Do Començo Ao Fim (From Beginning To End)

“Era ciego cuando nací.
Todos los somos, al principio, pero yo permanecí más de quince días con los ojos cerrados.
Mi madre, al contrario que el resto de la gente, no estaba preocupada.
Decía que ya abriría los ojos cuando me sintiese preparado.
Y así fue.
Un día, cuando mi Francisco acudía a visitarme en lo que ya se había convertido en una rutina para él…
¡Boom!
Abrí los ojos.
Y estaba él, al otro lado del cristal.”

El único argumento: el amor, el amor que se entrega sin esperar nada a cambio, el amor incondicional que supera tiempo, distancia y prejuicios.
El amor en su más pura sustancia.
¿Cuándo será que podremos ver reflejado tal amor en nuestra sociedad, en las relaciones tanto hetero como homo?
Hoy en día la gente teme dar amor completamente en una relación de amistad o de pareja por miedo a que se abuse de esa persona, se tiene miedo a entregarse completamente y al compromiso.
¿Cuándo será que como en la película no necesitemos de tanto adorno para expresar nuestro amor?
Hemos perdido la cualidad de dejarnos asombrar por las cosas pequeñas, el solo sentir al otro a nuestro lado debería ser suficiente para extasiarnos
En el año 2009, el director de cine brasileño Aluizio Abranches nos trae un hermosa película sobre el amor verdadero con Rafael Cardoso, João Gabriel Vasconcellos, Fábio Assunção, Júlia Lemmertz, Gabriel Kaufmann, Jean Pierre Noher, Mausi Martínez, Louse Cardoso y Lucas Cotrim como protagonistas.
La historia podría ser incómoda, difícil, dura de ver, porque eso ocurre cuando algo está fuera de nuestros estándares, expectativas y paradigmas, cuando no entiendes del todo lo qué pasa, te aplasta y te deja un sentimiento de impotencia al no entender exactamente lo que estás viendo, pero saber que puede ser maravilloso.
El tema gira en torno, como no, en la exploración de la sexualidad, tocando un tema bastante delicado como sería el del “incesto” voluntario entre hermanos.
Al escribir incesto entre comillas, me pregunto, será esta figura cuando es expresada, así como se ve, voluntariamente?
Los humanos heteros han castigado al amor en esa figura delictiva?
El tema es polémico y de seria revisión.
El film es un drama, que en realidad es un tanto curioso, porque lo que se publicita más su condición de hermanos, en realidad es lo que menos importa en la historia.
La alusión de que los protagonistas sean hermanos es en realidad un detalle, supongo que para vender y llevar nuevos públicos al cine, ávidos de historias nuevas, pero que en realidad no cumple mayor función.
La considero una película normalita, dentro de lo que se ve socialmente en este mundo, que no ahonda en nada y cuya historia no tiene norte claro, solo quedándose en el drama romántico de muy plana narrativa.
Do començo ao fim (From Beginning to End) es la historia de dos medio-hermanos, Francisco y Thomas, una historia en la que no hay drama, no hay trauma, no hay nada o nadie para culpar, ningún problema de la niñez, nada a lo que aferrarse.
Es una bonita y feliz historia de amor verdadero.
La historia nos muestra sin mayor alborozo escenas normales y corrientes, familiares, hasta felices de una familia feliz brasileña.
Las aborda con completa naturalidad.
Pero estas escenas, más difíciles, más complicadas, las aborda con idéntica tranquilidad.
Una mujer, previamente divorciada y con un hijo de ese matrimonio, viviendo con su nuevo marido y su otro hijo.
El eje en torno al que giran todos los personajes es la madre, Julieta.
Una mujer cariñosa, abierta, completamente enamorada de su marido, que adora a sus hijos, a su hermana, que guarda una excelente relación con su ex-marido.

Es ella, precisamente, la primera que se da cuenta de que sus hijos tiene una relación más allá de la fraternidad.
Puede que demasiado.
Que quizás no es tan normal que la única forma de que su revoltoso hijo pequeño haga caso es si su hermano le amenaza con que va a marcharse.
Que quizá su hijo mayor es demasiado protector con su hermanito, frente a todo el mundo, incluso ella.
Hay una escena (gloriosa a mi parecer), en la que después de que Francisco llegue al hospital donde ella trabaja con una pierna rota, ella se queda fuera, desde el otro lado de la ventana, viendo cómo se comportan sus hijos.
Viendo como cuidan el uno del otro, como se abrazan.
¿Es posible que una madre pueda darse cuenta de que sus hijos se quieren demasiado?
Porque su rostro refleja exactamente eso.
Es brillante.
Acá el dialogo:
- Julieta: ¿Hay algo que quieras contarme?
- Francisco: ¿Sobre qué?
- Julieta: No sé, sobre algo que no puedas comprender.
- Francisco: ¿Sobre el colegio?
- Julieta: No exactamente, algo sobre ti, sobre tu hermano, sobre las cosas de la vida.
- Francisco la mira, pero no contesta.
- Julieta: Si algún día crees que quieres hablar conmigo, si hay algo que no entiendes muy bien… No sientas vergüenza. De acuerdo?
- Francisco: … lo sé, mamá. Te quiero mucho.
Esa conversación a mi me deja conmovido, porque Francisco ya tiene una edad (quizá 12 años, o así), en la que intuye de lo que su madre le habla.
Y su madre… conoce, intuye, pero no le juzga.
Intuye la fuerza de sus sentimientos, pero lo deja estar porque…
¿Qué otra cosa puede hacer?
¿Sabiendo que su hijo quiere a su otro hijo más que a nadie, que no es solo su hermano, si no su protector, su todo?
¿Qué puede hacer ella?
¿Cómo confronta algo así?
No juzga, no somete.
Simplemente, pone sobre la mesa lo que hay.
Y que cada uno interprete.
A lo largo del tiempo, la relación entre Francisco y Thomas se hace cada vez más estrecha, más “‘íntima”, y poco a poco, los más cercanos se van dando cuenta del rumbo que toma esa relación.
El padre de Francisco, que vive en Argentina, tras pasar unas Navidades con ambos niños, se da cuenta, y va a hablar con su ex-mujer, Julieta.
La historia da un salto en el tiempo, primero con la muerte del padre de Francisco y después con la madre de ambos.
Lástima, pero no nos muestra la etapa adolescente… sino brinca de la niñez a la edad adulta.
Pero se entiende que, durante todos esos años, la relación entre ambos no hizo más que estrecharse más y más.
Todo acaba cuando, tras la muerte de Julieta, el padre de Thomas decide irse a vivir fuera de lo que fue la casa familiar, porque sin su mujer, su estancia no tiene sentido ahí.
Intrínsecamente, porque sabe que no es participe de la relación entre Francisco y Thomas.
Que no quiere serlo.
Sin familia, solos, se sostienen el uno al otro.
La siguiente escena sea, probablemente, una de las más incómodas de ver y, a la vez, una de las más bonitas, que más comunican.
Los hermanos, sin tocarse si quiera, se desvisten uno frente al otro, únicamente mirándose, son capaces de expresar el lazo tan fuerte e inquebrantable que hay entre ellos.
Para mi esta escenas es la más controvertida, ya que expresan en la pantalla, como si fuera el mundo, su verdadera naturaleza, la naturaleza de ellos con la desnudez frontal entre sí.
Incluso divago en decir que esa podría ser la primera vez que ellos sexualizaron la relación, hasta que sus padres murieron y uno de ellos dejo el hogar.
La escena tiene muchas interpretaciones.
Es una escena que remueve y conmueve.
Desde luego, no deja indiferente.
No se puede describir.
Hay que verlo y sentirlo.
Probablemente, otra de las escenas más… desgarradoras, ya que no me viene a la cabeza otra palabra es esa en la que ofrecen a Thomas (nadador profesional), la posibilidad de entrenar con muchísimas mejores oportunidades en Rusia.
Durante al menos tres años.
Sin su hermano.
Del que no se ha separado nunca.
Sus caras, pasan de la felicidad a casi el horror.
La siguiente escena, junto al coche, transmite una desesperación que rompe a cualquiera que la vea.
Porque los dos saben que es una oportunidad única e irrepetible, pero es más fuerte esa necesidad de uno sobre el otro que llega a ser enfermiza.
El final, tienen que verlo…
Creo que más que una película sobre hermanos, es una reflexión sobre el amor idílico, como sentimiento absoluto.
Haber elegido a dos hermanos es un obstáculo serio, porque a todos nos espanta un poco la idea.
Además el director no elude el sexo y desnudos.
Hablando claro, que todos estamos predispuestos a que no nos guste.
Es como con la pederastia.
Sin embargo, tengo que decir que la película casi siempre se encauza por el sentimiento, por lo bello, a lo que ayuda la cadencia de la lengua portuguesa que en las bocas de los protagonistas se hace bella y dulce.
Podríamos pensar que es un amor enfermizo, pero…
¿Qué es el amor sino una pasión?
Acaso Fran y Thomas no demuestran lo que es capaz el uno por el otro, de sacrificarse y sufrir, de determinar sus vidas sólo por amor.
Además, nos sumerge con los dos actores de la entrega, no simplemente sexual ni física, sino la entrega total: cuerpo, mente, emociones.
Un film sencillo, aislado del desnudo morboso o pornográfico, y ante todo, muestra el ideal gay de pareja, como punto de quiebre, ante la temática gay oscura de la promiscuidad, del gay que solamente lo hace por plata o del gay sucumbido en el miedo, el sexo o las drogas.

“Te quiero porque, cuando te toco, me siento como ningún otro hombre se ha sentido jamás.”
Thomas