The Tattooist
Terminando de ver “The Tattooist” (2007) de Peter Burger con Jason Behr, Mia Blake, Michael Hurst, David Fane, Robbie Magasiva, Caroline Cheong, entre otros.
Película de terror sobrenatural neozelandesa, sobre un artista del tatuaje que al explorar y explotar temas étnicos, entra en contacto con el mundo sobrenatural en Samoa.
La historia entra en el trillado género de fantasmas con cuentas pendientes, mezclando la cultura de los tatuajes como algo nuevo y original, pocas veces tratado en ese contexto como terror exótico y que busca una ambientación propia; al tiempo que presenta el choque cultural, religioso, lazos familiares, tradiciones, y enseñanzas; sin embargo, la trama se decanta por el elemento meta:
El terror sobrenatural, y deja por fuera temas más trascendentales; y se puede decir que agrega cosas nuevas e interesantes a un tema siempre tratado de forma sesgada, pero la mayor de las veces simplemente explotado por su vena morbosa, en este caso, el sexo y la sensación de la epidermis.
Del reparto, solo destaco al actor principal, Jason Behr que realiza un correcto trabajo, y las escenas de terror y fantasmas no están mal hechas, sobre todo la escena de la chica tatuada en el hospital, donde se lucen los FX; sin embargo, el médium, el niño con la gorra es esperpéntico y le quita el logro alcanzado de mínimo interés, y “seriedad”; pues se le achaca que no profundiza en la cultura samoana y el choque religioso occidental, ni en el mundo del tatuaje, que queda como algo poco más que estético y recurrente para embellecer una trama demasiado sencilla sobre fantasmas.
Queda que “el mal está en la tinta”
RECOMENDADA
Película de terror sobrenatural neozelandesa, sobre un artista del tatuaje que al explorar y explotar temas étnicos, entra en contacto con el mundo sobrenatural en Samoa.
La historia entra en el trillado género de fantasmas con cuentas pendientes, mezclando la cultura de los tatuajes como algo nuevo y original, pocas veces tratado en ese contexto como terror exótico y que busca una ambientación propia; al tiempo que presenta el choque cultural, religioso, lazos familiares, tradiciones, y enseñanzas; sin embargo, la trama se decanta por el elemento meta:
El terror sobrenatural, y deja por fuera temas más trascendentales; y se puede decir que agrega cosas nuevas e interesantes a un tema siempre tratado de forma sesgada, pero la mayor de las veces simplemente explotado por su vena morbosa, en este caso, el sexo y la sensación de la epidermis.
Del reparto, solo destaco al actor principal, Jason Behr que realiza un correcto trabajo, y las escenas de terror y fantasmas no están mal hechas, sobre todo la escena de la chica tatuada en el hospital, donde se lucen los FX; sin embargo, el médium, el niño con la gorra es esperpéntico y le quita el logro alcanzado de mínimo interés, y “seriedad”; pues se le achaca que no profundiza en la cultura samoana y el choque religioso occidental, ni en el mundo del tatuaje, que queda como algo poco más que estético y recurrente para embellecer una trama demasiado sencilla sobre fantasmas.
Queda que “el mal está en la tinta”
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