The Amazing Colossal Man

Terminando de ver “The Amazing Colossal Man” (1957) de Bert I. Gordon con Glenn Langan, Cathy Downs, William Hudson, Larry Thor, James Seay, Frank Jenks, entre otros.
Película de fantasía y ciencia ficción, sobre un hombre que crece de manera gigantesca debido a un accidente nuclear.
Basado en la novela de Homer Eon Flint “The Nth Man” (1928), esta es una respuesta al filme de culto “The Incredible Shrinking Man” (1957) estrenado apenas 6 meses antes; siendo este filme estrenado en función doble con “Cat Girl” (1957)
La historia de inicio es interesante, porque en cierta manera, El Hombre Colosal sigue el derrotero de otros de los gigantes famosos del cine como King Kong, pero aquí sigue la vena humana, aunque comparte con todos, que son más víctimas que victimarios; sin embargo, queda demostrada la naturaleza primitiva/animal, que los identifica como criaturas de un mundo extraño; pero ante todo, es un filme sobre la bomba nuclear y la guerra, y si se quiere, sobre El Síndrome de Estrés Postraumático; por lo que la narrativa apocalíptica es superficial, ya que no se revela ninguna realidad trascendental o redentora; al tiempo que habla de la guerra, de los soldados traumatizados, pone especial atención a los rápidos cambios sociales y tecnológicos; y por ello, la culpa del Coloso, haber matado a otros seres humanos en la guerra, será realmente su propia destrucción, la conciencia.
Llama la atención la transformación física del hombre, no como metáfora de un cambio interior, sino una representación de un cumulo de culpas que se va haciendo cada momento más grande, y que amenaza con explotar.
Atención a cómo se presenta, casi desnudo, como un “cristo”, que puede significar una “salvación de uso militar”, pero calvo, como representación de los villanos del comic de la época.
Por tanto, no hay ninguna ventaja en ser “gigante”, véase metafóricamente, ya que no encuentra nada que pueda ofrecer a los demás, porque su atención se encuentra centrada en sí mismo, como atracción de circo, la carpa donde lo colocan, no es casual; y en la impotencia de no poder controlar su crecimiento sin sentido.
Todo iba bien desde la fantasía, hasta el momento en que se dice que “el corazón tiene sólo una célula” donde queda demostrado la falta de rigor científico en explicar cuestiones ficticias.
De los efectos visuales, que en su tiempo pudieron ser creíbles, se notan muy sobrepuestos, seguramente por la mala tecnología aplicada, y el poco cuidado montaje; por lo que toda la historia se levanta con la acción del Coloso, pero no logra su encanto, pues no hay destrucción, ni rabia, ni el despliegue que se muestra en el cartel promocional, y ese es el principal reclamo.
Queda una realidad, que la culpa siempre será “un globo al límite de explotar”
NO RECOMENDADA


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