The Godfather: Part II

"Vito Corleone, New York City, 1917"

Nunca una segunda parte fue tan buena como necesaria.
The Godfather: Part II es considerada la mejor secuela de todos los tiempos y una de las pocas segundas partes que rivaliza con su antecesora.
Algunos consideran que su calidad es aún mayor que la primera parte y ha sido calificada múltiples veces como una verdadera "obra maestra".
Debido a este gran éxito cinematográfico, se pensó en realizar más tarde, una segunda parte; aunque Coppola se negó profundamente a realizarla.
Pero finalmente, el director fue convencido por la afición y por sus amigos dedicados al cine.
Coppola sería el director, guionista (de nuevo junto a Puzo) y productor; aunque éste dijo que tan solo quería ser el productor, y que él mismo ya buscaría a otro director que llevara la película, pero al final, todo se torció, y Coppola volvió a ser el director de la película de nuevo.
Coppola decidió realizar una continuación del primer filme, siempre mantuvo que se trataba de esto, una continuación, y no una secuela.
Resulta curioso el hecho de que Coppola, al realizar junto a Mario Puzo el guión de la segunda entrega de la saga, en el que sólo una parte, la correspondiente a la línea argumental que narra la juventud de don Vito Corleone (interpretado aquí por un joven Robert DeNiro), fue adaptada de la novela original del escritor italoamericano, decidiese darle el mismo título a esta segunda parte, añadiendo a su final la coletilla de “Part II”.
Fue esta una de las condiciones que impuso el realizador a los directivos de la Paramount, quienes consideraban que nombrar a la película de este modo comportaría que el público no asistiera a las salas pensando que se trataría de la segunda mitad de un filme que ya habían visto y que por lo tanto perderían el interés.
El público debía definitivamente cuestionar el protagonismo de la obra, ahora que el peso de esta segunda entrega recaía definitivamente sobre la figura de Michael.
Ahora cualquiera podía preguntarse:
¿Quién es realmente el padrino que da título a la saga?
¿Don Corleone es Vito o Michael?
Y si son los dos…
¿Cuál es realmente el protagonista?
¿Qué nos trata de explicar realmente esta obra?
¿Se trata de una historia de gánsteres o de un drama?
Todas estas son preguntas que surgían a medida que se iba contemplando la historia planteada en The Godfather: Part II.
Coppola quiso que las dos obras fuesen como una única pieza, y por ello decidió que el espíritu de la primera estuviera siempre presente en The Godfather: Part II.
Ya se ha hablado de la permanente presencia de Don Vito, no sólo en la inclusión de la historia alternada de la juventud de este, sino también en la constante comparación que entre él y su sucesor realiza el espectador.
A esta asimilación ayudó también la estructura de The Godfather: Part II, la cual compuso Coppola para remitir en cada parte a algún elemento de la primera.
Baste como ejemplo de los muchos que se podrían citar, la secuencia de la celebración inicial (Boda de Connie Corleone / Comunión de Anthony Corleone) o del montaje paralelo con el que finalizan ambas películas.
A Coppola le preocupó pues que la visión “humanizada” de aquellos personajes de la primera obra, malinterpretada de manera simplista y unidireccional por algunos, se extendiese al personaje de Michael Corleone, al cual el realizador quería mostrar como un ser absolutamente alejado de su padre y su anterior “familia”.
Coppola creía que en la parte final de la primera entrega, aquella en la que se produce el relevo y el “bautismo” de sangre de Michael, hecho definitivo que lo convierte en el asesino despiadado y cruel que es, y que lo termina de distanciar de su padre Don Vito, había quedado bien clara su intención de despojar a este personaje de cualquier aura de humanidad o secreta simpatía que el público pudiese ver en él.
Y lo cierto es que quedaba bien claro en la primera entrega que Michael se estaba convirtiendo en un ser absolutamente frío y despojado de humanidad, aunque algunos parecieron olvidar este hecho.
Michael, a diferencia de su padre, y por extensión, del espíritu de la antigua mafia italoamericana que aquél representaba, no demostraba ningún tipo de respeto por su familia y sus seres más queridos, y anteponía su sed de venganza al bienestar de los suyos.
El final de la primera entrega era una muestra magistral a este respecto, en el que la esposa de Michael, Kay (Diane Keaton) contemplaba angustiada cómo su marido era besado en la mano por sus caporegimes, mientras su guardaespaldas, Al Neri (Richard Bright, único de los secundarios que aparece en la saga completa), cerraba la puerta ante ella, prohibiéndole definitivamente la entrada a ese oscuro mundo.
The Godfather: Part II sigue utilizando elementos reales de la historia de la mafia, pero lo adereza con el sufrimiento interno de la familia.
No una formada por capitanes, soldados y asociados, sino una de sangre, la de Michael y Kay.
Kay es una de las víctimas de Michael, quizás la que más sufre por él, puesto que en el fondo le ama.
Michael le ha defraudado en demasiadas ocasiones, la última quizás cuando es testigo directo de los reiterados perjurios que fríamente Michael comete ante la comisión que lo investiga.
Sólo el espectador sabe lo que en realidad debe pensar Kay.
En The Godfather: Part II, Michael se convierte en el Don de la familia criminal de los Corleone e intenta eliminar todos los lazos con el crimen de su familia.
Al propio tiempo, observamos a manera de “flashback”, el inicio de Don Vito y su ascenso como Don en contraposición a los eventos actuales en la vida de Michael como nuevo patriarca.
The Godfather: Part II era una obra quizás demasiado compleja para mucha gente, una soberbia obra maestra en la que se realizaba una incisiva crítica al sistema capitalista americano.
Nada mejor que las mismas palabras de Coppola para resumir y concluir todo lo dicho:
“The Godfather: Part II muestra la sucesión de poder y el hecho de que la Mafia ha dejado de ser una forma de gansterismo, para convertirse en parte integrante del credo americano, según el cual todo es bueno mientras proporcione dinero” .
He aquí la gran tragedia, la verdadera tragedia.
“We're both part of the same hypocrisy, senator, but never think it applies to my family”
The Godfather: Part II es una película estadounidense de 1974 dirigida por Francis Ford Coppola, para Paramount Pictures presents a Francis Ford Coppola Production, que continúa a la película The Godfather, siendo la segunda parte de la trilogía.
Sus actores: Al Pacino, Robert DeNiro, Diane Keaton, Robert Duvall, James Caan, John Cazale, Lee Strasberg, Talia Shire, Marianna Hill, Danny Aiello, Harry Dean Stanton, Troy Donahue, Roger Corman, Morgana King.
Casi todos repiten sus papeles de la película inicial.
En el aspecto técnico, aunque la fotografía de Gordon Willis intentó seguir en este segundo filme la misma tónica que en la primera parte, lo cierto es que, en este caso la bella pugna entre las zonas oscuras y las cálidas tonalidades ocres en los encuadres que caracterizaba la estética de la primera parte, es aquí mucho menos equilibrada y la oscuridad parece apoderarse del encuadre e invadir incluso las zonas más luminosas del mismo, dotándolas de una extraña tristeza que se representa mediante tonos claros pero apagados, resultando así de una belleza casi marchita.
También repitieron los grandes Dean Tavoularis para la dirección artística, y el músico Nino Rota.
En la parte actoral, cabe destacar a Robert DeNiro que hasta ese entonces no era un actor muy considerado (nótese que fue rechazado en el "casting" para interpretar a Sonny en la primera parte), hizo un papel más que considerable en la encarnación de Vito en su juventud.
Por otra parte, la forma de grabar a Al Pacino ha cambiado con el tiempo.
En el primer film, se usaba un filtro especial que le borraba las arrugas y le daba un aspecto juvenil y angelical.
Pero eso se acabó y se le marcan las ojeras, además de un tono de piel apergaminado que nos lo hace parecer no sólo más anciano, sino un poco más muerto por dentro.
Siempre se ha discutido que, Al Pacino y Robert DeNiro son muy distintos.
DeNiro es visceral y capaz de crear un personaje de enorme complejidad.
Ya sea trabajando como taxista o trasladándose a vivir a Sicilia para prepararse, mientras que Al Pacino es más intuitivo y salvaje: él no necesita fingir ya que sus propios abuelos eran originarios del pueblo de Corleone.
Es muy curioso que jamás coincidieran en la pantalla, lo que durante años dio pie a falsos rumores sobre su enemistad.
El personaje de Fredo Corleone es de lo más extraño.
Es mayor que Michael, pero no forma parte de la “familia”.
Es lento, torpe, cobarde y nadie se fía de él.
Ni siquiera tiene agallas para pedir perdón por haber intentado matar a su hermano, y se escuda en que los demás le pusieron la miel en los labios, ofreciéndole algo que fuera de su propio mérito.
Algo que incluso su propio padre siempre le había negado y que jamás había aspirado a conseguir.
No le parece justo que sea el menor el que siempre esté velando por él, y el que tenga que cuidarle y controlar a su alocada esposa.
Existe un documental sobre el mítico actor John Cazale, un hombre considerado de culto porque su inesperado fallecimiento sólo le permitió participar en cinco films, todos ellos nominados al Oscar en la categoría de mejor película.
Lo cierto es que muy pocos le recuerdan a él, pero el personaje de Fredo Corleone es un ser inolvidable.
Otro personaje, el de Frank “Frankie Five Angels” Pentangelli, fue inventado por los guionistas para suplir la negativa de Richard Castellano, el Clemenza de la primera parte, a participar en esta segunda, aparece como su sucesor y jefe de la familia que aquél dejó en sus manos en Nueva York.
El guión trae de nuevo al escritor Mario Puzo quien repite al lado del director y esta vez más compleja en estructura y, sobre todo, moralmente más interesante y "shakesperiana", pues narra y adapta el tema de la infancia y madurez de Vito Corleone, mientras profundiza en los deberes de Michael como el nuevo patriarca de la Familia.
Podemos deducir que Mario Puzo mucho fue lo que debió escribir en la elaboración de la segunda parte, ya que, si bien en el libro The Godfather sólo dedicaba un capítulo a la juventud de Vito, en donde narra su llegada, del pueblo de Corleone a Estados Unidos.
La película cuenta dos historias paralelas en diferentes tiempos.
La historia principal es la continuación de la primera película, siguiendo a la familia Corleone dirigida por Michael en los años 50 y viven en Nevada; la otra es un flashback que sigue a su padre Vito, ambientada en los años 20, cuando era joven desde su juventud en Sicilia a la fundación de la familia criminal Corleone en Nueva York, y de los nacimientos de Michael y de sus hermanos.
La historia “actual” de The Godfather: Part II ocurre varios años después de la muerte de Vito Corleone, con su hijo Michael Corleone como el nuevo “Don”.
Frío y calculador, Michael en sus intentos de consolidar los intereses de la familia Corleone, pierde contacto con su familia y acaba perdiéndola.
A pesar de su creciente poder, está siendo investigado por un comité del Senado de los Estados Unidos.
Además está nervioso por una inversión prevista en Cuba bajo dirección de Hyman Roth (Mario Puzo se inspiró en Meyer Lansky, un mafioso judío que tenía negocios en Cuba), quien había instigado un intento de asesinato en su contra, junto con alguien cercano a él.
El ataque falla, y Michael sobrevive y procura descubrir al traidor.
Mientras que él está en La Habana haciendo negocios importantes, Kay está prisionera en su propia casa, y no le gusta cómo ha cambiado la situación.
Una cosa es saber qué clase de persona era el padre de su marido y hacerse ilusiones con que todo iba a ser diferente y otra muy distinta ver cómo la tradición se va repitiendo.
Ya no son jóvenes y está empezando a darse cuenta de que acabará exactamente igual que Mamá Corleone, escuchándolo todo, sin decir nada y comportándose como una perfecta madre siciliana, algo muy difícil de asimilar para una joven Neoyorkina.
En cuanto a la historia, la gran asamblea mafiosa en Cuba es exactamente igual que la que tuvo lugar en la realidad y donde acudieron grandes personalidades de la Cosa Nostra como Vito Genovese, Albert Anastasia, Santo Trafficante y muchos más, una selecta velada que fue amenizada por el cantante Frank Sinatra.
En The Godfather: Part II, todo se está desmoronando también gracias a la súbita aparición de Pentangelli, que se ha acogido al programa de protección de testigos y que va a declarar en contra de la familia Corleone para exponer al mundo una organización tan secreta y hermética como lo es la de la Cosa Nostra.
Esta comisión y el papel del propio Pentangelli están basadas en un acontecimiento real: la propia investigación que tuvo como pilar a Joe Valachi, el primer hombre en violar la ley del silencio.
Valachi supo que iba a ser asesinado cuando el Don Vito Genovese le besó en los labios (¿No os suena de nada esa imagen?).
De hecho el organigrama que se ve de fondo con toda la estructura de los Corleone es idéntico al que se hizo de la familia Genovese, en la cual está inspirada la familia The Godfather: Part II.
Transcurrido el juicio, aquí llega la que posiblemente sea la peor traición a Michael Corleone.
Kay le confiesa que provocó un aborto porque no quiere tener ningún hijo suyo, porque no quiere perpetuar esa forma de vida.
Sabemos que nunca la perdonará, porque la vida de la Cosa Nostra reside en la venganza, en la misma que Vito Corleone consumó cuando ya era un hombre respetable, asesinando a Don Ciccio, el hombre responsable de la muerte de toda su familia y, a la vez, el responsable de su propia existencia.
Así, conocimos los motivos, las justificaciones, el modo de actuar y lo que hay en la sangre de esta familia, resumido a manera de “flashbacks”.
Por tanto, la soledad de Michael, la extrema oscuridad de su desdichada y perdida vida quedan muy bien reflejada en ese sillón que ocupa en la tenebrosa estancia de su casa del Lago Tahoe.
El elegante e imponente escritorio que ocupaba Don Vito, ese altar sagrado que Sonny temía ocupar y que Michael abordaba sin miedo, es para el nuevo Don un sillón igualmente elegante pero de formas siniestras sólo adivinadas por la poca iluminación de la estancia.
Será este el particular altar de Michael, el lugar donde sus súbditos vendrán a suplicarle sus favores.
Pero en esta ocasión ya no se tratará de respeto y fidelidad incondicional, sino de miedo ante esta personalidad que mira fríamente a través de la sombras, un nuevo Don al que nada le conmueve.
Al final de la primera película, el Don llega (en off) y los hermanos abandonan la habitación, dejando a Michael solo y pensativo.
El plano general enfatiza aún más la soledad de este personaje, anticipo de la destrucción de su alma que ahora revive con nostalgia aquél momento.
Al fondo de la estancia, el famoso escritorio de Don Corleone enfatiza con su vacío la presencia de Don Vito en la sala.
Michael recuerda ahora aquellos momentos en los que tuvo elección, en los que debió seguir lo que su mente le dictaba, en vez de su duro corazón.
Sabiéndose ahora no merecedor del legado y las ilusiones que su padre puso en él, su mente reconstruye una imagen de la que debió ser la mejor época en su vida, aquella en la que su padre lo acogía en sus brazos.
Ahora ya es demasiado tarde y ya no hay ni siquiera lugar para la compasión o el arrepentimiento.
La sensación de absoluto distanciamiento emocional por un personaje respecto al cual, pese a su soledad y su tormento interior, uno no puede sentir más que fría lástima, bajo la cual casi cuesta reconocer la sensación de incómoda satisfacción por ver ajusticiado a un ser tan egoísta y destructivo como Michael Corleone, deja en la boca un agrio sabor a culpa, quizás por esta ausencia de compasión sincera por un hombre que se merece su triste situación, que lo ha perdido todo por no querer renunciar a su egoísta orgullo.
Michael es demasiado humano para intentar comprenderlo o perdonarlo.
Este hombre representa demasiado bien todo aquello que forma parte de nuestra condición más vergonzosa: la crueldad, la maldad, la mentira, la ambición, el orgullo, el egoísmo, la sed de poder…
Todos estos instintos son los que gobiernan su ya podrida alma, y los que uno a uno le han ido abandonando a una soledad en la que tristemente consigue ya alzarse como rey absoluto de sus miserias.
El poder, el dinero y la fama provocan la destrucción de la unidad familiar.
Dentro de los datos curiosos que se pueden destacar, es la gran cantidad de escenas que fueron suprimidas:
Vito transita por uno de los callejones del vecindario y observa como tres jóvenes le ponen una navaja en el cuello a Fanucci, y éste escapa pidiendo auxilio.
También donde Clemenza presenta a Hyman Roth a Vito, éste sería el mecánico encargado de la reparación de los camiones distribuidores de aceite de oliva, Roth que en ese momento ostentaba otro apellido (judío) le pide a Don Vito que lo rebautice a lo que accede preguntándole que nombre querría llevar y Roth le responde que desea ostentar el apellido de Roth en honor a un dirigente que arregló de manera fraudulenta la liga de béisbol.
Coppola remite en The Godfather: Part II al imperio que los Kennedy consiguieron erigir y a la igual caída en desgracia que esta familia, símbolo de la próspera América, fue sufriendo poco a poco, empañada por el asesinato, las traiciones, la corrupción política y los escándalos.
Coppola introduce algunos elementos explícitos que remiten a esta equiparación, de manera obvia en el asesinato de Hyman Roth (quien curiosamente vuelve a su país para votar en las elecciones a la presidencia de Kennedy contra Nixon) coreografiado al detalle como el asesinato de Lee Harvey Oswald por parte de Jack Ruby, así como más sutilmente en la alusión que Michael realiza a la muerte de un presidente.
Dado que en el momento histórico que se narra, ni Kennedy ni Oswald aún no habían sido asesinados, son seguramente estas dos, alusiones de Coppola a los hechos que históricamente debían de acontecer pocos años más tarde y que destruirían de un plumazo aquella América apacible y esperanzada que se enorgullecía ciegamente del American Way of Life.
La música de Nino Rota volvía a dotar a la historia de una gran belleza y dramatismo, pero en este caso la banda sonora adquirió mucha más presencia y variedad que en la primera parte.
El padre de Francis Coppola, Carmine, se encargó de la ambientación musical, componiendo e introduciendo pasajes muy bellos, como la música que acompaña la secuencia de la celebración de la comunión del hijo de Michael y Kay y la opereta que el joven Vito y su amigo van a ver en Little Italy.
Por su parte, el tema central de Nino Rota compuesto para la primera parte, el del vals, aparece de nuevo como leitmotiv en esta, llegando a ser de una expresividad maravillosa en su sutil presencia en la escena en la que, tras el asesinato de Don Fanucci a manos del joven Vito, este se reúne con su familia y cogiendo en sus brazos al pequeño Michael le dice que le quiere mucho; detrás suyo, en las escaleras del portal donde se sienta la familia, un músico toca con su guitarra la triste melodía, como funesta inauguración de la historia criminal de los Corleone.
Otro momento en el que la melodía aparece como antesala del poder criminal de los Corleone es en la conversación mencionada de Tom con Frankie, en la que la música parece llorar la futura muerte de uno de los últimos del pasado glorioso de los Corleone.
Rota compuso otras piezas inolvidables, como la preciosa melodía siciliana que canta el niño Vito a su llegada a América, recluido por enfermedad en un hospital de Ellis Island desde el que contempla esperanzado su sueño y su patria futura, representada en la estatua de la Libertad.
La sencillez y dulzura de esta melodía, al igual que el conjunto de piezas musicales que integran la banda sonora de The Godfather y The Godfather: Part II, sirve de magnífico instrumento expresivo de la acción que ilustra, en este caso también como contrapunto a la inquietante música del vals que suele acompañar las escenas relacionadas con la violencia o el espíritu del Padrino.
“Si hay algo seguro en esta vida, si la historia nos ha enseñado algo, es que se puede matar a cualquiera.”
The Godfather: Part II recibió una excelente crítica y volvió a presentarse en los Premios de la Academia.
Esta vez, su fuerte competidora era Chinatown.
Por su parte la Academia vuelve a desmerecer en la nominación principal a películas tales como: The Great Gatsby, la genial Murder On The Orient Express, la correcta Alice Doesn't Live Here Anymore y Amarcord de Federico Fellini,
The Godfather: Part II fue ganadora de 6 Oscars en 1974, incluyendo mejor película, mejor director para Francis Ford Coppola, mejor actor de reparto (Robert DeNiro, cabe destacar el merito de una actuación en idioma italiano), Guión adaptado, Decorados y Banda Sonora Original; de un total de 11 nominaciones que incluían: Mejor Actor (Al Pacino), 3 Actor de Reparto (Lee Strasberg, Michael V. Gazzo y Talia Shire) y vestuario.
¿Qué nos queda?
The Godfather: Part II presta especial atención a las relaciones de poder, sumisión, lealtad y confianza, dentro de la organización.
Denuncia el individualismo, la corrupción política, el espíritu vengativo y la marginación social de la mujer.
Muestra, bajo la áurea de un relato elegante y aparentemente exquisito, un mundo en el que impera el crimen, el chantaje, los abusos de poder, la utilización de las personas como objetos de cambio, la corrupción, la explotación y el salvajismo más feroz.
La renuncia al tráfico de drogas no los convierte en ángeles.
Toman la decisión con la vista puesta en sus intereses y en beneficio de su mayor enriquecimiento.
La naturaleza inmoral de su conducta no admite ni disculpas, ni atenuantes, ni perdón.
Los únicos que querían salirse de aquel mundo fueron los que acabaron cargando con el peso de la familia, destrozando sus propias almas en el camino y convirtiéndoles en instrumentos para un fin.
Si algo se criticó de la primera película, fue su imagen excesivamente positiva sobre la mafia, cosa que desapareció en esta segunda parte al mostrarnos que, aunque los jurados le consideren inocente, hay algo de lo que ningún ser humano, y Michael Corleone no es diferente, jamás podrá escapar:
La culpa.
En definitiva, The Godfather: Part II es una película que no puede pasar desapercibida, importante continuar la saga de los Corleone y concluir con The Godfather III de 1990.
“I know it was you Fredo.
You broke my heart.
You broke my heart!”
Dada la cantidad de comentarios existentes, cabe subrayar algunos rasgos que hacen de The Godfather: Part II una película incluso superior, en mi opinión, a su antecesora.
Lo primero que hay que marcar son ciertos rasgos muy generales:
Si la primera tenía una sola trama con ramificaciones (la traición a Don Vito y la restauración de los Corleone en el poder), aquí hay dos tramas (la del joven Vito y la de Michael) que se van encontrando mediante un juego de analogías simbólicas y de divergencias que merecen realmente un estudio mucho más elaborado.
Uno construye un imperio a través de una cadena de favores basadas en la confianza; el otro trata de mantener a través de la fuerza, movido por la desconfianza.
Si en la primera está Brando (como encarnación de un sistema viejo), ahora vemos a DeNiro, por lo que contraponemos dos figuras jóvenes y dos éticas en paralelo, en plena vitalidad.
Si la primera disponía de tres horas para contar el entramado de la lucha de mafias; la segunda dispone de 200 minutos, lo que supone un ritmo más moroso, más elaborado de los caracteres, perdiéndose las lagunas y cerrándose mucho mejor las transiciones argumentales.
Si la primera estaba polarizada en torno a las grandes interpretaciones de Brando y Pacino, la mayor duración y complejidad de esta segunda permite que los personajes anteriormente secundarios pasen a tener una importancia decisiva: Kay, Connie, Fredo (enorme el crecimiento actoral de Keaton, Shire y Cazale).
Su interpretación tiene muchísimos más registros, haciéndose una obra coral.
Si la primera tiene un cierto tono de triunfalismo, la segunda desemboca en todo lo contrario.
Si la primera desarrolla una trama negra de corrupciones de alta tensión, la segunda impone un análisis mucho más pausado de la degradación humana: es psicología, ética y análisis de la alienación que el poder conlleva.
No es solo que Michael pierda a su familia, pierde su propia alma.
Está ciego, como Kay dice varias veces.
Está sordo.
No escucha a Fredo, no escucha a Connie.
Frente a la dignidad estoica de Pentangeli o la de su propio padre, Michael opta por conducirse con la violencia de un sicario de una manera individual y egoísta.
Un padrino sin familia es el mayor de los fracasos.
Para subrayar la contraposición, Coppola dispone el ascenso social de Vito, su supervivencia guiada por un código moral firme.
El poder no es su objetivo final, sino la instauración de una estabilidad familiar, de un sistema que garantice la vida de sus seres queridos.
The Godfather: Part II constituye uno de los mayores legados trágicos a la cinematografía.
Edipo, Hamlet, Macbeth, El Rey Lear, el ejemplo del Imperio Romano (siempre trasunto de los EEUU en el siglo XX)... todos ellos están de alguna manera conectados a una de las mayores figuras del cine trágico:
Michael Corleone.
¿I Believe In America?
América acaba por traicionar también aquellas aspiraciones de don Vito y el sueño de Michael, puesto que éste acabará por convertirse en uno de esos monstruos a los que antes nos referíamos, y su sed de poder acabará por destruir todo lo que con tanto sacrificio, sangriento y criminal, pero sacrificio al fin y al cabo, su padre le legó.




The Godfather Part III
“All the power on earth can't change destiny"

Coppola advierte que la saga de The Godfather está basada, esencialmente, en la vida de Michael Corleone, una historia de cómo "un buen hombre se vuelve malvado".
Además, para él, Michael realmente no había pagado por los pecados cometidos en The Godfather II y quiso demostrarlo en el último capítulo.
En la época de The Godfather Part III, es decir en la película, a finales de los setenta; Michael ha hecho grandes pasos para hacer la Familia legítima.
Se prepara para ceder sus intereses en el juego a las otras familias de la Mafia, crea una fundación de caridad e incluso la Ciudad del Vaticano reconoce sus buenas obras.
Esta nueva conexión con la Iglesia católica da la oportunidad a Michael de comprar acciones de una gran empresa inmobiliaria, Inmobiliare, y de hacerse con su control.
También comienza a recuperar su relación con Kay, además de poner bajo su protección al hijo ilegítimo de Sonny, Vincent Mancini (Andy García).
Pero, por las circunstancias de su pasado, es empujado de nuevo al mundo del hampa, y cuando la Comisión de la Mafia se reúne con él para recibir las acciones que éste le cede, se produce un asesinato en masa que casi le cuesta la vida.
Vincent responde a esta nueva amenaza contra la Familia con una violencia brutal, matando a la luz del día al rival de Michael, Joey Zasa (Joe Mantegna).
Hacia el final de la película, cansado de la sangre y de la vida solitaria de un Don, se retira y hace a su sobrino el nuevo jefe de la familia, con la condición de que termine su relación con su hija Mary.
Dándose cuenta de que poderosas personas procedentes de la política italiana y el mundo empresarial, están trabajando para impedir que los Corleone se hagan con Inmobiliare; Michael, con la ayuda de Vincent, de nuevo se prepara para moverse en contra de sus enemigos.
Esta ola de asesinatos se produce mientras asiste a la representación de Cavalleria Rusticana, en la que actúa su hijo Anthony Corleone.
Esa misma noche, Mary es asesinada por error cuando intentan matar a su padre.
Devastado por su pérdida, Michael se aparta de su vida y se retira a Sicilia donde muere años después, aparentemente en 1997, no se sabe si en la compañía de su ex mujer o solo, de una apoplejía.
“Never hate your enemies.
It affects your judgment”
The Godfather Part III (1990) es la tercera película de la trilogía de The Godfather, completando la historia de Michael Corleone, un padrino de la mafia que trata de legitimar su imperio criminal.
El guión fue escrito por Mario Puzo y Francis Ford Coppola; y la película fue dirigida por Coppola para Paramount Pictures.
El film está protagonizado nuevamente por Al Pacino, Diane Keaton, Talia Shire, y esta vez también por: Andy García, Eli Wallach (magistral), Joe Mantegna, Raf Vallone, George Hamilton, Bridget Fonda, Sofia Coppola y Vicente Palmare (un mafioso verdadero).
La fotografía sigue a cargo de Gordon Willis, mientras que la música está a cargo, esta vez por su padre Carmine Coppola.
The Godfather Part III es tiempo de balances, del ocaso de la vieja generación y el surgimiento de una nueva, de legitimar blanqueando capitales y espíritu, de búsqueda desesperada de redención tomando distancia de un pasado criminal, de escapar de las traiciones por poder, de querer reencaminar la vida y salir de lo sucio confesando los pecados más abominables, de proyectar un futuro en los hijos.
Pero el sistema absorbe, la corrupción no se deja fácilmente porque es tan adictiva como la droga misma.
La mafia alcanza esferas impensables, hasta el Vaticano mismo cae ante el poder del dinero.
The Godfather Part III incluye, en su trama, acontecimientos basados en hechos reales, como la misteriosa muerte del Papa Juan Pablo I y el escándalo del banco papal de 1981-1982, vinculándolos entre ellos y con relación a Michael Corleone.
Como dato curioso, el Papa Juan Pablo I murió, en la película, treinta y tres días después de su nombramiento.
Hay especulaciones que confirman la historia narrada en The Godfather Part III sobre este Papa.
Tal vez la razón de estas malas críticas sea este tema, un poco cambiados obviamente, aunque la verdad es que representa un cierre por demás efectivo para la trilogía.
Al Pacino, Diane Keaton y Talia Shire representan los mismos papeles que en primeras dos películas de la saga.
Según los comentarios de Coppola en The Godfather DVD Collection, Robert Duvall no participó en la película debido a sus pretensiones salariales, eran equivalentes a las de Al Pacino.
Cuando Duvall rechazó el papel de Tom Hagen, Coppola reescribió el guión de la película para adaptarlo a las características del reparto, en donde Tom Hagen fallece antes de que la historia comience.
Sin embargo, Coppola creó el personaje de B.J. Harrison, protagonizado por George Hamilton, para reemplazar a Hagen en la historia.
Sin embargo Coppola admitió que no es justo cerrar The Godfather Part III sin Duvall.
La escena: todo, pero sin duda al llegar los últimos treinta minutos de película, y durante ese tiempo no escuché la respiración alguna.
Tiros y muerte.
¿Silencio?
No, grito sordo, y después el alarido.
Esa secuencia, ese grito que nos heló la sangre y me emociona cada vez que la veo.
Ese final, con Pacino sentado en una silla en su vejez, mientras suena la Cavalleria Rusticana... y él recuerda su solitaria vida, como ha hecho durante los 20 años anteriores.
Recuerda a sus seres queridos que le han abandonado por su culpa, su mujer e hijo.
Recuerda al hermano que asesinó a sangre fría por no saber perdonar...
A su joven esposa que murió en vendetta en su lugar...
A su hija muerta en la misma situación...
Y que le queda?
Nada más que sus tormentosos recuerdos.
Y todo esto lo comprendemos con sólo verle sentado sin decir nada.
Ese final es mágico y claramente nos dice, el crimen no compensa.
Michael recuerda, Michael ama, Michael muere.
Silencio.
“Real power can't be given.
It must be taken”.
The Godfather Part III estuvo nominada en 7 categorías al Oscar de la Academia: película, director, actor de reparto (Andy García), montaje, fotografía, dirección de arte y canción.
Fue barrida por Dances With Wolves de Kevin Costner.
¿Por qué idolatramos a los mayores delincuentes de la historia del cine?
Simplemente porque son los mejores actores de la historia.
Todo ser humano, aunque sea el criminal más sanguinario tiene derecho al arrepentimiento.
El heredero de las glorias del gran Vito se perdona a sí mismo.
En un acto de santidad, de religiosidad, porque acepta que es un ser humano y no un dios que da y quita vida.
Un crepúsculo triste y conmovedor, un dignísimo y brillante final para una saga.
Que está marcada a fuego en la retina, la cabeza y el alma de cualquier cinéfilo.
“I... I betrayed my wife.
I betrayed myself.
I killed men, and ordered men to be killed.
I killed...
I ordered the death of my brother.
He injured me.
I killed my mother's son.
I killed my father's son!”

“When I'm dead, I'm gonna be really smart”.


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