All Quiet On The Western Front

"Este relato no es una confesión ni tampoco una acusación y mucho menos una aventura, ya que la muerte no es ninguna aventura, para quienes se enfrentan a ella cara a cara.
Sencillamente trata de hablar de una generación de hombres a quienes a pesar de haber escapado de las bombas, la guerra destruyó."

¿Qué es la guerra?
La guerra es la lucha del hombre contra el hombre.
El paso del tiempo ha permitido redescubrir numerosas producciones de las postrimerías del cine mudo e inicios del sonoro, haciendo valer un periodo en el que se forjó una auténtica y veloz “edad de oro” plagada de grandes títulos.
Pero al mismo tiempo esa determinada “trampa” que supuso la rápida implantación del sonoro dentro de un arte eminentemente visual, ha permitido que determinadas producciones laureadas en su día, hayan soportado mal la inclemente prueba del paso del tiempo, sobre todo en lo que a preservación física y proyección se refiere.
All Quiet On The Western Front es el filme clásico del género bélico que ha logrado conservarse con la misma calidad e impacto que hace 80 años.
Mítica película antibélica que plasma los sentimientos, y sensaciones de un grupo de jóvenes soldados alemanes que van a entrar en combate en la Primera Guerra Mundial.
La historia nos remite a los inicios de la Guerra en Alemania, donde los jóvenes eran inducidos a participar a través de sus profesores de escuela con la promesa de grandes victorias, gloria, libertad y ser considerados héroes; pero la verdad les será revelada en el campo de batalla.
La trama sigue a este grupo de jóvenes y los espectadores experimentamos cómo ellos pasan del idealismo a la desilusión.
Como dice el personaje principal de Paul Baurner:
”Vivimos en las trincheras y luchamos.
Tratamos de no ser asesinados, eso es todo”.
Por una vez, al éxito crítico y de prestigio se unió un éxito económico tal, que el Oscar hubo de recaer sobre un film que cometía el sacrilegio de poner en duda esos conceptos tan absolutamente capitales en la construcción de una sociedad capitalista tales como el patriotismo, el militarismo, el honor, la cobardía, etc.
All Quiet On The Western Front es una película estadounidense de 1930, del género cine bélico, dirigida por Lewis Milestone.
Curiosamente, el productor, Carl Laemmle Jr. fue propuesto para el premio Nobel de la Paz por la realización de esta película.
Por otra parte Goebbels prohibió la proyección de la película en Alemania, Mussolini hizo lo propio en Italia y Francia no la estrenó hasta 1962.
Antagónicamente, el presidente del Instituto de Directores de Hollywood, el mayor Frank Pease, denunció el film como:
La muestra de propaganda más descarada jamás hecha en América, afirmando que:
"Erosiona la fe en el ejército y la autoridad.
Moscú no podría haber producido una película más subversiva.
Su exhibición sin censura ante audiencias juveniles provocará una raza de cobardes y traidores”.
All Quiet On The Western Front cuenta con un guion de George Abbott, Del Andrews, Maxwell Anderson inspirado en la novela homónima de Erich Maria Remarque, escritor que luchó con las tropas alemanas en el frente francés durante la Primera Guerra Mundial.
La novela la escribe un alemán y retrata los traumas de su entorno, pero la lectura pacifista que emana se inscribe en clave universal:
La vulnerabilidad del ser humano ante la imparable, voraz e inexorable máquina de la guerra.
Está protagonizada por Lew Ayres, Louis Wolheim, John Wray, Arnold Lucy, Ben Alexander, Scott Kolk, Owen Davis Jr.,Walter Browne Rogers Slim Summerville, Russell Gleason, William Bakewell, Richard Alexander,Harold Goodwin, Pat Collins entre los más destacados.
El director Lewis Milestone pidió actores desconocidos para que el público no se distrajera en las estrellas y se pudiera concentrar en su trama; para ello, ilustró con todo tipo de detalle las situaciones más cruentas, morbosas y terribles.
Las actuaciones no son destacables una de la otra, salvo la del protagonista Lew Ayres, pues en conjunto son las distintas caras del personaje principal: la guerra.
Aunque lo cierto es que cada actor le imprime credibilidad y buen trabajo a sus papeles, todos logran efectivamente mostrar el valor dramático del filme.
Curiosamente, los protagonistas del filme eran alemanes, interpretados por actores americanos.
No había caracterizaciones de ingleses ni estadounidenses, lo que era otra novedad.
La fotografía de Arthur Edeson, con apoyo de Karl Freund tiene muy buena movilidad y acercamientos, a modo de un filme expresionista alemán que nos remonta más a la cultura alemana.
En el filme se cuidan muy bien los detalles sobre todo de los uniformes y las armas.
Al principio de la película vemos a los alemanes con un pickelhaube (casco con pincho) y conforme va avanzando el conflicto los germanos van cambiando su uniforme de 1914 (el más bonito para mi gusto) por otro uniforme más práctico y resistente (el casco deja de ser el pickelhaube y pasa a ser el modelo Stalheim).
Pasa lo mismo con el resto del uniforme y en la película se aprecia como los alemanes llevan el uniforme felden-grau conforme continúa el conflicto.
Con música corre a cargo de David Broekman, cuya única melodía de música original aparece al principio del filme y es compuesta por Lou Handman, el resto es el sonido producido de cánticos y melodías interpretadas por soldados, y la sinfonía de las bombas y disparos.
All Quiet On The Western Front fue ganadora de dos premios Óscar en 1930 al Mejor director y a la Mejor película para Universal Pictures y candidata al Oscar al mejor guión y a la mejor fotografía.
Curiosamente el célebre director George Cukor, quien fue el director de diálogos, es el artífice de la naturalidad en las interpretaciones de los jóvenes actores, algo muy difícil en una época cuando todavía se sentía el efecto de la puesta en escena teatral y gesticular del cine mudo.
All Quiet On The Western Front es una película antibelicista, que muestra la decepción progresiva que sufren los jóvenes protagonistas.
Esta película es un catálogo de secuencias memorables:
Conversaciones entre soldados intentando descifrar el por qué de la guerra, sin saber nadie por qué está luchando, o qué bando inició la confrontación, o qué finalidad tiene todo lo que estaba ocurriendo.
El dolor que produce la pérdida de un amigo, verlo morir en tus brazos... y aun peor es ver la irreflexión de los civiles, ávidos de guerra y animando al soldado a matar al enemigo sin comprender lo que en realidad estaba sucediendo en las trincheras.
Ayres atrapado en un cráter con un hombre al que ha asesinado, el primer encuentro entre los reclutas y los veteranos, el discurso del protagonista a sus asombrados alumnos o ese plano final de la mano del soldado alcanzando una mariposa.
También es destacable ver en el filme, la visión del pueblo alemán, más no de su gobierno.
Probablemente disminuiría un poco algunas subtramas para que el filme fuera impecable en cuanto a ritmo, pero es un error mínimo.
El mensaje antibelicista es contundente.
La escena más representativa en este aspecto es aquella en la que Katczinsky (Louis Wolheim) opina que:
“La solución de los conflictos debería consistir en disponer a los gobernantes del mundo en un campo para que resolvieran sus diferencias a puñetazos dejando al resto del mundo tranquilo”.
Este mensaje se refuerza gracias al realismo de la cinta.
No era la primera vez se mostraban los horrores de la guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial, pero era la primera vez que se mostraban con tanta crudeza (la secuencia del ataque de la infantería francesa con el plano de las manos en la alambrada es antológica) y denunciando que “morir por la patria no es hermoso, es una aberración”.
Además, no sólo vemos la destrucción física de los seres humanos, también vemos su destrucción psicológica cuando el protagonista descubre que no puede vivir de manera "normal" cuando vuelve de permiso a su casa.
Y comprobamos que dicha destrucción se produce tanto en los civiles como en los militares.
Otro tema que trata es la importancia de la camaradería entre los soldados.
Tan importante llega a ser, que en un momento dado el protagonista (Lew Aryes) se siente "como en casa" cuando vuelve al frente con sus compañeros y se encuentra desplazado cuando descubre que los soldados de su pelotón son nuevos.
La tesis "al final, solo luchas por el hombre de al lado" ha sido recalcada por muchos estudios contemporáneos.
También nos encontramos con un tema recurrente en muchas obras tanto literarias como cinematográficas.
El paso de la adolescencia a la madurez por causa de un acontecimiento crucial, en este caso tremendamente traumático.
Inicialmente vemos a los chiquillos arengados por su maestro para que se conviertan en héroes.
Al fondo de las ventanas de la clase vemos el fastuoso desfile marcial de las tropas marchando al frente entre pétalos de flores.
Cuando al cabo de los años el protagonista vuelve a su pueblo, él no se siente como un héroe y tampoco hay desfiles triunfales.
Los civiles actúan como generales de salón.
El maestro suelta su mismo discurso a otros chiquillos que vuelven a soñar con muertes gloriosas a pesar de que delante de ellos está uno que fue como ellos y que ahora es un hombre adulto pero destruido internamente.
Otra muestra de anticipación es que All Quiet On The Western Front nos enseña el punto de vista sobre el conflicto desde el lado enemigo.
Los protagonistas eran alemanes ya que tan sólo habían pasado 11 años desde el fin de la Primera Guerra Mundial.
Y vemos que esos soldados alemanes son seres humanos.
No se volverá a ver un tratamiento similar de los soldados alemanes en películas norteamericanas durante un largo periodo de tiempo.
Quizás la escena más representativa de la humanidad de los alemanes es aquella en la que Paul y sus amigos consiguen una cita amorosa con tres francesas.
Otra escena similar es aquella en que Paul acaba con un francés en un cráter de una bomba.
Asimismo aparecen dos personajes muy típicos del cine bélico:
El sargento instructor y el sargento "mama ganso".
En el primer caso vemos como el cartero del pueblo se transforma en un presumido y despiadado sargento instructor que goza al ordenar cuerpo a tierra en el fango.
Su contrapunto es Katczinsky.
Es el veterano bondadoso que cuidará de sus cachorros en todo lo que pueda, enseñándoles las reglas básicas de la supervivencia y buscando comida para todos.
Es memorable la secuencia en la que, tras escuchar una explosión en la que hasta uno se caga literalmente en los pantalones, les explica a los recién llegados que se protejan hundiéndose en la madre tierra.
Y el final, no hay palabras para describir ese final.
El propio Spielberg reconoció que la obra de Millestone influyó notablemente en su forma de rodar Saving Private Ryan.
La revista Variety, por su parte la nombró, la mejor película de guerra jamás filmada y pedía a todos los varones del mundo con más de 14 años que fueran a verla.
Igualmente Variety recordaba que la película habría costado un millón doscientos mil dólares, y apostillaba:
“Las Naciones Unidas no podrían hacer mejor inversión que comprar la película, doblarla a todas las lenguas y proyectarla cada año en todas las naciones del mundo hasta que la palabra guerra desapareciera de todos los diccionarios”.
La guerra no lleva más que a muerte y sufrimiento, no más, los hombres que luchan por ser recordados como héroes se transforman en hombres que se perciben fuera de la sociedad, tras participar en un evento en el cual el único fin es la sobrevivencia

"His face has an expression of calm, as though almost glad the end had come."


Comentarios

Entradas populares