The Last Legion
Terminando de ver “The Last Legion” (2007) de Doug Lefler con Colin Firth, Ben Kingsley, Aishwarya Rai Bachchan, Peter Mullan, Kevin McKidd, John Hannah, Iain Glen, Thomas Brodie-Sangster, Rupert Friend, entre otros.
Péplum basado en la novela “L'Ultima Legione” (2002) del historiador, arqueólogo y periodista italiano, Valerio Massimo Manfredi, conocido principalmente por sus novelas históricas sobre “El Mundo Antiguo”, por lo que la película está libremente inspirada en los acontecimientos del siglo V, La Caída del Imperio Romano Occidental bajo su último Emperador, Romulus Augustus.
Esto se une a otros hechos de la historia ocurridos en Gran Bretaña y elementos fantásticos acerca de La Leyenda del Rey Arturo para darle una base a “La Leyenda Artúrica”; así, a medida que El Imperio Romano se desmorona, el joven Romulus Augustus huye de la ciudad y se embarca en un peligroso viaje a Gran Bretaña para localizar a una legión de seguidores.
El director, Doug Lefler, dice que la idea de la historia comenzó como un concepto de película en la Compañía Dino De Laurentiis, luego el productor trajo a Manfredi como consultor histórico, y se enamoró de la idea.
Cuando la producción se detuvo, Manfredi se fue e hizo una novela de la idea, que tuvo éxito en Europa, y ayudó a que esta película volviera a funcionar.
No obstante, la película abunda en estereotipos en personajes y situaciones, y en fabulaciones gratuitas sobre la imposible conexión histórica-legendaria que se manifiesta como base, recayendo el protagonismo principal en el usual grupo heterogéneo de caracteres:
El héroe valiente y leal, el joven elegido en proceso de instrucción, el maestro-filósofo, los graciosos, el personaje femenino adoptando un rol impropio para la época… todos ellos implicados en una épica en distintas localizaciones, profecías, poderosos villanos, enemistades ancestrales, simbologías, objetos mágicos y/o valiosos.
Al tiempo que su narración e impronta visual se inspira principalmente en el estilo épico de las primeras andanzas del CinemaScope, esta ascendencia por lo menos evade el film de la actual explotación masturbatoria del CGI, y permite contemplar sin vértigo las variadas escenas de acción. Sin olvidar evidentemente la explotación de temas como la venganza y el destino, con lugar para la aventura, el romance superfluo y la designación redentora en un contexto de final de época.
Confieso que, aunque siempre disfruto de cualquier exhibición decente del ejército romano, encontré esta historia decepcionante, a sabiendas que no se trata de un documental, posee demasiados anacronismos y manipulación histórica absurda, pero también hay que saber que la película está basada en un libro, por lo que está muy limitada; y para ser justos, el período en el que el libro/película tiene lugar, es uno de tanta confusión y caos, que quizás sea difícil describirlo de manera “convincente”, pero concluyo que “The Last Legion” palidece en comparación con las recientes epopeyas cinematográficas que invoca.
Y es que en estos filmes uno siempre busca fallos, por ser producciones “de épocas” y el más usual es que la invención de los estribos no llegó al Imperio Romano, sino hasta alrededor del siglo VII; y como tal, los jinetes no podrían haber usado estribos como se ve en esta película.
Del reparto, todos estereotipados, algunos cayendo en la parodia.
“Antes del Rey Arturo, estaba Excalibur”
NO RECOMENDADA.
Péplum basado en la novela “L'Ultima Legione” (2002) del historiador, arqueólogo y periodista italiano, Valerio Massimo Manfredi, conocido principalmente por sus novelas históricas sobre “El Mundo Antiguo”, por lo que la película está libremente inspirada en los acontecimientos del siglo V, La Caída del Imperio Romano Occidental bajo su último Emperador, Romulus Augustus.
Esto se une a otros hechos de la historia ocurridos en Gran Bretaña y elementos fantásticos acerca de La Leyenda del Rey Arturo para darle una base a “La Leyenda Artúrica”; así, a medida que El Imperio Romano se desmorona, el joven Romulus Augustus huye de la ciudad y se embarca en un peligroso viaje a Gran Bretaña para localizar a una legión de seguidores.
El director, Doug Lefler, dice que la idea de la historia comenzó como un concepto de película en la Compañía Dino De Laurentiis, luego el productor trajo a Manfredi como consultor histórico, y se enamoró de la idea.
Cuando la producción se detuvo, Manfredi se fue e hizo una novela de la idea, que tuvo éxito en Europa, y ayudó a que esta película volviera a funcionar.
No obstante, la película abunda en estereotipos en personajes y situaciones, y en fabulaciones gratuitas sobre la imposible conexión histórica-legendaria que se manifiesta como base, recayendo el protagonismo principal en el usual grupo heterogéneo de caracteres:
El héroe valiente y leal, el joven elegido en proceso de instrucción, el maestro-filósofo, los graciosos, el personaje femenino adoptando un rol impropio para la época… todos ellos implicados en una épica en distintas localizaciones, profecías, poderosos villanos, enemistades ancestrales, simbologías, objetos mágicos y/o valiosos.
Al tiempo que su narración e impronta visual se inspira principalmente en el estilo épico de las primeras andanzas del CinemaScope, esta ascendencia por lo menos evade el film de la actual explotación masturbatoria del CGI, y permite contemplar sin vértigo las variadas escenas de acción. Sin olvidar evidentemente la explotación de temas como la venganza y el destino, con lugar para la aventura, el romance superfluo y la designación redentora en un contexto de final de época.
Confieso que, aunque siempre disfruto de cualquier exhibición decente del ejército romano, encontré esta historia decepcionante, a sabiendas que no se trata de un documental, posee demasiados anacronismos y manipulación histórica absurda, pero también hay que saber que la película está basada en un libro, por lo que está muy limitada; y para ser justos, el período en el que el libro/película tiene lugar, es uno de tanta confusión y caos, que quizás sea difícil describirlo de manera “convincente”, pero concluyo que “The Last Legion” palidece en comparación con las recientes epopeyas cinematográficas que invoca.
Y es que en estos filmes uno siempre busca fallos, por ser producciones “de épocas” y el más usual es que la invención de los estribos no llegó al Imperio Romano, sino hasta alrededor del siglo VII; y como tal, los jinetes no podrían haber usado estribos como se ve en esta película.
Del reparto, todos estereotipados, algunos cayendo en la parodia.
“Antes del Rey Arturo, estaba Excalibur”
NO RECOMENDADA.
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