Out Of Africa

“I had a farm in Africa at the foot of the Ngong Hills”

Out Of Africa es la historia, de la evolución de un continente y como este se adapta al nuevo mundo, que se ha apoderado del viejo continente.
Es la excusa perfecta para contarte como África se ve derrotada ante la nueva Europa y esta le fuerza a evolucionar en décadas, por no decir década, lo que Europa consiguió en siglos; en esta lucha podemos ver el constante empeño que pone África por seguir siendo lo que era, pero es una batalla perdida, no solo por África también por Europa, puesto que aunque África se adapta al nuevo mundo emergente, Europa no consigue llevar sus ideas al continente.
En plena década de los ochenta, cuando el cine norteamericano resbalaba por su vertiente más comercial y exhibía una preocupante falta de talento, llegó Sydney Pollack y nos regaló esta absoluta, emotiva y maravillosa obra maestra.
Un hermosísimo canto a África, a la naturaleza y al arte de contar una historia tocando los resortes más básicos de los sentimientos humanos.
Queda el recuerdo del mejor retrato sobre el dilema entre independencia y compromiso que se haya visto jamás en una pantalla de cine.
Out Of Africa es una película que nos muestra tantas cosas... aún así una mirada atenta puede atisbar todo lo que se nos muestra, sin agobiarse.
Saltando la inicial barrera que puede suponer el encasillamiento de los personajes, podemos sumergirnos en una película que es como una suave lluvia, que en ningún momento parece peligrosa, pero que nos empapa por todos lados.
La amistad, el amor, la madurez, la libertad... el hecho de que no estamos más que de paso por este mundo.
La sensación de que realmente no tenemos nada, pero que no necesitamos tenerlo para sentir que lo tenemos todo.
Out of Africa es una película estadounidense de 1985, dirigida por Sydney Pollack, para Mirage Entertainment / Universal Pictures.
Basada en el libro autobiográfico “Out Of Africa” de la escritora danesa Karen Blixen, el libro “Isak Dinesen: The Life Of A Story Teller” (Isak Dinesen era el pseudónimo utilizado por Karen Blixen) de Judith Thurman y el libro “Silence Will Speak” de Errol Trzebinski.
El guión fue adaptado por Kurt Luedtke a partir de las obras anteriormente descritas.
Protagonizada por Robert Redford (Denys George Finch Hatton), Meryl Streep (Karen Christence Blixen-Finecke) como personajes principales, junto a Klaus Maria Brandauer, Michael Kitchen, Michael Gough, entre otros.
Cuenta con una ENORME partitura musical, original del genio John Barry.
Sydney Pollack, fue un total y profundo admirador de Dinesen, cuidó hasta el último detalle el ambiente que rodeaba a la escritora.
Su relación especial con los nativos, el esplendor salvaje del paisaje, los artículos personales, como la porcelana, los muebles, el acertadísimo diseño de vestuario, todo ello como tema central de una película, muy, muy difícil de olvidar.
Out Of Africa se narra, apartándose significativamente del texto del libro original, varios episodios de la vida de Dinesen en Kenia durante la época en que ésta era una colonia británica, y su compleja relación con su marido, el barón Bror von Blixen-Finecke y con un cazador local.
Contiene largas secciones dedicadas a la interpretación de Dinesen de la naturaleza de los nativos de etnia masái, y concluye con el retorno de Dinesen a Europa a la zaga de la Primera Guerra Mundial.
Me ha encantado el preciosismo de los detalles técnicos tales como fotografía, diseño de arte, la recreación de época y de cultura mediante vestuario… los cuales junto a la sentida y afligida banda sonora se funden con los paisajes naturales del África salvaje y dan por resultado una película muy atractiva desde lo visual.
Sin dudas que lo mejor es la combinación de música con escenarios naturales, una composición extremadamente amena y motivo imprescindible para poder terminar de visionar un filme extenso desde su perspectiva textual.
Bellamente fotografiada por David Watking, la película, a pesar de cierta apariencia épica, incide primordialmente en el profundo retrato emocional de su personaje femenino, en base a sus pensamientos vitales, sus relaciones sentimentales y su nueva ligazón con otras perspectivas socioculturales, abordando temas como la ausencia, la necesidad, la definición amorosa o el colonialismo, siendo éste acometido de manera un tanto aséptica.
Out Of Africa es un melodrama romántico pausado y complejo en que las cosas que ocurren lo hacen a un ritmo similar, y ahí es donde reside su realismo y parte de su gran encanto, que impone un entorno natural y social muy alejado de aquello que todos conocemos.
Como si se tratara de un rio que fluye con mayor o menor intensidad según la época del año, la vida de la protagonista experimenta pequeños y grandes cambios que acaban por formar ese recuerdo evocado en las primeras líneas de su narración.
Dinesen, comienza a evocar los casi veinte años que paso en el continente negro como parte de esa elite europea, que al tiempo que amasaba y perdía grandes fortunas, pretendía reproducir en tierras africanas el esquema social del viejo continente, aunque prescindiendo, quizás de forma inconsciente, de algunos de los convencionalismos y las normas morales que condicionaban sobre todo la vida de las mujeres.
En realidad, ese condicionamiento y el resultado de un matrimonio por interés que, obviamente, no tarda en revelarse como un gran fracaso a nivel sentimental son las razones que impulsan a la baronesa Blixen a establecerse en Kenia en 1913.
“Y yo me sentaba con las piernas cruzadas como la mismísima Sherezade, y él escuchaba mis relatos desde el principio hasta el final”.
La historia romántica está abordada de manera madura, con personajes dibujados sin estridencias e interesantes diálogos de cimiento literario que concretan con suficiencia las orientaciones vitales de cada uno.
La relación entre Karen y Denys es una relación sin prisas, que empieza con un recado, unas historias que se cuentan entre amigos y que termina con música de Mozart, leones en la Sabana y un amor lleno de empatía.
Karen y Denys son personas muy diferentes y por lo tanto con unas ideas y forma de ver el mundo muy establecidas en ellos.
Karen es luchadora, dura como nadie, que pelea por ser quien es y tener lo que tiene.
Karen busca la estabilidad, construir su mundo, tener la seguridad de que no le faltará nada porque ella lo trabaja.
En el amor, le gusta la sensación de tenerse, de darse.
Denys es un hombre libre, el respeto por los demás, por África y por el mundo le hacen tener una serenidad que hoy resulta impactante por su congruencia.
Denys no entiende el punto de vista de Karen y aunque disfruta al máximo cada momento con ella, el compromiso sólo le gusta en cuanto a lo que se refiere al respeto por el otro, y al estar donde se quiere estar.
Y teme que termine convirtiéndose en una obligación.
Dos puntos de vista maduros, dos personas que se dan, cada uno a su manera, en un mundo que cambia y en el que hoy parecería imposible que una historia como esta se pudiera repetir.
Hay conflictos de sensaciones, donde hay una constante búsqueda de la estabilidad afectiva y amorosa, un desaborido romanticismo que queda bastante superficial en esa nueva posibilidad en el amor y en el descubrir experiencias "fuertes", algunos conceptos (alegóricos en cierta medida) tales como el contraste entre el estar solo (relacionado con el África virgen en el personaje de Robert Redford) o la vida de compromisos que acarrea la pareja (relacionado con la civilización inglesa en el personaje de Meryl Streep), algo de humanismo en la solidaridad con los nativos de Kenia, y un poquito de espíritu combativo para sacar adelante un proyecto económico en territorio desfavorable.
Desde las actuaciones destaco obviamente a Meryl Streep por ser la protagonista principal que más tiempo está en pantalla y sobre quien recae gran parte del peso del filme.
De ahí que el principal interés del filme, aparte de su imagen, es el carácter psicológico del personaje interpretado por Streep, empleando un tiempo condescendiente a su tratamiento reflexivo, y en este campo, el filme tiene innumerables secuencias contemplativas, lo que puede hacer que el espectador a la vieja usanza, por no decir, el que va al cine por distraerse, no encuentre suficiente interés en el semblante femenino, por otra parte, y a título personal, extraordinariamente reflejado en una Meryl Streep única como siempre…
“Kenia es un país difícil para las mujeres”.
Controversialmente, tiene el mérito de ser una de las verdaderamente primeras películas feministas del cine contemporáneo, porque aunque Robert Redford es el galán que a todas enamora, Meryl Streep es la única heroína de la película.
Y claro, como decía aquel, en sus virtudes encontrareis sus defectos, y es cierto.
La señorita danesa se pinta a sí misma, no olvidemos que no deja de ser una autobiografía, como un desecho de virtudes, trabajadora, cariñosa, entregada, protectora de los débiles, con carácter, hermosa, buena tiradora, amazona, constante, amante...
Karen esta sola, y como tal debe tomar sus propias decisiones, aunque eso signifique desafiar esas normas no escritas que abarcan todos los ámbitos, desde el simple negocio de la explotación agrícola hasta el trato cotidiano con los indígenas, a quienes con toda naturalidad son considerados seres inferiores.
Poco a poco, Karen Blixen va rompiendo con viejos tabúes.
Sin proponérselo, y pese a la dureza cotidiana de un entorno que aun no conoce bien, su adaptación encarna también la lucha de las mujeres en pos de sus derechos y en pos de los derechos de los empleados negros, a quienes comienza tratando con paternalismo para terminar en una relación de igual a igual.
Pero Out Of Africa no es un film con aspiraciones feministas, a pesar que partiendo de un referente literario casi por minorías, Pollack pone a una mujer en el papel de absoluta protagonista, y por ello cuenta con el añadido de ser completamente atípica.
“This is Africa”
Posiblemente esta película tenga uno de los títulos de crédito iniciales que más me gusta ver de toda la historia del cine, no por lo créditos en sí mismos, pero las escenas que Pollack dirige teniendo casi como protagonista al tren en el que viaja Karen por África, pero sobre todo deleitándose con esos paisajes de las llanuras africanas que vamos viendo cuando el tren pasa a través de ellos, desde el amanecer hasta que cae la noche, acompañados por una de las bandas sonoras más geniales que se han compuesto para película alguna, hacen de esta secuencia casi de apertura una verdadera maravilla.
Te metes tanto en la película que en los planos más cortos del tren en los que siempre hay alguien a la vista, terminas mirando a través de las ventanas del tren para intentar ver todo lo que puedas dentro de él, es como si tuviera vida propia, una secuencia llena de vida aunque al parecer a simple vista no pase nada, pero que es un perfecto augurio de toda la diversidad y vitalidad que se van a encontrar en Kenia los años previos a la I Guerra Mundial.
La apasionante historia de Dinesen tiene sólo un gran rival en el filme y éste es el poderoso escenario en el que discurre.
África se nos muestra en todo su esplendor, la inmensidad del paisaje sobrecoge.
El color de la tierra, el pesado caminar de los animales bajo el sol, el canto de los nativos que tanto inspiraron a Dinesen y que se convierten en la esencia de sus libros…
Todo ello es extraído por Pollack, recreando con fidelidad la etapa de su vida en África.
Aunque no sólo podemos contentarnos con el mero disfrute de las bellísimas imágenes, África luce aquí además como nuca se ha visto, ni antes ni después.
Bandadas de gacelas, cebras, leones, elefantes, jirafas, corren por los inmensos valles, llanuras y ríos de un escenario que también nos dejó ver una de las historias de amor más bellas y más adultas que jamás presenciamos en una sala de cine.
Acá no hay un bueno y un malo, no hay un protagonista y un antagonista.
Hay dos seres que viven una verdadera estampida de sentimientos bajo un inmenso cielo abovedado, y sobre él (recuerden los bellos planos de la avioneta...) la eterna fascinación de lo desconocido y del continente africano en particular, origen y cuna de cualquier atisbo de vida, está milimétrica y detalladamente descrita en esta fascinante epopeya edénica sobre la vida en territorio salvaje, y en mitad de una nociva influencia del hombre occidental; la propiedad privada y la rapiña originaria en la que se basa según la irrefutable ley del más fuerte.
El inmenso poder y grandeza del lugar, la pesadez de la sabana, o el mismo olor de los animales, junto con la brisa africana, se hacen compañeros del afortunado espectador hasta envolver toda la historia central.
Out Of Africa supone para el espectador un ejercicio de contemplación, quizás más aquí que en cualquier otra película.
Contemplación sin prisas, dejando que las imágenes nos adentren en la esencia de esa tierra, su grandeza y su crudeza.
Tal y como se nos presenta a través de los ojos y el corazón de Isak Dinesen.
Otros temas, como las enfermedades, la guerra, el machismo, la cultura en la época del colonialismo, el sentir que cuando tomamos algo lo estamos destrozando... también están ahí.
“He even took the gramophone on safari.
Three rifles, supplies for a month, and Mozart“
La banda sonora de John Barry, desde su memorable comienzo, con las cuerdas en un registro agudo, dando entrada a las trompas que expresan la majestuosidad y grandeza del paisaje africano, e introduciendo el ya famosísimo tema principal de la película, es evidente que Barry no quiere limitarse a una mera descripción paisajística: intenta también expresar el amor que Karen siente por esa tierra a través de un lenguaje musical desinhibido, brillante y elegante, sin caer en la sensiblería.
Es una reacción emocional ante un paisaje, más que ese paisaje en sí, lo que la música está mostrando: incluso, más adelante, en la escena del safari o en la secuencia en la que Karen sobrevuela África en avión, Barry compone hermosísimas piezas descriptivas (que incluyen el uso de coros en la escena del avión), e ilustra el sentimiento de la mujer ante su descubrimiento de África desde una nueva perspectiva, (no sólo de verla de otro modo, sino por compartirla con el hombre que ama).
Ese canto de amor y de sentimiento honesto es descrito por Barry con toda su sensibilidad puesta al servicio de una implicación inmediata del espectador: no es de extrañar que el score fuera criticado en un momento en el que tanto el cine como la música optaban por una mayor contención.
Destacable dos temas en particular:
“Main Title (I had a farm in Africa)”:
Tras el prólogo, la música de John Barry toma las riendas del espíritu de la película.
Sin desviarse del estilo iniciado por el tema de Mozart, Barry elabora una melodía que se inicia suave, introductoria, que evoca tranquilidad, pero que pasa a desembocar en una pasión que se desborda y que después se sosiega.
Si no me equivoco, éste es el proceso que experimentamos cuando recordamos los mejores días de nuestras vidas.
El inicio en calma coincide con la mirada confusa de Karen Blixen y el momento álgido del tema está muy medido y por supuesto coincide con la aparición del título de la película.
El Segundo, no podría ser de otra manera, “Mozart - Concerto for clarinet and orchestra in A (KV 622)”:
La música de Mozart tiene un papel tremendamente importante en la película, y este tema para flauta y orquesta no podría estar mejor escogido.
Comienza la película, amanece en África, y la flauta sutil y exquisita nos acoge para recibir una confesión apasionada de quien recuerda, que hace tiempo vivió sus días con una intensidad que sin duda añora, pero que lo hace de forma agradecida por vivir aquellos días.
Otros temas de Mozart que se pueden escuchar en la película son:
Sonata in A major (KV 331) "Rondo alla turca"
Sinfonía concertante in E flat major for violin and viola (KV 364)
Tres divertimentos (KV 136, KV 137 y KV 138)
Por otro lado, hay que señalar que Alan Smyth y George W. Senoga-Zake trabajaron junto con John Barry en la selección de temas de Mozart y cánticos africanos para la película.
Nunca la sensación de que estamos de paso, que no tenemos a nada sino a nosotros mismos fue tan placentera.
La música encaja majestuosamente con lo que transmite la película.
Por último, querría mencionar que John Barry estuvo profundamente deprimido poco antes de emprender el proyecto de Out Of Africa.
Agradecer que saliera de esa situación es algo quizás sin sentido ahora, pero la joya que nos ha dejado, nos puede servir para cuando nos sintamos mal.
Sigamos adelante.
Out Of Africa tiene algunos errores de continuidad, como frutas que aparecen y desaparecen entre toma y toma de un disparo, o una manzana que sostiene Denys que se convierte en naranja cuando vuelve el plano a él.
El problema con la fruta se repite en la escena de la cena de los enamorados a la luz de la luna, cuando Denys pela una "interminable" naranja que se encuentra intacta cada vez que recupera el plano.
También ocurre exactamente igual con una mancha de sangre en la cara de Karen cuando va a disparar a un león, que cambia de mejilla con el cambio de plano.
Incluso hay algún que otro anacronismo, como el uso de baquetas de nylon en la orquesta que ameniza la fiesta de Nochevieja, material que no estaba descubierto a comienzos del siglo XX.
Por último, entre otros, la escena del lavado de cabello, hay muchos errores de continuidad pero que no restan merito a una película realmente hermosa.
A mediados de los 80, el cine americano nos dio muy gratas sorpresas.
Ese es el caso de The Color Purple, Prizzi's Honor, Witness y Kiss Of The Spider Woman compitieron en los Oscar y ganó Out Of Africa.
Obtuvo 11 nominaciones, ganando 7 Premios en 1985, a la mejor película (Sydney Pollack), mejor dirección (Sydney Pollack), mejor guión adaptado, banda sonora (para el Grande John Barry en su mejor momento), fotografía (merecidísima), dirección de arte y edición de sonido.
Y nominado como mejor actriz (Streep), actor de reparto (Klaus Maria Brandauer), vestuario (ENORME Milena Canonero) y edición.
La Academia dejo por fuera de reconocimiento como mejor película a: Cocoon, The Trip To Bountiful, Mask y Agnes Of God.
Una de las escenas más recordadas por su simbolismo es cuando Denys lava el cabello de Karen, y el agua jabonosa se desliza por el suelo y el maravilloso vuelo en avioneta cual abeja en el paraíso Keniano.
“Tienes que hacer fuego muy grande para yo encontrarte. “
Siempre me han parecido maravillosas las películas que tienen como telón de fondo un paisaje exótico.
Me fascina la manera de mostrar otros lugares que tienen algunos cineastas, y en este caso, Sydney Pollack nos muestra África no sólo con su belleza más externa, sino casi como poesía.
Como una canción, una letra escrita con sentimiento, y con una bella historia a desarrollar.
Lamentablemente, África en realidad no es como nos lo muestra Pollack: es un continente de enfermedades, luchas étnicas, peleas intestinas y guerras civiles.
Puede haber belleza si se busca hasta en el mismísimo infierno, y en Out Of Africa se nos muestra con todo su esplendor.
No debe ser fácil dirigir una superproducción como ésta, por eso me gustaría ensalzar el enorme talento que demostró Sydney Pollack durante la realización de la película.
Yo creo que al igual que en otras muchas superproducciones geniales de la historia del cine, lo que al final marca el resultado final es hacer la película desde el corazón, amando la película que vas a dirigir, viendo la grandeza de la misma antes de haberla comenzado a rodar, siendo tan sólo el vehículo del que fluye de manera natural y prácticamente sin esfuerzo toda la fuerza que el guión lleva dentro de sí.
Y en este punto es donde Pollack acertó plenamente, hizo su película desde el corazón, por eso nos conmueve cada vez que la vemos.
Dicen que casi no hay diferencia entre “memorias” y “biografía” pues los hechos más importantes que conforman la vida encarnada de un ser en esta tierra; son recuerdos imborrables de personas que amaron de gran manera al enlazarse en planos hermosos, lugares bellos como Kenia, en el continente negro.
Cuando yo vi ésta película por primera vez sólo se me ocurrió decir una cosa:

“Dar gracias a Dios por haber amado alguna vez”.


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