Braveheart

"Every man dies, but not every man really lives."

A lo largo de la historia de la humanidad y ante los ojos del mundo entero han existido hombres que con gran esfuerzo, entereza, carácter y lealtad, han dejado una huella imborrable en la memoria de muchos pueblos y ciudades.
Una época considerada para muchos como una de las más importantes de la historia fue la edad media, donde los países más poderosos del mundo: Francia, Inglaterra y España, los cuales gobernados por grandes hombres, “lideres”, así considerados durante aquellos tiempos, luchaban con un solo fin: obtener más poderío, para lo cual la guerra era la herramienta más utilizada y considerablemente valiosa para ganar o perder, territorio, prestigio, libertad o dominio.
Feroces batallas surgieron durante este periodo, la guerra, el hambre y la miseria abatían pueblos, quienes en busca de un mejor futuro o condición, seguían o no a una ideología encarnada en uno o varios hombres, quienes por cuyas características ya fueran físicas, mentales, económicas o, por tener estatus o poder hereditario, movían grandes masas, invadían pueblos, asesinaban sin piedad, imponían leyes despiadadas, cuyo fin era buscar el bien y el interés propio sin importar a quien o a quienes perjudicaran.
En la guerra todo se valía, pero su destacada organización, y el gran esquema, encarnaban una gran estrategia inteligentemente pensada por alguien, una persona, un ideal, una nación.
Eran grandes líderes, porque sabían cómo y de qué manera dirigir, organizar, concientizar, fuere cual fuere el motivo de la lucha, el pensamiento de muchos hombres, pues, sin importar los obstáculos a los cuales enfrentar se mantenían firmes, y su poderío se vislumbraba en sus propósitos, buenos o malos, pero sólidos en su grandeza y desempeño.
"Voy a hablar de William Wallace.
Los historiadores ingleses dirán que soy un mentiroso, pero la historia la cuentan aquellos que cuelgan a los héroes.
El Rey de Escocia había muerto sin hijos, y el Rey de Inglaterra, un cruel pagano conocido como Edward The Longshanks, reclamó el trono para sí.
Los nobles de Escocia lucharon contra él y entre ellos mismos por la corona, de modo que Longshanks les invitó a reunirse en una tregua, sin armas y con un paje tan sólo.
Entre los campesinos de aquel condado se encontraba Malcolm Wallace, un plebeyo con tierras propias.
Tenía dos hijos:
John y William...”
Braveheart es una película épica, basada en la vida de William Wallace, un héroe nacional escocés.
Mel Gibson dirigió, produjo y protagonizó Braveheart en 1995, para 20th Century Fox / Icon Productions / Ladd Company.
Está protagonizada por Mel Gibson, Sophie Marceau, Patrick McGoohan, Catherine McCormack, James Cosmo, Brendan Gleeson, Brian Cox, Peter Mullan, Gerard McSorley y Angus MacFadyen, entre miles de extras.
El guion es de Randall Wallace basado en un poema del Ciego Harry, poeta escocés del siglo XV; pero Harry extrapoló a la época de Wallace la corrupción y la anglofilia de la nobleza de su época.
La bella fotografía corre a cargo de John Toll; y la música por James Horner.
"Tu corazón es libre, ten el valor de hacerle caso"
Nadie podrá objetar que la película de Mel Gibson es una tarea titánica, dirigir y actuar en esta superproducción que resignificó el cine de aventuras en los noventa.
Lo de las exactitudes históricas es lo de menos, porque creo que hay que tomársela como mera película de aventuras, pero un poco de sentido común tampoco estaría de más.
Braveheart es una magnífica película a la que no le falta nada; posee emociones, ideales, valentía, fuerza, dinamismo, ímpetu, convencimiento y obstinación.
Filme de época en donde se deja bien en claro la importancia de la independencia para un pueblo, y queda bien reflejado que el camino no es fácil, que habrán muchos obstáculos en ese proceso de autonomía: traiciones, ambiciones, despotismo, desunión.
El mensaje gira en torno a una premisa; un hombre con ideales puede organizar una rebelión, tratará por todos los medios de mantener a su gente unida para derrocar el régimen imperante.
El motivo surge de una venganza, por un amor perdido injustamente, causa aparentemente menor, pero que esconde una situación de inconformismo debido a la injusticia reinante, lo cual transformará al hombre en héroe.
Se han entrometido con el sujeto equivocado, quien a fuerza de coraje y de principios intentará por todos los medios de reencausar los destinos de su pueblo.
Como vemos, desde lo discursivo que se encuentra en una película completa, ejemplar y a ello, se le suman los aspectos técnicos, los cuales son impecables.
Se disfruta de una bella fotografía (segundo Oscar consecutivo para Toll, y muy merecido), que retrata unos paisajes naturales antológicos, una banda sonora soberbia de James Horner que acompaña y da consistencia al relato, sangrientas y realistas batallas muy bien conseguidas, donde el espíritu de la libertad se hace presente en cada escocés caído, en cada victoria, en cada estrategia de lucha.
No es de extrañar, por tanto, que en Gran Bretaña la película fuese acogida con virulencia, así como por parte de todos aquellos que ven con malos ojos que se altere la historia y se juegue al folletín.
Sin embargo, y a pesar de que los personajes son ciertamente limitados, precisamente la mayor virtud de Braveheart reside en ese romanticismo exacerbado, que convierte todo lo celta y los ambientes escoceses, en un festín sensorial, y casi en una narración mitológica.
Pocas veces hemos visto pueblos celtas y la vida escocesa del siglo XIII con tanto encanto y tanto realismo como aquí.
De modo que Gibson sabe rodearse de gente de primer nivel, y se levanta un proyecto de buen empaque.
Pero no sólo eso, pues él mismo también hace las cosas bien.
Sabe enamorarse, como narrador, de la historia que cuenta, y aún con sus limitaciones, sabe electrizar bien la historia, además de filmar muy bien la acción y de poseer una vena épica incontestable.
Puede tener aspectos cuestionables, pero la previa de la batalla de Stirling, cuando llegan sus jinetes y se dispone a animar a las tropas con su discurso, desprende una emoción épica como pocas veces se ha visto en una pantalla de cine.
Para dar más realismo, antes del comienzo de la Batalla de Stirling Bridge, tras la arenga de William Wallace, éste pronuncia unas palabras en gaélico que no están traducidas ni subtituladas en la película.
Estas palabras son “Alba Go Bragh!”, en castellano: “¡Escocia hasta el juicio!”, literalmente, “¡Escocia por Siempre!”.
Resulta que estas palabras fueron realmente pronunciadas por William Wallace.
Y la batalla, en sí misma, es un esfuerzo visual enorme, a la que se le puede achacar un regusto por el gore que rompe el tono, o una cámara demasiado estilizada, pero que deja, en su mayor parte, con la boca abierta por la potencia y dinamismo de sus imágenes.
Donde, inclusive, unas gotas de sangre salpican la lente de la cámara, donde permanecen durante un instante.
Hay momentos de momentos, la batalla de Stirling, la boda secreta en el bosque nocturno, el secuestro nupcial de la recién casada, el funeral celta, el ajusticiamiento final… secuencias y momentos antológicos, pero que hacen palidecer, en comparación, otros que están muy por debajo.
Y me refiero a la segunda batalla, filmada con premura y ni la mitad de la energía de la primera, al asesinato torpe del posible amante del príncipe, a la noche de amor de William con la princesa Isabelle de Francia (una Sophie Marceau muy guapa), a las artimañas de los nobles de Escocia, que parecen gallinas de patio.
Todo ello filmado con dinamismo, pero con una tosquedad que evidencia la irregularidad, lo lejos que está Gibson de la excelencia.
El bloque final, con Wallace hecho todo un mártir, mezcla también lo formidable con lo muy discutible, como ese grito final de ¡Libertad!
Fiel a sí mismo, Gibson convierte a William en un Cristo que se entrega por una causa mayor, mientras es escupido y apaleado.
Es muy hermoso cuando ve a Murron entre la multitud, y todo un descanso no tener que ver su cabeza decapitada.
Curiosamente, a pesar de lo que vimos, durante el rodaje de la película ningún animal sufrió daño alguno, menos Gibson y para dar un matiz de dignidad más real, en la película llegaron a actuar descendientes de la familia de William Wallace.
En ningún momento, me he referido a ellos como animales, no me juzguéis.
"Sé que puedes luchar, pero es la inteligencia la que nos convierte en hombres"
Braveheart se basa en el frenesí vehemente de un pueblo que clama libertad, liderados por un William Wallace (un espléndido y apasionado Mel Gibson) que venderá cara su sangre y enarbolará la bandera de la dignidad, todo un referente a imitar si en verdad se quiere ser libres.
Se necesita solo un Valiente para romper con el patrón de la opresión y la angustia.
Sin embargo ese solo valiente, tendrá que pagar un precio muy alto, pero la cosecha más tarde será muy fructífera.
En Braveheart se reflejan claramente los conceptos de comportamiento organizacional, y se muestra que estos no son nuevos, si no que estos nacieron con el hombre y que se han ido desarrollando con la sociedad.
Aunque la historia tiene lugar en la edad media podemos observar conceptos utilizados actualmente, como lo es el de liderazgo, el cual juega un papel protagónico en Braveheart, y es representado en dos posiciones totalmente diferentes; principalmente vemos el liderazgo encarnado en Wallace, el cual es un líder, el cual se hace con el pasar de los años a través de la educación brindada por su tío y las traumáticas experiencias vividas.
Su personaje abarca todas las cualidades posibles en un líder, su capacidad de analizar e improvisar ante problemas es inigualable, tiene sus metas a corto y largo plazo claramente definidas, hace que su gente esté motivada a luchar y cumplir los objetivos que tienen en común, hace que su ejército trabaje en grupo, logra el apoyo de personas más poderosas etc.
En general logra el comienzo de la libertad Escocesa, y es tan importante su influencia en la vida de un pueblo entero, que aunque muere, sus ideales y motivación queda viva dentro de cada uno de los escoceses, hasta que los planes que él empezó son cumplidos por completo.
En la otra cara de la moneda está el monarca Inglés el cual muestra otra clase de liderazgo el cual está basado en la intimidación, este es un rey muy inteligente el cual se basa en movimientos estratégicos para conseguir lo que quiere.
Aunque no con la misma pasión de Wallace, este encierra también varias cualidades de un líder, como podemos observar hace que su hijo se case con la heredera del trono Francés para conseguir el apoyo de esta superpotencia, consigue que los nobles Escoceses se cambien a su bando y le entreguen a Wallace, en general mostrando como hace que sus metas se cumplan de forma concreta aunque no se tenga la simpatía de un pueblo entero.
Otro concepto que vemos es el trabajo en grupo, el cual observamos claramente en el ejército Escocés, el cual compartía una meta en común, la cual los llevaba a comportarse como un solo cuerpo, dentro del cual existen diferentes funciones, las cuales eran ejercidas por diferentes grupos de individuos coordinadamente, en pro de sus ideales.
La lealtad toma un papel importante en el trabajo en grupo, ya que esta conlleva a la unidad, y esta a una perfección en el cumplimiento de los objetivos.
También observamos como el planteamiento estratégico es una herramienta básica en el trabajo en grupo con el fin de establecer de tareas específicas a cada uno de los miembros del grupo, y de este modo mantener el orden.
La motivación es protagonista en el éxito de una organización, por lo tanto no podía faltar en el ejército escocés.
Como vemos a través de la historia, los ejércitos de países dominados por lo general carecen de armas, gente, artillería, etc.
Pero por otro lado abunda la motivación hacia la realización y cumplimiento de sus sueños.
Como observamos el ejército escocés cumplía con estas características, y desde el punto de vista inglés era un ejército débil e inofensivo, pero lo que ellos no veían era la gran motivación y decisión que estos tenían para la conquista de sus metas, la cual respaldaba el déficit de artillería.
En general observamos como la motivación propagada por un líder es fundamental, y como, a pesar de la inferioridad del grupo en general, esta sirve como una especie de amortiguador para cada uno de los integrantes del grupo, llevándolos a actuar sin importar las consecuencias.
Braveheart es una película obtuvo 10 nominaciones y fue ganadora de 5 Premios de la Academia, incluyendo el Oscar a la Mejor película, Mejor dirección para Gibson, fotografía, sonido y maquillaje; y fue nominada como guion original, banda sonora, sonido, edición y vestuario.
Ese año compitió contra: Apollo 13, la tierna Babe, Il Postino y Sense And Sensibility.
Por su parte la Academia dejó por fuera de lucha por ese galardón a grandes films como: Pocahontas, Restoration, la magnífica The Usual Suspects, Leaving Las Vegas, Dead Man Walking, Mighty Aphrodite, Antonia, Nixon, Crimson Tide, Toy Story, y Twelve Monkeys.
“His passion captivated a woman.
His courage inspired a nation.
His heart defied a king”
¿Qué es la libertad?
Según el diccionario, la libertad es la facultad del ser humano que le permite decidir llevar a cabo, o no, una determinada acción según su inteligencia o voluntad, lo pone bien claro, según su voluntad, pero hay gente que impone su capacidad para prohibir la libertad de los hombres y privarles de ese derecho fundamental.
Escocia, siglo XIV, el rey inglés priva de la libertad al pueblo escocés y lo priva de sus derechos, pero un hombre llamado William Wallace luchó por la libertad aunque eso le llevara a la muerte.
Este hombre tenía unos ideales y luchó por defenderlos, y es que las ideas son a prueba de balas, este hombre fue un ejemplo para las épocas posteriores, y aún en nuestro tiempo se le sigue recordando cómo a un héroe.
Mel Gibson nos cuenta esta épica historia medieval sobre la independencia de Escocia en el siglo XIII.
Hay poca información sobre sus primeros años y su juventud, pero sea como fuere es todo un héroe nacional, y su lucha contra los ingleses, es algo así como un nacionalismo frente al imperialismo.
Es una película basada en hechos históricos, y es bastante fiel en este sentido, pero se concede demasiadas licencias.
Como por ejemplo hacer coincidir a la princesa de Gales con Wallace, cuando en realidad no lo hicieron, puesto que ella llegó al país desde Francia años después de la muerte de Wallace.
Sir William Wallace es el segundo hijo de Malcolm Wallace, un hidalgo terrateniente de ascendencia galesa.
William Wallace era 20 años menor de la edad que aparentaba Mel Gibson en la película.
Nace noble, no campesino como en la película, aunque en ésta se reconoce que tenían tierras propias.
Nace hacia 1270 en Elderslee (condado de Ayrshire).
Iba a seguir la carrera eclesiástica, como muchos nobles segundones, pero la muerte de su padre a causa de una incursión inglesa, en 1291, hace que jure vengarse.
La lengua de Wallace, Robert Bruce y en general de los escoceses de la época era el gaélico, pero la película está totalmente en inglés por motivos prácticos.
El derecho de pernada realmente no existió como tal derecho, excepto tal vez de forma simbólica.
Se incluye en la película para dar al dominio inglés una apariencia más vil.
La esposa del Wallace histórico era Marian Braidfoot.
Se le cambió el nombre a Murron para evitar confusiones con Lady Marian, personaje de Robin Hood.
Wallace ya había comenzado a hostigar a los ingleses cuando Marian (Murron) fue asesinada como represalia por el sheriff inglés de Lanark, William de Hazelrig en mayo de 1297.
La princesa Isabelle no llegó a Inglaterra hasta 1308 (con 16 años), tras la muerte de Wallace y de Longshanks, para casarse en un matrimonio político con el príncipe de Gales, Edward II de Inglaterra.
En Braveheart no se menciona al lugarteniente del Wallace histórico, Sir Andrew Moray, uno de los caballeros más importantes de Escocia y que actuaba desde el norte del país.
Murió a consecuencia de sus heridas poco después de la Batalla de Stirling.
La Batalla de Stirling Bridge, la gran victoria de Wallace, fue distinta a como figura en Braveheart.
La batalla de la película está más bien inspirada en otras batallas medievales, como Aljubarrota y Azincourt.
El emotivo discurso de Wallace antes de la batalla está inspirado en el Enrique V de Shakespeare, pero con palabras del siglo XX.
En la batalla de Falkirk las fuerzas de Wallace son diezmadas por los arqueros galeses, por la superioridad numérica de los ingleses y por la defección de los nobles.
Wallace recibió un flechazo en la garganta (en la película es en el pecho), pero logró sobrevivir y escapar.
Sin embargo, Edward The Longshanks no pudo conquistar más que una pequeña zona del país.
Robert Bruce y otros continuaron la resistencia hasta que la paz anglo-francesa y la caída del castillo de Stirling en 1304 les obligaron a negociar la paz.
Los irlandeses eran usados como carne de cañón, y es de imaginar que no tendrían simpatías por los ingleses, pero es improbable un cambio de bando como el de la película.
Mientras tanto, Wallace huyó al continente, donde buscó apoyos a la causa escocesa ante el rey Felipe IV de Francia, el rey Haakon V de Noruega y ante el papa Bonifacio VIII.
Pero la firma de la paz entre Inglaterra y Francia echó por tierra estas gestiones.
Este exilio tampoco figura en Braveheart, que sitúa su estancia en el extranjero antes de la rebelión, en vez de después.
Podía haberse quedado en Francia, pero regresó a Escocia para reiniciar la rebelión, pero fue traicionado por un noble colaboracionista, John Mentieth, a cambio de dinero.
Los ingleses lo capturaron en su escondite de Glasgow, trasladado a Londres, condenado a muerte, ahorcado y decapitado en 1305.
Mientras que en Braveheart el rey Edward The Longshanks muere casi en el mismo instante en el que lo hace Wallace, en realidad lo hizo casi dos años después de la ejecución del escocés.
A éste lo ejecutaron en 1305 y el rey murió en Julio de 1307.
Realidad o ficción, lo cierto es que podemos observar la relevancia que tiene un líder en una organización, ya que este funciona como pilar unificador y motivador del grupo entero, y sin este los intereses y objetivos se vendrían abajo.
Si analizamos la situación actual de nuestro país nos damos cuentas de la carencia de verdaderos líderes que sepan llevar al país al éxito, y lo que abundan son personajes interesados, en el bien personal, a los cuales no les importa el daño y las consecuencias que esto pueda traer a la nación.
También observamos la carencia de motivación y trabajo en grupo para la conquista de metas, prevaleciendo el egoísmo y la competencia contaminada, armas mortales de una organización.
Lo que necesitamos es que cada uno haga una reflexión personal y se pregunte:
¿Cuánta corrupción se detendría si hubiera lealtad hacia el país?
¿Qué guerra se lucharía si se buscara el bien nacional?
¿Cómo sería si existiera un verdadero líder en nuestro país?
¿Cómo sería si todos trabajáramos en grupo en busca de una meta en común?...
La lista seguiría sin fin.
¿Pero por qué la sociedad aún no se concientiza y retoma los valores e ideales básicos del comportamiento organizacional?, los cuales han sido utilizados con el pasar de los siglos por todas las sociedades y organizaciones exitosas, y los cuales seguramente cambiarían la sociedad “desarrollada” en que vivimos.

"Luchad, y puede que muráis.
Huid y viviréis... un tiempo al menos.
Y cuando estéis en vuestro lecho de muerte dentro de muchos años…
¿No cambiaréis todos los días desde aquí hasta entonces por una oportunidad?
Sólo una oportunidad, de volver aquí y decir a nuestros enemigos:
Pueden quitarnos la vida, pero jamás nos quitarán...
¡¡La libertad!!"


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