Cavalcade

Relato duro sobre la vida y la pérdida de los seres queridos.
Cavalcade no solo tiene una gran fuerza dramática, sino que se destaca por su interesante planteo histórico, su visión sobre la guerra y la incorporación de diferentes acontecimientos sociales, políticos y culturales que fueron apareciendo en los años que la cinta hace referencia.
La historia de Gran Bretaña durante el primer tercio del siglo XX es reflejada a través de las desventuras de una familia que sufre toda clase de penurias y calamidades.
Un drama épico, basado en la obra del famoso dramaturgo Noël Coward, que resultó la gran vencedora de la edición de los Oscar de 1933.
La película muestra un claro pesimismo hacia el siglo XX, por lo vivido hasta 1933.
Resulta irónico que en esas fechas Hitler estuviera llegando al poder y Stalin estuviera masacrando a varios millones de ucranianos, y que en definitiva lo peor estaba por venir.
La película muestra acontecimientos como la Segunda Guerra de los Bóer, la muerte de la Reina Victoria, el hundimiento del Titanic y la Gran Guerra.
En el Reino Unido, se conocen como Guerras de los Bóers a los dos conflictos armados en los que se enfrentaron el Imperio británico con los colonos de origen neerlandés (llamados bóer, afrikáner o voortrekker) en Sudáfrica, que dieron como resultado la extinción de las dos repúblicas independientes que los últimos habían fundado.
La primera de ellas se desarrolló entre el 16 de diciembre de 1880 y el 23 de marzo de 1881, y la segunda entre el 11 de octubre de 1899 y el 31 de mayo de 1902.
Los bóers se refieren a las dos guerras como las Vryheidsoorloë, «Guerras de liberación».
Cavalcade es una película de 1933 donde se repasa la vida de la sociedad inglesa desde el Día de Año Nuevo de 1899 hasta 1933.
Todo desde el punto de vista de una pareja de londinenses Jane y Robert Marryot (interpretados por Diana Wynyard y Clive Brook respectivamente).
La película está dirigida por Frank Lloyd y escrita por Reginald Berkeley, basándose en la obra original del mismo título de Coward para la Fox Film Corporation.
Está protagonizada por Clive Brook, Diana Wynyard, Herbert Mundin, Frank Lawton, Ursula Jeans, Margaret Lindsay, Una O'Connor, Billy Bevan, entre otros.
El argumento da inicio con la presentación de la Segunda Guerra Bóer, en África, mostrando, desde el comienzo, una intensión de sufrimiento y agonía por parte de la sociedad que introduce, de manera muy correcta, los sentimientos y emociones que van a ir apareciendo luego, mientras los minutos vayan pasando.
Es así como se van creando las personalidades de los diferentes personajes y la relación de fraternidad y respeto entre cada uno de los integrantes de la familia protagonista.
Estas descripciones permiten que, luego de que vayan apareciendo los diferentes hechos y quiebres, las emociones se puedan sentir y puedan cobrar intensidad y sentido.
Es así, como van apareciendo diferentes situaciones históricas paralelas que van acompañando la narración y van desarrollando ese clima realista y melancólico que siempre está presente, como por ejemplo:
La muerte de la Reina Victoria, el hundimiento del Titanic y la Primera Guerra Mundial.
Ahora bien, cabe destacar que la segunda parte de esta historia, o sea desde la muerte de la Reina, está mucho mejor lograda visual, actoral y sonoramente, gracias al cambio de matices que se pueden apreciar por el lado de los planos, los recursos utilizados para contar la historia y, principalmente, porque se va dejando de lado una sobreactuación muy marcada por parte de casi todos los intérpretes que empeora el realismo de la primera hora de proyección.
Aquí hay tomas, ingeniosas e imponentes visualmente (el paso de los años durante la guerra o ese momento en la terraza); una utilización muy correcta de la música y un aprovechamiento muy bien logrado de cada una de las premisas que se van tocando y van magnificando el mensaje de la cinta.
La película ganó 3 Oscar de 4 nominaciones en la edición de 1933: mejor película, mejor director (Frank Lloyd), mejor dirección artística (William S. Darling).
La película justifica sus premios y si se le hubiese concedido el Oscar a Diana Winyard por su interpretación como Jane Marryot no hubiese extrañado en absoluto.
Curiosamente, se dejo por fuera King Kong y Queen Christina como mejor película.
El film es precisamente un desfile por el primer tercio del siglo XX.
Se desarrolla a través del paralelismo entre los acontecimientos más importantes que acaecieron en esos años y la vida de varias personas -al estilo de “Forrest Gump” de 1994, simbolizadas por dos familias pertenecientes a clases sociales muy diferentes, una representada por los señores de una mansión victoriana y otra representada por el personal de servicio, en el marco de una Inglaterra que arrancaba el nuevo siglo anclada en sus -ya cada vez más desfasadas- tradiciones.
La historia se centra en una familia y cómo la misma debe sobrevivir a los diferentes cambios de la sociedad.
El eje principal es la vida de una madre que comienza a ver como sus seres queridos van a ir siendo asesinados en diferentes acontecimientos, dejándola sola, triste y sin un objetivo para con su vida.
El devenir de los Marryot y los Bridges, señores y criados, serán el motivo de esta producción norteamericana, pero genuinamente británica.
La secuencia de Jane Marryot expulsando de su casa a Ellen Bridges es de lo mejor de la cinta y viene a ser como el último coletazo de una clase social -la victoriana- que se resistía a que otra clase social -la obrera- se instalara en su mismo piso.
De visión obligada y plenamente satisfactoria.

“Soledad, Muerte y Guerra”


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