No me pidas que te bese, porque te besaré

Terminando de ver “No me pidas que te bese, porque te besaré” (2008) de Albert Espinosa con Eloy Azorín, Pablo Rivero, Roberto Enríquez, Teresa Hurtado de Ory, Jan Cornet, Lolo Herrero, entre otros.
Comedia española, basada en 2 obras teatrales del propio Espinosa:
“No me pidas que te bese porque te besaré” y “El Club de Las Pajas” ambas de 2004; y es este, su debut en el cine, el director pretende hacer un homenaje a un curso que impartió durante 5 años a personas con diversidad funcional/disminuidos psíquicos.
La historia sigue a un joven cuando le faltan 5 días para casarse con su novia, por lo que le asaltan las dudas; y queriendo cumplir su lista de cosas que hacer antes de perder la soltería e intentando superar un trauma infantil, se apunta a un curso de guitarra, en el que tendrá como compañeros de clase a un grupo de chicos con retraso mental.
A esta historia se añade su mejor amigo, tullido obsesionado con las pajas/masturbación, que añade con sus historias y reflexiones un tinte de humor absurdo, que se suma al conjunto de forma armoniosa.
El guión, sin embargo divaga mucho entre estas 3 tramas:
El protagonista, su amigo y los compañeros con discapacidad, por lo que sus 90 minutos se hacen algo largos, además que el sonido no es bueno, tanto que hablan catalán, y no se entiende.
Sin embargo, el tema de la discapacidad esta tratado de la forma más natural posible, respetuosa, y con un encanto que pocos son capaces de conseguir, sin dramatizar ni sentimentalizar ningún tema relacionado.
Del reparto, Azorín se deja de convencer con su dificultad de expresión; mientras la novia no tiene mucho peso en trama, aparece poco, y deja con ganas de saber por qué su novio tiene dudas… mientras el director, Albert Espinosa, hace del amigo feo y tullido, con un estilo de actuación muy particular… y los retrasados, todos con deficiencias psicomotoras y del habla, además de ser deficientes mentales, son las verdaderas estrellas, quienes como conjunto, mueven la trama hacia delante como ningún otro personaje, sobre todo la doble actuación de Golan Yosef, todos ellos interpretan de forma muy creíble sus respectivas deficiencias, una discapacidad intelectual que resuelve cuestiones de amor.
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