Seven Brides for Seven Brothers
Terminando de ver “Seven Brides for Seven Brothers” (1954) de Stanley Donen con Howard Keel, Jane Powell, Jeff Richards, Tommy Rall, Russ Tamblyn, Marc Platt, Matt Mattox, Jacques d'Amboise, Julie Newmar, Virginia Gibson, entre otros.
Musical de Saul Chaplin y Gene de Paul, con letra de Johnny Mercer, basados en el cuento “The Sobbin' Women” de Stephen Vincent Benét, y en la leyenda “El Rapto de Las Sabinas”, la película ganó el premio OSCAR a La Mejor Banda Sonora/Musical y obtuvo 4 nominaciones:
Mejor película, escritura/guión adaptado, fotografía/color y montaje.
La película sigue al mayor de 7 hermanos montañeses cuando va al pueblo a buscar una esposa… tras casarse, la mujer se propone reformar a los hermanos, que están ansiosos por tener esposas propias; solo para que, después de leer “La Biblia”, entre los hermanos desarrollan una solución para casarse todos.
El filme tiene una fotografía hermosa, aunque se note por momentos el cartón piedra, la iluminación y el vestuario es adecuado.
La primera hora es muy entretenida, con mucha insinuación al cortejo natural de los animales, literalmente, y se nota en el color de camisa para cada uno de los hermanos, y la manera en ellos compiten con los pretendientes de las chicas que visten “ropa pálida”; esa escena de los leñadores en el baile, es de gran precisión técnica, de una perfección sincronizada sin precedentes; es realmente agradable de ver; así como las maneras en que el hermano mayor ve a las mujeres es algo para nada apropiado para el día de hoy; es demasiado atrevido sexualmente, sino veamos la manera en que los otros hermanos ven a la nueva esposa del hermano mayor, es como si quisieran tirársele encima y violarla.
De hecho, hay mucho erotismo, no homoerotismo, hay una persistencia urgente de tener sexo, como que los hermanos ya se cansaron de las cabras y desean relajar la mano, literalmente.
Pero la cosa cambia en la segunda parte, el rapto, esa otra mitad quita toda la inocencia posible en la historia, es un secuestro con “Síndrome de Estocolmo” permitido; por lo que visto ahora, ese detalle lo trae en contra, y hace que el filme quede como “hijo de su tiempo” porque ahora es políticamente incorrecto, de hecho, es hasta un delito que aquí se celebra; sin olvidar esa inocencia derivada de un libro, del que se pretende imitar…
Las canciones son hermosas, están bien interpretadas y la pareja de actores protagonistas, en los que gira toda la historia, son correctos, aunque siempre la mujer está muy florero, eran los tiempos; y el resto de los hermanos, son tratados como una masa, salvo Russ Tamblyn que tiene más líneas de diálogo; mientras las 7 novias… ninguna tiene líneas, y son solo usadas como objetos del deseo lujurioso de los hermanos, hay que decirlo todo.
Como dato, hay 4 de los hermanos que fueron interpretados por bailarines profesionales, y fueron Matt Mattox, Marc Platt, Tommy Rall y Jacques d'Amboise; mientras todas las novias fueron interpretadas por bailarinas profesionales.
Si el filme vale la pena, es por la primera mitad, musical y comedia; por el baile de los leñadores y la impresionante escena de cortar madera, que por cierto se filmó en una sola toma. Lo que se achaca es que hay muchos personajes, las mujeres, salvo la protagonista, son olvidables; y hay tanto hermano, que solo el mayor y el menor queda en la mente, ni siquiera se refuerza el estereotipo. “¿Cuál es Efraín y cuál es Daniel?”
RECOMENDADA.
Musical de Saul Chaplin y Gene de Paul, con letra de Johnny Mercer, basados en el cuento “The Sobbin' Women” de Stephen Vincent Benét, y en la leyenda “El Rapto de Las Sabinas”, la película ganó el premio OSCAR a La Mejor Banda Sonora/Musical y obtuvo 4 nominaciones:
Mejor película, escritura/guión adaptado, fotografía/color y montaje.
La película sigue al mayor de 7 hermanos montañeses cuando va al pueblo a buscar una esposa… tras casarse, la mujer se propone reformar a los hermanos, que están ansiosos por tener esposas propias; solo para que, después de leer “La Biblia”, entre los hermanos desarrollan una solución para casarse todos.
El filme tiene una fotografía hermosa, aunque se note por momentos el cartón piedra, la iluminación y el vestuario es adecuado.
La primera hora es muy entretenida, con mucha insinuación al cortejo natural de los animales, literalmente, y se nota en el color de camisa para cada uno de los hermanos, y la manera en ellos compiten con los pretendientes de las chicas que visten “ropa pálida”; esa escena de los leñadores en el baile, es de gran precisión técnica, de una perfección sincronizada sin precedentes; es realmente agradable de ver; así como las maneras en que el hermano mayor ve a las mujeres es algo para nada apropiado para el día de hoy; es demasiado atrevido sexualmente, sino veamos la manera en que los otros hermanos ven a la nueva esposa del hermano mayor, es como si quisieran tirársele encima y violarla.
De hecho, hay mucho erotismo, no homoerotismo, hay una persistencia urgente de tener sexo, como que los hermanos ya se cansaron de las cabras y desean relajar la mano, literalmente.
Pero la cosa cambia en la segunda parte, el rapto, esa otra mitad quita toda la inocencia posible en la historia, es un secuestro con “Síndrome de Estocolmo” permitido; por lo que visto ahora, ese detalle lo trae en contra, y hace que el filme quede como “hijo de su tiempo” porque ahora es políticamente incorrecto, de hecho, es hasta un delito que aquí se celebra; sin olvidar esa inocencia derivada de un libro, del que se pretende imitar…
Las canciones son hermosas, están bien interpretadas y la pareja de actores protagonistas, en los que gira toda la historia, son correctos, aunque siempre la mujer está muy florero, eran los tiempos; y el resto de los hermanos, son tratados como una masa, salvo Russ Tamblyn que tiene más líneas de diálogo; mientras las 7 novias… ninguna tiene líneas, y son solo usadas como objetos del deseo lujurioso de los hermanos, hay que decirlo todo.
Como dato, hay 4 de los hermanos que fueron interpretados por bailarines profesionales, y fueron Matt Mattox, Marc Platt, Tommy Rall y Jacques d'Amboise; mientras todas las novias fueron interpretadas por bailarinas profesionales.
Si el filme vale la pena, es por la primera mitad, musical y comedia; por el baile de los leñadores y la impresionante escena de cortar madera, que por cierto se filmó en una sola toma. Lo que se achaca es que hay muchos personajes, las mujeres, salvo la protagonista, son olvidables; y hay tanto hermano, que solo el mayor y el menor queda en la mente, ni siquiera se refuerza el estereotipo. “¿Cuál es Efraín y cuál es Daniel?”
RECOMENDADA.
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