Bathory

Terminando de ver “Bathory” (2008) de Juraj Jakubisko con Anna Friel, Karel Roden, Hans Matheson, Vincent Regan, Franco Nero, Boleslav Polívka, entre otros.
Drama y fantasía eslovaca, es la película más costosa de la historia del cine checo/eslovaco, ya que en la práctica es una superproducción eslovaca, checa, húngara y británica; un truculento cuento sobre La Condesa Erzsébet Bathory, que ha sido narrado por historiadores, escritores, poetas, músicos, pintores y directores de cine.
¿El motivo?
Ella está incluida en El Libro Guinness de Los Récords Mundiales, como “la asesina más prolífica del mundo”; y que la tradición cuenta que torturaba a sus víctimas y se bañaba en su sangre para mantenerse joven.
Sin embargo, como buena película nacional, hecha para exorcizar el pasado propio, y muy contrariamente a la creencia popular, Erzsébet Bathory es mostrada como una mujer moderna del Renacimiento, que finalmente fue víctima de las aspiraciones de los hombres de poder y riqueza.
¿Pero es eso verdad?
El filme propone una visión más realista y carente de la tenebrosa sombra de difamación que cae sobre su figura, y para ello utiliza a una pareja cómica de monjes para narrar una historia dividida en 3 partes, centrándose en las 3 personas que fueron pilares en su auge y caída:
Su esposo Férenc, la bruja Darvulia y el infame Thurzo.
Sin embargo, hay que acotar que toda la historia es ficción, pues en 4 siglos no se ha descubierto ningún documento que aclare lo que pasó realmente con ella, y lo que hace esta producción es oponerse diametralmente a la conocida “Leyenda Negra”; por lo que la historia incluye elementos de intriga política, y el drama de una mujer inteligente, demasiado débil para enfrentar todas las probabilidades, que en resumen, tuvo la mala suerte de haber nacido en un mal momento en la historia; pues el objetivo de la película es claramente nacional y político, y le quita a La Condesa del “Récord Guinness”; desde luego, la parte de la reivindicación histórica falla hasta niveles absurdos y anacrónicos, sobre todo por la inclusión de los monjes aficionados a los artilugios de Da Vinci, que le quita toda la seriedad y “la aparente veracidad” de una historia que merece un mejor enfoque; así que toda la trama está muy mal montada y desarrollada, muy forzada en los tiempos del feminismo más propagandístico; y es que tengamos en cuenta el momento histórico, con la quema de brujas y la superstición reinante, una época en que las disputas nobiliarias de propiedades y de títulos, estaban disfrazadas de acusaciones de brujería, satanismo, vampirismo, canibalismo y otras prácticas aberrantes, en que La Iglesia Católica, la propia familia, y por supuesto los enemigos, podían acabar con quien les diera la gana, y poseer los bienes de cualquiera a base de mentiras.
Eso sí, TODO el apartado artístico es destacable:
La fotografía con esos hermosos parajes de la fría e indomable Hungría, parte de la cual ahora es Eslovaquia; y las duras condiciones no sólo climáticas, sino también geográficas en las que se desarrolla la historia; la recreación del castillo, las mazmorras y los exteriores, están muy bien recreados.
Por otra parte, el vestuario es tremendamente hermoso, en especial la ostentación de los vestidos de Erzsébet, así como sus peinados y toda su apariencia noble, que se acercan bastante a los pocos retratos que se conservan sobre su figura.
Pero no me ha parecido una película a la altura de semejante historia y personaje; la trama se volvía muy pesada en casi todo el rato, por lo que pudieron haber profundizado más en la locura y las obsesiones de Bathory, y dejar de lado la parte fantasiosa y cómica; eso sí, se muestra la violencia que su Leyenda merece, pero es inevitable.
Del reparto, todo gira en torno a Anna Friel, idéntica físicamente a Bathory, mostrándose como una mujer de carácter fuerte, decidida, culta, poderosa, ambigua, fiel y ¿amante de Caravaggio?, del cual no se tiene constancia histórica que haya estado en Hungría con La Condesa.
Así se nos muestra una mujer que debió luchar contra la misoginia, la conspiración y la difamación que imperaba en la complicada época que le tocó vivir.
Por tanto, “el grave error de su vida fue ser mujer”
RECOMENDADA.



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