Dolemite Is My Name
Terminando de ver “Dolemite Is My Name” (2019) de Craig Brewer con Eddie Murphy, London Worthy, Wesley Snipes, Craig Robinson, Mike Epps, Tituss Burgess, Da'Vine Joy Randolph,, entre otros.
Comedia basada en hechos reales, que sigue a Rudy Ray Moore, un artista del “stand-up comedy” y pionero del rap, que hará todo lo que sea para entrar en el mundo del espectáculo, primero como comediante, luego como actor de cine bajo el nombre de “Dolemite” demostrando a sus detractores, lo equivocados que estaban cuando se convirtió en un fenómeno de “Blaxploitation” de la década de 1970.
La película nos habla sobre el detrás de cámaras, y la necesidad que tienen unos de alcanzar notoriedad cuando no se tiene lo más básico, talento; y si bien aquí nuestro personaje tiene su público, fue uno muy limitado, que con el pasar del tiempo lo hizo leyenda.
El filme es demasiado “limpio”, la cinematografía no evidencia los escasos medios del artista, así como es difícil creer que de buenas a primeras, haya conseguido todo, desde el vestuario hasta la grabación de un disco con dinero que no se sabe de dónde lo obtuvo, como para que alguien aguante semanas sin pago con muchos elementos adicionales y caros, como para hacer una película…
Hizo falta un poco más de realidad, mostrada a través de la fotografía, así como nunca vemos al personaje caer bajo, si es que realmente cayó, pues aquí todo es optimismo y malas palabras para levantar el ánimo, y eso resta demasiada credibilidad.
La dirección, como la historia, es una ya conocida por todos, del “Don Nadie” que alcanza el éxito por su cutrez, así tenemos a Ed Wood o Tommy Wiseau; de hecho, el filme comparte mucho el detrás de cámaras de “The Room” (2003) y es difícil sacarlo de la cabeza durante el visionado; donde la única diferencia es el elenco “de color colorido”
La película es un homenaje a Dolemite, y es un medio de lucimiento para Eddie Murphy, que aporta mucha energía, encanto y humor con una ráfaga de chistes obscenos, por lo que podría no ser para todos; pero una vez que entra Wesley Snipes, el filme llega a un nivel de “tour de forcé” donde Snipes logra robar mucha cámara, siendo por momentos, el único motivo para seguir viendo la película; y una vez que sale, el filme continúa siendo muy, pero muy convencional.
¿El filme es divertido?
¡Claro que sí!
Pero ya todo está visto, solo cambia el color, literal y metafóricamente.
RECOMENDADA.
Comedia basada en hechos reales, que sigue a Rudy Ray Moore, un artista del “stand-up comedy” y pionero del rap, que hará todo lo que sea para entrar en el mundo del espectáculo, primero como comediante, luego como actor de cine bajo el nombre de “Dolemite” demostrando a sus detractores, lo equivocados que estaban cuando se convirtió en un fenómeno de “Blaxploitation” de la década de 1970.
La película nos habla sobre el detrás de cámaras, y la necesidad que tienen unos de alcanzar notoriedad cuando no se tiene lo más básico, talento; y si bien aquí nuestro personaje tiene su público, fue uno muy limitado, que con el pasar del tiempo lo hizo leyenda.
El filme es demasiado “limpio”, la cinematografía no evidencia los escasos medios del artista, así como es difícil creer que de buenas a primeras, haya conseguido todo, desde el vestuario hasta la grabación de un disco con dinero que no se sabe de dónde lo obtuvo, como para que alguien aguante semanas sin pago con muchos elementos adicionales y caros, como para hacer una película…
Hizo falta un poco más de realidad, mostrada a través de la fotografía, así como nunca vemos al personaje caer bajo, si es que realmente cayó, pues aquí todo es optimismo y malas palabras para levantar el ánimo, y eso resta demasiada credibilidad.
La dirección, como la historia, es una ya conocida por todos, del “Don Nadie” que alcanza el éxito por su cutrez, así tenemos a Ed Wood o Tommy Wiseau; de hecho, el filme comparte mucho el detrás de cámaras de “The Room” (2003) y es difícil sacarlo de la cabeza durante el visionado; donde la única diferencia es el elenco “de color colorido”
La película es un homenaje a Dolemite, y es un medio de lucimiento para Eddie Murphy, que aporta mucha energía, encanto y humor con una ráfaga de chistes obscenos, por lo que podría no ser para todos; pero una vez que entra Wesley Snipes, el filme llega a un nivel de “tour de forcé” donde Snipes logra robar mucha cámara, siendo por momentos, el único motivo para seguir viendo la película; y una vez que sale, el filme continúa siendo muy, pero muy convencional.
¿El filme es divertido?
¡Claro que sí!
Pero ya todo está visto, solo cambia el color, literal y metafóricamente.
RECOMENDADA.
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