Only The Brave

Terminando de ver “Only The Brave” (2017) de Joseph Kosinski con Josh Brolin, James Badge Dale, Jeff Bridges, Miles Teller, Alex Russell, Taylor Kitsch, Ben Hardy, Andie MacDowell, Jennifer Connelly, entre otros.
Drama basado en hechos reales, en “Granite Mountain” autobiografía de Brendan McDonough, y en el artículo de GQ llamado “No Exit” de Sean Flynn; sobre el Granite Mountain Hotshots, un equipo de bomberos de élite, y el incendio producido por un rayo en Yarnell Hill, Arizona, en junio de 2013, siendo el más mortífero de EEUU en el siglo XXI; el más fatal de cualquier tipo que involucró a bomberos desde el 9/11, y el evento más publicitado en la historia de la lucha contra incendios forestales; por ello, el filme está dedicado a su memoria.
En el relato se nos van mostrando a los bomberos como grupo, con entrenamiento y mucho tiempo de ocio, que incorpora una trama de un joven con problemas de drogas; y otra relación de pareja que le hace contraste en discusiones sobre hacer familia, que sirven de contrapunto maniqueo con la paternidad del protagonista principal; así, el filme se centra sólo en 2 personajes para generar algún tipo de conexión en el espectador, para luego desembocar en un desenlace angustiante, forzoso e inevitablemente conmovedor.
 Por tanto, la historia mezcla mucha camaradería masculina, sin mujeres bomberos… la preponderancia de la familia por encima de todas las cosas, el conflicto entre el trabajo y la vida íntima; la redención mediante el trabajo y la disciplina, pero también el peligro que todo ello conlleva; y por debajo hay un reclamo a la vida en “La América Profunda”, determinado por el “American Way Of Life”
El filme fue un fracaso de taquilla con un alto presupuesto, que técnicamente combina efectos prácticos y CGI demasiado cutres para la época, donde se nota que el dinero fue gastado en los actores; porque si bien llegamos a comprender los riesgos que corren estos hombres, algunas de las técnicas y enfoques que utilizan, no están del todo claras ni creíbles; además la línea cronológica avanza tan rápido que no sabemos si el drogadicto recae o no, todo parece resuelto mágicamente, o tal vez se deba a que fue sustituido por el alcohol, pues todos parecen borrachos, patanes que tratan a las mujeres como zorras y putas desechables; que se hacen de élite de la noche a la mañana, donde no se ve el esfuerzo, el cambio gradual, ni siquiera se aborda la vida de los demás, por lo que de homenaje hay muy poco, y más bien ofende.
Y es que el metraje es largo, más de 2 horas, donde vemos el exceso de tópicos, diálogos y situaciones que ya hemos visto en otros filmes, que llegan a irritar, como el antagonismo que derivará en amistad a prueba de balas, las cuitas de 2 parejas con problemas… y parece que lo que más importa no está en la trama, sino en los episodios que la ilustran:
Las casas en mitad de la pradera, las juergas en el bar local, el anochecer en una carretera solitaria, una conversación nocturna en un porche débilmente iluminado… como si la épica del héroe de clase trabajadora sea evocar una nostalgia de momentos que no volverán…
Eso sí, hay mucha información burocrática didáctica sobre cómo funcionan los fuegos y su lucha, pero expuesta sin hilvanar.
Del reparto, todos los hombres son hormonales, mientras las mujeres son floreros: Josh Brolin como el héroe caído, Miles Teller como el nuevo héroe, nunca me ha convencido este actor ¿No sé por qué es tan popular?
Jeff Bridges sólo canta y agrega caché a la producción, pero sin peso; Taylor Kitsch totalmente estereotipado; mientras James Badge Dale, Ben Hardy y Alex Russell completamente desperdiciados, ni hablar del resto de los bomberos, que ni son llamados por el nombre, o ni tienen diálogo o escenas individuales…
¡Qué pena para los familiares!
Y de las actrices, solo Jennifer Connelly, como una ex drogadicta, es la única que tiene diálogos, porque ni Andie MacDowell habla, ni la chica del protagonista, que debió al menos tener un peso dramático…
¡NADA!
Los últimos 30 minutos sí son lamentables, de verdad, porque además del suspenso, hay una tragedia inesperada… con ese final de créditos, aunque muy cliché, es respetuoso y puede ser lo único conmovedor de una propuesta que mereció mayor admiración, seriedad y respeto; por lo que es una oportunidad perdida para rendir un homenaje real, y para apoyar a quienes verdaderamente lucharon contra políticos locales para obtener beneficios para los sobrevivientes del incendio:
¡Las viudas! que “sí se quemaron” para acceder a las indemnizaciones y compensaciones que merecían, siendo ese el otro infierno, mucho más difícil de combatir.
Por cierto, una investigación realizada por La División de Seguridad y Salud Ocupacional de Arizona, culpó a La División de Bosques del Estado por los hechos, pues los bomberos pusieron la protección de la propiedad por delante de la seguridad, y debieron haber retirado a las cuadrillas antes; así se impuso una multa de $559,000.
No obstante, sigue siendo una historia de quienes sin tener nada, lo arriesgan todo, algo que gusta mucho a los EEUU, pero que aquí no se estructuró adecuadamente:
“¿Tienes algo que decirme antes de salir por esa puerta?”
NO RECOMENDADA



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