Vision - Aus dem Leben der Hildegard von Bingen

Terminando de ver “Vision - Aus dem Leben der Hildegard von Bingen” (2009) de Margarethe von Trotta con Barbara Sukowa, Heino Ferch, Hannah Herzsprung, Gerald Alexander Held, Lena Stolze, entre otros.
Drama alemán sobre la vida como monja de Hildegard von Bingen, mística cristiana, compositora, filósofa, dramaturga, médico, poeta, naturalista, científica y activista ecológica, una mujer adelantada para su época que marcó un antes y un después en muchos aspectos de la vida medieval; y en medio de esta historia, están las luchas de poder, el rechazo y las dudas de sus superiores, respecto a sus visiones y la relación con una nueva discípula. Hildegard es conocida como “la sibila del Rin”, “la profetisa teutónica”, y “la doctora de la iglesia”, considerada como una de las mujeres más fascinantes y polifacéticas de Europa que la definió entre las más influyentes de su época, ilustre entre el monacato femenino, y quizá la que mejor ejemplificó el ideal benedictino, pues estaba dotada de una cultura fuera de lo común, comprometida también en la reforma de La Iglesia, siendo una de las escritoras de mayor producción de su tiempo.
La directora Margarethe von Trotta, es especialista en retratos femeninos pundonorosos, extraídos de la historia, y aquí muestra lecturas ejemplificadoras y el triunfo de la singularidad contra el entorno restrictivo masculino de turno; y no es casual que ella haya estado integralmente involucrada con El Movimiento Feminista de los años 70, sintiéndose atraída por mujeres cuya historia ha sido marginada por el tiempo.
De la producción, tengo mis dudas, pues estamos hablando de los primeros años del primer milenio, entre el año 999 y el 1100, aunque el año del nacimiento de Hildegard es el 1098; por lo que algunos elementos de la producción se me antojan demasiado modernos, como el mismo escenario, esos monasterios demasiado iluminados y “cómodos”, así como el vestuario, y otros como el simple uso del caballo, en que una mujer debería montar de lado… otros como el dominio de la lectura y la escritura, que estaba reservada para los hombres, y algunos hechos que estaban para ser de acatamiento obligatorio por las mujeres, como el publicar, cantar, y exponerse.
Aunque los hechos son verídicos, se juega mucho con el rigor histórico para hacer llegar el mensaje; así como también se dejan por fuera los primeros 30 años en la vida de la protagonista, que no se supo cómo llegó ese desarrollo/iluminación para ser quien fue; y deja la sensación que faltó profundizar en lo más importante… las visiones mismas que no se revelan, y se decanta por lo político/social que en lo históricamente propio de ella y su obra.
Del reparto, sobresale Barbara Sukowa creando un retrato de una mujer que emergió de las sombras de la historia, como una pionera de la fe, el cambio y la ilustración con visión de futuro; y alrededor de ella se muestran las habilidades diplomáticas, a veces manipuladoras de Hildegard para comprender a los hombres y sus vanidades, con el fin de fundar su propio convento; al tiempo que captura el amor de Hildegard por la felicidad, la humanidad y su conexión con la fe; aunque llega a rayar el fanatismo y la ceguera, así como el egoísmo y la ambición; y las contradicciones espirituales y mundanas.
“Primero se debe curar el alma, después el cuerpo puede seguirle” es un pensamiento que demuestra la importancia de una mujer instruida, materia de conocimiento entonces reservada para los hombres, más aun tratándose de temas tan escabrosos como la sexualidad y la medicina, frente al poder de Dios.
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