One Flew Over The Cuckoo’s Nest

“My pop was real big.
He did like he pleased.
That's why everybody worked on him.
The last time I seen my father, he was blind and diseased from drinking.
And every time he put the bottle to his mouth, he don't suck out of it, it sucks out of him until he shrunk so wrinkled and yellow even the dogs didn't know him”.

"La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas."
(Jack Kerouac)

¿Que sabemos de la mente?
¿Cuánto conocemos del comportamiento humano?
¿Quién determina lo que es correcto o no?
Si la conducta de una persona es diametralmente opuesta a lo "normal" la respuesta es relativamente fácil, pero si dicha conducta se ubica en la poco visible línea limítrofe, esta respuesta depende de un psiquiatra, psicólogo o similar y entonces ya no hay fecha límite para la ansiada libertad.
One Flew Over The Cuckoo’s Nest nos llama a la reflexión sobre lo que sabe o que hace la psiquiatría por aquellos que no están dentro de la media que definimos como normalidad y vemos como nuestro protagonista, al llevar vida y atenciones personalizadas a los "enfermos" consigue mayores resultados que las medidas y drogas tradicionales.
La dignidad, la atención personalizada, el no escarbar de manera morbosa si no mejor proyectarse al futuro, son algunos de los puntos que resalta esta excelente película de Miloš Forman, y si bien es cierto, uno no deja de sentir cierto aire de depresión por el tipo de vida que la "ciencia" obliga a llevar a los "enfermos mentales", no puede dejarse de reír por las ocurrencias de nuestro protagonista; un verdadero bálsamo revitalizador en la monótona vida de los asilados.
One Flew Over The Cuckoo’s Nest es una bella exposición ideológica sobre la opresión de la libertad humana por la rigidez de una sociedad fuertemente encasillada en conceptos y formas.
Un perfecto ejemplo de la transición entre el cine clásico y el moderno.
Entre ese cine tan profundamente basado en las emociones y los sentimientos que llega a ser muchas veces confundido con el cineARTE por el espectador casual, y ese otro que se construye sobre los hombros de la espontaneidad y simpatía de sus personajes, a pesar de que hoy en día parezca más una oda al ridículo y la satisfacción de masas poco pensantes.
“If he's crazy, what does that make you?”
One Flew Over the Cuckoo's Nest es una película estadounidense de 1975 basada en la novela homónima de Ken Kesey con un guión de Bo Goldman y Lawrence Hauben
Está dirigida por Miloš Forman para United Artists presents a Fantasy Film.
Protagonizada por el ENORME Jack Nicholson, ENORME Louise Fletcher, Danny DeVito, Christopher Lloyd, Brad Dourif y Will Sampson en los papeles principales.
La música original de Jack Nitzsche juega mucho a favor, y es de agradecer que en su instrumentación haga uso del sonido característico de la década de los sesenta para dar mucha más ambientación.
De esta manera One Flew Over The Cuckoo’s Nest adquiere un aire más añejo, más clásico por decirlo de alguna forma.
Unos acordes que promueven mucha reflexión.
One Flew Over The Cuckoo’s Nest se centra en la inadaptación del ser humano a unas pautas prefijadas de socialización.
Unas pautas que lejos de ayudar reprimen a los que no pueden (o no quieren) someterse a ellas, y que se ven obligados a adaptarse a una sociedad con la que no se sienten identificados, unos logran escapar otros simplemente evaden para finalmente, y pese a su oposición, acabar abocados a la desnaturalización de la personalidad.
Entrar a la dimensión de este filme es ver una analogía contra el sistema, contra una sociedad que oprime y subyuga al interno, en este caso reflejado en un genial Jack Nicholson como Randle Patrick McMurphy, personaje principal de esta adaptación de la obra de Ken Kesey, enfrentado a una tirana enfermera Mildred Ratched, símbolo de autoridad interpretada por una verosímil Louise Fletcher.
El poder visual plasmado a través de la fotografía de Haskell Wexler (con la ayuda de Bill Butler), es potenciado con el esplendoroso ojo cinematográfico que Miloš Forman desprende en los claustrofóbicos espacios del hospital, y provoca un estado de shock tan crudo que de consuelo sólo sirve la inclusión de escenas dulcemente humorísticas.
La trama de la película se centra en un personaje que es acusado por cinco casos de estupro y, por consiguiente, debe entrar en prisión por ello, pero debido a su aparente desequilibrio mental es trasladado al hospital psiquiátrico del estado para ser examinado.
“Orden Fundamentalista Autoritario vrs. Desorden Libertario Cuestionador”
Vamos a tratar de analizar y comprender a estos personajes que nos presenta Forman, desde todos los sentidos posibles, para comprender la importancia que tiene este film, y valorar su mensaje liberador.
En One Flew Over The Cuckoo’s Nest se pueden distinguir tres tipos de protagonistas, cada uno con su impronta y un perfil ideológico bien diferenciado.
“Jesus, I must be crazy to be in a loony-bin like this”
Randle Patrick McMurphy (Jack Nicholson):
Él representa a “Dioniso”, el Dios del desorden y el instinto, el que acepta al ser humano tal y como es.
El típico rebelde, pícaro, rebelde sin causa que trata de pasar la vida lo mejor posible, aprovechándose de todos y con originalidad buscará romper el orden establecido volcándolo hacia su propio beneficio.
El innovador al que nadie escucha por ser mal visto socialmente.
Este personaje llamado R.P. McMurphy, (“Rest in Peace” McMurphy desde ya vemos una alegoría a su destino) en realidad, no presenta ningún tipo de problema psiquiátrico sólo intenta eludir el ingreso en prisión.
De ahí partirá la historia que prosigue con la internación obligatoria de McMurphy por ser considerado peligroso para la sociedad.
Se puede mencionar además que el orden del hospital psiquiátrico aparece como un negador de la chispa de la vida, de la libertad, coartando toda espontaneidad.
A pesar de ello, y aquí viene lo más sorprendente, la mayoría de los pacientes se encuentran allí por su propia voluntad, pues son personas que temen a la realidad social, que no se encuentran integradas en ella, autoexcluidas, apartadas y sin el valor suficiente para hacer frente a lo que les espera en la vida.
McMurphy intentará traer, a través de cualquier medida, un poco de vida y ¿cordura? a las vacías vidas de sus compañeros de hospital.
Demás está decir las sensaciones que produce esta obra, la sensibilidad que uno proyecta en cada personaje, en los internos que viven una realidad negada por un centro que omite su función, ayudarlos a progresar.
Grupo mismo que armoniza la película y le da una finalidad a McMurphy para rescatarlos, dándoles esperanza.
Tal vez termina volviéndose más loco que los demás, pensando que podría cambiar las reglas, anhelando algo diferente.
Nicholson se presenta sugerente con una enérgica expresión emocional acorde a las diversas sensaciones que experimenta dentro del manicomio, en las cuales se le puede apreciar envuelto en escenas donde abunda la comedia, haciendo un buen uso de la carismática vehemencia facial que lo caracteriza; como así también inserto en turbulentas tomas donde el dolor y el desentendimiento se apoderan de él, y engrandecida por la historia en la que se introduce apoderándose de la cámara.
“If Mr. McMurphy doesn't want to take his medication orally, I'm sure we can arrange that he can have it some other way”
La Enfermera Mildred Ratched (Louise Fletcher):
“Apolo”, al contrario, representa el orden y la belleza, que intenta que el hombre sea lo más "perfecto" posible, aplicándole una especie de tapadera falsa que esconde lo que en verdad es.
La enfermera es quien detenta el poder extremo.
Quien mal usa del privilegio de la autoridad.
En ella se puede resumir las instituciones rígidas y encasilladas.
Líder por poder, pero carente de amplitud mental para variar o innovar una estrategia.
La enfermera principal del centro psiquiátrico, la señorita Ratched, es un ser totalmente estricto, ordenado, serio y autoritario.
Ello se hace evidente en sus apariciones, siempre soberbias y pulcras, sin expresividad en su rostro, no se altera ante ningún hecho, es fuertemente represiva y poco compasiva.
Siempre que no viste su uniforme lo hace de riguroso negro.
La antagonista, quien en una actuación políticamente correcta no sería más que una profesional ejerciendo su trabajo, es la enfermera principal, una mujer de una mentalidad fuerte, que con su mirada fría e imponente, el aire digno y la soberbia de sus palabras convence a los enfermos de que no hay otro camino para ellos.
Un rabioso puñetazo en la barriga al por entonces régimen diplomático de la ciencia aplicada en el ser humano, y que Fletcher interpreta acertadamente.
Miloš Forman, nos enseña que la Srta. Ratched (la fémina más despreciable y villano #5 en la historia del cine según el AFI) es el modelo de lo correcto, reprimido y represor, de lo mortecino científicamente aceptado.
De ahí parte el antagonismo, McMurphy el modelo de lo contestatario, vivo, la sal gorda y natural (pero curativa) sobre la herida infectada; éste revoluciona a los supuestos enfermos mentales allí residiendo, llevándoselos sin pedir permiso de excursión a la Naturaleza exterior, metiéndoles putas dentro de la clínica (mujeres que al menos les traen libertad, jolgorio, satisfacción y alegría; al contrario de la rígida enfermera de falsa sonrisa, que sólo les da insatisfacción, psicofármacos o frustraciones).
Destaca también la forma inquisitoria que adopta la enfermera Ratched al formular sus preguntas.
Llega hasta tal punto de represión, que Billy es capaz de suicidarse por temor a las represalias de su madre cuando es encontrado en la cama con una chica.
El caso de Billy es un claro ejemplo de la extrema represión, no sólo en el hospital psiquiátrico sino también, en su propia familia, lo cual puede ser el origen de su tartamudez.
Hecho que queda implícito en la escena en la que Billy deja de tartamudear cuando está con la chica o cuando se enfrenta a la enfermera Ratched.
Otra escena represora significativa, es el momento en el que la enfermera Ratched le dedica una sonrisa a McMurphy, por lo que se denota cierta atracción hacia él, pero claro, sería totalmente imposible, por lo que se muestra una imagen de la gran represora como la gran reprimida.
Incluso tras el suicidio de Billy, ella trata de volver al orden, como si no hubiese ocurrido nada, volviendo a las actividades diarias.
Además viendo la "mala leche" que tiene la citada mujer profesional, se puede aprender que las mujeres cuando detentan puestos de poder, esto está ya más que demostrado, no son ni mejores ni peores que los hombres, son exactamente iguales, es decir son igual de inhumanas, soberbias y repelentes como lo puedan ser los más engreídos varones.
“(…Silencio…)”
Chief Bromden (Will Sampson):
Tratado como “El indio”, quien encarna al ciudadano que se rige por sus instintos, que busca un equilibrio utilizando el propio sentido lógico de la vida.
Sumiso, pero en el fondo un ser inteligente y pesante, que espera la oportunidad de forma sigilosa y prevenida.
Cabe destacar que cada intervención, diálogo o incluso mirada de un personaje, nos revela parte de su personalidad.
Probablemente el más brillante ejemplo de esto sea el “Chief”, que con la completa ausencia de palabras nos puede dar los puntos de vista más completos e interesantes de toda la película y de lo que viven todos los demás pacientes en su conjunto, podemos decir entonces que Bromden representa a los que están en el medio de la confrontación.
Otra cosa notable es la transformación que vive el “Chief” en el transcurso de la película, ya que escondida en la visible metamorfosis de “sano-loco”, vive una mucho más importante que es deber de cada uno descubrir.
Además debemos de sobresaltar la obra de amor que realiza el “Chief” cuando decide escaparse con McMurphy, pero decide quitarle la vida a su compañero con el fin de que no padeciera tras haber sufrido una lobotomía.
Finalmente este personaje se arma de valor, se llena de vida y escapa como si volara por la ventana hacia la libertad.
Diferente a su antigua prisión y nuevo para los internos, después de todo, nos referimos a aquel que piensa que todo vale la pena si lo intentas.
El “Chief” lo entendió así, cuando un McMurphy yacía entre sus brazos, víctima total de electroshocks, inmovible para la institución y dándole él, con sus manos, el verdadero escape.
El “Chief” es entonces en definitiva, quien encarna al ciudadano que se rige por sus instintos, que busca un equilibrio utilizando el propio sentido lógico de la vida.
Es así como estas tres aristas confluyen en conflictos de relación dentro del manicomio que vendría a ser la sociedad enferma que es regida por la lucha de poderes entre sus agentes.
Como vemos, el concepto es riquísimo y muy contundente.
Las formas no son la excepción.
En resumen, sobre ese "nido del cuco" o de la desolación, porque en el nido que se supone que debía cuidarse a los débiles polluelos lo que se impone es un "cuco-enfermera" que va acabando con ellos uno a uno, llega volando alguien que trae la alegría, la naturalidad y el desorden vivificante de la existencia.
La gran diferencia entre una prisión y un manicomio es que se entra en la cárcel hasta una fecha fija, las condenas se cumplen en un plazo determinado.
En cambio, los locos siguen encerrados hasta que los custodios de la institución decidan que están cuerdos… cosa que puede no ocurrir nunca.
McMurphy lo sabe perfectamente.
A pesar de ello, decide luchar.
Es única la gesticulación de Nicholson, como alucina con la ignorancia, perversión, ineptitud premeditada y locura del personal de apariencia normal y correcta del manicomio.
Los "locos" son humanos, tienen sentimientos, son felices por cualquier cosa que les agrade por pequeña que sea, son en definitiva pequeñas ovejitas inocentes en un rebaño controlado por un grupo de lobos "cuerdos" que establecen el bien y el mal, la locura y la cordura con parámetros objetivos de inadmisible discrepancia sobre los mismos.
Son estos lobos cuerdos, los que satisfacen su deseo malvado, destruyendo el alma mágica y humana de toda oveja "loca" (con excepción de la sumisa, que tolera e incluso vota para que la represión del lobo feroz actúe con total impunidad).
Sí, ésta es nuestra sociedad.
Una condición innata del ser humano, el cual atraviesa la barrera del estándar previo animal, descubriendo el horizonte de la pasión por crear mal ajeno sólo por satisfacción y diversión o necesidad creada por el artificio cultural.
Sí, una condición biológica humana puede conllevar una consecuencia artificial como la cultura, a pesar de que pueda parecer una contradicción.
Ergo, nuestra naturaleza como un todo colectivo, siempre creará rebeldes y enemigos de lo común, estándar o colectivamente aceptado, por lo que siempre existirá el misterio sobre qué es lo correcto y lo incorrecto.
La maldad de la bondad.
Ya que la premisa de que lo bueno es lo que la mayoría acepta como tal, no deja de ser una falacia abrumadora.
Pero de considerar tal falacia, nos estaríamos desviando peligrosamente por el mundo de la divagación puramente filosófica, que atenta gravemente la seguridad de la especie humana, ya que la creencia de la mayoría generalmente tenderá a creer en cuestiones que garanticen su permanencia existencial y evolutiva.
Por lo que… en conclusión, la sociedad, catalogada como red vírica compleja mundial, siempre tolerará actuaciones perversas contra el débil, cuando ello facilite su existencia perpetua.
A no ser que llegara un leviatán bueno, e implantase un régimen totalmente justo, por lo que volveríamos a caer en otra contradicción interesante, ya que el lobo "cuerdo" buscará su propia rebelión frente al fuerte justo o frente a la sociedad a la cual no le interesa evolutivamente su perversión.
Pero dicha disertación no sirve de nada a fin de cuentas, ya que realmente no se puede catalogar de forma absoluta qué es bueno y malo.
¿Es malo el leopardo por devorar a sus presas vivas?
Un filántropo contestaría que el hombre está más evolucionado, es humano y justo por lo general...
Sí, tan justo y humano, que es capaz de crear la bomba atómica, utilizarla, del extermino racial y actualmente mantener la paz mundial mediante coacción nuclear sobre la población indefensa.
Todo es relativo en ésta vida.
“They uh, was givin' me ten thousand watts a day, you know, and I'm hot to trot.
The next woman takes me out is gonna light up like a pinball machine, and pay off in silver dollars”
Fuerte competidora de la obra de Kubrick: Barry Lyndon, Nashville, Dog Day Afternoon y la espectacular Jaws de Spielberg.
One Flew Over The Cuckoo’s Nest fue la primera película, en 41 años, en ganar las 5 máximas categorías de 9 nominaciones: mejor película de 1975, director (Miloš Forman), actor (Jack Nicholson), actriz (Louise Fletcher) y mejor guión adaptado.
Siendo nominada también en las categorías de mejor actor de reparto (Brad Dourif), montaje, fotografía y banda sonora.
La Academia deja por fuera de competencia por la mejor película a una interesante película: Shampoo.
Sin embargo, no es sólo por sus galardones que se le considera uno de los filmes más emotivos y sorprendentes de la década de los setenta y de la historia del cine en general.
Nosotros, los cinéfilos, podemos apreciar en sus imágenes un cine en estado puro, con los ingredientes ideales que toda película de colección debe reunir: la inspiración en su elenco, en su dirección, en la atmósfera que produce y de la cual no se desprende hasta su precioso instante final.
Su genialidad se percibe hasta en el más sutil zoom que proporciona el lente y en el mar de calidad que posee.
Sencillamente una película de culto.
Por último, he aquí pues una lectura sociopolítica de enorme calado en One Flew Over The Cuckoo’s Nest, una parábola/metáfora que proyectada desde el film hacia fuera, cabría verse como un canto a la libertad, a lo diferente, a la revolución, a la autoconfianza por encima de lo establecido, a valerse por uno mismo por encima de las múltiples limitaciones.
Es una lúcida, abierta, ambigua y poderosa crítica hacia el Sistema.
El cuco no tiene nido, estos seres tampoco.
Pero alguien vuela por encima de lo invisible, invitando a creerse que es verdad lo imposible, lo invisible.
Y para muestra queda la desgarradora, sintética, poética y cruda secuencia final.
Estamos ante una realidad que McMurphy constata, la misma que Forman plantea espontáneamente, y de la que se nutre One Flew Over The Cuckoo’s Nest en su totalidad, logrando conmover y producir la reflexión colectiva.
La reveladora visión que se aprecia, cuestiona un sistema psiquiátrico norteamericano en tiempos donde los derechos humanos eran invisibles ante el avance tecnológico de los nuevos aparatos neurológicos, y la privación de una libertad diferente a la convencional no era más que un sueño inalcanzable, que deambulaba por los fatídicos pasillos de un hospital psiquiátrico.
El peso de la historia, es decir, todo lo real que hay en ella se convierte en la elucidación que involuntariamente buscamos para explicarnos por qué sentimos tanta angustia en determinadas escenas, o por qué el esplendoroso desenlace nos parece tan majestuoso, tan esencial.
El final.
Mis tres minutos favoritos de la historia del cine.
Un indio diciendo:
"Me siento fuerte como un oso".
Dándose cuenta de que su mejor amigo se ha ido.
Está allí en cuerpo presente, pero su vitalidad, esa que ha trasmitido a todos ha sido lobotomizada.
El jefe, al no poder soportar verle en ese estado decide acabar con su vida y llevarse su espíritu.
Es como una transferencia de roles.
El indio que se nos muestra pasivo durante gran parte de la película encuentra la energía para huir de aquel horrible lugar; mientras R.P., que siempre luchó por salir, se quedará allí para siempre, atado a un cuerpo sobre el que no tiene control.
El indio levanta ese enorme lavabo de mármol y rompe los muros del manicomio.
Luego se pierde en la noche envuelto en una música maravillosa.
El título, “Alguien voló sobre el nido del cuco”, es una mala traducción del original en inglés.
La frase viene de una rima que recuerda el Jefe Bromden en su estancia en el manicomio.
Su abuela decía:
"Uno voló hacia el este, uno voló hacia el oeste, y uno voló sobre el nido del cuco".
Como curiosidad para acabar, en argot, "cuco" en inglés significa loco.
Y el cuco es el único pájaro que no tiene nido.
Pone sus huevos en los nidos de otras aves para que estas los incuben.
“Alguien voló sobre el nido del cuco”, ya por su título, tiene innumerables lecturas.
McMurphy es esa ave sin nido que entra en el hogar de otros pájaros y les cambia la vida para siempre.
Sobre ese "nido del cuco" o de la desolación, porque en el nido que se supone que debía cuidarse a los débiles polluelos lo que se impone es un "cuco-enfermera de Lucifer" que va acabando con ellos uno a uno, llega volando alguien que trae la alegría, la naturalidad y el desorden vivificante de la existencia.
No hay enfermos mentales, sino víctimas de una sociedad enfermiza

"La demencia en el individuo es algo raro; en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es la regla."
Friedrich Nietzsche.


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