Wege zu Kraft und Schönheit

Terminando de ver “Wege zu Kraft und Schönheit” (1925) de Nicholas Kaufmann & Wilhelm Prager con Jack Dempsey, Jenny Hasselqvist, Josef Holub, Niddy Impekoven, Tamara Karsavina, La Jana, Leni Riefenstahl, Hertha von Walther, Johnny Weissmuller, entre otros.
Documental alemán cuyo título se traduce como “Caminos hacia El Poder y La Belleza”, es una representación idealizada y un tanto ingenua de la salud y la belleza en conformidad con la naturaleza a inicios de los años 1920, que muestra disciplinas como la gimnasia, los deportes y espectáculos de danza, al tiempo que recupera la cultura del baño romano para mostrar junto a la formación intelectual del ejercicio físico, el modelo de los antiguos gimnasios y el cuidado del cuerpo; e indica que la educación física en el medio natural, debe ser utilizado en particular para la prevención de enfermedades por un lado, como las ocupaciones sedentarias de los adultos, su postura, y promocionar la salud en los niños, pero también en respuesta a los males de la época como el estrés, la inactividad física y el consumo de tabaco.
Estéticamente, la película escenifica el cuerpo humano en el estilo de la antigüedad, y muestra al ser humano desnudo; la narrativa la componen escenas muy cortas, de manera informal, exclusivamente para mostrar puntos que son explicados en los intertítulos.
Llama poderosamente la atención, todas las capacidades del cuerpo humano y sus posibilidades de flexión, fuerza, movimiento y control, sobre todo en los estudios en cámara lenta, para ilustrar el efecto muscular. La película está dividida en 6 partes:
Los antiguos griegos y la nueva era; entrenamiento corporal por el bien de la salud, como la gimnasia higiénica; la gimnasia rítmica; el baile; deportes, que muestra a numerosos atletas de su tiempo, como Babe Ruth; actividades al aire libre, bajo El Sol y en el agua, con algunos Jefes de Estado están dando “el buen ejemplo” como Lord Balfour jugando tenis, John D. Rockefeller a los 85 años jugando golf, la familia real noruega en esquís, o Benito Mussolini montando a caballo…
En definitiva, el documental es un canto al ejercicio y al aire libre, en donde la cualidad escultural del cuerpo brilla en los encuadres monumentales, en los estudios del movimiento, en todas las etapas de la vida, entre un ramillete de sorprendentes hallazgos estéticos y vanguardistas para la época.
La factura por cobrar viene de la falta de subtítulos existentes en español, pues hay mucho intertítulo en alemán, al tiempo que hay momentos repetitivos, y el metraje que llega casi a los 120 minutos llegan a agotar, así como no hay una historia o narración, simplemente hay un punto para mostrar:
La salud; de hecho, la película ofreció un contraste de los estilos de vida más bien desesperados disponibles en Berlín y otras grandes ciudades de Alemania durante los años 20, y se convirtió en un éxito inmediato; pero sobre todo, se convirtió en el filme cultural alemán más popular e importante de este período; y ahora es mejor conocida como la primera película en presentar a Leni Riefenstahl.
El punto esencial del documental es:
“Mente sana en cuerpo sano”
RECOMENDADA especialmente para todos aquellos interesados en la salud del cuerpo, la danza, y el deporte.




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