Der Sieg des Glaubens

Terminando de ver “Der Sieg des Glaubens” (1933) de Leni Riefenstahl con Adolf Hitler, Josef Goebbels, Heinrich Himmler, Ernst Röhm, Albert Speer, Hermann Göring, Baldur von Schirach, Rudolf Hess, Julius Streicher, entre otros.
Documental de 64 minutos, cuyo título se traduce como “La Victoria de La Fe” y es el primer documental dirigido por Leni Riefenstahl, quien fue contratada por El Ministerio de Propaganda de la Alemania Nazi, a pesar de la oposición de algunos Oficiales que no tenían intención de emplear a una mujer que, además, no era miembro del NSDAP.
El documental hace un recorrido por El 5º Congreso del Partido que tuvo lugar en Núremberg, del 30 de agosto al 3 de septiembre de 1933; y como película, forma parte de una Trilogía de Propaganda Nazi que la conforman: “Der Sieg des Glaubens” (1933), “Tag der Freiheit: Unsere Wehrmacht” (1935), y “Triumph des Willens” (1935)
El formato de la película es una versión corta del último filme de la trilogía, pero aquí se nos presenta pura propaganda del Partido Nazi, que financió y promovió la producción para celebrar la victoria de los nazis en el logro del poder cuando Hitler asumió el cargo de Canciller de Alemania en febrero de 1933.
La película no tiene voz “en off”, ni títulos que identifican personajes ni lugares, ni comentarios, y gran parte de la narración es esencialmente silenciosa, con música que recuerda a Wagner o Marchas de Strauss; y resume algunos discursos; por lo que los eventos se muestran en orden cronológico que incluyen la bienvenida a varias personalidades del Partido; la llegada de Adolf Hitler al aeropuerto y su reunión con miembros importantes del partido como Josef Goebbels y Hermann Göring; desfiles masivos de la Sturmabteilung (SA), coloquialmente conocidos como “Camisas Pardas”; y el discurso de Hitler sobre la asunción del poder, y el 10º aniversario del movimiento nacionalsocialista alemán; pero todo ello resumido.
Llama la atención los desfiles masivos, que no muestran el poder militar, como lo harían ahora con armas, aviones y tanques, sino desde lo más intimidatorio:
Miles de personas, lo que parecía indicar que “era mejor estar con los nazis, que tenerlos de enemigos” porque son miles.
Al tiempo llama la atención que Rudolf Hess se muestra mucho al lado de Hitler, a diferencia del cadavérico Goebbels o la apariencia pederasta de Göring, tal vez por cuestión de atractivo estético.
También aparece en varios cameos Hitler junto a Ernst Röhm, líder de La SA, a quien Hitler ordenaría más tarde asesinar en La Noche de Los Cuchillos Largos en 1934, por presunta traición al idear una conspiración contra él, una acusación creada por Himmler, Göring y Reinhard Heydrich; por lo que todas las referencias a Röhm, se ordenaron para ser borradas de la historia alemana, que incluyó la destrucción de todas las copias conocidas de esta película; de ahí que “Triumph des Willens” (1935) fuera producida para reemplazarla, pero difiere en que la jerarquía superior del Partido, “los paladines de Hitler”, no reciben casi tanta atención en la película posterior, como lo hicieron aquí.
Entre las curiosidades, la gran concentración de gente, es muy similar a las desarrolladas en los comics, con el villano de turno, pero aquí se nota la cruda realidad, con exactitud milimétrica en las formas, las posiciones de las personas, el silencio solemne, o el bullicio ensordecedor; y claro está el seguimiento psicótico, fanático y patológico.
Y al ser todo tan resumido, la retórica de Hitler no llega a ser convincente, que contrasta con las bellas imágenes captadas de la gente asombrada, emocionada y conmovida por El Führer.
Entre lo que se ve, también está un discurso de un alto funcionario del Partido Fascista Nacional Italiano, Arturo Marpicati, con los saludos transmitidos por Benito Mussolini; hasta el mitin en el amplio patio de armas, recientemente construido por Albert Speer, e incluye una toma de un dirigible Zeppelin flotando, con esvástica en la cola, terrorífico.
También hay una manifestación separada de La Juventud Hitleriana, con una introducción de Baldur von Schirach; y sigue un desfile en las calles de la ciudad vieja de Núremberg, con los líderes del partido recibiendo los saludos de las filas de las SA y las SS, en las calles abarrotadas de gente.
Las tropas que marchan aparecen de nuevo en las secuencias finales en el patio de armas principal, con tributos a los caídos, con Hitler y Röhm, y varias ceremonias de banderas que parecen tener un significado casi religioso para los miembros del partido, pero a falta de comentarios “en off” se desconocen muchas cosas que están pasando o la identidad de los personajes.
Como fuera el caso, según la propia Leni, esto fue una especie de experimento, un proyecto no deseado por ella, y un encargo incómodo.
Leni alcanzaría la perfección técnica en los próximos trabajos; pero en el fondo, esta es una obra de propaganda inquietantemente efectiva, fiel al término, porque nos muestra cómo Hitler y sus Camisas Pardas sedujeron al pueblo alemán, uno que buscaba una solución a La Gran Depresión, las reparaciones y el desaire que sentían después de una derrota ignominiosa en La Primera Guerra Mundial; por lo que cuando veamos la efectividad de los grupos de poder en la configuración de la política pública, debemos mirar este documental con los ojos bien abiertos.
Aquí Hitler no es ni un payaso ni una caricatura, sino un mensajero mesiánico que se abraza y se alza libremente, y es recibido ciegamente, tan cercano como seductor, tan moderno que es tan hipnotizante que es real en la retórica política de hoy.
Finalmente decir que todas las copias conocidas de esta película fueron destruidas por orden de Hitler, y se consideró perdida hasta que la directora, Leni Riefenstahl, estaba de visita en Gran Bretaña en abril de 1934, para hablar en las principales universidades sobre sus técnicas de documental, que se supo que se había duplicado al menos una copia; y que se encontró después de haber estado almacenada durante más de 60 años, siendo la única impresión sobreviviente conocida; de ahí que los créditos de apertura parecen haber sido eliminados.
La copia del original, fue encontrada en la década de 1990 en el Reino Unido.
En definitiva, estas películas de propaganda son documentos interesantes de su tiempo, no obstante, en términos del contexto histórico; y según Riefenstahl, ella no filmó los eventos por sí misma, sino que compiló imágenes de la prensa alemana.
A pesar de todo, es una propaganda efectiva de algunos malvados la que es de mayor interés para los historiadores, o aquellos que están intrigados por Riefenstahl y su triste legado.
Sí, los contenidos son despreciables y demagógicos, pero estas películas todavía son una oportunidad para aprender sobre la historia, y entender lo que estaba y está pasando, por absurda que sea.
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