Left Behind

Terminando de ver “Left Behind” (2006) de Vic Armstrong con Nicolas Cage, Chad Michael Murray, Lea Thompson, Nicky Whelan, Quinton Aaron, Martin Klebba, Cassi Thomson, entre otros.
Drama de fantasía y catástrofe, con mensaje cristiano/evangélico, es una adaptación del “best seller” homónimo que forma una serie de 16 libros publicados entre 1995 y 2007, escritos por Tim Lahaye y Jerry Jenkins, que deriva de una interpretación dispensacionalista de algunas profecías bíblicas del fin de los tiempos, el Feito pre-tribulación, el premilenio, la visión escatológica cristiana, y el fin del mundo; y es un remake de “Left Behind: The Movie” (2000)
Como dato, el dispensacionalismo es un sistema teológico cristiano, que afirma que Dios ha empleado diferentes medios de administración de sus planes en diferentes períodos de la historia humana, donde ha demostrado su gracia, léase con cinismo.
Así pues, en un abrir y cerrar de ojos, un rapto bíblico azota el mundo, millones de personas desaparecen sin dejar rastro; y en un instante llega el terror y el caos; con el típico mensaje del miedo, la película sacrifica la lógica y el entretenimiento, en pos de imponer una ideología tan peligrosa como absurda.
Por un lado, la atracción de los libros no es muy diferente de Stephen King; pero aquí el trazado es rápido, y los motivos y las caracterizaciones son maniqueas.
Para empezar, tardamos 40 minutos en meternos en el argumento.
Antes de eso tenemos, hay un drama romántico, muy malo y aburrido, donde luego todo es increíble, artificial, forzado, colmado de moralina; que la hace incómoda de ver en todos los sentidos, e imposible de salvar en ningún aspecto.
Los efectos especiales son cutres, alcanzando el nivel de vergüenza ajena; y las actuaciones mediocres, y para peor, con ritmo lentísimo.
Del reparto, Nicolas Cage ya no levanta cabeza, y cada año escoge menos producciones de calidad, donde se evidencia que solo trabaja para pagar litros de alcohol, que a veces da lástima verlo.
Según se cuenta, le pagaron $3 millones por sólo 10 días de rodaje.
Chad Michael Murray que hace del periodista cargado de cámara y móvil, como el típico entrometido que graba todo para subirlo a redes sociales, no se salva porque saca reportajes de las desgracias ajenas a la hora de la cena…
Cassi Thomson como la supermana que se teletransporta de manera sobrenatural tipo Star Trek, es tan aniñada que repele, y no se salva porque dice tener una madre loca, ejem, religiosa; y al sentirse sola, planea suicidarse, no sin antes habla con su madre que está en “El Cielo”, en una escena que cualquiera la empujaría del puente. Nicky Whelan que hace de azafata, no se salva por zorra.
¿Algo más que decir?
Una yonqui rubia, tipo Lady Gaga, dice que la droga le ha sentado mal, y se agobia porque se parece precisamente a Lady Gaga, terrible calamidad.
Pobres Lea Thompson como la madre loca, ejem, religiosa, y Major Dodson como el hijo por el que Nicolas Cage no piensa en lo absoluto, probablemente pensando en que su hija sea su nuevo polvo, pues en Sodoma y Gomorra se vale todo.
La película tiene HO/E-rrores por toneladas, como fallos de montaje, vemos New York sin llamas y con llamas, en un intervalo de 15 minutos.
Y el final, es muy inverosímil, con agarradas de mano que Dios no permite la elevación espontánea porque es ¡TARDE!
Pero es que hay escenas fatales, como en el centro comercial, la ropa de los niños raptados comienza a caer desde el techo, eso no tiene sentido porque ni siquiera se elevan, solo desaparecen…
Toca empezar a hablar de la compañía circense que se ha montado en el avión, llena de estereotipos:
El enano cabrón que porque es enano no se salva, además de hijoputa, escondiéndose tras el chino porque es científico y por ello tampoco se salva; además, el enano es el típico payaso de circo, que luego lo tiran por la rampa de emergencia para que caiga tropezándose para que el espectador se ria, eso es ser muy hijoputa.
La madre loca que se saca la pistola de donde no la hay... una vieja con Alzheimer que no pinta demasiado…
La impagable lista de pasajeros de Primera Clase del avión, resultó ser más interesante, pues la clase turista no importa...
Y ojo, muy 9/11, el que viaja en primera clase, es musulmán.
No se salva porque es musulmán, tanto que en una escena muy significativa se reafirma:
El musulmán pregunta, ¿debo rezar?, y uno le responde, ¿a tu Dios?, o sea, el único Dios válido, es el cristiano, y el rapto no se concede a los súbditos de otras religiones.
En cambio, parece que se lleva a todos los niños del mundo, de todos los colores y religiones, a la brava, sin pedir permiso ni nada.
¿Se habrán olvidado de los “chuckies”?
¡Que los hay!
¿Y si formaras parte de un grupo de viajeros, que han visto cómo desaparecía mucha gente delante de su propia vista, dentro de un avión?
Pues ir todos juntos a tirar abajo la puerta de la cabina de mando, para estrellaros todos juntos…
Hay tantas cosas, que no sé si continuar...
Otros detalles que, si lo piensas un poco, chocan:
Los abducidos viajan chingos, y ni hablar del patético final, en que la hija hace una pista de aterrizaje de un Airbus...
En el fondo, todo esto se desarrolla de manera extremadamente lenta, sin dinamismo, y conduce al aburrimiento, por lo que está especial y únicamente hecha para los gustos de los cristianos/evangélicos extremistas/fundamentalistas, que creen en la teoría del Rapto, y en que el cristianismo es la fe única y verdadera, siendo la propuesta, pura y dura propaganda religiosa.
Aquí los buenos son los creyentes, y los malos los demás.
Y prepárense, pues se supone que las 16 novelas verán la pantalla grande.
Eso es una tortura de lesa humanidad, pues solo “Left Behind” (2006), está impregnada de racismo, llena de prejuicios, cuya intención únicamente es dogmatizar a la fuerza, a punto de miedo.
“Left Behind” (2006) hace de “The Langoliers” (1995) una OBRA MAESTRA.
JAMÁS RECOMENDADA



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