The Apartment

«Cuando se sale con un hombre casado, una nunca debe ponerse rímel»

Unos regalos de navidad debidamente empaquetados frente a la frialdad de cien dólares improvisados en el último momento, un espejo roto, un cesto lleno de botellas vacías, una felicitación con foto de familia, un bote de somníferos, un disco prohibido o una baraja de cartas…
En efecto, esta breve enunciación debería servirnos para corroborar que The Apartment es una película contada a través de los objetos, donde el significado de éstos y, su velada y desgarradora carga dramática, destacan en una puesta en escena tan importante para el director como sus personajes y lo que a éstos les sucede.
Billy Wilder se sirve de los objetos que van conformando la historia de The Apartment no tanto para ilustrar sutilmente las acciones de sus protagonistas como para darnos cuenta de la medida y el rumbo de sus sentimientos y sus pasiones.
De todo buen aficionado al cine es bien sabido cuán difícil es encontrar una cinta de género químicamente pura, adscribirle a un género concreto de manera inequívoca y sin el más mínimo aditamento o incrustación de un género distinto.
De los films que mezclan, en dosis variadas, elementos de múltiples géneros, hasta aquellos otros que, ateniéndose básicamente a las convenciones de uno en particular, el cual se inscriben, se trufan o salpican con elementos puntuales de otros diferentes.
Un altísimo porcentaje de la producción cinematográfica se atiene a esta premisa.
Y también a ella se acoge esta auténtica obra maestra que es The Apartment, una cinta que amalgama en su particular coctelera ingredientes de la que, probablemente, constituya la más explosiva y complicada de esas mixturas.
La comedia de tintes amargos y románticos, esa probeta que a más de un reputado alquimista le ha estallado entre las manos de forma estrepitosa, mientras que al genial Billy Wilder siempre le ha proporcionado exquisitos brebajes y éste es, posiblemente, el más delicioso de todos ellos.
Wilder hace un retrato pesimista y negro de la sociedad.
De hecho, sólo existen dos personajes buenos en la película (el matrimonio vecino de Baxter), dos grises (los protagonistas) y un cúmulo de seres malvados, egoístas y avariciosos, que manipulan a su prójimo para su propio placer o conveniencia; aquellos que han instaurado su propio sistema de valores, y que con el tiempo a todos nos ha tocado vivir.
La crítica es dura y casi insoportable, pero Wilder a través de la ironía hace que las tripas del espectador no se encojan del todo, y la media sonrisa esté presente durante las dos horas del film, hasta el premio (pequeña propinilla dice Wilder) del final feliz, forzado un poco si se quiere, pero reconfortador.
The Apartment es una película estadounidense de 1960, del género comedia y drama, producida y dirigida por Billy Wilder para United Artists / The Mirisch Corporation.
Está protagonizada por Jack Lemmon (C.C. “Bud” Baxter, cuyas letras son una abreviatura de Calvin Clifford), Shirley MacLaine (Fran Kubelik), Fred MacMurray (Jeff. De Sheldrake) y Ray Walston (Joe Dobisch), entre otros.
Como muchos sabrán, la idea de la película proviene de Brief Encounter (1945), de David Lean pero acá es presentado con un guion de Billy Wilder & I.A.L. Diamond.
El cineasta se prodigará en planos medios o americanos porque éstos le permiten centrar en sus encuadres a los cuerpos de sus personajes y a lo que más íntimamente les rodea.
Su deseo de invisibilidad le hará huir del movimiento de cámara rocambolesco y esteticista para apoyarse en la sencilla efectividad del zoom o del ligero travelling de re encuadre.
Esta elección también contribuye favorablemente a la filmación en el interior del pequeño pero acogedor apartamento de Baxter y contrasta con la dureza de los planos generales –y la soberbia utilización de la profundidad de campo- en la oficina del piso diecinueve donde trabaja el protagonista.
The Apartment cuenta con una partitura dramática y romántica del compositor inglés Adolph Deutsch, la cual se basa en temas de jazz.
Aunque Adolph Deutsch aparece en los créditos como único responsable de la banda sonora, el popular ¨Theme From The Apartment¨ era una pieza creada anteriormente por el compositor británico Charles Williams, conocido por sus partituras para películas inglesas y dramas de la radio de la BBC.
La pieza se llamaba ¨Jealous Lover¨.
The Apartment combina los géneros de comedia, drama y romance; es una obra antológica, tierna, brillante, cálida, crítica y desesperanzada.
Ajustándose a los parámetros de la estética realista, examina la vida y costumbres amorosas en EEUU a finales de los 50 y compone un retrato pesimista de la sociedad.
Ese relato destila tristeza y melancolía.
Critica la publicidad, el matrimonio indisoluble, condena la hipocresía, la codicia, el acoso sexual de la mujer en el trabajo, etc.
No sin antes, incluye referencias al arte (MOMA), coches antiguos (viejo Volkswagen), trenes y estaciones, estrellas de cine (Greta Garbo, Marilyn Monroe, Joan Crawford...), películas ("Grand Hotel", "La Diligencia"...).
The Apartment retrata la forma de vivir americana.
Es una sociedad hipócrita que vende felicidad donde no hay.
Hace propaganda del matrimonio que ha de ser perfecto para los americanos pero esto es sólo una idea porque no coincide con la realidad sino que se entregan libremente al adulterio.
De ello, extrae comicidad de malentendidos, falsas suposiciones, enredos, desventuras personales, etc.
Por otro lado, The Apartment habla sobre la soledad y lo microscópico.
Wilder comienza empequeñeciendo a su personaje, con panorámicas de Nueva York, mientras se oyen unos datos macro estadísticos, que dan esa imagen al espectador, y que terminan por marcar la minusculosidad del protagonista, al mostrarle en una oficina infinita, donde él es uno más entre otros tres mil empleados, haciendo cuentas para una compañía de seguros, el trabajo más impersonal de todos los posibles.
The Apartment fue la ganadora de cinco premios Óscar, incluida mejor película, mejor director, al mejor montaje, a la mejor dirección de arte y al mejor guión original; y fue nominada para otros 5, incluyendo Mejor Actor Protagonista (Lemmon), Mejor Actriz Protagonista (MacLaine), Mejor Actor de Reparto (Jack Kurschen), Sonido y Mejor Cinematografía en B/N.
Por su parte, la Academia deja por fuera la obra de Kubrick: Spartacus, BUtterfield 8 y la obra cumbre Psycho de Sir Alfred Hitchcock de la competición como mejor película.
The Apartment fue la última película en blanco y negro en ganar el Oscar a la mejor película, hasta Schindler’s List.
El filme está preservado en el archivo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
Como curiosidad, el director Billy Wilder fue invitado al festival de cine de Berlín Oriental, en plena Guerra Fría, para presentar The Apartment, a la que los críticos de cine comunistas.
Dichos críticos ponían como ejemplo The Apartment como:
“La explotación despiadada de los trabajadores por parte del capitalismo.”
Durante el coloquio que siguió a la proyección del film, Wilder estuvo de acuerdo en que la situación que se plantea en la película:
“Podía darse en Nueva York, Londres o Tokyo, pero jamás en Moscú”.
El público estalló en sonoros aplausos.
Entonces, el sarcástico director austríaco, aclaró que era imposible que sucediese algo semejante en el mundo comunista dado, que el personaje de Jack Lemmon no podría ceder su apartamento a sus jefes ya que tendría que compartirlo con otras tres familias.
Según Billy Wilder:
“Hubo un confuso silencio...”
The Apartment, con su dureza demoledora en la época en la que se estrenó, se ha visto atenuada con el ruido en la pantalla y los fuegos artificiales de feria; pero su retrato cruel, sigue vigente y reforzado, y su pequeña esperanza final, sigue siendo una norma a seguir en la vida.

“La culminación de nuestros sueños, pasa inevitablemente, por la recuperación del amor hacia nosotros mismos”.


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