Ferdinand
Terminando de ver “Ferdinand” (2017) de Carlos Saldanha con John Cena, Kate McKinnon, Anthony Anderson, Bobby Cannavale, Peyton Manning, Gina Rodríguez, Miguel Ángel Silvestre, David Tennant, entre otros.
Película animada en 3D, producida por Blue Sky Studios y 20th Century Fox Animation; basada en el libro infantil “El Cuento de Ferdinando” (1936) del escritor Munro Leaf, que fue prohibido en España y Alemania durante La Segunda Guerra Mundial, y fue favorito de Gandhi, Thomas Mann, H.G. Wells, y Los Roosevelt; también se basa en el un corto animado de Disney de 1938, que ganó El Premio OSCAR al Mejor Corto Animado.
Ferdinand está nominado al Premio OSCAR este año, en la categoría de Mejor Película Animada, la historia sigue a un toro de gran corazón, que es confundido por su tamaño gigante con una bestia peligrosa, siendo capturado y arrancado de su hogar y su familia; pero decidido a regresar a ellos, reúne un equipo inadaptado para la aventura definitiva.
Técnicamente nada del otro mundo, más bien, los personajes se muestran bastante torpes y bobalicones, por lo que solo hay momentos de brillantes, como la huida por la ciudad; lo interesante viene de las lecturas:
Ferdinand demuestra que no se puede juzgar a nadie por la apariencia; y habla de que está bien ser diferente, y no dejarse cambiar por otros.
Tanto el libro entonces, como hoy en día, provocó una gran controversia debido a que Ferdinand es considerado un símbolo pacifista; aunado de frente a la práctica de la tauromaquia como práctica salvaje, así como la no violencia en muchos ámbitos que inician desde la etapa infantil, y el combate al acoso escolar, al tiempo que cuestiona las expectativas de género masculinas.
Pero toda la historia es predecible desde la introducción; manipuladora emocionalmente a más no poder; donde solo brilla por sus “set-pieces” y gags visuales que bien pueden venderse como cortos, y si se ven en youtube, ya lo viste todo.
Otra lectura viene de los personajes, que si nos detenemos a analizar, todos son personas con máscaras de lucha libre, excepto Ferdinand que es un hombre blanco, pintado como negro, que recuerda a Jump Jim Crow de los años 1830s; y aunque Ferdinand es un toro pacífico que no desea participar en ninguna lucha feroz, su actor de voz, John Cena, es conocido por ser un luchador.
El papel de la mujer queda representado peyorativamente por una cabra, Kate McKinnon como Lupe, un personaje que para una feminista llegaría a ofender; mientras vemos a Bobby Cannavale como Valiente, símbolo del acosador más irritante que finalmente es redimido; y un trio curioso:
Los caballos, de los cuales suponemos, Hans y Klaus son homosexuales, y junto a Greta simbolizan la egolatría, el egoísmo, el narcisismo y la petulancia.
¿Por qué ellos quedan abandonados?
Por ser extranjeros y de orientación sexual diferente…
¡ESO ESTÁ MAL!
Porque sí salvaron a los demás toros que odiaban a Ferdinand.
¿Acaso los caballos representan a los arios nazis?
De los humanos, destaca el villano en Miguel Ángel Silvestre como El Primero, el matador, que representa la tradición más retrógrada, bestial y aberrante; y muy secundarios quedan Juan y su hija Nina, estos 2 personajes muy poco desarrollados.
Acaso Ferdinand es una propaganda a la tauromaquia, o es todo lo contrario… no hubo descargo en ese sentido, pues todo al final se complace y se mantiene dejando vivir al animal.
¡MUY MAL!
Así como es alegato a favor del vegetarianismo, atacando a los mataderos, pero todo muy “light”, donde dudo que el niño aprenda algo de ello, pues todos los personajes están hechos para “venderse” como regalos. Sigo pensando que los filmes animados NO SON PARA NIÑOS, de hecho, NO EXISTE EL CINE PARA NIÑOS, y aquí hace que el espectador se sienta como deficiente mental, con personajes irritantes, tontos, aunque “algunas personas son unos cerdos” y aprueben este tipo de producciones, léase como película, como práctica o gusto alimenticio.
NO RECOMENDADA
Película animada en 3D, producida por Blue Sky Studios y 20th Century Fox Animation; basada en el libro infantil “El Cuento de Ferdinando” (1936) del escritor Munro Leaf, que fue prohibido en España y Alemania durante La Segunda Guerra Mundial, y fue favorito de Gandhi, Thomas Mann, H.G. Wells, y Los Roosevelt; también se basa en el un corto animado de Disney de 1938, que ganó El Premio OSCAR al Mejor Corto Animado.
Ferdinand está nominado al Premio OSCAR este año, en la categoría de Mejor Película Animada, la historia sigue a un toro de gran corazón, que es confundido por su tamaño gigante con una bestia peligrosa, siendo capturado y arrancado de su hogar y su familia; pero decidido a regresar a ellos, reúne un equipo inadaptado para la aventura definitiva.
Técnicamente nada del otro mundo, más bien, los personajes se muestran bastante torpes y bobalicones, por lo que solo hay momentos de brillantes, como la huida por la ciudad; lo interesante viene de las lecturas:
Ferdinand demuestra que no se puede juzgar a nadie por la apariencia; y habla de que está bien ser diferente, y no dejarse cambiar por otros.
Tanto el libro entonces, como hoy en día, provocó una gran controversia debido a que Ferdinand es considerado un símbolo pacifista; aunado de frente a la práctica de la tauromaquia como práctica salvaje, así como la no violencia en muchos ámbitos que inician desde la etapa infantil, y el combate al acoso escolar, al tiempo que cuestiona las expectativas de género masculinas.
Pero toda la historia es predecible desde la introducción; manipuladora emocionalmente a más no poder; donde solo brilla por sus “set-pieces” y gags visuales que bien pueden venderse como cortos, y si se ven en youtube, ya lo viste todo.
Otra lectura viene de los personajes, que si nos detenemos a analizar, todos son personas con máscaras de lucha libre, excepto Ferdinand que es un hombre blanco, pintado como negro, que recuerda a Jump Jim Crow de los años 1830s; y aunque Ferdinand es un toro pacífico que no desea participar en ninguna lucha feroz, su actor de voz, John Cena, es conocido por ser un luchador.
El papel de la mujer queda representado peyorativamente por una cabra, Kate McKinnon como Lupe, un personaje que para una feminista llegaría a ofender; mientras vemos a Bobby Cannavale como Valiente, símbolo del acosador más irritante que finalmente es redimido; y un trio curioso:
Los caballos, de los cuales suponemos, Hans y Klaus son homosexuales, y junto a Greta simbolizan la egolatría, el egoísmo, el narcisismo y la petulancia.
¿Por qué ellos quedan abandonados?
Por ser extranjeros y de orientación sexual diferente…
¡ESO ESTÁ MAL!
Porque sí salvaron a los demás toros que odiaban a Ferdinand.
¿Acaso los caballos representan a los arios nazis?
De los humanos, destaca el villano en Miguel Ángel Silvestre como El Primero, el matador, que representa la tradición más retrógrada, bestial y aberrante; y muy secundarios quedan Juan y su hija Nina, estos 2 personajes muy poco desarrollados.
Acaso Ferdinand es una propaganda a la tauromaquia, o es todo lo contrario… no hubo descargo en ese sentido, pues todo al final se complace y se mantiene dejando vivir al animal.
¡MUY MAL!
Así como es alegato a favor del vegetarianismo, atacando a los mataderos, pero todo muy “light”, donde dudo que el niño aprenda algo de ello, pues todos los personajes están hechos para “venderse” como regalos. Sigo pensando que los filmes animados NO SON PARA NIÑOS, de hecho, NO EXISTE EL CINE PARA NIÑOS, y aquí hace que el espectador se sienta como deficiente mental, con personajes irritantes, tontos, aunque “algunas personas son unos cerdos” y aprueben este tipo de producciones, léase como película, como práctica o gusto alimenticio.
NO RECOMENDADA
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