Iron Man 3

Terminando de ver “Iron Man 3” (2013) de Shane Black con Robert Downey Jr., Ben Kingsley, Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Guy Pearce, Rebecca Hall, James Badge Dale, entre otros.
Comic nominado al Premio OSCAR a los mejores efectos visuales; está basado en el personaje homónimo de MARVEL Comics, producido por MARVEL Studios y distribuido por Walt Disney Studios Motion Pictures; es la secuela de “Iron Man” (2008) y “Iron Man 2” (2010), siendo la 7ª entrega del Universo Cinematográfico de MARVEL.
En esta ocasión, Tony Stark lucha con las ramificaciones de los eventos de “The Avengers” (2012), tanto personalmente por sufrir del Síndrome del Estrés Postraumático, como por el terrorismo desatado por un hombre misterioso y bastante poderoso, que regresa de su pasado para atormentarlo.
Se nota muy bien que los $200 millones de presupuesto fueron muy bien gastados en efectos especiales y en cubrir el costo de actores cada vez más ambiciosos y de primera línea; sin embargo, tras el fracaso que supuso “Iron Man 2” (2010), que esta entrega haya recaudado $1,215 millones es algo insondable, muy probablemente haya sido por el inicio de una “nueva fase”, y por la tremenda campaña de “marketing” que acuerpó a esta propuesta desde múltiples plataformas, que incluían en ese momento el “boom” de las redes sociales.
Con todo, el guión, la parte más valorada de cualquier película, aquí sigue siendo mala, pues en este caso optaron por centrarse en la humanidad del personaje, de cómo le afectó un evento que por momentos era insuperable, pero como todo comic, manejable y resuelto con momentos humorísticos fuera de toda justificación, haciéndose acompañar de la noche a la mañana, de un niño superdotado, de padres ausentes, pero millonarios por tener toda clase que artilugios, para goce de un niño con la mente de Albert Einstein…
Vamos, ¿Quién se lo cree?; y se enfocaron en los elementos de suspenso e intriga política/gubernamental que es resuelta fácilmente por lo que usa conceptos del arco argumental “Extremis” de Warren Ellis, que redefine el “statu quo” de Iron Man, incrementando el poder de sus armaduras significativamente, como prueba de las posibilidades de desarrollo bélico, y sí, un niño arregló un arma poderosa, mientras un atormentado crea un montón de armas de materiales caseros compradas en un supermercado, y al final, el niño fue recompensado por ayudar.
¿Será que soy el único que ve las cosas diferentes?
Se nota que en el fondo, la trama contenía elementos de los veteranos de guerra, pero todo fue tirado al garete.
Confieso que Robert Downey, Jr., sigue siendo la única razón para ver el filme, como gran comediante, todos sus momentos hilarantes de nerviosidad incontrolable me recordó a Woody Allen, inclusive acuso que por su estupidez en la comedia, le quitó toda seriedad a un villano mal desarrollado, que pudo ser grandioso por el poder inmenso que poseía pero es despachado de la manera más absurda posible; y hablando de absurdos, como tal, el único que cumplió a cabalidad el papel fue Ben Kingsley, todas sus escenas y sus cambios de registro son bastante creíbles… toda una risotada.
Y ahora le toca el turno a Ty Simpkins, que interpreta a Harley Keener, un niño que se convierte en compañero de Stark, como aquel “personaje simpático que acompaña al héroe en los dibujos animados”
La cuestión es que él aparece como parte de los dolientes en “Avengers: Endgame” (2019)
¿Por qué?
Que yo sepa, solo acá apareció en el Mundo Cinematográfico de MARVEL, pero luego se supo que hay un contrato con él, para aparecer en 3 películas de MARVEL Studios.
¿Pero qué mierda es esta?
Confieso que tuve que ver, a este momento, 7 películas de MARVEL para enterarme porqué este mocoso aparecía en el funeral de Tony Stark, y la verdad…
¡Sobra!
Eso sí, este filme tiene mucho humor, que no se agradece, y bien puede decirse que Iron Man finalmente es una verdadera comedia de acción.
Por lo que no se lo tomen en serio; aun cuando el mensaje sea muy, pero muy importante:
“Creamos nuestros propios demonios”
NO RECOMENDADA.



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