A Boy and His Dog

Terminando de ver “A Boy and His Dog” (1975) de L.Q. Jones con Don Johnson, Susanne Benton, Jason Robards, Tim McIntire, Alvy Moore, Helene Winston, Charles McGraw, entre otros.
Película de ciencia ficción del género post apocalíptico, con mucho humor negro, mezclando aventura y terror, basado en el cuento corto homónimo, del año 1969, escrito por Harlan Ellison, que sigue a un adolescente y su perro “telepático” cuando trabajan juntos como equipo, con el fin de sobrevivir en la peligrosa tierra baldía tras La Cuarta Guerra Mundial.
La historia tiene una línea temporal en un entorno alternativo divergente, con el fallido asesinato de JFK; que en lugar de concentrarse en La Carrera Espacial, tuvieron lugar avances tecnológicos en robótica, inteligencia animal, y telepatía.
Pero ahora la civilización está casi arrasada, y la superficie de La Tierra está reducida a un páramo desolado irradiado, donde subsiste una sociedad endurecida entre pillajes y asesinatos, y otra llamada “Downunder”, que logró esconderse bajo tierra.
El director no cae en sensiblerías baratas, y captura la inefable mirada y atmósfera que crece entre 2 seres vivos que comparten mucho más que la urgencia por sobrevivir; una controvertida historia, llena de sexismo, misoginia, vandalismo y control de la población, que se aprovecha con una puesta en escena efectiva, haciendo mucho con poco, creando escenas de acción bien logradas, donde muchas veces se sugiere más que se muestra, ante la imposibilidad de contar con más recursos, como los seres radioactivos de la novela, llamados “Screamers”, a los que solo se les oye, beneficiándose de los desolados parajes del desierto de Mojave, y de un guión simplista, pero plagado de sorpresas.
Como dato, se nota que esta obra fue la fuerte influencia para la saga Mad Max, y aunque aquí la historia va bien encaminada, tiene sus detalles inexplicables, donde solo se enfocan en las ganas del joven por acostarse con mujeres; y es que las pocas mujeres que involuntariamente se dejan ver, acaban siendo violadas, y luego asesinadas, así que, en efecto, al joven Don Johnson, no le será nada fácil encontrar una de la cual abusar; mientras que el objetivo principal del perro es comer; eso quizás desaproveche la trama, pero no le quita méritos en sí, pues el perro se roba la película por su simpatía y su sinceridad; pues desea encontrar una legendaria “tierra prometida”
¿Será judío? donde se dice, no existen las utopías; aunque el joven cree que deben hacer lo mejor con lo que tienen.
No es hasta que ambos se separan, que la historia se torna aburrida, o mal aprovechada, cuando el protagonista se va a la ciudad subterránea, pero levanta muy bien con ese final inesperado; que con psicología, puede presumir que, por una vez en una historia, el chico no se queda con la chica, y que, por circunstancias, un animal puede ser mejor compañero.
A destacar las panorámicas impresionantes, y la integración de ellos en los escenarios devastados, interminables extensiones de tierra desolada, que se ven interrumpidas por construcciones precarias, y como buena cinta independiente, aquí es donde se nota el bajo presupuesto.
Por otro lado, las actuaciones son regulares, empezando con Don Johnson, que es prácticamente el centro de toda la acción, que milagrosamente sale bien parado… y literalmente también; ni hablar de los habitantes de la ciudad subterránea, dan una sensación de sátira contra el sector conservador/republicano de EEUU, esos que aspiran a una sociedad perfecta, educada y refinada; pero que es igual de enferma y violenta, y surcado por hondas brechas, dado que, por ejemplo, un puñado de tiranos son los que deciden por todos, y las mujeres de igual forma son tratadas como objetos, como instrumentos de procreación y buena crianza.
Escenas fuertes, como el inicio, donde uno espera que fuese un filme de aventura adolescente, le presentan un búnker con una mujer que ha sido violada, gravemente mutilada, y está al borde de la muerte; la insistencia en la idea de violar mujeres; o la escena cuando Vic es sometido como “semental” por electroeyaculación… y el final, brutal e inesperado:
“¿Sabes qué es el amor?...
Claro que lo sé.
Un chico ama a su perro…
Bueno, yo diría que sin duda tenía un juicio maravilloso, Albert, sino sobre todo el buen gusto”
El filme aprovecha aquella máxima de, “el perro es el más fiel compañero del hombre”, al tiempo que es agradable saber lo que piensa el perro de él también, que de ser cierto, probablemente no serían las mascotas predilectas de los humanos.
Y es que una de las razones por las que esta película ahora goza de estatus “de culto”, es debido a su última línea cómica, de humor grueso, que Ellison odiaba, y activamente hacía campaña para que se eliminara.
También se planeó una secuela llamada “A Girl and His Dog”, pero el perro murió poco después del estreno de esta película, tremenda ironía; y si bien tuvo buenas críticas, y los fans de la ciencia ficción la recibieron muy bien; no fue un éxito comercial.
La historia estaba verdaderamente y salvajemente bien hecha, pero lastra la falta de presupuesto, una mejor producción, y tal vez, mejores actores, aunque Jason Robards da muy bien la talla; y puede que la forma en la que comuniquen todo no funciona, pero lo demás sí.
Considerada en la actualidad como una rareza, más que por sus cualidades artísticas, que las tiene; los principalmente los logros se encuentran en la dosis de originalidad que suplen una película precaria en el terreno presupuestario, pues no había casi dinero en su realización, de ahí que no haya casi acompañamiento musical, y las deficiencias de la pobre iluminación, entre otros detalles, que hacen de esta historia, un cuento para adultos bastante retorcido de la supervivencia, un futuro que probablemente vivas para ver.
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