The Broadway Melody

All talking!, all singing!, all dancing!

Entre bastidores si produjo algo enorme, de escalas monumentales, que dio el banderín de salida a una industria descomunal reforzando la idea de que todos los sueños posibles tienen sus recompensas.
Hay que ponerse en la situación del espectador de allá, por el año 1929, para poder entender lo que esta película significó.
Hoy en día ha perdido mucho de su glamor y espectacularidad, pero no deja indiferente al admirar las técnicas y los formatos de una época que obviamente nunca volverá.
Ver The Broadway Melody es una mirada a la nostalgia y a una inocencia… algo velada.
The Broadway Melody es, muy posiblemente, una las producciones claves de toda la historia de la industria de Hollywood, aunque hoy nos resulte poco menos que infumable.
El film es efectivamente el triunfo de una manera de entender el espectáculo cinematográfico que duraría décadas.
The Broadway Melody cuenta con una historia modesta, sobre dos hermanas que quieren hacer carrera en la escena, en la cual combinan el humor, el drama y el amor con canciones, y en un desarrollo narrativo claro y directo; mezclándose adecuadamente para obtener el producto que el público de 1929 quería ver.
Claro, viéndola con nuestros ojos, en pleno siglo XXI, la historia es un cliché, la dirección es funcional y escasamente creativa, aunque habría que valorar las dificultades técnicas, y podríamos fácilmente considerar que los números musicales no son más que canciones filmadas.
Nada que ver, en comparación con los trabajos que apenas dos o tres años más tarde ofrecieron Mamoulian, Lubistch o Busby Berkeley.
Pero eso es mera comparación subjetiva.
Quizás éstos visionarios no existirían si antes The Broadway Melody no se hubiera rodado.
Al referirnos al género musical, aludimos a todas aquellas producciones cinematográficas que incluyen canciones o temas bailables en una parte fundamental de su desarrollo; sea dramático, cómico, trágico o el que fuere.
En su totalidad, las variantes del cine musical tienen una raigambre teatral, como sucede con las operetas alemanas, los musicales de Broadway, las zarzuelas, las óperas e incluso, actualmente, con los conciertos de rock.
Obviamente, el cine musical fue uno de los grandes lanzamientos de la industria hollywoodense cuando surgió el cine sonoro.
De hecho, ya en 1928, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood concedió un galardón especial a la compañía Warner Bros por su película The Jazz Singer, del año 1927 realizada por Alan Crosland, y es considerada como el primer filme sonoro y primer musical de la historia, que incluía canciones de autores tan famosos en aquel tiempo como Irving Berling y Jimmy Monaco.
Si bien The Jazz Singer es la primera película de la historia que incorpora sonido…
No es el primer musical, propiamente dicho.
Sí lo es en el sentido de que es musical a trocitos... como en sketches, pero que trataba básicamente de una cinta muda con partes sonoras, con secuencias sonoras, en donde las canciones de Al Jolson junto con unos diálogos cortitos componían la sonoridad del film.
Por tanto es considerada sonora, pero muda también, como "mitad y mitad"; y más que una película sonora y un musical, es un anticipo de lo que estaba por venir con The Broadway Melody.
A partir de su definitiva tipificación en el seno de la industria, el musical y justamente con The Broadway Melody, el séptimo arte se convirtió en sinónimo de elegancia y fastuosidad escénica.
Las distintas compañías cinematográficas, atentas a esa demanda visual-popular, crearon equipos dedicados exclusivamente a la elaboración de musicales y confeccionaron una tremenda maquinaria logística alrededor de ella.
Y además situó a la Metro Goldwin Mayer en una posición de referencia en el firmamento de las "majors", adelantando a la Warner Bros en la carrera por el cine sonoro.
Es así como The Broadway Melody es el primer "gran musical".
La primera película íntegramente hablada con canciones y bailes, auspiciada por una gran productora y elaborada sobre un argumento melodramático -característico del género-.
El musical es un género teatral o cinematográfico en que la acción se desenvuelve con secciones cantadas y bailadas.
Es una forma de teatro que combina música, canción, diálogo y baile, y se representa en grandes escenarios, como en los teatros de West End de Londres o en Broadway, Nueva York.
Propiamente, el 'cine musical' es un género cinematográfico que se caracteriza por películas que contienen interrupciones en su desarrollo, para dar un breve receso por medio de un fragmento musical cantado o acompañados de una coreografía.
En los comienzos de este género, el fragmento musical tenía como objetivo impresionar, sin mantener mucha conexión con el desarrollo narrativo.
Sin embargo, al alcanzar su madurez, se estilizó el género y los números concatenan la historia.
Ningún otro género cinematográfico, ni siquiera el western, es tan inequívocamente estadounidense como el musical.
El concepto del espectáculo que impera en todos los aspectos de la sociedad de EEUU alcanza uno de sus máximos exponentes en el cine y, dentro de él, en las elaboradas coreografías, las melodías inolvidables y las obras maestras que ha dado el musical.
Que los personajes de la pantalla se pusieran a hablar, sirvió no sólo para que el cine alcanzara la madurez técnica al tiempo que sacrificaba el star system del cine mudo.
Sirvió también para alumbrar un género que hasta entonces técnicamente no existía.
En los Estados Unidos de F. Scott Fitzgerald, que casi se vendría abajo con el Crack, se estrenó la primera película sonora (parcialmente) para que las melodías de Cole Porter, George Gershwin o Irving Berlin en The Jazz Singer se trasladaran de las plateas elitistas de las grandes ciudades, a los salones de cine de cualquier pueblo.
La industria del cine saludó el éxito entre el público del género, concediendo en 1929 a The Broadway Melody de Harry Beaumont, el Óscar a la mejor película, en lo que fue el anticipo de la gran cosecha de musicales de la década de 1930, cuando el género se convirtió, junto al film noir, en el favorito del público.
La Academia no solo lo recompensó con un solo Oscar a la mejor película en 1929, sino también le cedió 2 nominaciones que incluía a Bessie Love como mejor actriz y a Harry Beaumont como mejor director.
El Oscar hizo de The Broadway Melody el primer film ganador para el cine sonoro.
Por eso, es considerada un hito en la historia del cine.
Precisamente, su logro fue hacer una buena película que incorporase todos los avances técnicos del sonido del momento, en todas las etapas: música, ambientación, diálogos, efectos, etc.
El resultado fue un éxito de taquilla y el nacimiento de un género musical y que consecuentemente, provocó la muerte del cine mudo.
Con The Broadway Melody, la industria en Hollywood tomó nota de lo que el público demandaba.
Posteriormente, se realizaron numerosas secuelas y adaptaciones tomando la premisa básica del musical.
The Broadway Melody tiene los ingredientes de una buena película (musical):
Un director correctísimo; un guión bien escrito y bien llevado, aunque poco profundo; y unos números musicales buenos.
La película fue escrita por Norman Houston y James Gleason a partir de una historia de Edmund Goulding, y dirigida por Harry Beaumont.
Protagonizada por Charles King, Anita Page, Bessie Love, Jed Prouty, Kenneth Thomson, Edward Dillon, Mary Doran, Eddie Kane, J. Emmett Beck.
La música original fue compuesta por Arthur Freed y Nacio Herb Brown, e incluye el popular éxito de la época "You Were Meant For Me".
En la película también se incluye la popular canción de George M. Cohan, "Give My Regards To Broadway".
Bessie Love fue nominada a un Óscar en la categoría de mejor actriz por esa interpretación.
La trama del film es sencilla, dos hermanas, Hank y Queenie Mahoney, llegan a Nueva York soñando con ganarse un lugar en Broadway.
Eddie, el novio de Hank, las ayuda a conseguir un número en la compañía en la que él trabaja, pero pronto se enamora de Queenie, la exuberante e ingenua hermana menor, quien conquista a su vez al público y a los productores...
En contra, de los que muchos aprecian, hay coreografías que no son nada destacables, y en general, la película acusa esa falta de "efecto experiencia" inevitable en las obras innovadoras, tal vez es porque estoy juzgándola en mi época y no viendo el trasfondo innovador que contuvo el día de su realización y posterior estreno.
Como curiosidad, decir que Anita Page, su protagonista, murió en septiembre del año 2008 a los 98 años de edad, y en el momento de su muerte era una de las pocas actrices que llegaron al siglo XXI tras haber actuado como adultas en el cine mudo.
Era también la única superviviente en haber asistido a la primera ceremonia de entrega de los premios Oscar en 1929.
No obstante, pese al éxito de esas películas, el musical entró en un periodo de decadencia, limitándose a medios como el dibujo animado propio de la marca del ratón.
En todo caso, un formato televisivo, el vídeo-clip, ha heredado buena parte de sus atributos, dirigidos esta vez a la promoción de canciones.
No me explico cómo hay personas que dicen rechazar la música clásica, la mera música instrumental, inclusive las ambientales, o las canciones que muchas veces se tararean, desconociendo que salieron de películas musicales, sentenciando a los filmes de ese género al repudio y al olvido, tachándolos de cursis o pasados de época, sin saber que es a través de las emociones, “cantadas”, cuando los actores intiman con el espectador, abriéndose de mente y corazón mostrándonos los más puros sentimientos.

¿O es que ya no tenemos sentimientos?


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