente, pasillos secretos, bóvedas ocultas, etc.
También hay un puñado de imágenes espeluznantes y genuinamente horribles para la época, como la vista de un jorobado muerto o un cadáver que emerge de un ataúd, etc.
De los actores, todos correctos en sus papeles, nada extraordinario salvo Christopher Lee, y tal vez por su extensa y bien lograda filmografía, es que vale la pena ver la película.
“En algunas casas, la muerte es inquilina”
RECOMENDADA.
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