Electroboy
Terminando de ver “Electroboy” (2014) de Marcel Gisler con Florian Burkhardt, Hildegard Burkhardt, Peter J. Burkhardt, Claudius Burkhardt, Gregory David Mayo, Urs Keller, entre otros.
Documental suizo, sobre el famoso modelo llamado “Electroboy”, que además es autor, compositor, diseñador gráfico, productor musical y vegano convencido, de gran éxito durante la década de 1990, y que ahora sufre de una ansiedad generalizada; tanto que tuvo que permanecer 3 meses en el Hospital Universitario de Psiquiatría de Zúrich.
Esta es una serie de historias de éxito, donde el artista se reinventa a sí mismo, una y otra vez, cambiando los entornos y las carreras, como otras personas cambian sus camisas.
Sin embargo, la vida de Florian en la vía rápida, se convierte en un escape de su propia biografía, que finalmente lo alcanza con toda su fuerza.
Es una mirada fascinante, aunque mostrada de manera monótona, cansada, aburrida, a base de solo unas cuantas entrevistas, que en sus casi 2 horas, agota al espectador, al mostrar los muchos altibajos de un ser humano complejo, y en lugar de convertirse en una larga lista de sucesos, logros, reinvenciones y cambios psicológicos y transformaciones, la película trae naturalmente todos estos elementos juntos, para pintar una imagen de un ser humano extremadamente difícil, que tuvo que descubrir por las malas quién era, y qué quería de la vida.
Como biografía, es un retrato muy mal editado, tanto que lleva al espectador al mismo nivel de ansiedad de la que no hay escapatoria.
Hoy, de 43 años, “El Rey de Las Fiestas” vive en Berlín, produce basura electrónica, con contenido simple y descarado, basado en una filosofía dadaísta; al tiempo que crea series de gráficos vectoriales para solicitar más responsabilidad del consumidor, y promover un estilo de vida vegano.
El hombre que se dispuso a conquistar el mundo y aprendió a temerle, pues demostró que se puede conseguir todo lo que quieras.
Por cierto, Hayden Christensen es físicamente su copia exacta.
NO RECOMENDADA
Documental suizo, sobre el famoso modelo llamado “Electroboy”, que además es autor, compositor, diseñador gráfico, productor musical y vegano convencido, de gran éxito durante la década de 1990, y que ahora sufre de una ansiedad generalizada; tanto que tuvo que permanecer 3 meses en el Hospital Universitario de Psiquiatría de Zúrich.
Esta es una serie de historias de éxito, donde el artista se reinventa a sí mismo, una y otra vez, cambiando los entornos y las carreras, como otras personas cambian sus camisas.
Sin embargo, la vida de Florian en la vía rápida, se convierte en un escape de su propia biografía, que finalmente lo alcanza con toda su fuerza.
Es una mirada fascinante, aunque mostrada de manera monótona, cansada, aburrida, a base de solo unas cuantas entrevistas, que en sus casi 2 horas, agota al espectador, al mostrar los muchos altibajos de un ser humano complejo, y en lugar de convertirse en una larga lista de sucesos, logros, reinvenciones y cambios psicológicos y transformaciones, la película trae naturalmente todos estos elementos juntos, para pintar una imagen de un ser humano extremadamente difícil, que tuvo que descubrir por las malas quién era, y qué quería de la vida.
Como biografía, es un retrato muy mal editado, tanto que lleva al espectador al mismo nivel de ansiedad de la que no hay escapatoria.
Hoy, de 43 años, “El Rey de Las Fiestas” vive en Berlín, produce basura electrónica, con contenido simple y descarado, basado en una filosofía dadaísta; al tiempo que crea series de gráficos vectoriales para solicitar más responsabilidad del consumidor, y promover un estilo de vida vegano.
El hombre que se dispuso a conquistar el mundo y aprendió a temerle, pues demostró que se puede conseguir todo lo que quieras.
Por cierto, Hayden Christensen es físicamente su copia exacta.
NO RECOMENDADA
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