Brimstone

Terminando de ver “Brimstone” (2016) de Martin Koolhoven con Guy Pearce, Dakota Fanning, Emilia Jones, Paul Anderson, William Houston, Ivy George, Jack Hollington, Carice van Houten, Kit Harington, entre otros.
Western de terror y suspense holandés, sobre una mujer que huye de su padre psicópata.
La historia de aire feminista está fragmentada cronológicamente, y se divide en 4 capítulos bien diferenciados por medio de títulos provenientes de La Biblia:
Revelación, Éxodo, Génesis y Retribución; y es una prueba de resistencia absoluta para el espectador, pues verá mucha violencia, odio hacia las mujeres, maltrato hacia los menores, y el mal ejemplo de los defensores de la fe; estos son los temas básicos que lamentablemente todavía son muy actuales.
La película tiene altas dosis de violencia, unas gráficas y otras sutiles, donde solo la imaginación llama al horror jamás pensado, que se hace desagradable y escabroso; con personajes fríos, sin sangre, repelentes, y tristes; pero llama la atención el aborregamiento del pueblo, que nada hace por cambiar las cosas.
¿Acaso la película refleja la realidad de la sociedad actual?
ABSOLUTAMENTE.
Un predicador acosador sexual, diabólico y retorcido como Némesis; contra una joven superviviente, pero JAMÁS una víctima, pues la llena de mucha fortaleza que responderá con valentía asombrosa para reclamar la vida, que tanto ella como su hija se merece.
Técnicamente está hermosamente rodada, los escenarios naturales que muestran una gran belleza que contrasta con el horripilante ser humano, un monstruo de los cuentos, que no dejará de acosar a su presa.
Del reparto, todos entregados a personajes excéntricos, donde cada uno tiene una escena que hiela el cuerpo, aunque el antagonista sea un engendro del demonio, casi literalmente. La Fanning está magnífica, alcanzando su madurez interpretativa; mientras Guy Pearce se erige en amo y señor de sus escenas, gracias a su oscurísimo papel de clérigo desalmado y tentado por sus bajas pasiones, a modo de un reverso tenebroso de la actriz, que lo personifica en hombre de Dios, algo que potencia su aguda mirada crítica hacia los fanatismos y la doble moral, con esos actos atroces que, desde que el mundo es mundo, se han cometido en nombre de la religión, una y otra vez hasta la actualidad, con total impunidad.
Este filme puede verse también como misógino, pues las mujeres son las grandes sufridoras del relato y, por tanto, se convierten en carne de cañón, los hechos en el burdel, con esas prostitutas de buen corazón empujadas a destinos trágicos por la opresión de los hombres, es algo atroz.
Pero si hay algo que achacarle son los 148 minutos que dura, que se hacen eternos, a pesar que la película tiene fluidez, pero como dije, es una prueba de resistencia ante tanto maltrato; y también porque la trama recuerda a La Obra Maestra “The Night Of The Hunter” (1955); pero si hay algo que reclamarle es su estructura, que puede llegar a ser incomprensible en el desarrollo, por lo que tengo una teoría:
El reverendo muere en el segundo capítulo; eso significaría que él, en los capítulos 1 y 4, está muerto; y en su primera y última escena, él habla sobre el infierno de una manera que sugiere que él “no es de este mundo”; además, sus ojos son más oscuros en esos 2 capítulos, y parece más fantasmal; casi un vampiro; al tiempo que si se fijan bien, todos los personajes predeterminan sus propias muertes.
Sobre el final, no está muy claro, pues Nathan, el padre del bebé que murió, vuelve a la historia, afirmando que fue enviado a Bismuth por El Reverendo; ahora como Sheriff, y encontró un cartel de recompensa de Elisabeth Brundy, “una mujer sin lengua”
¿Cómo Nathan conocía a la sin lengua Joanna?
La imagen dibujada en el póster es difusa, y no se parece ni a Joanna ni a Liz, sino a Elisabeth, la original sin lengua, que él no sabía que existía…
Venganza Pura & Dura.
Aunque en ninguna parte se dice que todo esto fue previsto por El Reverendo, parece respaldar la teoría de que él ha muerto en Bismuth, y que él es un fantasma del pasado cuando entra en la historia al principio... de ahí que al final, su hija se quede mirando al bosque…
En definitiva, salvo todos esos hoyos argumentales, “guiños” y el extenso metraje, es una obra muy original, implacable y falta de compromiso:
“Yo soy como Dios.
Él es como yo soy”
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