Gone With The Wind

“As God is my witness, as God is my witness they're not going to lick me.
I'm going to live through this and when it's all over, I'll never be hungry again.
No, nor any of my folk.
If I have to lie, steal, cheat or kill.
As God is my witness, I'll never be hungry again!”

"...Hubo un tiempo en que en las tierra del sur de los EEUU existían unas razas de caballeros y unas plantaciones de algodón que servían de marco para el vivir armónico de los amos con los siervos... y que llegó un día, con la guerra civil, en que aquella maravillosa civilización se marcharía con el viento..."

S O B E R B I A
Estábamos en plena era dorada de Hollywood, en un momento histórico en el que Europa se dirigía inexorablemente hacia una nueva guerra a nivel mundial y EEUU, que acababa de sufrir los efectos de la gran depresión de 1929, no buscaba sino alejarse de las contiendas europeas.
Gone With The Wind, con sus ficciones y su poderoso atractivo romántico, se ajustaba perfectamente a ese deseo de evasión, a la magia nueva para todos como era el mundo de Hollywood… y lo cumplió.
Cuando se piensa en las grandes películas que jalonan la historia del cine se suele decir que es una película de tal o cual director, la obra maestra de éste o de aquél.
Pero Gone With The Wind es LA OBRA MAESTRA de la industria cinematográfica, LA OBRA MAESTRA de un productor y de un equipo de artistas y artesanos con un objetivo común: hacer la mejor película de la historia cinematográfica estadounidense hasta esa fecha, 1939.
Sinceramente todos los que amamos el cine, le debemos a David O. Selznick, hombre clave del cine, tan magna realización.
Si Margaret Mitchell fue la madre de que guardemos en ese rincón de nuestro cerebro los personajes y la tierra de Tara, Selznick fue el padre de que viéramos plasmados en la realidad tantos y tantos bellos pasajes.
Gone With The Wind para Selznick International Pictures es una de las películas más famosas de la historia del cine.
Basada en la novela del mismo título de Margaret Mitchell (ganadora de un Premio Pulitzer), su rodaje, que duró 125 días, supuso cambios importantes en la técnica cinematográfica.
En el momento de su estreno fue la película más cara y larga que se había rodado.
Entre sus grandes imprevistos, Gone With The Wind llegó a rodarse con cinco directores distintos: Reeves Eason, Sam Wood, William Cameron Menzies, George Cukor y Victor Fleming.
De los todos los directores, sólo Victor Fleming aparece en los títulos de crédito de Gone With The Wind.
Se cuenta que el director que debía haberla realizado es George Cukor, reconocido como un gran director de actrices, quien apoyó la elección de Vivien Leigh, pero Clark Gable exigió su sustitución, según rumores porque Cukor (reconocido homosexual) conocía detalles del pasado de Gable y éste se sentía incómodo a su lado.
Resulta que cuando Vivien Leigh recogió su Oscar por esta película, cuentan que fue vista llorando en un cuarto de baño porque lamentaba que George Cukor no pudiese compartir con ella ese momento.
Gone With The Wind era una historia magna y el rodaje fue hecho a igual escala.
La cinta tiene una duración de cuatro horas (239 minutos).
Gone With The Wind está protagonizada por Vivien Leigh, Clark Gable, Olivia de Havilland, Leslie Howard, Hattie McDaniel, Thomas Mitchell, Barbara O'Neil, Butterfly McQueen, Ona Munson, Ann Rutherford, Evelyn Keyes entre miles de extras.
Sus fuertes competidoras por el Oscar fueron Stagecoach, Mr. Smith Goes to Washington, Ninotchka, Dark Victory y The Wizard Of Oz dirigida por el mismísimo Victor Fleming, pero Gone With The Wind recibió 11 Oscar y estuvo nominada en 13 categorías de la Academia.
Esta grandiosa cinta triunfo como Mejor Película, Mejor Director (Victor Fleming), Mejor Actriz Protagonista (Vivien Leigh), Mejor Actriz de Reparto (Hattie McDaniel), Mejor Guion Adaptado (Sidney Howard), Mejor Dirección Artística, Mejor Fotografía, Mejor Montaje, Premio a la memoria de Irving Thalberg (David O. Selznick), Oscar honorifico (William Cameron Menzies) y Premio por logros técnicos para Don Musgrave y Selznick International Pictures.
Estuvo nominada a otros 5 Oscar (Actor -Clark Gable-, Actriz secundaria -Olivia de Havilland-, Efectos especiales, Banda sonora original, Sonido).
En la noche del Oscar, fue una sorpresa que Clark Gable no ganara el Óscar al mejor actor, y que Olivia de Havilland tampoco lo hiciera a la mejor actriz secundaria, que recayó sobre la actriz Hattie McDaniel, la entrañable Mammy, que fue la primera ganadora de un Óscar de raza negra.
Tampoco la excelente banda sonora fue premiada, obra de Max Steiner, nominado todos los años desde 1935 hasta 1951, y ganador del Óscar sólo en tres ocasiones.
La película contó con un increíble presupuesto que alcanzó 4,25 millones de dólares.
Ajustando la inflación a la recaudación, Gone With The Wind es la película más taquillera de toda la historia por encima de películas como TITANIC y Avatar, ambas de James Cameron.
El guión —obra de Sidney Howard, merecedor de un Oscar— se basa en la novela escrita por Margaret Mitchell.
La película se ambienta en el sur de los Estados Unidos, en Atlanta, donde aún perduraba la esclavitud y los grandes terratenientes.
Un problema al que se enfrentaron David O. Selznick y Sydney Howard fue que una de las líneas finales de la novela había quedado muy marcada en la mente de los millones de lectores pero, para los estrictos códigos morales de Hollywood, no sólo era inadecuada sino que estaba prohibida.
Para saber sobre este problema, tendremos que remontarnos hacia fines de la década del 20, donde Hollywood había caído en desgracia por la cantidad de escándalos personales de sus estrellas y por el tono crecientemente permisivo que se iba observando en algunas cintas.
Todo esto generó muchas críticas del público en general, el horror de los representantes de la iglesia y amenazas de las autoridades de que se iba a empezar a aplicar un sistema de censura.
Fue así que los jefes de los estudios de Hollywood decidieron reunirse para tratar de atacar el problema por dos frentes.
Por un lado decidieron crear la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, para fomentar la toma de conciencia de las bondades del cine y para premiar sus logros con la estatuilla que luego se dio en llamar Oscar.
Por otro lado resolvieron “censurarse” ellos mismos, a su conveniencia, antes de que vinieran a censurarlos de afuera.
Convocaron a Will H. Hays, presidente de la Asociación Estadounidenses de Productores y Distribuidores Cinematográficos, para que creara un Código de Producción, donde se delimitase muy claramente, qué se permitía y qué no en el cine.
Este Código, quizás más estricto de lo que habría sido en otras circunstancias, se conoció como el Código Hays, y rigió los destinos morales de Hollywood desde 1930 y por muchos años.
Cada estudio tenía su propio censor que leía los guiones y se aseguraba de que se le observase al pie de la letra.
Según el Código, a manera de ejemplo, los esposos dormían siempre en camas separadas.
Si tenían cama matrimonial y los dos estaban sobre ella, uno de los dos tenía que tener los pies apoyados sobre el piso (es decir, estar sentado en la cama).
Ningún personaje malvado, ni prostituta, ni mujer infiel, ni insinuación de homosexualidad podían quedar sin su castigo.
Y, por supuesto, el lenguaje profano estaba terminantemente prohibido.
En el final de Gone With The Wind, Rhett Butler abandona a Scarlett O’Hara.
Desesperada, ella le pregunta qué va a hacer si él se va.
En la novela Rhett le responde en inglés:
“My dear, I don’t give a damn”.
El guionista Howard había agregado la palabra “Frankly” para compensar el hecho de que cambió toda la línea por:
“Frankly, my dear, I don’t care”.
Pero David O. Selznick se empecinó con mucha razón en que la línea debía ser:
“Frankly, my dear, I don’t give a damn”.
Si consideramos la época, en que las malas palabras fuertes no era tan comunes ni siquiera en el lenguaje diario, podríamos traducir que Howard escribió:
“Francamente, querida, no me importa”, pero Selznick insistía en conservar la línea como:
“Francamente, querida, me importa un carajo”.
Se filmó la escena en dos versiones y se las presentó a la Oficina Hays.
El censor Joseph Breen la rechazó, pero Selznick apeló ante el mismísimo Hays y pagó una multa de US$ 5.000.
Después de ver las dos versiones, y ante una muy vehemente defensa por escrito del verborrágico productor, Hays cedió y el público pudo deleitarse con el verdadero espíritu de esa línea.
El que después lleva a Scarlett a rematar todo con la decisión de irse a Tara, para otra línea clásica:
“Al fin y al cabo, mañana será otro día”.
Pero el público tuvo que esperar casi 30 años para que se empezase a flexibilizar el sistema.
En 1966, en Who’s Afraid Of Virginia Woolf? pudo escucharse en cine por primera vez la expresión:
“Son Of The Bitch”.
Después de eso, nada fue lo mismo.
Por su parte, el magnánimo David O. Selznick había eliminado del texto original, todos los términos que hacían referencia a los negros en sentido despreciativo y las numerosas menciones al Ku-Klux-Klan.
En el aspecto musical, para dar redondez al esplendoroso trabajo de Max Steiner, se había contratado a William Axt y a Franz Waxman además de poner a orquestadores de la Warner a componer como Adolph Deutsch, Hugo Friedhofer o Heinz Roemheld.
No hay nada más que ver la cantidad de nombres del personal que trabajó para esta producción para darse cuenta de las dimensiones del proyecto para esa época.
Fotografía, vestuario, maquillaje y peluquería, así como el decorado con esas máscaras pintadas y sobreimpresiones como fondos, auténticas obras de arte del diseño y la pintura, sumaron detalles de una enorme calidad artística.
Podría decirse que David O. Selznick fue el alma mater de Gone With The Wind.
Fue él quien quiso que la película se hiciese a color, fue el que introdujo diálogos famosos como el de la última frase de Rhett o las primeras palabras del comienzo y fue él quien eligió a los actores para los diferentes roles, sobre todo el de Scarlett.
Sus personajes inician la era de los grandes mitos cinematográficos:
Katie Scarlett O'Hara Hamilton Kennedy Butler:
Es una bella joven acomodada y caprichosa del sur.
Sabe muy bien que es la más admirada del condado y sabe manejar a los hombres a su antojo.
Está enamorada de Ashley Wilkes y hará todo lo que esté en su mano para conseguir el amor de él.
El mundo alegre y despreocupado de fiestas, bailes y banquetes en el que vive desaparecerá sin remedio al entrar la Guerra de Secesión y Scarlett deberá sobrevivir y sacar adelante su familia y la plantación.
La elección del papel de Scarlett generó gran expectación y fueron muchas las actrices importantes que se ofrecieron para el papel:
Joan Crawford, Barbara Stanwyck, Paulette Goddard, Tallulah Bankhead, Norma Shearer, en el caso de Katharine Hepburn indicó no estar interesada.
Sin embargo, Selznick estaba convencido de que Scarlett necesitaba a una actriz que reuniera todas las características necesarias para interpretar a Scarlett, es así como después de un interminable —dos años— y multitudinario "Casting" —1.400 candidatas— contrató los servicios de la actriz Vivien Leigh, representada por su hermano Myron Selznick y en aquel momento casada en segundas nupcias con Laurence Olivier, para el que sería el papel de su carrera y por el que ganaría su primer Premio de la Academia en la categoría de "actriz en papel principal".
Vivien Leigh quien sorprendió por su actuación, que había sido producto de polémica por ser hindú y ser seleccionada de un casting en el que las mejores actrices de Hollywood hicieron presencia, creó un personaje con una muy interesante y convincente evolución.
Cabe destacar el uso del color utilizados en los inigualables y bellos vestidos elaborados por el irrepetible Walter Plunkett, como símbolos del amino de la protagonista.
Rhett Butler:
Es un hombre mujeriego, resuelto e inteligente, es el único que ve los problemas reales que desencadenaría una guerra civil en el país.
Su reputación no es precisamente muy buena entre sus compatriotas.
Está enamorado de Scarlett (su alter ego) y piensa que ambos son muy parecidos, unas personas que solo piensan en sí mismas.
Tratará de quitar a Ashley de la cabeza de Scarlett demostrándole en muchas ocasiones el aprecio que siente por ella.
Para el papel de Butler, no existieron dudas, desde la publicación de la novela Selznick empezó a recibir cartas en las que se le pedía que se adjudicara el papel a Clark Gable, al que se consideró el candidato más adecuado desde el principio, a pesar de que su contrato con la Metro complicó considerablemente las cosas.
Ashley Wilkes:
Es un hombre sencillo, amable y de buen carácter que siente cierta atracción (de cariño) por Scarlett, esa jovencita encantadora que todos admiran y cortejan.
Sabe que la mejor opción es casarse con su prima Melanie Hamilton aunque esta no tenga el encanto ni el carácter jovial de Scarlett, pero es una buena mujer que le adora y eso es suficiente.
Melanie Hamilton:
Es la prometida de Ashley y más tarde su esposa.
Es lo más parecido que tiene Scarlett a una amiga aunque, Melanie no sepa que ella no la soporta por estar casada con el hombre que ama.
Melanie ve siempre el lado bueno de las personas y piensa que Scarlett no es tan frívola ni indeseable como muchos (TODOS) piensan.
La actriz Olivia de Haviland es la única superviviente del filme, y según noticias de personas que han estado en contacto con ella, no le gusta que le hablen mucho de Gone With The Wind, pero inevitablemente guarda recuerdos entrañables del filme.
Gerald O'Hara:
Padre de Scarlett, de origen irlandés, será el que inculque en su hija el amor la tierra, por su plantación «Tara».
Está casado con Ellen O'Hara, una mujer proveniente de una acomodada familia estadounidense.
Aparte de Scarlett tiene dos hijas más: Suellen y Carreen O'Hara.
Hermanos Tarleton:
En realidad el actor George Reeves (el Superman de la década de los cincuenta) interpretó al personaje Brent Tarletton y no a Stuart Tarletton.
Bonnie Blue Butler:
Para el papel de Bonnie Blue Butler, la hija de Rhett y Scarlett, se planteó la posibilidad de que lo hiciera Elizabeth Taylor, finalmente el director se decantó por Giovanna Otero, posteriormente esta intérprete caería en el olvido tras aceptar papeles menores en series de televisión de carácter infantil.
Como curiosidad:
Para el incendio en Atlanta se quemaron los decorados del clásico King Kong a modo de edificios ardiendo.
En la escena de la quema de Atlanta, cuando Rhett y Scarlett huyen en un coche de caballos, Scarlett lleva la cara tapada porque esa actriz no era realmente Vivien Leigh.
Llevaban tanto tiempo buscando a la actriz principal que decidieron empezar a rodar alguna escena sin ella.
Siempre se rumoreó que los actores principales no se llevaban muy bien en el rodaje y que Gable comía cebolla antes de las escenas donde se besaban.
No es así; ambos eran profesionales y se admiraban mutuamente.
Gable tenía dentadura postiza y de vez en cuando comía cosas picantes, pero no lo hacía para fastidiar a Vivien.
Clark Gable no quería aparecer llorando en la escena en que Melanie le consuela tras el aborto de Scarlett porque consideraba que era poco masculino.
El director intentó por todos los medios de convencerle sin éxito, finalmente Olivia de Havilland (Melanie Hamilton) le convenció para rodar una toma con él llorando.
Clark vio que las lágrimas estaban justificadas en esa escena y accedió a que se incluyera.
Clark Gable gastó una broma a Hattie McDaniel (Mami) sustituyendo el té del vaso del que ella debía beber para celebrar el nacimiento de Boni por whisky.
Selznick, quería que la escena en que Scarlett jura que nunca más pasara hambre fuera perfecta.
Deseaba que el cielo fuera exactamente como él quería.
Por eso durante 15 días se levantaban aún de noche para prepararse, así en la madrugada cuando sale el sol, filmaban la escena.
Si bien en la película la escena es un atardecer, fue filmada en un amanecer.
La cuestión es: que luego Vivien, después de levantarse de madrugada 15 días consecutivos estaba agotada y la escena nunca salía bien, la secuencia que está en la película tiene tanta pasión porque Vivien estaba harta y furiosa de no poder dormir.
Por eso cuando Scarlett “jura” es un manantial de energía la escena.
Gone With The Wind siempre permanecerá con un valor incólume en el cinéfilo, atrapado en escenas o frases que se quedan incrustadas en un subconsciente que sabe que nunca más volverá a realizarse una cinta de esta magnitud.
Gone With The Wind es un film completo, sin más rodeos.
Acción, amor, intriga, historia y humor, sin eludir el tema de la esclavitud, se mezclan en esta gran obra maestra.
Gone With The Wind es considerada una de las cintas más famosas de la entera historia del cine, auténtico icono de la leyenda dorada de Hollywood, y mito absoluto del siglo XX.
Alguien dijo una vez que una película sobre la guerra civil americana nunca daría un centavo.
Pues bien, no sólo lo ha dado, sino que también ha dado lugar a todo un icono del séptimo arte.
David O. Selznick, Victor Fleming y Margaret Mitchell pudieron descansar sabiendo que sus esfuerzos y aspiraciones habían logrado un resultado mítico.
Gone With The Wind es sin la menor duda, mi película entre todas.
Es como una ensoñación, mi fetiche y mi musa especial, que ejerce de terapia personal en ciertos momentos de mi existencia, y sin cuyo nombre, solo necesitaría inventar otro para mantener mis coordenadas en condiciones respetables, para poder sentirme el hombre más feliz de la tierra.
Gone With The Wind, es mi fuente inagotable de descubrimiento, un oasis de relax y arte en el más puro sentido de la palabra y el paisaje que siempre rodeará a este enamorado sin remedio del cine con mayúsculas que soy, asumiendo el rojo crepúsculo de Tara como el paisaje más bello jamás visto.
Es esa época en que me hubiera gustado haber vivido mis experiencias, mis amores, mis desamores, mis batallas y por la que siento como palpita mi corazón cada vez que escucho su obertura, trastocando todos los sentimientos que pudieran envolverme en esos instantes.
Me he visto en sueños entre las gentes de Atlanta, siendo un invitado de piedra en un baile en la plantación llamada “Twelve Oaks”, y quiero que siga así…

“After all... tomorrow is another day!”


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