The Sound Of Music

“The hills are alive with the sound of music”

Cuando uno es niño, apenas hay claroscuros en la manera en que vemos el mundo.
Un niño ama a sus padres, porque lo son, porque pasan tiempo con él, porque le cuidan y le ayudan.
Cuando uno es niño, no es difícil maravillarse ante la belleza más simple, es decir, en un jardín bonito, en un lago en el que el sol se refleje.
Cuando uno es niño, los recuerdos se agolpan unos detrás de otros, pero nada se pisotea ni se olvida, todo queda como parte de un libro en el que estamos escribiendo nuestra historia, con capítulos como la primera vez que salí a explorar, el primer diente que perdí, o la tarde que pasé con mis hermanos o mis amigos, y todo parecía en calma, feliz.
Cuando uno es niño, también ve y recibe los estímulos y los valores que el complicado mundo de los adultos les comunica.
Y a los niños se les leen cuentos, se les cuentan historias, se les ponen películas que les dejan con la boca abierta y los ojos vidriosos ante una galería de imágenes que difícilmente se les borrará de la mente.
Estamos ante una película realmente extraordinaria y una verdadera obra maestra del cine.
A The Sound Of Music la veo desde que era pequeño y aún hoy a mis 30s años, la sigo viendo pues es una film en donde el tiempo nunca pasará por ella.
Todo en The Sound Of Music está al día y define claramente la verdadera felicidad en la vida y que está en las buenas costumbres, en la pureza de los sentimientos, en la verdadera vocación como la Madre Abadesa le explica en una escena realmente emotiva, y que la letra tan clara y bella, define:
“Escalar montañas para conseguir el verdadero anhelo y sueño en la vida, y que Dios nos hace ver, y en el caso de María su felicidad estaba en volver a la casa para encontrarla”.
Decir algo nuevo de The Sound Of Music es algo que se presenta como imposible.
Además, son muchos quienes recuerdan cada una de sus secuencias y serían capaces de repetir sus diálogos o cantar sus canciones sin dificultad.
Es una de esas películas con las que han crecido muchas generaciones y con la que alguien quizá ha aprendido hasta las notas musicales.
Sin ser una gran película desde el punto de vista cinematográfico, el público la acogió desde el principio con entusiasmo, a la par que la crítica la tildaba de sensiblera y manipuladora de emociones.
Por un lado tenemos la historia de la familia Trapp y de su patriotismo en una Austria ocupada por los nazis, y por otro la de una mujer que busca su lugar en el mundo y que pasa del recogimiento del convento a la algarabía de una casa llena de niños.
La familia von Trapp existió en la vida real y The Sound Of Music está basada en sus aventuras.
En The Sound Of Music, el año es 1938, pero en la vida real, María se casó con el capitán en 1927 y vivió hasta 1938 con su marido y los niños en Salzburgo.
María llegó a la familia en 1926 como gobernante de su tocaya María, la cual estaba enferma de escarlatina.
Los hijos del Capitán von Trapp eran realmente siete (otros tres nacieron después, hijos de María Augusta).
No huyeron a través de las montañas hacia Suiza (lo cual en Salzburgo es imposible y sólo los hubiera acercado a Hitler en Obersalzberg) sino que María planeó una gira a América y así fueron cómodamente en tren a Italia.
De Italia siguieron a Londres y de ahí finalmente lograron emigrar a los Estados Unidos.
Allí siguieron cantando durante años, pero dejaron de cantar cuando el grupo empezaba a tener miembros fuera de la familia.
La historia de María Trapp pronto se hizo famosa en el mundo entero cuando la baronesa publicó sus memorias en 1949, una vez derrotado el nazismo.
Mary Martin, una estrella de Broadway, había visto un filme alemán sobre la familia Trapp y quiso convertirlo en musical, si bien al hacerlo ocultaron deliberadamente al público que los protagonistas, afectados por la crisis económica de los años treinta, habían tenido que convertir su mansión en una residencia.
Por su parte, Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II consiguieron la licencia para representar la obra que alcanzó las 1443 funciones, haciéndose con seis premios Tony.
En 1960, y a pesar de la muerte de Hammerstein, Hollywood decidió convertir la obra en una película.
The Sound Of Music es un filme de 1965, dirigido por Robert Wise para United Artists; y cuenta como protagonistas a Julie Andrews, Christopher Plummer, Richard Haydn, Eleanor Parker, Peggy Wood, Heather Menzies, Charmian Carr, Anna Lee y Marni Nixon.
Los niños son:
16 años Liesl (Charmain Carr, de 22 años cuando fue filmada The Sound of Music)
14 años Friedrich (Nicholas Hammond)
13 años Louisa (Heather Menzies)
11 años Kurt (Duane Chase)
10 años Brigitta (Angela Cartwright)
Casi los 7 años Marta (Debbie Turner), y
5 años Gretl (Kym Karath)
The Sound Of Music cuenta con un guion elaborado por Ernest Lehman, basado en el musical de Broadway The Sound Of Music, con canciones escritas por Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, María Trapp (The von Trapp Family Singers) y con el libro de música escrito por el grupo de escritores de Howard Lindsay y Russel Crouse.
La versión fílmica fue hecha en las localizaciones de Salzburgo, Austria y Baviera en el sur de Alemania, y también en los estudios de la 20th Century Fox en California, Estados Unidos.
Al inicio y tras rechazar la oferta de la Universal, Richard Rodgers apostó por confiar el proyecto a la 20th Century Fox, compañía que estaba prácticamente arruinada después del rodaje de Cleopatra.
Para la elección del director, entre los directores contratados por el estudio figuraba Robert Wise, quien ya había logrado un gran éxito comercial y crítico con la adaptación de West Side Story.
Sin embargo Wise alegó que no le interesaba el proyecto.
El responsable de la compañía Darryl Zanuck volvió entonces a presionar a Wise, cuyo anterior proyecto tuvo que posponerse porque su protagonista (Steve McQueen) había enfermado.
A pesar de ello el director renegó de «la sacarina de la obra, la cual era imposible de eliminar al completo».
No obstante, al poder trabajar con sus colaboradores de West Side Story —Saul Chaplin, Ernest Lehman y Boris Leven— terminó aceptando.
Para los papeles protagonistas, y en concreto para el de María, se pensó en Mary Martin, pero ésta no podía encarnar a la protagonista ya que para entonces contaba con cincuenta y cinco años imposibles de disimular en una pantalla de cine.
Por aquellos días, el público empezaba a acudir a los primeros pases de "Mary Poppins"; el nombre de Julie Andrews empezaba a sonar entre la profesión, pero su escasa fama, sumada al hecho de que en 1962 satirizó la historia de los Trapp en televisión junto a Carol Burnett, hacían que tuviera difícil conseguir el papel.
Pero, aún con estas dificultades, y pese a la oposición de la Baronesa y de Rodgers, Julie Andrews fue María Trapp gracias a la insistencia de Wise, y todo ello por la suma de 225.000 dólares.
Una vez conseguida la protagonista, había que conseguir los intérpretes para los papeles del Capitán Von Trapp y la Baronesa.
En este sentido, Wise también mantuvo su criterio al defender a Christopher Plummer en lugar de Dean Martin, y a Eleanor Parker, cuya estrella se había apagado años antes, por encima de Doris Day o Debbie Reynolds.
Para la versión cinematográfica, Rodgers decidió eliminar tres canciones del libreto original, aunque también incluyó dos nuevas:
"I Have Confidence" y "Something Good".
En la primavera de 1964 se inició el rodaje.
Los niños seleccionados para interpretar a los hijos del Capitán carecían de una confianza que Andrews intentó infundirles.
Asimismo las lluvias lograron retrasar un poco el rodaje y, por si fuera poco, sus efectos sobre el suelo dificultaron la labor de la actriz principal en la escena de apertura de la película.
La Baronesa Trapp trabajó como figurante por veinte dólares en la escena en la que se grababa la despedida del Capitán; de esta manera conoció personalmente a Julie Andrews, cuya popularidad entre el equipo irritaba a Christopher Plummer, y cuya voz en las escenas de canto fue sustituida.
A pesar de que el actor se refirió al filme durante mucho tiempo como The Sound of the Mocus (literalmente, 'el sonido de los mocos'), finalmente volvería a formar pareja con la Andrews en un telefilme.
Aún con todos esos percances, el presupuesto sólo se incrementó en un millón de dólares sobre los ocho del montante inicial, cifra bastante económica si se considera que para el año1969 The Sound Of Music ya había recaudado 115 millones de dólares.
“Do-Re-Mi-Fa-So-La-Ti”
El compositor Oscar Hammerstein II murió en 1959, un par de años antes de que se empezara a producir The Sound Of Music.
Richard Rodgers entonces tuvo que escribir las letras de dos canciones que se añadieron al repertorio:
"Something Good" y "I Have Confidence".
"Something Good" remplazó la canción romántica original y "An Ordinary Couple", ya que Rodgers no gustaba de la misma.
"I Have Confidence" fue escrita para rellenar el espacio en el que María se muda a la mansión de los von Trapp.
Durante ese segmento, Julie Andrews atraviesa un arco, en ese momento es posible observar a la verdadera María von Trapp, a una de sus hijas (Rosmarie) y a una de las hijas de Werner von Trapp.
El día que se filmó esa escena, la verdadera familia von Trapp llegó de visita inesperadamente al set de filmación y Wise les ofreció que aparecieran como pasantes en la película.
Durante esa escena, Julie Andrews se tropezó y el director decidió dejar el espontáneo traspiés para darle más carácter al personaje de María Trapp.
The Sound Of Music es una película musical perfecta.
La película nos ha dejado temas y momentos inolvidables, memorables el travelling inicial (en helicóptero) de aproximación desde lo lejos, María que canta "The Sound Of Music"; el sabotaje de las monjas; la emoción entrecortada del padre cuando canta "Edelweiss" (canción patriótica austríaca), que salva gracias a la ayuda de María y, después, de todos los hijos; el paseo en galera por Salzburgo de María y los niños; la firmeza del padre frente a los colaboracionistas pronazis en la fiesta que María y él ofrecen a sus invitados, etc.
Algunas anécdotas del rodaje:
Kym Karath (la niña pequeña de los Trapp), empezó a perder los dientes durante el rodaje, así que como no se podía esperar a que le saliera una nueva dentadura, completó la película con una dentadura postiza para que no se viera afectada la continuidad del film.
Robert Wise dijo lo siguiente de Julie Andrews:
"Julie fue perfecta, siempre mostró cariño y comprensión con los niños, se distinguía por su buen humor.
Pisaba tierra firme, era simpática y natural.
Era muy abierta y trabajó duramente".
Para el festival de Salzburgo se utilizaron aproximadamente 2000 extras.
La noche del Oscar, sus máximas rivales fueron Darling y Doctor Zhivago, cuyas protagonistas era en ambas Julie Christie, pero solo nominada en la primera, y que ese año optaba, junto a la Andrews, al premio a la Mejor Actriz.
Las dos actrices decidieron acudir juntas al acto que se celebró en el Santa Monica Civic Auditorium.
Esa noche, el presentador anunció que la ganadora era Julie... Christie; la Andrews había vencido el año anterior por Mary Poppins, factor que incidió en su derrota.
The Sound Of Music fue nominada con 10 Oscars y ganó 5: mejor película, mejor director (Robert Wise), mejor sonido, mejor guión y mejor adaptación musical.
Al menos Andrews pudo subir al escenario para recoger el Óscar al mejor director y el Óscar a la mejor película.
The Sound Of Music dejó sendas candidaturas para Mejor actriz: Julie Andrews. Mejor actriz de reparto: Peggy Wood, dirección artística (color), fotografía (color) y vestuario (color).
Esa vez la Academia deja por fuera en la nominación al gran premio para The Agony And The Ecstasy.
En su época, The Sound Of Music desbancó a Gone With The Wind como el film más taquillero de la historia en Estados Unidos; y hoy en día, adaptando el precio de las entradas a la inflación, es la tercera; sólo por detrás de Gone With The Wind y Star Wars, con una recaudación equivalente a más de 1.100 millones de dólares.
Tanto dinero la convierte en el film más popular de los 60 y en el musical de más éxito de la historia del cine en Estados Unidos.
The Sound Of Music se dobló tanto los diálogos y canciones en muchos países para sus respectivos estrenos.
Históricamente, The Sound Of Music nos muestra que Austria se hallaba bajo el asedio alemán.
La anexión al III Reich era inminente.
Por muy poco patriota que uno sea, cuando un vecino pendenciero pretende allanar la casa de uno, eso no hace la menor gracia ni le vamos a dejar el camino expedito para que cometa el asalto.
Cuando se siente amenazada la tierra en la que uno habita, la gente busca sus rasgos de identidad comunal, a los que aferrarse para no perder su noción de todo lo que es querido y conocido.
Las canciones populares son como ese nexo espiritual con las que se identifican las personas que viven bajo determinadas características de unidad cultural.
Son la respuesta sin armas al ataque armado.
Son capaces de repeler la ofensiva con una entereza y una cualidad indestructible que nunca podrá tener ni el más aguerrido de los soldados.
Los von Trapp se agarrarán a su mundo al borde de un lago de ensueño, a ese pedazo de Austria que aman y que siempre llevarán consigo, gracias a la huella indeleble de esos sonidos armoniosos y esas letras que atraviesan con más fuerza que las balas.
Por eso, por encima de las circunstancias geo-políticas concretas, Robert Wise nos habla de la actitud vital liberalizadora de no tener miedo al pasado ni al futuro, de ser uno mismo para saber qué debe hacer con la vida.
Ni los muros del convento pueden convertirse en refugio para un alma insegura o ser cárcel para sus inquilinas, ni el peso del dolor debe enterrar a los vivos y arrastrarles al desencanto.
Valentía y coraje para superar un estado de sinsentido de la vida y para no temer el riesgo que entrañan los afectos, para superar la guerra fría o la tensión abierta con la llegada de los nazis a Salzburgo.
Unas dualidades que se repiten al estudiar las mismas canciones, pues si para el capitán suponen una mirada nostálgica a un pasado que se quiere olvidar, para sus hijos hablan de un jovial horizonte que el futuro les ofrece de la mano de su nueva niñera.
Sin duda, Wise no pretende hacer esas reflexiones existenciales sino únicamente que disfrutemos de los buenos sentimientos y de las canciones, donde sobresale la canción “The Sound of Music” al comienzo del film y el número musical de “Do Re Mi”, dinámico, muy alegre mostrando perfectamente cómo se han abierto los niños a María.
En definitiva es un film entrañable donde hay muchas sonrisas y lágrimas de emoción, siempre con una puesta en escena kitsch y una mirada que intencionadamente se aleja de la realidad.
Con The Sound Of Music, Julie Andrews enamoró a todos los espectadores por su elegancia, simpatía y belleza, unos niños deliciosos resultaban tan adorables para unos como excesivamente relamidos para otros, y todos disfrutamos de unas sencillas y melodiosas canciones
Escenas… muchas pero me quedo con el inicio, las marionetas, Edelweiss, el baile, y el final en el festival.
La Novicia Rebelde…
Sonrisas Y Lágrimas…
Tutti Insieme Appassionatamente…
La Mélodie Du Bonheur…
Meine Lieder, Meine Träume…
Música no Coração…
Eso es lo que consiguió, y seguirá consiguiendo, esta película: UNIVERSALIDAD.
The Sound Of Music es el paradigma del cine grande de toda la vida; maravillosos paisajes, una música que ha sobrepasado los idiomas y las fronteras, un reparto excepcional y maestro en todas las artes, y la historia de una familia cuyo destino es tan sencillo como amarse por encima de todas las cosas.
Película maravillosa para almas sensibles e inocentes.

“My heart will be blessed with the sound of music and I'll sing once more”


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