A Night to Remember

Terminando de ver “A Night to Remember” (1958) de Roy Ward Baker con Kenneth More, Jill Dixon, David McCallum, Laurence Naismith, Honor Blackman, Frank Lawton, Alec McCowen, entre otros.
Drama de aventura y catástrofe, basado en el libro homónimo de Walter Lord, que relata la noche final del transatlántico, RMS Titanic; escrito en base a la investigación oficial y testimonios de al menos 64 supervivientes; y como producción, destaca por su aproximamiento objetivo a los acontecimientos, a modo de docudrama, ciñéndose en exclusiva a lo que sucedió realmente.
La película todavía recibe elogios, y está considerada como la producción británica más grande de la década de 1950; y la más cara realizada por la productora; así como la mejor película de Titanic por su punto culminante y precisión, y la más exacta de todas sobre el naufragio, antes de “TITANIC” (1997), siendo un modesto éxito comercial, en contraste a su gran presupuesto, que tuvo un impacto relativamente pobre en EEUU; sin embargo, ha envejecido muy bien; pues contiene un considerable mérito artístico, que ayudó a provocar la ola de películas de desastres/catástrofes en los 70s; y sigue siendo la narración cinematográfica definitiva de la historia, el prototipo y el mejor ejemplo del género de desastre; además de basar el guión, tanto en acción como en diálogos, los realizadores lograron actuaciones matizadas, y un ambiente auténtico, al consultar a varios sobrevivientes reales del Titanic, que se desempeñaron como asesores técnicos; muchos de los cuales también fueron retratados en la película.
También, por supuesto, incluye un buen número de secuencias de efectos especiales, tanto mecánicos, fotográficos, miniaturas y/o retroproyecciones para situar a los actores en mitad del mar, o bien integrarlos en el metraje de miniaturas.
La puesta en escena resulta muy apropiada, solvente, y de mucho oficio, exquisita, especialmente por la forma en que emplea lujosos “travellings” y movimientos de cámara por los salones, para conocer el barco; por sus planos y perspectivas paulatinamente más torcidas a medida que el barco se hunde, por sus notabilísimas composiciones en gran angular, con los personajes siempre situados en el lugar correcto del encuadre, o por la utilización de los célebres “push-in” sobre los personajes justo antes del hundimiento. De hecho, el equipo de producción utilizó los planos originales de la nave para recrear los escenarios; y como no había un tanque lo suficientemente grande en Pinewood Studios para filmar a los sobrevivientes que luchaban por subir a los botes salvavidas, lo hicieron al aire libre en una piscina.
Pero esta película fue eclipsada absolutamente por el filme ganador de 11 premios OSCAR, “TITANIC” (1997), donde repite casi los planos exactos de esta versión, que incluyen especialmente los momentos del hundimiento, la banda que toca mientras se hunde, un momento realmente fuerte que conserva bien el poder de impacto; o la conversación frente al reloj con Rose y Jack en el filme de 1997, así como algunos personajes como Molly Brown, pero esta versión no se centra en ninguno en particular, pues el protagonista es el barco, así como no hay historia romántica, sin embargo, las situaciones paralelas, y personajes del filme de 1997, están aquí originalmente; tanto que hay secuencias de diálogos, que repitió palabra por palabra en el filme de Cameron.
Del reparto, por asombrosa coincidencia, al menos 4 actores serían parte del elenco de los filmes de James Bond; Bernard Fox, que aparece como Lookout Frederick Fleet, y pronuncia las famosas palabras “Iceberg, dead ahead, sir”, también aparece como El Coronel Archibald Gracie IV en “TITANIC” (1997), convirtiéndose en el único miembro de reparto, que repitió un papel en un filme sobre el hundimiento.
Pero muy a pesar de la fidelidad histórica, este filme tiene algunas inexactitudes: No hubo “bautizo de la nave” en su lanzamiento; y el barco no hundió de una pieza, sino que se partió es 2; fue solo después de ver esta película que James Cameron decidió hacer “TITANIC” (1997), que repitió algunos errores y conservó muchos diálogos y escenas, y mejoró sustancialmente los hechos con efectos especiales, para darle más realismo y drama, agregando la historia de Jack & Rose, como un clásico de “Romeo y Julieta” en el mar.
Pero este no es el final de la historia, porque el sacrificio no fue en vano. Hoy hay botes salvavidas para todos, incesantes vigilias por radio y, en el Atlántico Norte, la Patrulla de Hielo Internacional protege las rutas marítimas, haciéndolas seguras para los pueblos del mundo.
A pesar de ello, todavía se continua debatiendo aquello de “la gente primero, las cosas en segundo lugar”, pues las actitudes egoístas y materialistas de la gente, no han cambiado en 100 años.
MUY RECOMENDADA



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