Kingsman: The Golden Circle

Terminando de ver “Kingsman: The Golden Circle” (2017) de Matthew Vaughn con Taron Egerton, Colin Firth, Julianne Moore, Mark Strong, Halle Berry, Pedro Pascal, Channing Tatum, Jeff Bridges, Elton John, Bruce Greenwood, Emily Watson, Michael Gambon, entre otros.
Película de comedia y acción, secuela de “Kingsman: The Secret Service” (2014), basada libremente en la serie de comics “Kingsman” creada por Dave Gibbons y Mark Millar; donde esta vez sigue las aventuras de Gary “Eggsy” Unwin, ahora como miembro activo de Kingsman, cuando la agencia secreta es destruida, al tiempo que se descubre una organización de espionaje aliada en EEUU, llamada Statesman.
Así, ambas agencias se unirán para derrotar a su enemigo común, y salvar al mundo.
Toda la película es un monumento a la exageración sin sentido en todos los campos, llámese actuaciones, efectos especiales, sonido, acción, armas… y se aleja considerablemente del género de espías, entrando de lleno al culto por el comic para niños, a excepción de las grandes dosis de violencia y sexo, como la puesta del rastreador a la chica… llena de subtramas que solo entorpecen el ritmo y la fluidez de la narración, como la relación de Eggsy y la visita a Glastonbury, que bien pudieron ser cortadas sin adolecer la trama.
Lo único rescatable, es que cuenta con mejores secuencias de acción, como la inicial del taxi, gracias al elenco de dobles de riesgo, pero se torna excesivo en ello, así como de “gags”, elementos por los cuales la trama termina alargándose innecesariamente, pues dura más de 2 horas, introduciendo muchos personajes que bien pudieron ser recortados.
La taquilla ha demostrado ser un fracaso, con $123 millones en recaudación de $104 millones invertidos más que todo en el reparto, pues incluye a 5 ganadores del Oscar, 4 actores principales, y uno en la categoría de banda sonora.
Lo más extraño fue la reaparición de Colin Firth, demasiado exagerada esa “resucitación”; mientras que Julianne Moore es una villana risible, sin fuerza, para nada interesante ni amenazante; Taron Egerton sigue dando el papel que se espera, pero ya resulta “automático”; al igual que Mark Strong, que cada vez se hunde como actor; mientas Halle Berry está muy desaprovechada; horripilante Elton John en un cameo, nunca me ha gustado; Channing Tatum, Jeff Bridges y Emily Watson igual, papeles demasiado cortos, sin desarrollo, que aparecen y desaparecen a conveniencia; pero Pedro Pascal como Whiskey da un buen rendimiento como aliado con giro a villano.
Y Bruce Greenwood en clara alusión/crítica al desagradable Donald Trump.
Ni siquiera la banda sonora logra rescatar este paradigma de lo sobrante y el abuso.
NO RECOMENDADA



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