4:44 Last Day on Earth

Terminando de ver “4:44 Last Day on Earth” (2011) de Abel Ferrara con Willem Dafoe, Shanyn Leigh, Natasha Lyonne, Paul Hipp, Tony Redman, Francis Kuipers, entre otros.
Drama de fantasía sobre una pareja que enfrenta El Fin del Mundo.
Historia minimalista en actores y escenarios, trascurre en un loft de New York donde aflorará la tristeza, la rabia, el desconcierto y todos los sentimientos que pueden surgir ante una situación de cataclismo inminente.
Y es que los personajes estarán envueltos en una gran crisis espiritual, y tendrán que decidir qué hacer en el tiempo que les queda de vida.
De los actores, William Dafoe lleva el peso interpretativo, y sale bien parado, casi literalmente.
Sin embargo, Shanyn Leigh es una cabra loca budista, “borderline” peligrosa, que sufre arrebatos de furia con tonterías que irrita.
Lo más decepcionante es la historia de ellos, pues el subtítulo del filme “Last Day on Earth” pasa desapercibido, es decir, el espectador no verá ni grandes efectos especiales, explosiones, o personajes que salven al mundo en el último momento, siendo inclusive lo más interesante lo que se ve en la TV:
Se anuncian las últimas 24 horas de la humanidad debido a la capa de ozono, sin explicación alguna, salvo vagas referencias a “Al Gore tenía razón”
Supongo que el objetivo era mostrar cómo una persona atraviesa las etapas de aceptación de la muerte frente al fin del mundo, pero todo se pierde por falta de profundidad argumental, y por lo lento y soñoliento de la narración.
De nada sirven las reflexiones budistas/religiosas ni las conexiones de último momento, porque en el fondo no hay marcha atrás.
Todo ello hace un argumento absurdo, más si la destrucción se producirá de golpe, como si fuera un bomba… y con día y hora precisa.
Y es que todo está tan tranquilo alrededor, sino véase la misma ciudad, y los amigos que se drogan… nada de crisis, caos, histeria, pánico fuera del loft... nada de nada; todo sigue igual, tanto que la TV transmite sus programas habituales, en las calles la gente transita normalmente, los negocios siguen abiertos; la cabra loca sigue pintando como si fuese a exponerlo próximamente... de hecho, piden un “express” y se lo llevan…
La película es extraña, por lo personal que es, que solo el director tendrá sus motivos.
Quizás no conecté con la poesía, o no logré interpretar los silencios porque me dormí, y eso que todo el ruido generado por la “normalidad” de la situación, horas antes del Apocalipsis, no pueden levantar a una momia de su tumba.
Quizás la clave está ahí, y lo que quiere transmitir Ferrara es precisamente eso:
Somos tan conscientes de que hemos destrozado todo, que ya nos da igual morir.
Estamos tan metidos en la mierda, que ya nos hemos acostumbrado a vivir con ella, y la muerte ya sólo asusta a unos pocos, porque la vida se ha convertido en un infierno deshumanizado al que sólo unos pocos siguen teniendo apego.
No importa dónde se viva o cuánto dinero se tenga:
Todos sufriremos el mismo destino en el mismo momento.
Da igual que el mundo se acabe mañana o cualquier otro día, ya estamos muertos.
NO RECOMENDADA



Comentarios

Entradas populares